Índice de Madero y los partidos Antirreeleccionista y Constitucional Progresista de Chantal López y Omar CortésDocumento anteriorSiguiente documentoBiblioteca Virtual Antorcha

INFORME DEL PRESIDENTE DEL PARTIDO CONSTITUCIONAL PROGRESISTA

Señores delegados:

Se ha convocado para elegir los directores del Partido Constitucional Progresista y acudís como el gladiador que retorna a sus lares con la frente alta, rebosantes de alegría, libres y con la satisfacción que da el deber cumplido; vuestros merecimientos para tan alta misión están acreditados ampliamente, traéis por bagaje cinco victorias democráticas obtenidas en la gran Convención del Partido Constitucional Progresista; en las elecciones primeras y segundas para Presidente y Vicepresidente, y en las elecciones primeras y segundas para Consejales; bien venidos, seáis, esforzados y triunfantes paladines de la democracia, yo os saludo y a la patria pido lauros para vuestras sienes y felicidad para vuestros corazones.

Para posesionaros de la trascendencia y responsabilidad de estas elecciones, para aquilatar méritos y candidatos, es necesario imponeros de los antecedentes más generales y de los fines perseguidos por esta institución política.

El candidato triunfante de la revolución, dando un alto ejemplo de puritanismo democrático, resolvió alejar su personalidad de la órbita de los negocios públicos y dejar al gobierno interino la libertad necesaria para que después de convocar a elecciones presidenciales presidiera el cumplimiento de la ley y la voluntad popular en los comicios electorales. Pero como los principios sostenidos por la revolución, plantearon problemas cuya solución era necesario vigilar, porque si bien la revolución había triunfado en las acciones de armas aún subsistían en las esferas oficiales elementos refractarios y el mismo engranaje del antiguo régimen; insensato hubiera sido confiar a éste el exacto cumplimIento de los fines perseguidos por la revoluclón. Era también necesario encauzar las energías maderlstas representadas por los clubes políticos, agruparlas bajo una bandera y organizarlas para la lucha electoral. Pata armonizar los deseos de libertar al Presidente Interino, prevenir cualquier ataque a los intereses de la revolución y hacer una campana electoral netamente de la revolución, y hacer una campaña electoral netamente democrática, el Sr. Dn. Francisco I. Madero legó sus facultades en un Comité por el formado para reorganizar el antiguo Partido Antirreeleccionista cuyo orden de continuidad había alterado la revolución; para preparar la lucha electoral local y de elecciones generales y para vigilar la realización de los principios sostenidos por el Partido Antirreeleccionista y por la revolución.

Bien conocidas son de todos vosotros las personas designadas para el cumplimiento de tan delicado mandato; éstas constituidas en Comité Ejecutivo del Partido Constitucional Progresista emprendieron las arduas labores de su encargo.

La cadena no interrumpida de felonías políticas realizadas durante los meses del gobierno interino fueron motivos de prueba para el Comité; las sesiones diarias fueron de verdadera zozobra porque el Comité estaba en situación excepcional, investido de facultades por el señor Madero, pero sin poder, ni apoyo legal para promover los recursos y conjurar las situaciones apremiantes que se crearon; esto producía desesperación pero aumentaba las energías de la generalidad y surgían las medIdas diplomáticas al Ingenio aguzado por el deseo de corresponder a la confianza depositada y el temor de la gran responsabilidad que ante la Nación se contraería con alguna medida desacertada. Raro fue el día que no se acreditaron delegados cerca del señor presidente De la Barra, de los Secretarios de Éstado, del gobernador del Distrito y de la Inspección de Policía; repetidas Comisiones fueron a turbar el retiro del señor Madero a los distintos puntos donde se encontró, para imponerlo de los grandes conflictos que se suscitaban en esa situación tan especIal por que atravesaba la República.

Ese puñado de espíritus esforzados y firmes sostenedores de los principios de la revolución se estrechaban más cuanto mayores eran las dificultades de los problemas que diariamente surgían; laborar en sesión desde las ocho a las doce de la noche o dos de la madrugada era lo general, cada día que transcurría y cada inconveniente salvados era un consuelo.

Las elecciones para Presidente y Vicepresidente se aproximaban; después de serias y fundadas discusiones se convino en que el medio verdaderamente democrático para la elección de candidatos sería una Convención Nacional a la que concurrieran todos los clubes políticos militantes. El solo enunciado de esta resolución ocasionó una serie de ataques embozados primero al Comité, por el que en aquellos meses fungía de Ministro de Instrucción Pública quien a todo trance no quería que su personalidad se depurara en el crisol de una Convención netamente liberal, amplia y democrática; para evitar cismas y fricciones se nombró una Comisión que se acercara al Dr. Vázquez Gómez para convencerle de la necesidad y bondad de llevar a cabo la Convención y para que interpusiera su influencia con el grupo de sus amigos a fin de que cesaran los ataques injustificados al Comité. Sus contestaciones siempre fueron ambiguas y ofreció que cesarían ios ataques, pero las promesas de esta persona resultaban en contradicción con nuevos y más duros ataques del grupo de sus íntimos, enderezados ya no solamente contra el Comité sino hasta contra el señor Madero; ante esta conducta antidemocrática y torpe el Comité tomando en consideración a la opinión pública que por conducto de los clubes se manifestaba deseosa de una nueva Convención, resolvió convocar a todos los clubes políticos de la República para llevar a efecto la Convención de agosto a fin de que en ella se presentaran, discutieran, aprobasen o desechasen candidatos para la Presidencia y Vicepresidencia; estando divididas las opiniones en el Comité en favor de varias personas, ninguna de ellas fue la preferida y todas las que se discutieron fue dominando el espíritu de la más completa libertad. Fuimos a la Convención a tientas iluminándonos unos a otros por la buena fe, con el deseo de regeneración democrática y del restablecimiento de nuestras instituciones liberales.

¡Qué espectáculo más hermoso! A pesar de la libertad absoluta concedida a la Convención se ostentó digna soberana de un pueblo culto; fue omnipotente para aceptar, transar, o rechazar las credenciales de los delegados; la tribuna fue completamente libre, las mociones todas concedidas y las interpelaciones respetadas desde las hechas al candidato para la presidencia hasta el último delegado; la Junta Directiva se condujo hábil por su prudencia, energía y espíritu conciliador en su tan difícil como augusto encargo. Aunque la transición fue brusca saliendo de la asfixiante dictadura a la plena libertad de pensamiento, palabra y acción política para nosotros desconocidas, el buen criterio predominó y se impuso a la intemperancia de los partidos políticos en lo más reñido de las discusiones, no habiendo podido las sutilezas y chicanas de determinado grupo disolvente hacerla fracasar.

El Comité del Partido Constitucional Progresista presentó como programa el aprobado en la Convención del 15 de abril de 191O adicionado con seis cláusulas. Algunas discusiones ocasionaron las adiciones cuarta y sexta pero reformadas, fueron aprobados el programa y éstas.

Los delegados presentaron treinta adiciones y desechadas veintiuna, se aprobaron las siguientes:

1° Observancia y cumplimiento estricto de las leyes de Reforma. 2° Derogar el decreto que introdujo la vicepresidencia. 3° Abolición de la pena de muerte. 4° Que se estudie la situación de la Baja California. 5° Establecer el servicio militar voluntario y derogar el obligatorio. 6° Las elecciones sean directas. 7° La repatriación de mexicanos. 8° Que se colonice la Baja California con mexicanos. 9° Elevación de las Secretarías de Estado a la categoría de Ministerios.

De las anteriores adiciones sólo la primera ocasionó reñida discusión habiendo llegado al acuerdo de que el cumplimiento y la observancia de las leyes de Reforma fueran estrictos.

Electo por unanimidad candidato para la Presidencia el Sr. D. Francisco I. Madero compareció ante la Convención, aceptó su candidatura y programa. Pronunció un brillante y patriótico discurso expresando su conformidad con el programa y refiriéndose a la modificación aprobada al servicio militar voluntario y no obligatorio dijo: que ese punto tan importante se aclarase de modo más explícito y liberal en el sentido de que llegada la vez, se propusieran al Congreso la expedición de las leyes necesarias a fin de mejorar al ejército y abolir el actual régimen de reclutamiento que es tan inhumano y presenta tan serios inconvenientes.

Señores delegados: los anteriores conceptos del Sr. Madero entrañan la consideración siguiente: mientras no haya una representación nacional emanada del pueblo con elementos de la revolución no será llegada la vez de hacer proposiciones para el cumplimiento del programa aprobado por la Convención de agosto último y aceptado por el actual Presidente.

Su obra ha sido sin precedente porque ¿qué candidato para la presidencia cumplió antes con la formalidad democrática de aceptar ante una Convención su candidatura y protestar el cumplimiento de una plataforma política?

La verdadera lucha fue sostenida para la elección de candidato a la Vicepresidencia de la República.

Las defensas no fueron de la fuerza, precisión y éxito que las impugnaciones; en éstas se distinguieron los señores delegados Enrique Bordes Mangel, acusando al Dr. Vázquez Gómez de haber tenido miedo de estar con el pueblo durante la dictadura y de haber amenazado denunciar ante el gobierno del General Díaz a quienes se lanzaran a la revolución, siendo esto ratificado por el Sr. Cosio Robelo ahí presente. La brillante y contundente requisitoria del inmortal Urueta pulverizando al pretendido cerebro de la revolución, Dr. Vázquez Gómez, demostrando que éste no podía ser candidato por haber desconocido a la Convención; porque era un perfecto antidemócrata al no querer que se discutiera su candidatura, y por haber dado órdenes telegráficas a algunos de sus partidarios para que si no era electo para la Vicepresidencia de la República en la Convención, siguieran trabajando aún por él; es decir, desconocía nuevamente la Convención (Ios hechos posteriores justificaron a los señores Bordes Mangel y Urueta). Tocó también al Sr. Ing. Alberto J. Pani evidenciar al Dr. Vázquez Gómez con los ocho cargos concretos siguientes: violación de la Constitución de 1857; de la Ley de distribución de negocios de las Secretarías de Estado; de la Ley que estableció la duración del año escolar; de tres leyes que previenen que haya subdirectores de escuelas para ayudar a los directores y hacer sus veces; de la Ley de presupuesto de egresos vigente; de la Ley constitutiva de la Universidad de México; de los programas de instrucciones metódicas vigentes en las escuelas primarias; de desorganización general de la educación primaria y del desconocimiento de buenos servicios y nombramientos desacertados, ante estas demostraciones rodó la candidatura de Vázquez Gómez en bien de la tranquilidad pública y de la ley.

Las candidaturas de los Sres. Robles Domínguez e Iglesias Calderón, dice un cronista, no recibieron lesión grave ni leve de parte de sus impugnadores; las mismas nada deben a la frase de la defensa porque nada en verdad hizo por ellas. Los mantenedores estuvieron débiles y los impugnadores no consiguieron impresionar. Nosotros creemos que en realidad no fueron trabajados oportunamente por sus partidarios. No así la candidatura del Sr. Lic. José María Pino Suárez; la lucha empeñada para sostenerla e impugnarla fue verdaderamente sensacional.

El director del elemento disolvente, el único que no juró por su honor, discreción de todo lo que se tratara en el seno del Comité Ejecutivo del Partido Constitucional Progresista, cuando se notó que sus deliberaciones eran conocidas del Dr. Vázquez Gómez; el que Ilevó a la Convención una falange de maestros de escuela con la imposición de ser perjudicados si no cooperaban con él allí, fue quien calumnió al Comité imputándole imponer la candidatura del Sr. Pino Suárez y fue también el que tomando a salario un desechado del club Aquiles Serdán por corralista le lanzó a sostener que Pino Suárez era incapaz para la Vicepresidencia porque hacía versos y porque los poetas para nada bueno habían servido. ¡Cómo se rió el público de tales insensateces! Nos esperaba algo mejor, el evidenciamiento del jefe del alboroto: al impugnar la candidatura Pino Suárez, cínicamente afirmó que éste era tan malo que tenía la evidencia de que sus enemigos en Yucatán para librarse de él habían ordenado a sus delegados votaran por Pino Suárez para sacarlo de Yucatán por la puerta de la Vicepresidencia; la claque vazquista al oír esta afirmación aplaudió frenéticamente, alborotó y gritó hasta el delirio. Pero tocó su vez al Lic. Serapio Rendón para sostener la candidatura precitada y dijo: el Sr. Cabrera ha faltado a la verdad (ensordecedora gritería de protesta de la claque) el orador no se arredra, sereno e inspirado conjura la tempestad de protesta expresándose así para el calumniado: mengua y desdoro y respeto al calumniado, aquí está la prueba y enseñó un telegrama, a petición del público el Sr. Cabrera lo lee, en él se ordenaba al delegado votase por todos los candidatos menos por Pino Suárez apercibido de pública protesta en contrario. Pálido y balbuciendo confesó su error el Sr. Cabrera. Ese telegrama fue el golpe de Gilliat asestado al cuello del monstruoso pulpo de las intrigas, cinismo y calumnia. Rodó por tierra la impostura, despejóse el horizonte y la Convención votó para Vicepresidente de la República al Sr. Lic. José María Pino Suárez.

Triunfante la Convención con sus candidatos y programas nombró un Comité Ejecutivo Electoral: este Comité ratificó los nombramientos de la Comisión de Propaganda hechos por el Comité del Partido Constitucional Progresista e hizo otros nuevos para colaborar en los trece distritos electorales del Distrito Federal y los de los Estados. Ruda fue la tarea teniendo que corresponder a las notas de los delegados de propaganda y a las de mil ochocientos clubes políticos y contrarrestar los trabajos de los partidos Católico, Vazquista, Reyista que apoyados los dos primeros por los elementos oficiales hacían prosélitos ya con manifestaciones públicas, ya gastando el dinero a manos llenas.

Llegaron las elecciones primarias y el éxito coronó nuestros esfuerzos, el espíritu de disciplina se estimuló habiendo observado que el 20% del éxito se debió a que en muchas casillas electorales en vez de un candidato contrario se presentaron dos y tres. Continuaron los trabajos de la Comisión de Propaganda para enviar sus legiones bien adiestradas a los colegios electorales, en éstos se pudo apreciar nuevamente el espíritu de disciplina del partido y nuevamente el éxito correspondió al esfuerzo, triunfó la ley, el sufragio fue efectivo y se dio un mentís a la tiranía que por espacio de cuarenta años pregonó nuestra ineptitud para la democracia.

La actitud decidida del Partido Católico para entrar nuevamente a la lid en las elecciones municipales a pesar de sus derrotas sugirió a la Comisión de Propaganda la idea que consultó con el Comité Ejecutivo de la Convención, de excitar a los distritos electorales para que conservasen en actividad a los correligionarios; las juntas directivas de los distritos electorales aceptaron la excitativa, aprobaron presupuestos económicos y el que para las elecciones de consejales se eligiera en cada uno de los ocho distritos tres candidatos, uno para propietario, uno para suplente y otro para supernumerario, sumando un total de veinticuatro, debiendo ser eliminados de esta suma cuatro de los supernumerarios no por suerte sino por discusión y votación para dejar veinte candidatos, diez propietarios y diez suplentes.

Esta libertad absoluta concedida a los distritos electorales hizo que sus elecciones fueran netamente populares y reñidas al grado de haber habido distrito que principió su sesión para elegir a las ocho p.m. y concluyó a las dos a.m. después de haber depuesto a la Mesa Directiva y sin haber conseguido la elección de esos tres candidatos; y al día siguiente reanudar la sesión a la misma hora y concluir con la elección a las tres de la mañana.

A ralz, de estas elecciones el Congreso de la Unión hizo la declaración de Presidente y Vicepresidente. Dias después surgió un incidente que debemos narrar porque acredita la adhesión de los distritos electorales al Partido Constitucional Progresista. Sucedió que en una sesión del Comité Ejecutivo Electoral de la Convención uno de sus miembros manifestó sabía que en los distritos electorales se había elegido candidatos para las elecciones de consejales; que interpelaba a la Secretaría sobre el particular. La Secretaría contestó ignorar lo expuesto y pidió informara la Comisión de Propaganda. Esta aunque tenía la opinión de que el Comité ya había cesado en su mandato con la declaración hecha por el Congreso de Presidente, etc., por cortesía informó que las juntas de los distritos electorales habían discutido y aprobado por unanimidad esa forma de elección y la Comisión de Propaganda había acatado ese acuerdo por cumplir con las leyes democráticas.

Ruda e injustamente se atacó a la Comisión de Propaganda y haciendo punto omiso de la declaración hecha por el Congreso se acordó que ante el Comité Ejecutivo Electoral de la Convención comparecieran al día siguiente los presidentes de los distritos electorales con los nombres de sus candidatos para que ahí fueran nuevamente estudiados, discutidos, aprobados o desechados.

Este acuerdo comunicado a las Juntas Directivas dió por resultado que se reunieran en sesión extraordinaria que calificara de despótica y antidemocrática la conducta del Comité de la Convención y que lo desconocieran fundándose en que: siendo los distritos instituídos y sostenidos por el Partido Constitucional Progresista después de la Convención habían colaborado bajo las órdenes del Comité de ésta sólo por espIritu de disciplina, pero que desde el momento en que la Cámara de Diputados había hecho la declaración de Presidente y Vicepresidente había cesado el objeto de ese Comité instituido solamente para las funciones ejecutivo electorales de Presidente y Vicepresidente; que en consecuencia volvían a reconocer como su centro al Comité del Partido Constitucional Progresista; y que sus candidatos para consejales ya discutidos y aprobados por múltiples personas en los Comités, no toleraban fuesen nuevamente juzgados por un corto número de personas sin facultades para hacerlo y más cuando su centro el Partido Constitucional Progresista, jamás les había hecho imposición alguna y sí dado libertad plena para el sufragio. La Comisión de Propaganda hace constar que la sesión del Comité de la Convención que motivó el anterior incidente no fue atacada y sí defendida por los miembros del Partido Constitucional Progresista y que el acuerdo de los distritos electorales produjo de hecho la conclusión del Comité de la Convención.

Se verificaron las elecciones primarias y secundarias para concejales y en ellas a pesar de las artimañas del Partido Cat6lico, consistentes en el nombramiento de empadronadores suyos generalmente con instrucción de no listar sino a sus correligionarios, de dar dirección falsa con domicilio de éstos a los nuestros para imposibilitarlos en la adquisición de sus boletas e instalar las mesas, y finalmente de entregar las boletas de los citados a los amos para que éstos las llenaran a su favor y de no instalar las casillas electorales, etc., a pesar de todo esto nuestro partido obtuvo una mayoría aplastante de quinientos cuarenta y cuatro votos contra ciento veintiocho de los contrarios incluyendo en esto los católicos, vazquistas y evolucionistas y admirémonos señores de ver votando también con los católicos a los liberales puros ¿qué habrían hecho los adulterados? ¡qué elasticidad de principios!

El último triunfo obtenido por nuestros correligionarios fue el domingo próximo pasado en el colegio electoral, siendo electos todos nuestros candidatos para concejales pares, los señores Antonio I. Villarreal, Dr. Juan Vanegas, Ing. Abraham Chávez, Dr. Carlos M. Patiño, Sr. Martín F. Reyes, Sr. Felipe N. García, Lic. Serapio Rendón, Ing. Francisco Urquidi, Dr. Francisco Gutiérrez de Lara, Ing. Carlos Herrera, Agustin Galván, Juan S. Marmolejo, Ing. Eduardo Ayala, Ramón Macías, Sr. Rodolfo E. Villalva, Sr. Enrique Camacho, Sr. José Rodríguez Cabo, Sr. Luis Meza Gutiérrez, Sr. Lauro López Guerra, Sr. Ing. Vicente M. Valtierra.

El pueblo en estas elecciones y en las presidenciales ha demostrado claramente su buen criterio, su conducta en todos los comicios ha merecido el aplauso y admiración de toda la prensa de la República, ya por su respeto a sus contrarios, ya por su acatamiento a la ley y más si se recuerda que hace cuarenta años las elecciones se hacían con derramamiento de sangre.

Debemos también consignar el dato curioso narrado por el Dr. Rlvero Borrel al Sr. Presidente de la República, dándole cuenta del resultado de las elecciones para concejales dijo: Sr., en años anteriores el Presidente Díaz era el primero en conocer qulénes deberían ser los futuros concejales, hoy es el Sr. Presidente de la República el último en saber quienes resultaron electos. El Sr. Madero contestó: así es, hasta hace dos días no sabía yo quienes serían los nuevos concejales. Sres. delegados, este es el fruto de la más amplia libertad del sufragio y prueba de que puede haber perfecta disciplina en un partido sin imposición ni incondicionalidad.

El partido ha triunfado en las elecciones presidenciales y de concejales pero debe aprestarse para tomar el tercer reducto: las elecciones de diputados al Congreso de la Unión, porque éstas serán reñidas, así lo ha declarado por la prensa el jefe del Partido Católico, confesando que las derrotas sufridas han excitado a mayores bríos a sus partidarios, así pues, esforzados adalides de la democracia, aprestaos a la lucha que en ese tercer combate irá la victoria definitiva.

Sres. delegados, vaís a elegir Junta Directiva, no os dejéis llevar por arranques oratorios, ni por el corazón, meditad, calculad, considerad la importancia del trabajo que tienen que desempeñar vuestros mandatarios, procurad que éstos sean personas de convicciones firmes, prudentes, de talento, de antecedentes limpios para que prestigien al partido; que sean bien relacionados en las esferas oficiales y sociales para zanjar con facilidad las dificultades que se presenten; que sean diligentes, tengan amor al partido y cariño a sus correligionarios para ayudarles particularmente a aquellos que por la causa han sacrificado sus intereses grandes o pequeños. El Partido Constitucional Progresista ha contraído ante la Naclón el compromiso del cumplimiento de la plataforma de principios sancionados y emanados de la Convención de agosto último; para cumplir necesita de todas sus energías, de toda su habilidad para Indicar al gobierno la manera de su cumplimiento, de ayudarle y sólo por fuerza mayor disculparle, pero en su oportunidad insistir.

El Partido Constitucional Progresista es el primero que ha cumplido con todas las formalidades de un partido fundamental de principios, por sus obras ya figurará en la historia; de su seno como del republicano de los Estados Unidos deben salir los Presidentes sucesores del actual Presidente; para esto necesita obra buena fundamental, cumplir hasta donde sea humanamente posible su plataforma.

El Partido Constitucional Progresista ha triunfado, el viejo régimen debe ceder el puesto a los nuevos elementos para que éstos puedan cumplir lo ofrecido en la Convención de agosto de 1911 y para que sobre ellos pese la responsabilidad y el fallo favorable o adverso de la historia.

Lic. Victor Moya Zorrilla


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