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8.1. Los Hospitalarios de San Juan.

Con el éxito logrado por la cruzada señorial, se incrementó la población europea que, principalmente con objetivos comerciales y de colonización, se trasladó a los santos lugares, propiciándose un considerable movimiento de grupos que recorrían la zona.

Las diferencias climáticas, la presencia de enfermedades desconocidas para los europeos, el desconocimiento del terreno que ocasionaba no pocos extravíos de caravanas, así como los constantes ataques de salteadores o de islámicos, causaban grandes trastornos en esos grupos. Con el objeto de evitarlos, de manera espontánea se crearon instituciones de caridad, socorro y hospitalidad.

El surgimiento de órdenes y hermandades protectoras de los andantes, peregrinos y mercaderes que transitaban por las rutas de los territorios liberados, contaba con el antecedente de la famosa Orden del Hospital de San Juan, fundada en 1070, con el financiamiento de Mauricio de Pantaleone, que había sido reconocida oficialmente por la iglesia católica, apostólica y romana, mediante una Bula del Papa Pascual II expedida en el año de 1113, con el nombre de Hospital de San Juan de Jerusalén, en referencia a San Juan limosnero.

La orden contaba con establecimientos erigidos en diversos puntos de Europa. Posteriormente se transformaría de orden hospitalaria a orden militar. A los tres tradicionales votos monásticos de pobreza, castidad y obediencia, se añadiría el de defender Tierra Santa con las armas en la mano. Así, convertida en orden de caridad y protección militar de los caminantes, la Orden de los Hospitalarios ramificaría su presencia en Tierra Santa.


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