Presentación de Omar CortésSeptuagésimo octavo comentario - La revolución en el sur Biblioteca Virtual Antorcha

Alfonso Quiroga

MÉXICO EN 1916

SEPTUAGÉSIMO NONO COMENTARIO

EPÍLOGO



Más o menos en ese sentido fueron las noticias que de todas partes se tuvieron respecto de la actividad de los elementos descontentos; pero debe tenerse presente que el gobierno de facto, comprendiendo la importancia que esto tenía, trató por todos los medios de combatir a sus enemigos, organizando para el efecto buenos cuerpos de fuerza que eran distribuídos por diferentes rumbos. Si su eficacia no fue completa, se debe a causas que cualquiera puede comprender.

El villismo que, según dijimos antes, volvía a surgir amenazante y al parecer con muchos elementos, ya al final del año entró en relativa quietud, no sabiéndose más que de uno que otro combate sin importancia; pues cuanto se dijo de su proximidad a la comarca lagunera y de sus grandes actividades en ese rumbo, fue exagerado.

Los conferencistas, que ya para noviembre habíanse trasladado a la ciudad de Atlantic City, reanudaron sus sesiones, teniendo un período dificil durante las pláticas, pues llegó la ocasión en que se creyó que aquello acabaría de mala manera por las exigencias de unos y la intransigencia de otros. Momentos hubo en que se tenía por seguro que se suspenderían las conferencias definitivamente para dejar que por las vías diplomáticas se arreglara la cuestión pendiente sobre lo que los conferencistas trataban desde que se hallaban en New London.

Hubo, como en las juntas anteriores, proposiciones y contraporposiciones, no llegando, por entonces, a resolverse en firme, pues las discusiones siguieron todavía hasta el año siguiente, siempre sobre los mismos puntos.

Por esta fecha, y después de la convocatoria para las elecciones de los miembros que integrarían el Congreso de Querétaro para hacer la nueva Constitución, ya los candidatos andaban haciendo propaganda entre los vecinos del lugar que querían representar en el Congreso. Pero no perteneciendo ese asunto a los que hemos querido reseñar en este libro, lo dejamos pendiente para hablar de él cuando fuere oportuno.

Tal era, en concreto, la situación cuando terminó el año de 1916, cuyos principales acontecimientos hemos relatado aquí con la brevedad necesaria; y para terminar, debemos decir que si bien es cierto que el gobierno no podía considerarse como consolidado por haber todavía grandes dificultades para ello, si iba ganando la confianza internacional y hasta en el seno mismo de sus enemigos se creía que para normalizar la situación debería, cuando menos, dejársele tranquilo para que pudiera preparar la reconstrucción nacional que había ofrecido al pueblo.
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