Índice de Estado de la revolución después de la prisión de Hidalgo y sus compañeros de Lucas AlamánCAPÍTULO ICAPÍTULO II - Segunda parte -Biblioteca Virtual Antorcha

ESTADO DE LA REVOLUCIÓN DESPUÉS DE LA
PRISIÓN DE HIDALGO Y SUS COMPAÑEROS

Lucas Alamán

CAPÍTULO II
(Primera parte)

Retirase Rayon del Saltillo con direccion á Zacatecas. - Accion del puerto de Piñones. - Rechaza Rayon a Ochoa. - Entra este en el Saltillo. - Sigue Rayon su retirada á Zacatecas. - Dificultades de esta marcha. - Ocupa a Zacatecas. - Disposiciones que toma. - Marcha Calleja contra Rayon. - Exposicion que este le dirije. - Sale Rayon de Zacatecas. - Entra Calleja en aquella ciudad. - Es derrotado Rayon por Emparan en la accion del Maguey. - Disposiciones de Calleja en Zacatecas. - Sistema de guerra propuesto por Calleja al Virrey y aprobado por este. - Armamento general del Reino.


Con la noticia de la prision de Allende y la marcha de Ochoa sobre el Saltillo, Rayón tuvo que abandonar aquella villa en los últimos dias de Marzo, dirijiéndose hácia Zacatecas, ciudad de recursos y defendida por una corta guarnicion, cuyo camino era el único que la posicion de las tropas realistas le dejaba libre. Antes de su salida, dícese que recibió una órden de Allende, para que pusiese a disposicion de Elizondo las tropas de su mando, y sabedor ya de la prision del primero no la obedeció (1); hizo desarmar por D. Juan Pablo Anaya las tropas de provincias internas que en aquel punto tenia, sospechando que estaban en relaciones con Ochoa para entregarlo, y mandó fusilar, como se ha dicho ya, a Iriarte, que habia podido escapar de las manos de Elizondo en las norias de Bajan.

Ochoa, informado por Melgares de la marcha de Rayón, dispuso acelerar la suya para cortarle la retirada (2). Al efecto mandó al capitan D. José María del Rivera a ocupar con cien hombres, inclusos los europeos de Zacatecas y Sombrerete agregados voluntariamente a aquella tropa, el punto de S. Juan de la Vaquería, tránsito preciso para Rayon, y previno a Melgares que dejase en la hacienda de Patos trescientos hombres, de los quinientos con que se dirigia a Monclova, siguiendo solo con doscientos a auxiliar a aquellas autoridades y custodiar los presos y tesoro cogidos en Bajan. Recelando sin embargo que las fuerzas de Rayon fuesen mas considerables que lo que se le informaba, y desconfiando de los habitantes, cuyos ánimos veian decididos por la revolucion, dió órden a Rivero que le esperase en la hacienda de Patos, para marchar con toda su tropa reunida.

Salió de aquel punto el 30 de Marzo por la tarde, y habiendo caminado toda aquella noche y el dia y noche siguientes, logró sorprender en Aguanueva una avanzada de los insurgentes, tomándoles setenta y siete prisioneros. En la mañana del 1° de Abril descubrió Ochoa el ejército de Rayon, con quien la noche anterior se habia unido el lego Villenas, formado en buen órden al pié de varios cerros, cubiertos sus flancos por baterías bien colocadas en los cerros mismos y en la llanura por la que Ochoa tenia que pasar. Dispuso este el ataque dejando trescientos hombres al cuidado de los bagages y prisioneros, y cubriendo las alturas del puerto por donde habia pasado para asegurar su retirada, avanzó con quinientos a tomar las que ocupaban los insurgentes, habiendo logrado hacerse dueño de una posicion que impedia la marcha de estos con sus coches, artillería y mulas cargadas.

Rayon, conociendo la importancia de este punto, cargó con denuedo sobre Ochoa y lo desalojó y obligó a retirarse dejándole dueño del campo. Ochoa se llevó dos cañones tomados al enemigo, habiendo tenido que abandonar dos culebrinas que habia cogido tambien; hizo doscientos cuarenta prisioneros y entre ellos al brigadier Ponce herido mortalmente, que se habia separado del grueso de los independientes para observar los movimientos de Ochoa en su retirada, y antes de su muerte puso en conocimiento de este todos los planes y designios de Rayon. Ochoa retrocedió hasta Aguanueva, sin tratar de seguir a Rayon, tanto por no empeñarse en la difícil marcha que este iba a hacer por un pais escaso de agua y en aquella estacion del año privado de pasturas, cuanto porque con haber abandonado el punto del Saltillo, quedaban completamente libres de insurgentes las provincias sujetas a la comandancia general, y no procuró otra cosa que cubrir sus fronteras sin auxiliar en nada al virreinato, dando así el primer ejemplo de este espíritu de egoismo que tan hondas raices ha echado, y por el cual una provincia no toma parte alguna en los males que padecen las inmediatas, aunque pertenecientes todas al mismo cuerpo social, esperando hasta resentirlos ella misma.

Aunque la superioridad numérica de las tropas de Rayon fuese muy grande, pues segun Ochoa, con referencia a lo declarado por Ponce, contaba con seis mil hombres, dos mil de ellos de caballería, veinticuatro cañones del calibre de cuatro a diez y seis y seis culebrinas; el teson con que se sostuvieron en una accion de seis horas, las cargas vigorosas que dieron y el haber quedado dueños del campo, teniendo los realistas que retirarse, ha dado mucha celebridad á este suceso (3). Rayon debió a él el poder seguir su marcha sin ser molestado por el enemigo, que le hubiera causado gravísimo embarazo, teniendo que luchar al mismo tiempo con la sed y la carencia de todo recurso, a que contribuyó no poco el haberle llevado Ochoa gran parte de las mulas de carga y unos carros cargados con botas de agua, por lo que se vió forzado a quemar parte de sus equipajes, para no tener que dejarlos abandonados a merced del enemigo (4).

La falta completa de agua y el tener que beberla de charcos cenagosos y corrompidos, causó la muerte de gran número de bestias de carga y de algunos soldados que se la disputaban como enemigos con las armas en la mano, cuando encontraban alguna noria o pequeño manantial. Esta privacion unida a una marcha fatigosa por llanuras áridas y casi sin vegetacion, hicieron que en una junta de guerra tenida en el paraje llamado las Animas, se acordase por la oficialidad pedir el indulto, y viendo que Rayon demoraba el cumplir con este acuerdo, muchos jefes desertaron llevándose partidas numerosas de tropa.

Siguió Rayon su penosa retirada con la que le quedaba; un destacamento de realistas de un pueblo distante algunas leguas del camino, asaltó en un desfiladero a unos cuantos de los independientes extraviados, les quitó las cargas, entre las cuales iban los paramentos de la capilla de campaña, y habiendo tomado varios prisioneros, el comandante Larrainzar mandó azotar al coronel insurgente Garduño que estaba en este número. Mas adelante, sabiendo Rayon que habia agua abundante en la hacienda de S. Eustáquio, defendida por el mismo Larrainzar, lo hizo atacar por Anaya y lo puso en dispersion.

Superadas estas dificultades y con su fuerza muy disminuida, llegó Rayon á la hacienda de Pozo hondo (de D. José María Fagoaga), el juéves santo, 11 de Abril, y dió dos dias de descanso a su fatigada tropa. Desde aquel punto destacó con quinientos hombres a Sotomayor, para que ocultando cuanto pudiese su marcha, entrase de sorpresa en el Fresnillo como lo verificó, y desde la de Bañon (del coronel Canal de S. Miguel) hizo se adelantasen D. Victor Rosales y D. Juan Pablo Anaya con igual fuerza, para reconocer el estado de defensa de la ciudad de Zacatecas. Rayon con el resto de su tropa que excedia poco de mil hombres, se situó en el colegio de misioneros de Guadalupe a una legua de la ciudad, y en él murió D. José María Anzorena, intendente que habia sido de Valladolid que le acompañaba, habiendo sido consumido por ardores que le devoraban las entrañas, a consecuencia de haber bebido en la suma escasez de agua, el jugo exprimido de las pencas de maguey. La corta guarnicion de Zacatecas con su comandante Zambrano, se hizo fuerte en el cerro del Grillo, inmediato a la ciudad, habiéndose llevado consigo toda la plata en pasta que habia, que se hace ascender a quinientas barras. Aílí fue sorprendida una noche por D. José Antonio Torres, el conquistador de Guadalajara, que habiendo seguido a Allende hasta el Saltillo, acompañaba a Rayon desde aquella villa. Torres se hiza dueño de la artillería, armamento y plata recogida en aquel sitio, y Rayon pudo con esto entrar el dia siguiente sin oposicion en la ciudad.

Dueño de esta y seguro de que las tropas realistas no tardarían mucho en buscarlo en ella, se apresuró a reunir todos los recursos que podia sacar de aquel mineral. Ocupóse en aumentar, disciplinar y vestir su tropa, componer el armamento, fundir artillería y construir carros de municiones. Para hacerse de fondos, mandó abrir la mina de Quebradilla, que estaba entónces en abundantes frutos y cuyos dueños eran españoles, siendo el principal D. Fermin de Apezechea, emigrado entónces en México, para que bajasen a trabajar todos los que quisiesen, donde y como les pareciese, dando la tercera parte de lo que extrajesen para el ejército, la que se beneficiaba en las haciendas de Bernardez y la Sauceda, con lo que en poco tiempo se sacó una gran cantidad de ricos minerales, quedando la mina despilarada y arruinada (5), y para que no faltase la moneda circulante, dispuso se continuase la fabricacion de la provisional ya establecida. En lo demas hizo conservar el órden y respetar las propiedades y las vidas, no habiendo sido fusilado por su mandado mas que un solo individuo de la partida que, en un reencuentro habia desbaratado la víspera de su entrada en Zacatecas, otra que conducia para ocupar el punto dominante de la Bufa (6), D. José María Liceaga, compañero de Rayon, que nunca fue feliz en nada de lo que emprendió. Para establecer alguna forma de gobierno, convocó a los empleados y les aseguró su permanencia en sus puestos, si le daban pruebas de adhesion, manifestándoles que se proponia establecer en aquella ciudad una junta, sobre lo que dirijió una comunicacion a Calleja, de que en su lugar se hablará, todo lo cual prueba la actividad e inteligencia de Rayon. Con el fin de expeditar la entrada de víveres en Zacatecas, que estorbaba el destacamento que a las órdenes de Bringas se habia situado en Ojo caliente, lo hizo atacar por Villaseñor, que dispersó la tropa de Bringas quedando este muerto.

Calleja, que desde S. Luis Potosí observaba los movimientos de Rayon, se puso en marcha sobre él, luego que este se hubo apoderado de Zacatecas. En la hacienda del carro se le presentaron D. José María Rayon, hermano de D. Ignacio, y el P. Gotor (e), que habia sido capellan del mismo Calleja, con tres españoles, únicos que habia en Zacatecas y que Rayon mandó poner a cubierto de los insultos a que podian estar expuestos entre su gente (7). Estos comisionados pusieron en manos de Calleja una exposicion firmada por Rayon y Liceaga, en que le daban conocimiento de la eleccion que Allende e Hidalgo, momentos ántes de su partida, habian hecho de ellos para jefes del ejército que habian dejado en el Saltillo. Como hasta entonces se habia hecho la guerra sin objeto político alguno, dicen en esta exposicion, que entre las resoluciones que habian tomado como conducentes al feliz éxito de la causa que defendian, habia sido la primera manifestar el objeto de la revolucion que se habia promovido, porque por experiencia conocian que no solo los pueblos y personas indiferentes, sino muchos de los que militaban bajo de sus banderas, carecian de este esencial conocimiento, y se hallaban embarazados para explicar el sistema adoptado y las razones porque debia sostenerse. ¡Un poco tarde era por cierto, para explicar el objeto de una guerra que se hacia desde nueve meses atras, de la manera mas atroz y despues de haber devastado todo el país, sin haber siquiera dicho para qué! La empresa fue circunscrita por Rayon y Liceaga, al fin que se habia intentado desde las juntas celebradas en México por el Virrey Iturrigaray, que era el establecimiento de un congreso o junta nacional, como se habia hecho en las provincias de España cuando se verificó la invasion de los franceses, bajo cuyos auspicios se conservasen en la piadosa América la legislacion eclesiástica y cristiana disciplina, permaneciendo ilesos los derechos del muy amado rey D. Fernando VII, se suspendiese el saqueo y desolation, que bajo el pretexto de consolidacion, donativos, préstamos y otros emblemas, se estaba verificando en todo el reino, y se libertase este de la entrega a Bonaparte, que estaba ya tratada por algunos europeos fascinados por él. Para insistir en tal pretension se fundaban los exponentes, en la noticia cierta de que la España toda y por partes, se habia ido entregando vilmente al dominio de Bonaparte, con proscripcion de los derechos de la corona y prostitucion de la santa religion. En todo esto se echa de ver una ignorancia completa del estado de las cosas, no solo en Europa, sino aun de sucesos muy importantes de México, en donde se habia hecho cesar la recaudacion de capitales para el fondo de consolidacion, desde que se supo la revolucion de España y levantamiento contra los franceses, y demuestra el empeño que Rayon sostuvo aun mucho tiempo despues, como en su lugar veremos, de insistir en el plan que desde las juntas de México se formó, de hacer la independencia a título de conservar los derechos de Fernando VII.

Rayon y Liceaga ignoraban el contenido de la comunicacion que Allende e Hidalgo recibieron del gobierno estando en el Saltillo, porque dicen en su exposicion que fue un misterio que se reveló a pocos; este fue el pliego que Cruz les dirijió de órden del Virrey, haciéndoles saber el indulto u olvido general decretado por las cortes cuando se instalaron, acerca de todas las inquietudes de América. Creian que aquella comunicacion abriria algun camino de convenio, por lo que dicen habian suspendido todo procedimiento sobre las personas de los europeos, habiendo dejado en el Saltillo los que allí habia, incluso el coronel Cordero, y mandaban a Calleja los que arriba se ha dicho, que fueron en compañía de los comisionados para la entrega de su exposicion. Su propuesta la encontraban tan fundada, que creian que solo podria resistirse su ejecucion por el interes de los europeos en retener los empleos, porque este punto como el fundamental de la revolucion, no se omitia nunca, y si se admitia, garantizaban la conducta de los demas jefes sobre la observancia de sus resoluciones en la consolidacion de un gobierno permanente, justo y equitativo, advirtiendo por conclusion, que se hallaban a la cabeza del primer cuerpo de las tropas americanas y victoriosas. Prometian sin duda mas de lo que podian cumplir, pues en la completa anarquía que entre los independientes habia, la autoridad de Rayon no era reconocida, y nadie se habria tenido por obligado a cumplir sus compromisos.

En contestacion Calleja se limitó a ofrecerles el indulto, y continuó su marcha; dícese que retuvo preso al hermano de Rayon y que se libró por influjo del coronel conde de casa Rul, quien le retribuyó de esta manera los servicios y buen trato que le debia, en el tiempo que estuvo prisionero en poder de Hidalgo (8). Rayon, prometiéndose poco de su exposicion y confiando menos en el primer cuerpo de tropas americanas y victoriosas, no intentó esperar a Calleja en Zacatecas; sin aguardar la contestacion de este, desamparó la ciudad llevándose la mayor parte de su gentes, artillería y porcion de cargas de reales, y se dirigió hácia el rumbo de Teocaltiche o Aguascalientes, con el designio de volver a la provincia de Michoacan, donde por las circunstancias del terreno y clima y por sus relaciones personales, esperaba poder sostener la guerra con mayor ventaja. Para asegurar su retirada, impidiendo que Calleja le siguiese en ella, dejó en Zacatecas para atraer la atencion de aquel a este punto, a D. Victor Rosales, a quien dió órden de sostenerse hasta el último extremo y por fin salir con direccion a Jerez, lo cual era sin embargo impracticable, pues Calleja previendo este resultado, habia hecho que el cura Alvarez de Matehuala, que se hallaba en aquella villa con la gente que fue rechazada en Colotlan, se adelantase a cubrir esta salida.

Supo Calleja en Ojo caliente el 1° de Mayo a media noche, que Rayon habia salido de Zacatecas y el rumbo que habia tomado, y en aquella hora destacó al coronel Emparan con una fuerte division y seis cañones, para que sin perder momento y forzando sus marchas, fuese a interceptarle la retirada (9). El mismo, con el resto de sus fuerzas, siguió a Zacatecas, y en el campo de la Laguna a tres leguas de la ciudad, recibió los enviados de Rosales pidiendo el indulto para sí y los que le acompañaban: concedióseles, y en consecuencia entró en la ciudad sin oposicion el 3 de Mayo, apoderándose de diez piezas de artillería, de porcion de lanzas y municiones que en ella habia (10), y de cantidad de barras de plata que la plebe de Zacatecas impidió que Rayon extrajese, para contraer este mérito con el gobierno, segun Calleja pensaba. El día de su entrada hizo fusilar a trece individuos y otros dos el día siguiente, que ignoro por qué no se consideraron comprendidos en el indulto concedido a Rosales y los suyos (11).

Emparan, habiendo hecho una marcha de diez y siete leguas en veintidos horas, alcanzó a Rayon al amanecer el dia 3 de Mayo en el rancho del Maguey, a corta distancia de la hacienda del Pabellon, camino de Aguascalientes; encontróle situado sobre una loma, con sus tropas formadas en martillo para cubrir el camino que seguian, y una barranca que defendia su izquierda (12). Las fuerzas de Emparan consistian en el primer batallon de la corona, mandado por el coronel Iberri, el segundo de la columna de granaderos a las órdenes de su teniente coronel Castillo Bustamante, la compañía de escopeteros de Rioverde, dos escuadrones de dragones de México que mandaba Moran, y seis piezas de artillería a cargo del teniente coronel D. Juan Diaz. Aunque la loma que ocupaban los insurgentes estuviese coronada de artillería, esta no ofendia a los realistas, pues los tiros no alcanzaban o pasaban las balas por alto. Por el contrario la de los realistas, de mayor alcance y manejada con mas acierto, molestaba mucho a los insurgentes, sirviendo para dirigir la puntería, el brillo de la hoja de lata con que Rayon hizo forrar los carros de municiones que construyó en Zacatecas (13).

Uno de estos, situado hácia el ángulo del martillo que formaban las tropas de Rayon, recibió una bala de cañon y el estrago que causaron los fragmentos, puso en desórden aquella parte de la línea. Notado esto por Emparan, hizo avanzar toda su division formada en batalla, con la artillería al frente y la caballería a los costados, con la celeridad que permitia el terreno recien labrado, y cuyos surcos formados en el sentido contrario a la marcha, hacian mas dificil esta. Rayon para sostener su derecha, que preveia ser el punto a donde el ataque se dirigia, maniobró con tal órden que admiró a los realistas, que no habian visto hasta entonces en los insurgentes tan concertados movimientos, fruto de la instruccion que habian recibido durante la permanencia de Rayon en Zacatecas. Este hizo colocar su artillería en líneas a distancia unas de otras, para no perderla en una sola vez y proteger la una por la otra; pero viendo que Emparan habia reunido toda su caballería sobre su derecha, con direccion a la barranca que cubria la izquierda de los insurgentes, para impedirles la retirada por ella, mientras se verificaba el ataque a la derecha de estos, se pusieron en fuga abandonando sus cañones.

Contribuyó al desórden el que viendo dudoso el éxito de la accion, los oficiales de Rayon se echaron sobre los caudales que este conducía, para repartírselos y fugarse con ellos; los soldados de Emparan saquearon lo que quedó, de suerte que solo entró en poder de los oficiales encargados de hacer el inventario de lo cogido en el campo de batalla, la suma de 23.202 pesos en dinero, plata pasta y efectos.

Rayon para retardar el alcance, dejó estorbando el paso preciso de la barranca, varios carros y un coche, con lo que logró ponerse en salvo y llegó con pocos al pueblo de la Piedad, siguiendo siempre la direccion de la provincia de Michoacan, a donde habia sido su primer plan retirarse.

Los realistas tomaron en esta accion veinte cañones de diversos calibres, pocos fusiles y carabinas, y porcion de balas y municiones; todo de tan mala calidad, que solo pudieron aprovechar las balas de fusil, pues las de cañon eran forjadas a martillo.

Esto explica el fácil triunfo de los realistas y la poca pérdida que tuvieron para ganarlo, reducida a tres heridos, miéntras que la que los insurgentes sufrieron fue considerable.

Hizo ademas Emparan mas de cien prisioneros y aunque los asesores a quienes consultó, que eran al mismo tiempo oficiales de sus tropas, propusieron que a algunos se les castigase con la muerte y a otros con azotes, los dejó a todos en libertad, haciendo solo fusilar a cinco que eran reos de varios asesinatos y desertores del ejército real, y esto muy a su pesar, pues era hombre muy humano, y que repugnaba derramar sangre fuera del campo de batalla (14). Emparan concluida la accion, pasó a situarse en Aguascalientes.

Para arreglar el gobierno de Zacatecas, Calleja, el dia mismo de su entrada en aquella ciudad, publicó un bando en el que, para sosegar los ánimos alterados, aseguró que el objeto de las armas del rey no era otro que restablecer la paz y la felicidad del reino, afirmar el órden y afianzar los derechos del soberano: declaró nuevamente en favor de aquellos habitantes el indulto concedido por el Virrey, sujetando su aplicacion al reglamento publicado en S. Luis, en el que se especificaban las penas impuestas a los reincidentes, y se establecian las reglas para porte de armas, uso de pasaportes y otras de policía; mandó que todas las personas residentes en la ciudad sin radicacion en ella, saliesen dentro de veinticuatro horas y que para hacer efectivo su cumplimiento, los administradores o dueños de minas y haciendas presentasen listas de los operarios empleados en ellas, y para no embarazar el giro, declaró por válida y corriente la moneda provisional acuñada en aquella ciudad, por disposicion de las autoridades lagítimas, mediante la completa falta de numerario y el mayor valor que aquella moneda tenia respecto de la del cuño real, lo que haria muy fácil su recoleccion cuando se dispusiese, pero mandó recoger la acuñada por los insurgentes en que no concurrian las mismas circunstancias (15) y habiéndose continuado acuñando esta moneda provisional, que fue la misma que por mucho tiempo circuló en las provincias del Norte, y corria en el comercio con premio prefiriéndola para la exportacion, se arregló despues al cuño mexicano, y fue el principio que tuvo la casa de moneda de aquella ciudad, a la que aquel mineral debió su conservacion y prosperidad, en el tiempo que hubiera debido arruinarse sin este auxilio, durante la falta de comunicacion con la capital.

Nombró Calleja comandante e intendente de Zacatecas al teniente coronel D. Martin de Medina, gobernador que fue de Colotlan, en donde quedó interinamente D. Gregorio Perez. Para la seguridad de la ciudad levantó en ella cinco compañías de infantería, una de caballería y otra de artillería, dándole cuatro cañones de los que dejaron los insurgentes. Quiso que quedase allí de guarnicion el teniente coronel D. José Lopez, ayudante inspector de provincias internas, que con quinientos hombres de tropas de aquella comandancia, se le presentó el 13 de Mayo, pero Lopez dijo que tenia órden de su jefe de volverse inmediatamente como lo verificó, lamentando Calleja justamente en su correspondencia con el Virrey y con Cruz, la falta de cooperacion de estas tropas, que ningun auxilio volvieron a prestar a las del virreinato en el largo periodo de la revolucion (16).

Desbaratada en la accion del Maguey la gente que seguia á Rayon, no quedaban en todas las provincias del norte mas restos de la insurreccion que cuadrillas de ladrones, que si bien eran incapaces de verificar un trastorno político, hacian infructuosas las ventajas obtenidas por los realistas, interceptando las comunicaciones e impidiendo todo género de industria, de lo que debia seguirse una ruina general (17). No teniendo ya que combatir masas considerables, era menester adoptar un sistema de guerra adecuado a las circunstancias. El plan formado por Calleja y que propuso al Virrey en 8 de Junio desde Aguascalientes (18), donde se habia situado saliendo de Zacatecas el 16 de Mayo, consistia en armar todas las poblaciones para su propia defensa y para la persecucion de las cuadrillas que se formasen en sus respectivos territorios, distribuyendo convenientemente las divisiones de tropas del ejército, para que sin necesidad de grandes marchas, pudiesen acudir prontamente al auxilio de los puntos amenazados.

Este plan, adoptado por el Virrey, se llevó á ejecucion y él vino a ser la organizacion militar que el reino tuvo, hasta que se verificó la independencia.

Calleja conocia muy bien que su plan estaba sujeto a un grave inconveniente, que consistia, dice al Virrey, en armar el reino, ordenándolo de modo que si se convierte contra nosotros en algun tiempo, puede darnos muchos cuidados. A este mismo riesgo estaba sujeto el empleo de las tropas del país; Calleja que lo preveía, lo habia manifestado al Virrey y para evitarlo, deseaba que los españoles residentes en el reino hubiesen formado un cuerpo, que no solo hubiera contribuido a reprimir la revolucion, sino que hubiera impedido las consecuencias que él temia en adelante, y que habiéndose verificado por la combinacion de circunstancias que a su tiempo veremos, vino a ser lo que realizó la independencia. Por entonces sin embargo Calleja creia evitar estos riesgos, empeñando a los pueblos a perseguir a los insurgentes, de tal modo que viniesen a ser sus enemigos naturales, como habia sucedido en Leon, Irapuato, real de Catorce y otros, porque seria difícil que despues de haberles hecho la guerra con suceso, y sufrido en consecuencia los males de la que les hacia el enemigo, se resolviesen a unirse con él. Al hombre, dice, en general le guia la educacion, la costumbre y la conveniencia, y todo creo que lo podremos reunir en poco tiempo.

Segun esta organizacion enteramente militar en la parte que se efectuó, y que sucesivamente se fue mejorando, en cada poblacion, habia un comandante que reunia todas las jurisdicciones, a cuyas órdenes estaban los cuerpos o compañías de caballería, infantería y artillería que se levantaron, segun el número de vecinos, con el nombre de realistas fieles, o patriotas de Fernando VII.

En las haciendas, segun su importancia, se formaron tambien compañías de treinta o cincuenta hombres, o escuadras de seis ú ocho. Todo vecino estaba obligado a servir en estos cuerpos, y ademas debian alistarse todos los barrios al cargo de los jueces mayores, con eclesiásticos que en la ocasion los exhortasen, estando prontos a presentarse a la defensa cuando se les convocase, con las armas que pudiesen procurarse; pero esta parte del plan no llegó a tener efecto, habiéndose en su lugar levantado compañías en los mismos barrios en algunas poblaciones. Para el armamento de estos cuerpos, se mandaron recoger todas las armas que habia dispersas en los pueblos, prohibiéndose bajo de graves penas el usarlas, a todos los que no estuviesen alistados en ellos. Los arrieros y otros que necesitasen herramienta, solo podian usar hacha y cuchillo corto sin punta, para cortar las reatas. Los realistas no solo debian hacer el servicio diario en cada pueblo y ejercitarse los dias festivos en el manejo de las armas, sino que habian de estar prontos a salir, siempre que se presentase alguna reunion de insurgentes, haciendo el comandante que a la fuerza de la cabecera se uniese la de las haciendas circunvecinas, cuyas compañías debian recorrer los caminos de sus dístritos, arrestando a los sospechosos y dando parte al comandante respectivo de cuanto ocurriese digno de su noticia.

Para los gastos de estos cuerpos y pago de los individuos que hacian el servicio diario, se mandó formar un fondo de arbitrios provisionales, y donde no los hubiese, se previno establecer una contribucion forzosa, repartida con equidad y segun las facultades de cada vecino, que arreglaría el cabildo, nombrando a este fin una comision de tres individuos y un tesorero que percibiese los fondos e hiciese los pagos.

Desde el principio de la revolucion se habian formado ya por orden del Virrey, cuerpos de realistas en todos los puntos amenazados y en las ciudades principales, como México y Veracruz, y el mismo Calleja los habia establecido en Guanajuato, León, Irapuato, así como en Catorce, Matehuala y otros puntos, y el buen éxito que habian tenido, fue lo que le hizo pensar en generalizar la medida; pero la aprobacion y ejecucion de este reglamento fue lo que hizo que desde esta época todo hombre fuese soldado, teniendo que tomar partido con las armas por uno u otro extremo. Calleja no se equivocó en el efecto que esta medida debia producir; los realistas una vez empeñados en la lucha con los insurgentes, vinieron a ser sus mas acérrimos enemigos la educacion militar que recibieron, la costumbre de combatir y la conveniencia de proteger sus propiedades, trazaron una línea de division tan profunda entre unos y otros, que no se hubiera salvado sin los nuevos y extraordinarios acontecimientos que en su lugar referiremos.

Esta creacion de los cuerpos de realistas ha sido tambien el orígen de la multitud de militares que en todas partes habia, y de la preferencia que los grados y empleos de esta clase obtuvieron sobre todas las autoridades y distinciones políticas, y esta organizacion, que conservada con prudencia y reducida a justos límites, hubiera sido tan útil para la defensa y órden interior, indiscretamente destruida, ha dejado a la nacion desarmada, víctima de los malhechores y bandidos, pero plagada de oficiales y aforados que son un grave obstáculo para la administracion de justicia.

En consecuencia de este plan, Calleja distribuyó las tropas de su mando en el órden siguiente.

Las avenidas de los cañones de Colotlan, Tlaltenango y Juchipila, únicas por donde Zacatecas podia ser invadida, estando completamente desbaratadas todas las reuniones de insurgentes al Norte y Oriente, debian ser guarnecidas por las tropas de provincias internas a las órdenes de los tenientes coroneles Lopez y Ochoa, y al efecto escribió desde Zaratecas al comandante general Salcedo, para que ya que no queria apartarse del sistema de reducirse a la defensa de sus fronteras, considerase como tales aquellos puntos, pues que invadidos estos, se veria amenazada la provincia de Durango que era de su dependencia (19). Púsose de acuerdo con Cruz, para que destinando algunas de las fuerzas de la Nueva Galicia sobre las barrancas que dan entrada a estos cañones, asilo constante de los insurgentes, los franqueasen de comun acuerdo, e hiciesen lo mismo por el rumbo de la Piedad y Zamora, por donde la Nueva Galicia confina con Michoacan. A este fin marchó Emparan con su division, compuesta como hemos visto, de un batallon de granaderos, otro de la Corona, los escopeteros. de Rio verde, dos escuadrones de México y seis piezas, a situarse en Lagos, desde donde en comunicacion con Negrete, que con las tropas de Guadalajara habia de acercarse en aquella. direccion, acabaria de desbaratar los restos de Rayon, auxiliaria las operaciones de Trujillo en Michoacan, y dirigiéndose luego a Querétaro y Guanajuato, recogeria las platas existentes en esta ciudad, para conducirlas a México juntas con las de Zacatecas y Durango, llevando al mismo tiempo cantidad de ganados de que carecia la capital para su abasto, y cuya falta comenzaba á hacerse sentir.

Dejando así barrido cuanto quedaba a su espalda, el ejército debia estacionarse de Lagos a Querétaro en la provincia de Guanajuato, en la que estaban ya las divisiones de Campo y Linares, de modo que permaneciendo en el pais de mas interes y abundancia, se hallase al mismo tiempo en disposicion de ocurrir al auxilio de las divisiones que debian operar al Norte y al Sur de esta línea, cubierta la espalda por el ejército de reserva de Nueva Galicia, dándose la mano con la division de GarcÍa Conde situada en S. Luis, que estaba en contacto con las tropas del mando de Arredondo en Nuevo Santander, al paso que el camino de Querétaro a México estaria cubierto por las fuerzas destinadas por el Virrey a su resguardo. Este plan no tuvo efecto en su totalidad por diversos incidentes, y desde luego, habiendo sido destinadas a otros puntos por los motivos que en su lugar veremos, las divisiones de Emparan y Linares que componian la fuerza principal, quedaba en sumo riesgo Guanajuato y aun Querétaro, amenazados ambos puntos por las reuniones numerosas de la Piedad, valle de Santiago, S. Luis de la Paz, Sichú y otras, lo que obligó a Calleja a marchar a situarse en Leon, de donde en seguida pasó a Guanajuato en cuya capital entró el 20 de Junio. Con la separacion sucesiva de las divisiones de García Conde, Campo, Linares y la mas reciente e importante de Emparan, las fuerzas de su inmediato mando estaban reducidas a un batallon de la Columna con trescientos a cuatrocientos granaderos, el Ligero de S. Luis, conocido con el nombre de los tamarindos, quinientos a seiscientos caballos, y pocas piezas de artillería.

En ejecucion del plan propuesto por Calleja y aprobado por el Virrey, el coronel Arredondo, a quien dejamos situado en la villa de Aguayo, de la colonia de Nuevo Santander, se puso en movimiento con toda su division hácia Palmillas (20) (14 de Mayo), y habiendo recibido pocos días ántes de su salida una proclama de Villerías, invitándolo a unirse á él, la hizo quemar públicamente por mano de verdugo (21), (26 de Abril). Los indios de las misiones inmediatas a Palmillas habian tomado las armas, y sabiendo Arredondo que habia una numerosa reunion de ellos, mandó atacarlos por el capitan Deisemberger, que los dispersó fácilmente (22). Marchó en seguida el mismo Arredondo contra Villerías, quien a su aproximacion se retiró por el camino de Matehuala, pero habiendo dispuesto aquel jefe, que para impedirle el paso se situase convenientemente en aquella direccion el capitan D. Cayetano Quintero, se encontró con él Villerías (9 de Mayo), y habiéndose trabado una accion empeñada en un sitio llamado Estanque colorado, los insurgentes se pusieron en fuga, abandonando su artillería, que consistia en siete cañones, su parque y cargas. Entre los muertos se contaron varios jefes con títulos de mariscales y brigadieres, un religioso franciscano y un lego juanino. Se les hicieron cerca de trescientos prisioneros, un religioso carmelita que se titulaba mariscal y confesor de Villerías, y un lego que hacia de ministro de gracia y justicia (23). En su fuga Villerías se encontró el dia siguiente de esta accion (10 de Mayo), con la secdon que mandaba el teniente coronel Iturbe, quien acabó de ponerlo en dispersion, obligándolo a huir con pocos hácia Matehuala (24).

Entre los individuos que se distinguieron en este segundo reencuentro, recomendó Arredondo al cadete del regimiénto de Veracruz D. Antonio Lopez de Santa Anna, cuyo nombre, que despues habia de ocupar tanto la imprenta, figuró entónces en ella por la primera vez, y al de igual clase D. Pedro Lemus, natural de la Habana, que aunque en un grado inferior, ha hecho tambien papel en las conmociones de este pais. Las secciones de Quintero e Iturbe se reunieron con Arredondo en Palmillas (12 de Mayo), y de los prisioneros que condujeron, tres jefes fueron ahorcados en aquella villa (25).

Las providencias que Calleja habia comenzado a tomar desde S. Luis, haciendo que los vecinos de los pueblos se armasen para la defensa de estos, habian tenido todo su efecto en el real de Catorce, Matehuala y otros lugares de aquella provincia. Habíanse levantado compañías, fundido cañones y tomado todas las medidas conducentes a la organizacion de tropas. Contando con estas, la junta de seguridad establecida en Catorce (26), instruida de la aproximacion de Villerías al valle de Matehuala, por el aviso que dió el gobernador de los indios, que habia sido invitado por aquel a tomar parte en la revolucion, dispuso lo conveniente para la defensa de la poblacion; pusiéronse al frente de las tropas el cura de aquel mineral D. José María Semper, el P. Duque y D. Nicanor Sanchez, y distribuidas sus fuerzas en los puntos amenazados, aguardaron el avance de los insurgentes, habiéndose replegado el cura Semper que se adelantó a hacer un reconocimiento (13 de Mayo). A la voz de viva la América, que aquellos dieron al empezar el ataque, se les contestó con la de viva España, y al cabo de una hora de refriega, se retiraron dejando algunos muertos y entre ellos el mismo lego Villerias, que se titulaba capitan general (27). La revolucion en Nuevo Santander quedaba con esto reducida á la villa de Tula y sus inmediaciones, que forman el confin de aquella provincia con la de S. Luis. Los indios de las misiones circunvecinas no solo se habian sublevado, sino que abandonando los principios de civilizacion que habian comenzado á recibir, habian vuelto a los usos feroces de la vida salvaje. Así fue que en la mision de Ola, asaron y comieron el cadáver de un infeliz prisionero que cayó en su poder (28). Arredondo, para acabar de extinguir la insurreccion en el único punto del territorio de su mando en que existia, marchó a Tula con toda su division: al aproximarse a aquella villa, fue atacado (21 de Mayo) por una reunion considerable de insurgentes, que Iturbe con la caballería dispersó y persiguió por algunas leguas, causándoles mucha mortandad; los realistas tuvieron cuatro muertos y tres heridos, pérdida grande, si se compara con la de las acciones anteriores, en las que apénas hubo algun herido. El dia siguiente (22 de Mayo) entró Arredondo en Tula casi sin resistencia; cogió allí al jefe de la reunion Mateo Acuña, con otros de los principales, a todos los cuales hizo ahorcar, dejando sus cadáveres colgados en los árboles (29), y del comun de los prisioneros a unos castigó con azotes y a otros mandó a presidio.

Terminada con esto la revolucion en aquella provincia, Arredondo regresó con su division a Aguayo (14 de Junio), en donde puso su cuartel general por la ventaja de la posicion, destacando una partida que persiguiese los restos de los insurgentes que andaban dispersos en los confines de su territorio por el rumbo de Labradores y Rio blanco, y otras dos que recorriesen las villas del Norte, con cuyo motivo huyó a los Estados Unidos D. Bernardo Gutierrez de Lara, vecino de Revilla, que despues regresó ocultamente para sacar a su familia y trasladarla a aquellos Estados (30).

Aunque sujeto el Nuevo Santander, no tuviese ya Arredondo objeto especial para detenerse allí con las tropas de su mando, el Virrey, receloso de que los insurgentes fuesen auxiliados de los Estados Unidos, no solo no disminuyó las fuerzas destinadas a aquella provincia, sino que por el contrario, las aumentó mandando un respetable tren de artillería, y habiendo sido promovido al gobierno de Colotlan D. Manuel de Iturbe, a quien se le dió ademas el ascenso a coronel, se le confirmó a Arredondo el de Nuevo Santander, al que poco despues se agregó el de la Huasteca hasta la Sierra Gorda, confinando con el Mezquital y los llanos de Apan y las costas de Tuxpan en el seno mexicano. Toda esta serranía se hallaba en insurreccion, y la fragosidad del terreno y el temperamento húmedo y caliente, hacían muy difícil y peligrosa la guerra para las tropas del gobierno.

Al emprender Calleja su marcha a Zacatecas, hizo volver a S. Luis la division de García Conde, con lo que la revolucion volvió a tomar cuerpo en los distritos del Valle del Maiz y Rioverde que aquella cubria, y se presentaron nuevas cuadrillas de insurgentes hácia el Norte en los linderos del Nuevo Santander, porque los fugitivos perseguidos por las partidas destinadas a este objeto por Arredondo, iban a refugiarse a la provincia vecina. El cura de Catorce, Semper, los perseguia activamente, y de acuerdo con la junta de aquel mineral y con las autoridades de otros pueblos circunvecinos, dispuso atacar a D. Guadalupe Antillon, que habia reunido una partida en las inmediaciones del Cedral, pero Antillon sin esperar el ataque, pidió el indulto que le fue concedido por Semper (31), 31 (Mayo 25). A imitacion de este y del cura de Matehuala Alvarez, levantó tambien una partida de realistas el cura del Armadillo, D. Diego Bean, y la Gaceta del gobierno alaba el zelo de estos y otros eclesiásticos que tomaban las armas con tan piadosos y loables objetos (32).

Por este tiempo (Junio) se acercó a Matehuala el mas feroz y sanguinario de los jefes de las bandadas de insurgentes que se levantaron en la provincia de S. Luis: llamábase Bernardo Gomez de Lara, y era mas conocido por el sobrenombre de Huacal; era indio de nacimiento y capitaneaba a los indios semisalvajeS de Nola, Tula y Palma, armados de flechas, lanzas y pocas armas de fuego; su persecucion no se dirigia solo contra los éspañoles, sino contra todos los que no eran de su orígen (33). Aunque el cura Semper, nombrado por Calleja caudillo militar de aquel distrito, sabedor del movimiento de Huacal, se puso en marcha en el mismo dia de Corpus en que tuvo aviso, para poner a cubierto a Matehuala; no pudo evitar que entrase en aquella poblacion Huacal, quien hizo quitar la vida a varios de los vecinos y tambien a algunos del pueblo inmediato del Cedral; a los demas los hizo alistarse por fuerza, con lo que engrosó su cuadrilla hasta mas de mil hombres, no habiendo llegado mas que con trescientos; las familias principales que no pudieron huir se recogieron á la parroquia, donde pasaban la noche temerosas de una violencia. Andaba por aquellas inmediaciones una partida de ochenta infantes y cuarenta caballos de las tropas de Arredondo, a las órdenes del ayudante mayor del regimiento fijo de Veracruz D. Antonio Elosúa (e), quien acababa de batir y dispersar (19 de Junio) en el rancho de Cerritos blancos, a una reunion de indios de la misma sierra de Nola, capitaneada por uno de ellos llamado Manuel de Jesus. Informado Elosúa por sus espías de la entrada de Huacal en Matehuala y de que tenia dispuesto hacer degollar a todas las familias principales sin distincion de sexo ni edad el dia 21 de Junio, aceleró su marcha para evitarlo. El cura Semper habia combinado la suya, unido con una partida de Nueva Viscaya (Durango) al mando del teniente D. Gregario Blanco, y con una compañía de voluntarios de S. Luis que García Conde mandaba en su auxilio. Sin tener Elosúa noticia alguna de la marcha de Semper entró en la poblacion; al ruido del tiroteo avanzó Semper y cogiendo entre ambos a los insurgentes, les causaron una gran pérdida jugando sobre ellos a descubierto los tres cañones que Semper traia, quien dice en su parte a Calleja, que dejó tendidos doscientos cuarenta y un rebeldes: Huacal pudo escapar y se dirigió a la provincia de Guanajuato. Concluida la accion, se presentó a Elosúa el presbítero D. Miguel Cortés y lo condujo a la parroquia, donde le hizo ver gran número de personas, que alrededor del Santísimo Sacramento manifiesto, esperaban una muerte cierta, las que recibieron con transportes de gozo a su libertador.


Notas

(1) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 1°, fol. 199.

(2) Parte circunstanciado de Ochoa fecho en Aguanueva el 3 de Abril, pero que no se insertó en la Gaceta hasta el mes de Diciembre en los núms. 156 y 158, porque habiéndolo dirigido Ochoa como era debido, a su jefe inmediato que era el comandante general de provincias internas, este no lo pasó al Virrey hasta Octubre de aquel año y tardó tanto en recibirse por la dificultad de las comunicaciones. Antes se habia publicado en la Gaceta de 14 de Mayo, tomo 2°, núm. 57, fol. 423, el aviso que Ochoa dió el dia 7 de Abril al intendente de Zacatecas y que este pasó a Calleja el 8 del mismo.

(3) Puede verse en el tomo 1°, fol. 200 y siguientes del Cuadro histórico de Bustamante, la mas pomposa descripcion de esta accion, de la que en el fol. 202 refiere algunos incidentes de una manera que ofende tanto al buen sentido como a la decencia. Bustamante dice que Ochoa tenia tres mil hombres, inclusos los indios bárbaros, y que perdió cuatrocientos, muertos y heridos; exageracion que compensa sobradamente la que pueda haber en los seis mil que Ochoa dice tenia Rayon, y en los cuatrocientos que calcula le mató.

(4) Esta relacion de la retirada de Rayon está tomada del Cuadro histórico de Bustamante, a quien la dió Rayon, que me refirió á mí también lo mismo. Solo he omitido porcion de pormenores poco importantes.

(5) El mismo Rayon me lo refirió, y su informe no contribuyó poco a la resolucion que tomé de suspender el desagüe de aquella mina, que habia empezado a trabajar por cuenta de la compañía unida. ¡Bustamante dice que Rayon fomentó el laborío de la mina de Quebradilla, en un mes que estuvo en Zacatecas!

(6) Cuadro histórico de Bustamante, tomo 1°, fol. 207.

(7) Exposicion de Rayon y Liceaga fecha en Zacatecas Abril 22, e inserta en las Campañas de Calleja, fol. 109; lo que dicen en ella prueba terminantemente que ni habia habido hasta entónces plan alguno en la revolucion, ni se habia manifestado el objeto de esta.

(8) Dícelo así Bustamante, pero García Conde en su diario no habla nada de esta circunstancia. Véase la exposicion de Rayon y Liceaga en el apéndice documento número 1.

(9) Parte de Calleja, Gaceta de 14 de Mayo de 1811, tomo 2°, n. 57, f. 424.

(10) Parte de Calleja. Gaceta de 14 de Mayo, tomo 2°, núm. 57, Col. 424.

(11) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 1°, Col. 216.

(12) Véanse los dos partes de Emparan insertos en las Gacetas de 14 de Mayo, tomo 2°, núm. 57, Col. 431, y 28 de Mayo, núm. 63, Col. 467.

(13) Estos y otros pormenores que no constan en los partes de Emparan, me los comunicó el teniente coronel D. José María Bustamante, que estuvo agregado a la artillería en esta acción.

(14) Campañas de Calleja en las que Bustamante ha publicado estos pormenores, fol. 113, tomándolos del expediente de la secretaría del virreinato. La idea que este autor da en su Cuadro histórico, tomo 1°, fol. 214 de esta accion del Maguey, es muy extraña y contradictoria en sí misma. Supone que la accion no fue mas que una apariencia, miéntras que Rayon se ponia en salvo con el grueso de sus tropas y el dinero, y que logró este intento. Si así fue ¿como llegó casi solo a la Piedad? ¿como dejó para lo último el dinero, que debia haber sido lo primero y del que nada salvó, pues fue dilapidado por sus mismos oficiales y por los soldados de Emparan?

(15) Gaceta de 14 de Mayo, núm. 57, fol. 425.

(16) Campañas de Calleja, fol. 115.

(17) Infonne de Calleja al Virrey hecho en Guanajuato en 31 de Julio, inserto en la Gaceta de 24 de Agosto, tomo 2°, núm. 100, folio 747.

(18) Campañas de Calleja, fol. 119.

(19) Informe de Calleja al Virrey citado arriba y publicado en la Gaceta tambien citada, que contiene muchos pOrmenores que aquí se omiten.

(20) Bustamante, Cuadro hist6rico, tomo 1°, fol. 337.

(21) Gaceta de 7 de Junio, tomo 2°, núm. 66, fol. 493.

(22) Id. id. de id. id., núm. 66, f. 494.

(23) Id., fol. 495.

(24) Id., fol. 496.

(25) Gaceta citada, fol. 497.

(26) Componian esta junta D. Teodoro Parrodi, D. Alejandro Zerraton, que despues de la independencia fue diputado al congreso general y comisionado del gobierno para establecer la junta de minería, en cuyo empleo murió de la epidemia del cólera mórbus, y el Lic. D. José IIdefonso Diaz de Leon, primer gobernador del Estado de S. Luis Pótosí.

(27) Parte de la junta a Calleja, Gaceta de 11 de Junio, tomo 2°, núm. 68, fol. 509.

(28) Parte de Arredondo, Gaceta de 11 de Junio, número 68 folio 508.

(29) Gaceta de 11 de Junio, tomo 2°, núm. 68, fol. 507.

(30) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 1°, fol. 339, constancias sacadas de la secretaría del virreinato.

(31) Gaceta de 18 de Junio, tomo 2°, núm. 71, fol. 533.

(32) Idem de 28 de Mayo, idem núm. 63, fol. 472.

(33) Gacetas de 1° de Agosto, tomo 2°, núm. 91, fol. 679, y de 20 de Agosto, núm. 99, fol. 743 Cuadro histórico de Bustamante tomo 1°, fol. 290.

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