Indice de Entrevista al señor Ingeniero y Senador Luis L. León por Píndaro Urióstegui Miranda Nunca hubo distanciamiento entre los Generales Obregón y Calles ¿Por qué el jefe máximo de la Revolución?Biblioteca Virtual Antorcha

ENTREVISTA
AL SEÑOR INGENIERO Y SENADOR LUIS L. LEÓN

Píndaro Urióstegui Miranda


LA REBELIÓN DELAHUERTISTA. RELACIONES CALLES - DE LA HUERTA

PREGUNTA
¿Señor ingeniero, y sobre lo que se ha dado en llamar rebelión delahuertista, cuáles considera usted las razones fundamentales o más bien, los motivos que asistieron a don Adolfo de la Huerta para levantarse en armas?

RESPUESTA
El tema es muy amplio. Cuando yo era Subsecretario de Hacienda y el titular el señor De la Huerta, empezaron las discrepancias en la Cámara de Diputados entre grupos callistas y grupos que se decían delahuertistas.

Había mucha inquietud y mucha inconsistencia en aquellas divisiones; el mismo Jorge Prieto, que fue el líder del delahuertismo en la Cámara, fue hablar con el general Calles y en unos días apareció callista, pero la decisión del presidente Obregón sobre las elecciones de San Luis Potosí, eliminando a Jorge Prieto como gobernador electo y reconociendo el triunfo al grupo de Manrique, precipitó esa división.

En un principio De la Huerta nos decía que él era partidario de la candidatura del general Calles y que él estaba trabajando al grupo cooperatista para llevarlo con Calles; pero ya con esta división se sintió herido y renunció al Ministerio de Hacienda.

Yo tuve cierta intervención, porque el señor De la Huerta me mandó llamar para tener una explicación conmigo y yo le llevé una invitación del general Obregón para platicar con él. El señor De la Huerta ya no atendió esa invitación y el distanciamiento continuó.

Al renunciar a la Secretaría de Hacienda y nombrar el general Obregón en su lugar, al ingeniero Alberto J. Pani, éste hizo un estudio de la situación hacendaria, que era desastrosa y se enteró así el general Obregón de maniobras que había hecho De la Huerta, hombre honrado como el que más, pero que se había dejado seducir por la cuestión política.

Para no aparecer como un fracasado en Hacienda había enviado giros sin fondos sobre Nueva York y hasta había dispuesto de recursos destinados a pagar la deuda extranjera. Todos estos acontecimientos, que en vano pretendió explicar posteriormente De la Huerta, fueron los que hirieron mucho su amor propio, máxime que el general Obregón publicó el informe de Pani.

Esto hizo que De la Huerta atendiera a sus partidarios y aceptara su candidatura que fue apoyada por todos los políticos distanciados del general Calles y del general Obregón, principalmente por los antiguos pelecianos (Partido Liberal Constitucionalista) que el general Obregón había alejado de la política cuando les ganamos la Comisión Permanente en 1922; por la gente que no habia conseguido en el período de Obregón realizar sus ambiciones.

De esa manera, el delahuertismo trabajó principalmente el ejército y fue cerca del sesenta por ciento el que se levantó con el señor De la Huerta; pero era una rebelión sin cabeza, porque el señor De la Huerta no la comandaba más que nominalmente.

Enrique Estrada se levantó con sus fuerzas en Jalisco, pero él quería ser el presidente y se consideraba superior a De la Huerta; Maycotte se levantó con sus fuerzas en Oaxaca, con García Vigil, pero éste se consideraba superior a De la Huerta y quería también ser el presidente y los de Veracruz, por el estilo, querían mandar a De la Huerta.

De esta manera, el general Obregón, con su genio militar, los derrotó, pero en el fondo el levantamiento delahuertista fue promovido por gente inconforme con el gobierno del general Obregón y que veía un peligro en el gobierno de Calles.

Esta rebelión estuvo apoyada, principalmente, por elementos conservadores que advertían en Calles un amago a sus posiciones; porque Calles hizo desde un principio profesión de fe radical en favor de las clases obreras y campesinas y fue su candidato natural.

Calles formuló un programa radical como candidato a la presidencia de la República y eso hizo que los grandes intereses reaccionarios y conservadores de México halagaran. y empujaran a De la Huerta.

La lucha fue muy sangrienta y se pudo dominar a los rebeldes por el genio militar del general Alvaro Obregón, que con el cuarenta por ciento del ejército, pero apoyado por fuerzas de campesinos y obreros armados, derrotó al delahuertismo.

PREGUNTA
Señor ingeniero, recordamos que en plena campaña, ya en las postrimerías del gobierno del general Obregón, el señor De la Huerta fue llamado por el Senado, quien le acusaba de malversación de fondos durante su gestión como Ministro de Hacienda; sin embargo, parece que no prosperó mucho esta acusación. ¿Quisiera platicarnos por qué razones no prosperó?

RESPUESTA
El Senado estaba dividido entre callistas y delahuertistas y quienes invitaron a hablar en el Senado a De la Huerta fueron sus mismos partidarios, para darle una tribuna para su defensa, pero nunca se pretendió consignarlo o formarle un juicio.

Formuló su alegato, que está escrito, pero no pudo exculparse de aquellos cargos, de los que no era posible hacerlo, como los giros sin fondos a Nueva York, o como haber dispuesto de recursos destinados al pago de la deuda exterior, que ponían en situación difícil al régimen, deudas que después tuvo que pagar el gobierno con sacrificios.

Dinero que empleó De la Huerta y del que no tomó absolutamente nada para él: yo sigo creyendo que De la Huerta fue siempre un hombre muy honrado, porque lo conocí a fondo, pero eso sí, muy amante de despilfarrar fondos en asuntos políticos.

PREGUNTA
Señor ingeniero y ¿qué tipo de relaciones tuvieron Calles y De la Huerta?

RESPUESTA
Con mucho gusto señor licenciado. Calles y De la Huerta eran amigos íntimos desde la juventud, porque ambos fueron nativos de Guaymas; se conocieron muy jóvenes y más se fortaleció ese nexo en el maderismo.

El señor De la Huerta colaboró con el señor Carranza como Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación, llegando con él hasta México, en tanto Calles se quedó como comandante militar de una división, peleando contra Maytorena, encerrado en Naco y Agua Prieta.

Al triunfo del constitucionalismo sobre los convencionistas, cuando se dominó Sonora, Calles, que había derrotado a Villa en Agua Prieta y que había contribuido militarmente con tanto éxito a la victorla en Sonora, fue nombrado comandante militar y gobernador del Estado.

Por distintas medidas tomadas por Calles en su gobierno, creyó conveniente el señor Carranza nombrar un gobernador y dejar como comandante militar a Calles. Entonces envió precisamente de gobernador provisional al señor De la Huerta, para no herir a Calles por tratarse de un gran amigo de él.

De la Huerta y Calles se llevaron perfectamente y se ayudaron mutuamente, se querían y se respetaban como amigos; a mí me consta porque yo trabajé con los dos en Sonora; además, yo fui propagandista de la candidatura del general Calles para primer gobernador constitucional, siendo gobernador preconstitucional De la Huerta y no tuvimos más que facilidades, porque en el fondo De la Huerta era un gran partidario de Calles.

Al terminar el período constitucional de Calles se convocó a elecciones para un nuevo gobernador y fue candidato Adolfo de la Huerta; yo fui propagandista de esa candidatura y se que a pesar de ciertos grupos de oposición que hubo, el candidato de Calles fue De la Huerta y resultó gobernador.

Cuando se planteó la situación entre Sonora y el gobierno de Carranza, que quería enviar una columna de ocho a diez mil hombres para aplastar la base del obregonismo, cuando la candidatura del general Obregón, De la Huerta defendió la soberanía del Estado e inmediatamente nombró, por la confianza que le tenía, como jefe de las fuerzas armadas al general Calles, quien lo acompañó hasta su designación como presidente provisional de la República.

En el período presidencial de De la de Huerta, Calles fue Secretario de Guerra y siguieron cultivando relaciones íntimas, por eso De la Huerta nos decía a nosotros, cuando se iniciaba la campaña de 1923, que él era partidario de Calles y que nosotros no le permitíamos trabajar, porque si él alentaba otros grupos, como los cooperativistas, era para atraerlos al callismo.

Cuando vino el rompimiento con De la Huerta, Calles lo sintió mucho.

Todavía cuando De la Huerta renunció a Hacienda el general Calles le puso un telegrama, desde Monterrey, donde le pedía que reconsiderara la renuncia y en el que le demostraba que no tenía razón y que no podían separarse ellos de Obregón, del cual eran solidarios por haber sido ministros cuatro años y responsables de su gobierno y al terminar su telegrama le decía: estoy dispuesto a todo, sé que es un sacrificio lo que te estoy pidiendo, pero tú en cambio puedes pedirme el sacrificio que quieras, dándole a entender que podía pedirle hasta su renuncia a la candidatura a la presidencia para que jugara él (De la Huerta); es más, De la Huerta no había aceptado su candidatura, cuando ya nosotros habíamos iniciado la campaña política del general Calles y cuando llegamos a Toluca recibimos en la mañana los periódicos de México, donde anunciaban a ocho columnas que De la Huerta había aceptado su candidatura.

Yo entré al cuarto del general Calles y le di los periódicos, que sentado en su cama los leyó con detenimiento y le dije: aceptó su amigo Fito, creo que es mejor para nosotros, porque ya tenemos una situación definida, sabemos contra quién pelear, y el general Calles me contestó muy serio: mire León, para mí hoy no es un día de júbilo, es un día de tristeza, siento con De la Huerta como si se me hubiera muerto un hermano y los revolucionarios nunca debemos alegrarnos cuando un revolucionario se va porque a nosotros nos debilita y fortalece a la reacción.
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