Índice de Las Cortes de Cádiz y la tercera campaña de Morelos de Lucas AlamánOperaciones en diversas provinciasTercera campaña de MorelosBiblioteca Virtual Antorcha

LAS CORTES DE CADIZ

Y

LA TERCERA CAMPAÑA DE MORELOS

Lucas Alamán

CAPÍTULO SEXTO

Sucesos de las provincias de Puebla y Veracruz.- Invaden los insurgentes a Tehuacan; capitula la ciudad, y son degollados los españoles que allí se rindieron.- Toma de Orizaba por los curas Alarcon y Moctezuma.- Marcha Llano a Orizaba, ocupa la villa, recobra el tabaco que habia en ella, y hace levantar el sitio de Córdoba.- Vuelve a Puebla con un convoy de tabaco.- Marcha a Jalapa y Veracruz.- Estado de esta provincia.- Llegada de tropas de España y de Yucatan.- Vuelve Llano a Puebla con el convoy de papel y efectos de particulares.- Sucesos de Oaxaca.- Revolucion de la Mixteca.- Sitios de Yanhuitlan por los insurgentes y de Huajuapan por los realistas.


Constantemente en el curso de la guerra, la suerte de las armas fue mas favorable al partido realista en las provincias del interior, que en las del Oriente y Sur de la capital. En aquellas, por resultado de las diversas operaciones que han sido materia del capítulo anterior, la revolucion estaba reducida a muchedumbre de partidas que con sus continuas depredaciones, destruian a la verdad el pais y tenian obstruidos todos los caminos estorbando los giros, pero que no daban cuidado sério, ni ponian en riesgo a ninguna poblacion importante regularmente defendida; mas en estas, la insurreccion habia hecho rapidos progresos y al fin del periodo que este libro abraza, se presentaba bajo un aspecto amenazador y temible.

Hemos visto que durante el sitio de Cuautla, toda la provincia de Puebla fue invadida por los insurgentes, y que a excepcion de la capital, todas sus poblaciones fueron atacadas u ocupadas por ellos. Una de las mas importantes en aquel tiempo era la ciudad de Tehuacan; situada entre las provincias de Puebla, Veracruz y Oaxaca, y en el camino que de la segunda conduce a la última, era el centro del comercio de todas tres y el lugar de depósito del giro de la Mixteca, entonces rico y próspero distrito. Sus aguas eran afamadas como específico para el mal de piedra en la orina, y acudian a beberlas y bañarse en ellas muchos enfermos de todo el reino. Habia en ella muchas familias acomodadas y varios españoles enlazados con ellas, que con sus capitales y actividad, daban impulso y vida al comercio y a la labranza. Desde que Morelos, saliendo de Chilapa a fines del año anterior, habia alcanzado sobre Cuautla e Izúcar, comisionó a Trujano para que sublevase todos los pueblos de la mixteca, y este destacó partidas en diversas direcciones, para que recogiesen ganados y otros auxilios, en las haciendas de los europeos.

Una de ellas, mandada por un tal Figueroa, se adelantó hasta las inmediaciones de Tehuacan, que estando indefensa, la abandonaron el subdelegado y demas españoles amedrentados con la aproximacion de los insurgentes y se retiraron a Orizaba, que dista de allí pocas leguas. Figueroa entró en Tehuacan. pero no teniendo fuerzas suficientes para sostenerse en aquella poblacíon, se retiro de ella, con cuyo aviso regresaron los españoles (1), con un destacamento de setenta y cinco hombres de los regimientos fijo de Veracruz y Tlaxcala, se levantaron algunos voluntarios y se fortificó la ciudad, defendida con dos cañones que trajeron tambien de Orizaba. Desde Febrero los insurgentes volvieron a presentarse en mayor número, rodeando la poblacion por todos rumbos y cortando sus comunicaciones con las inmediatas; en vano el subdelegado solicitó auxilios de estas; ninguna estaba en disposicion de darselos, pues aunque en Orizaba se hallase el sargento mayor de Tlaxcala con parte de su cuerpo, la gran desercion que en este habia habido, no le permitia desprenderse de tropa alguna.

A fines de Abril el asedio vino a ser mas estrecho, y en los primeros dias de Mayo se presentaron con seis a ocho mil hombres el P. D. José María Sanchez de la Vega, vicario de Tlacotepec, que fue quien dió el primer impulso a la revolucion en aquel rumbo, y que llamado por Morelos a Izúcar él mismo defendió aquel pueblo contra Llano, como en su lugar vimos (2); el cura Tapia, el franciscano Ibargoyen, D. Ramon Sesma, Machorra, Arroyo y otros.

La guarnicion de solos sesenta soldados y los pocos realistas que se habian organizado, se redujo a las trincheras abiertas en las calles; pero no pudiendo sostenerse ni aun en estas, despues de dos dias de continuo fuego, se retiró al recinto de la plaza y en fin al convento del Carmen, mas ocupadas por los asaltantes todas las piezas bajas de este, en las que aquella tenia sus provisiones de boca; careciendo de estas y de agua, que habia sido cortada desde el 2 de Mayo y disminuido su número con veinticinco o treinta heridos y muertos que habia tenido, capituló el 6 con Sanchez por intervencion del cura y otros eclesiasticos, siendo la condicion principal que se conservaria la vida a los españoles.

Desarmados estos, fueron llevados a la carcel y sus casas y tiendas fueron entregadas al saqueo, desapareciendo en corto rato la opulencia de aquella ciudad, y quedando reducidas a la miseria multitud de familias mexicanas que hasta aquel día habian gozado de comodidades y bienestar.

El siguiente día (7 de mayo) fueron sacados de la carcel los españoles presos y conducidos por Arroyo a Tecamachalco, despojados de sus ropas, a pié y atados de tres en tres. Allí fueron fusilados el subdelegado D. Manuel Victoriano Sanchez, el alférez Arriaga y Cristobal Mendez, natural de Tehuacan, que era alguacil de vara en aquella ciudad, presentando al hijo de Sanchez a que viese la ejecucion de su padre (3); a todos los demas hasta el número de cuarenta y tres (4), los sacaron de Tecamachalco, porque este pueblo trató de levantarse para impedir tales atrocidades, y en una barranca les quitaron la vida a machetazos, sin darles los auxili03 espirituales que con ansia pedian. Uno de los muertos fue D. Basilio Mazas, francés, administrador jubilado de rentas, en cuyo cadaver se encontraron las señales de la vida penitente que hacia, por lo que fue tratado con veneracion por sus mismos asesinos (5).

El P. Sanchez habia hecho fusilar algunos dias antes en Izúcar a los españoles que por capitulacion se entregaron en S. Andres Chalchicomula.

Al leer en la Gaceta de México de 25 de Julio, la lista de los desgraciados que fueron así atrozmente asesinados en las barrancas de Tecamachalco, no solo se percibe un sentimiento íntimo de horror, sino que salta a la vista la triste reflexion, de que siendo casi todos hombres casados, con familia, los principales de todos los pueblos inmediatos a Tehuacan, con su muerte se cortaban de un golpe las esperanzas de la generacion futura, y se destruian los elementos de la riqueza y prosperidad del pais.

Por el mismo tiempo que las partidas de insurgentes se iban reuniendo y engrosando alrededor de Tehuacan (Marzo de 1812) el cura del pueblo de Maltrata, D. Mariano de las Fuentes Alarcon, levantaba otra en su curato y hacia bajar la campana mayor de su parroquia para fundir un cañon de enorme magnitud, como si se propusiese batir alguna plaza (6).

Esta Maltrata situado entre Tehuacan y Orizaba, en la terminacion de la cuesta que lleva su nombre, la cual antes que se hiciese el camino nuevo de las cumbres de Aculcingo por el consulado de México, era la garganta casi única de la comunicacion principal entre Puebla y las Villas, y es todavia camino frecuentado por la arriería y mucho mas por los contrabandistas de tabaco. Esta posicion daba al cura Alarcon la ventaja de poder hostilizar desde allí a Orizaba y hacer presa de todo lo que transitaba por los caminos que a aquella villa conducen, apoyandose en las partidas que con diversos caudillos estaban sobre Tehuacan.

La que él habia levantado estaba bajo las órdenes de Miguel Moreno, dependiente de la hacienda de S. Antonio, y sus progresos fueron tales, que ocupado en pocos dias Aculcingo, con la ayuda de los indios de este pueblo, asolaba las haciendas inmediatas, lo que obligó al comandante de Orizaba, D. Miguel Paz, mayor del regimiento de Tlaxcala, a mandar a aquel lugar alguna tropa que recogió los paramentos sagrados de la parroquia y se llevó consigo al cura que estaba sobrecogido de terror; pero puesta en fuga la caballería de patriotas que acompañaba a la infantería de Tlaxcala, mandada por el subteniente Zorrilla, tuvo este que replegarse a Orizaba, no sin dificultad en su retirada (24 de Marzo) (7).

En las mismas inmediaciones de Orizaba, el cura de Zongolica D. Juan Moctezuma Cortés, descendiente del emperador mexicano de aquel nombre, por lo que tenia un cacicazgo en Tepeji de las Sedas (8), sublevó la gente de su curato y con él fueron a reunirse varios vecinos de Orizaba, poniéndose en comunicacion con Rosains, como en otro lugar vimos (9). Unidos ambos curas resolvieron marchar sobre Orizaba.

Habia tomado el mando de esta villa el teniente coronel D. José Manuel Panes, y su defensa consistia en un foso parapetado, abierto en el puente de Santa Catarina a media legua de Orizaba, defendido con cien infantes, treinta caballos y un cañon (10).

Tomado este punto (28 de Mayo) por no haber llegado a tiempo la tropa que Panes enviaba en su auxilio y abandonada la garita de la Angostura (11) por el destacamento que la defendia, el que se retiró dejando clavado el cañon que allí habia, los insurgentes fueron ocupando toda la poblacion, y Panes tuvo que reducirse con trescientos cincuenta hombres que le quedaban, al convento del Carmen. Los religiosos de esta órden siendo casi todos europeos, sus conventos eran en todos los lugares en que los habia, puntos seguros de defensa contra los insurgentes. Panes no pudiendo sostenerse allí porque no habia acopio de víveres, resolvió en una junta de guerra retirarse a Córdoba, abriéndose paso por entre los insurgentes que por todos lados lo rodeaban.

Para hacerlo así, arrojó en un estanque de la huerta del convento las municiones que no podia llevar, y emprendió su marcha siguiéndolo todos los carmelitas, y los mas de los europeos del lugar. Intentó impedirle el paso en el puente de Escamela el cura Moctezuma, pero atacado por Paz, abandonó el punto con tanta precipitacion, que dejó en la habitacion de los guardas de la garita su equipaje y levita con divisas de coronel. Vencido este obstaculo, continuó Panes su retirada en la noche, y aunque molestado por el fuego de los insurgentes en las cuestas del Cacalote y Villegas, ilegó a Córdoba al amanecer el dia siguiente, se reunió con dos compañías de Tlaxcala que estaban en aquella villa con la fuerza de doscientos veinte hombres y encontró la poblacion en estado de defensa, con fosos y parapetos en las calles que conducian a la plaza, en la que colocó su division en los portales que cubrian tres de sus frentes, cuidando de proveerse dentro del recinto fortificado, de víveres que escaseaban.

Entre tanto se aposesionaron de Orizaba los curas Alarcon y Moctezuma con multitud de gente mal armada de sus pueblos, y dos dias despues se les unieron el P. Sanchez y Arroyo, que llegaron el primero de Tehuacan y el segundo de Tepeaca, de donde habia huido cuando tomó aquella villa Llano, con lo que dispusieron ir a atacar a Córdoba. Verificaronlo el 3 de Junio y continuaron con teson por varios dias, intentando pegar fuego a varias casas y saquear otras, pero fueron siempre rechazados habiéndoseles tomado por los realistas un cañon, en una de las salidas que contra ellos hicieron.

Era Orizaba punto de grande importancia para el gobierno de México, por estar allí los almacenes del estanco del tabaco, en los que habia cincuenta y dos mil tercios que constituian por entonces uno de sus principales recursos. Por esto, el objeto principal de la salida de Llano de Puebla era, conducir a México un convoy considerable de aquel efecto, para surtimiento de la fabrica de cigarros.

Dejamoslo en Tecamachalco (12), en donde no se detuvo mas que lo preciso para destruir las obras de fortificacion levantadas por los insurgentes, habiendo hecho marchar desde Tepeaca (4 de Junio), por el camino de Amozoque, al coronel Andrade con las mulas que debian conducir el tabaco.

Llano, informado del movimiento del cura Alarcon sobre Orizaba, dispuso marchar a aquella villa con toda su division, fuerte de 2300 hombres (13), para impedir que fuese ocupada, aun a riesgo de dejar descubierta a Puebla, y sabiendo en S. Agustin del Palmar que habia sido tomada, apresuró cuanto pudo su marcha para evitar si era posible, que los insurgentes entregasen al fuego la inmensa cantidad de tabaco que allí habia, dejando atras a Andrade con el convoy de víveres y mulas que conducia. Este fue atacado al paso de las cumbres, pero el oportuno socorro que Llano le mandó desde Aculcingo, le facilitó pasar aquel difícil punto sin obstaculo (14).

El cura Alarcon habia colocado tres baterias en los cerros de Huiloapa, cerca del pueblo del Ingenio, que enfilaban el camino; Llano las hizo atacar por los granaderos de 1a. Columna y los de Asturias, y aunque los primeros encontraron cortado el puente del rio Blanco, se arrojaron al agua, pasaron el rio casi a nado, y poniéndose bajo el fuego de las baterias, se hicieron dueños de ellas en momentos (10 de Junio). Con la misma intrepidez se apoderaron el dia siguiente de la bateria que defendia el punto de la Angostura, y habiendo llegado Llano hasta la garita, irritado por el intento de quemar el tabaco del rey, y porque ninguno de los habitantes le habia dado aviso alguno sobre el estado de la poblacion, dió orden a su caballería para que entrase a degüello por cuatro puntos.

Presentaronsele entonces felizmente el cura y la comunidad de misioneros apostólicos de S. José de Gracia, exponiendo que los insurgentes estaban en fuga, y que iban a ser sacrificados por aquélla cruel orden solo los habitantes pacíficos, con lo que la revocó, y sabiendo que Córdoba era vivamente atacada, mandó sin detenerse al sargento mayor de la Columna D. José Ignacio García Illueca con doscientos granaderos y cincuenta dragones, conduciendo quinientas cargas de harinas, con cuya llegada, los sitiadores se retiraron en diversas direcciones y quedó socorrida la necesidad de víveres que los sitiados sufrian.

En estos dias ocurrió un suceso harto desgraciado en aquella villa: el Lic. D. Francisco Antonio de la Llave, individuo de una familia respetable y hermano del Dr. D. Pablo de la Llave, que despues de la independencia ha sido ministro de justicia, fue muerto en la puerta de su casa, por un balazo que sin provocacion alguna, le tiró el europeo D. Francisco Rioseco; este fue condenado a la pena capital, por el alcalde D. Diego Lemayo, europeo tambien, y García Illueca hizo ejecutar la sentencia. Por ser este mexicano, fue acusado de parcialidad y algunos europeos de México excitaron a la sala del crímen para que pidiera el proceso, de cuvo examen no hubo de resultar nada, pues no se volvió a hablar del negocio (15).

Llano hizo volver a Orizaba a Panes con la tropa que se habia retirado con él a Córdoba; dejó de comandante en la primera de estas villas, al coronel Andrade, cuya suerte en el curso de esta guerra habia sido pasar de uno a otro de los extremos mas opuestos del reino, y emprendió su marcha de regreso conduciendo un convoy con 4098 tercios de tabaco.

Esperabanle en las cumbres de Aculcingo para impedirle el paso, el P. Sanchez, Machorra, Osario, el Bendito y otros jefes de cuadrillas, pero desalojados de todos los puntos que ocupaban, llegó a Puebla sin pérdida alguna en el cargamento que escoltaba, el que entró en México el 5 de Julio.

Tres meses hacia (16), que se carecia en la capital absolutamente de noticias de Veracruz, y la interceptacion era tan completa, que ni aun los comerciantes, ingeniosos por su interes para salvar todos los obstaculos, habian logrado hacer pasar carta alguna. Atribuíase este silencio a las grandes novedades que se pretendia haber ocurrido en aquella plaza. Decíase, que dando crédito a una Gaceta de los insurgentes, en que estos habian publicado que México y Puebla se habian rendido por capitulacion, los europeos de aquella plaza habian establecido una junta, y habiendo obligado a ir a servir el empleo de gobernador de la isla de Santo Domingo para que estaba nombrado, al gobernador de la plaza, mariscal de campo D. Carlos Urrutia, de quien estaban descontentos y acaso dcsconfiaban por ser americano, habian puesto en su lugar al anciano coronel Soto, mandando cuatro comisionados a Cadiz en el navío Miño, con dos millones y medio de pesos para pedir tropas y auxilios, y que para proporcionarse víveres de que estaban muy escasos, habian abierto comunicacion directa con Jamaica y con los puertos de Tampico y Soto de la Marina en Nuevo Santander.

En este estado de incertidumbre, escaseando ademas en México el papel necesario para la fabrica de cigarros, dispuso el Virrey que Llano con su division marchase a Jalapa, escoltando las harinas que mandaba a Veracruz el comerciante de aquella plaza D. Juan Bautista Lobo, con quien estaba tambien contratado el papel que Llano habia de conducir a su regreso, creyendo que para la seguridad de este bastaria mandar desde Jalapa una pequeña escolta, ocupandose Llano, entretanto esta volvia, en recorrer y sujetar los pueblos de las inmediaciones de Jalapa (17).

Con tales intentos salió Llano de Puebla el 3 de Julio, y a su transito a Perote lo atacó en Tepeyahualco un gran número de insurgentes, que fueron batidos y puestos en fuga, con pérdida de cinco cañones, por el teniente coronel D. José Moran, nombrado por Llano mayor general de su caballería, y a cuyas órdenes puso en esta ocasion un escuadron de dragones de México, otro de Puebla, el primer batallon de granaderos, y las compañías de granaderos y cazadores de Asturias.

En Perote habia permanecido el brigadier Olazabal, habiéndose retirado allí con la tropa que custodiaba el convoy perdido en Nopalucan, y en aquella fortaleza se habia descubierto una conspiracion (8 de Junio) tramada por un sargento del fijo de Veracruz, con el objeto de entregarla a los insurgentes, quitando antes la vida a todos los jefes; formóse con este motivo un consejo de guerra que presidió Olazabal, el cual condenó a la pena capital a todos los conspiradores, que en número de trece fueron pasados por las armas en los fosos del castillo (18), y entre ellos pereció D. Vicente Acuña, que como en otro lugar se dijo, fue mandado a España por la junta de seguridad, y habiendo vuelto por efecto de la amnistía de las cortes, se detuvo en Perote por falta de ocasion segura para pasar a México, tomando parte en aquella conjuracion, lo que le costó la vida.

Se habia formado tambien en la misma fortaleza una junta de guerra, para dirigir las operaciones de esta y proporcionar fondos y medios de subsistencia, pues de todo se carecia. Llegado Llano a Jalapa encontró que aquella villa estaba cercada por considerables partidas de insurgentes que se retiraron a su aproximacion; que la guarnicion, compuesta de varios piquetes de tropas de Veracruz y de marinería, habia hecho algunas salidas para hacerlos retirar, y que la escasez de víveres especialmente de harina era tal, que hacia algunos dias que no se comia pan.

En las inmediaciones de la villa habian establecido una junta de gobierno en Naulingo, pueblo distante cinco leguas, varios jóvenes de aquella, que habiendo tenido algunas reuniones revolucionarias, habian sido descubiertos y habian tenido que escapar. El principal era D. Mariano Rincon y lo acompañaban Tamariz, el P. Ortiz, y Fiayo, oficial del regimiento de América, venido de España, del que habia desertado en Perote.

Toda la provincia estaba en completa insurreccion y de tal manera interceptadas las comunicaciones, que en Jalapa se ignoraba el estado de la plaza de Veracruz tanto como en México y en Puebla, haciendo tres meses que no se recibia noticia alguna de ella.

Llano, por algunos insurgentes que aprehendió, pudo informarse que aquella ciudad estaba cercada de enemigos hasta sus goteras; que habiendo llegado de España el regimiento de infantería de Castilla y de Campeche otro del mismo nombre, no habian logrado abrirse camino para pasar al interior, aunque lo habian intentado haciendo diferentes salidas, y que se habia establecido un consejo de guerra permanente que presidia el coronel Moreno Daoiz, venido recientemente de España.

No podia Llano, en tal estado de cosas, llevar adelante el plan que tenia formado, y aunque la estacion fuese la mas mortífera para las tropas del interior bajando a la costa, resolvió marchar hasta Veracruz con toda su division, llevando consigo la tropa de aquella plaza que encontró en Jalapa, para llegar con esta a la ciudad a cuyo clima estaba acostumbrada, dejando fuera de ella su division en algun punto en que corriese menos riesgo, y para dejar segura a Jalapa, dispuso marchar antes contra la junta formada en Naulingo. Los individuos de esta no lo esperaron, y abandonando cinco cañones y algunas otras armas (18 de Julio) se dispersaron.

Llano salió de Jalapa con el convoy (24 de Julio) y en el transito a Veracruz se le presentaron los insurgentes en varios puntos; en Plan del rio tenian minado el puente con once barrenos que no llegaron a disparar, y en el del Rey habian formado un parapeto con un cañon de que Llano se apoderó haciendo algunos prisioneros, de los cuales fusiló cuatro para dejar colgados los cadaveres en los cuatro extremos del puente. En los callejones fue bastante molestado por el tiroteo que salia de la maleza que cubre los dos lados del camino, impidiendo la fragosidad del monte ver de donde salian los tiros, pero habiendo tomado un cañon de a diez y ocho colocado a una legua de distancia de Santa Fé, llegó a asentar su campo en aquella hacienda el 29 de Julio y el convoy entró en Veracruz el dia siguiente.

Llano encontró en Veracruz los restos moribundos del regimiento de Castilla, que habiendo llegado de España con mil trescientas plazas intentó salir a Jalapa, pero rechazado con pérdida en los formidables callejones y fatigado por el calor, la llúvia y los insectos, volvió a la plaza donde murieron de la enfermedad regional del vómito la mitad de los soldados, y para que no pereciesen todos, tuvo que hacer salir a los que estaban en estado de caminar, no obstante la falta de bagajes de que le proveyó Lobo y logró que llegasen a Jalapa unos ochocientos hombres, los que quedaron para restablecerse en aquel benigno clima.

De Campeche habian venido tambien mil trescientos hombres, de los cuales marcharon algun tiempo despues quinientos a reforzar la guarnicion de Orizaba y los demas permanecieron en Veracruz.

Para tomar con mas actividad todas las disposiciones relativas a la salida del convoy y combinar algun plan para abrir la comunicacion con Jalapa, Llano, invitado por el gobernador por medio de una comision compuesta de D. José Mariano de Almansa, nombrado ya a la sazon consejero de Estado en España y D. Juan Felipe de Laurnaga, uno de los principales comerciantes de aquella plaza, fue a ella con una escolta poco numerosa, dejando su division en Santa Fé.

Recogido el papel para la fabrica de cigarros y los efectos de particulares que pudieron cargar las mulas que habia, que eran mas de dos mil, regresó a Jalapa, acompañandolo multitud de pasajeros en coches y literas y llevando consigo cuarenta cajones de correspondencia de España, que se habia rezagado en Veracruz.

En Perote se le unió Olazabal con los piquetes que habian quedado allí de los primeros regimientos llegados de España, y a su paso por el pueblo del Carmen, sabiendo que en él habian sido interceptadas sus anteriores comunicaciones al Virrey, lo hizo quemar (19), y duplicandolas dió parte desde Ojo de agua, en las inmediaciones de Puebla, de su llegada allí con el convoy que custodiaba.

Desde la salida de Llano de Jalapa para Veracruz, no se volvió a saber de él en México hasta su vuelta a Ojo de agua, que mereció anunciarse en Gaceta extraordinaria, y como si hubiese desaparecido con toda su gente, se ignoraba del todo qué suerte habia corrido, esparciéndose a veces especies funestas y sólo por un mozo que pudo llegar a D. Tomas Murphy, comerciante entonces de grandes relaciones que residia en México y tenia casa en Veracruz, se supo confusamente su llegada a aquella plaza.

Su transito no dejó mas señal tras de sí, que la de un barco que surca las olas, volviéndose a cerrar tras de él las partidas de insurgentes que obstruian del todo la comunicacion de un punto a otro, aun los mas inmediatos.

El convoy entró en México el 5 de Septiembre y no habiendo llegado todo el número de cargas de particulares que se anunciaba (20), los comerciantes españoles frustrados en sus esperanzas, quedaron mal satisfechos.

Alguno tiempo despues de la salida de Llano de Veracruz, llegó a aquel puerto (25 de Agosto) la cuarta expedicion de tropas de España compuesta del regimiento de infantería de Zamora, una compañía de artillería volante y los piquetes que faltaban para el completo de los regimientos de Castilla y Lobera anteriormente llegados (21), coronel de Zamora D. Rafael Bracho que mandaba la expedicion, para evitar el estrago que el vómito habia hecho en el regimiento de Castilla, dispuso hacer salir el suyo el dia inmediato a su desembarque y aunque careciendo de carros y bagajes, se puso en marcha con víveres para cuatro dias, dejando la artillería y equipajes de los oficiales, guiado por D. José Rincon, que ha muerto siendo general de la República, y que era entonces director del camino.

En el primer dia de marcha, el calor reverberado por los méganos de arena, la falta de agua y la fatiga hicieron perecer quince soldados, y a otros fue menester llevarlos en hombros de sus compañeros, teniendo los que los cargaban que abandonar sus mochilas. A estas penalidades se añadió en los dos dias siguientes en el paso de los callejones, el fuego continuado de los insurgentes, que haciéndose fuertes en el Puente del rey, cuyo paso intentaron impedir, fueron desalojados de las trincheras que habian construido y alturas que dominan el puente, quedando muerto su jefe Rivera, cuyo cadaver hizo colgar Bracho en un angulo del mismo puente.

En el Plan del rio, la division fue atacada con mayor vigor y sufrió alguna pérdida, pero sin ser ya molestada en lo sucesivo, llegó a Jalapa donde se detuvo algun tiempo para reponerse de tan fatigosa marcha (22).

Estas remesas de tropas de España en un órden tan lento, no produjeron el efecto que hubiera podido esperarse si hubiera venido toda la fuerza junta, escogiendo para desembarcar la estacion mas oportuna, para no sufrir pérdida por el mortífero clima de las costas.

De las secciones en que hemos visto que se dividió el ejército del centro despues del sitio de Cuautla, la una a las órdenes de Castillo Bustamante habia recobrado el valle de Toluca y puesto en dispersion la junta de Sultepec; otros destacamentos mandados por Armijo habian recorrido los valles de Cuernavaca y Cuautla, y la de Llano habia reconquistado a Tepeaca y Orizaba, hecho levantar el sitio de Córdoba, puesto en salvo cincuenta y dos mil tercios de tabaco, conducido parte de él a México y llevado a aquella capital un convoy de Veracruz con el papel necesario para la fabrica de cigarros; miéntras que la division del mando de García Conde que habia hecho parte del mismo ejército, habia cogido en el bajío de Guanajuato a uno de los jefes de mas nombradía de la revolucion y conservado las provincias del interior; pero el tener que atender a estos importantes objetos, habia hecho al Virrey descuidar el Sur y la provincia de Oaxaca, en donde habian ocurrido los graves sucesos de que vamos a ocuparnos, que prepararon la tercera y memorable campaña de Morelos, cuyas primeras operaciones seran la materia del capítulo siguiente.

Segun en el lugar respectivo vimos (23), desde Noviembre del año anterior habia habido un movimiento en favor de la insurreccion en los pueblos de la Costa chica, que fue prontamente sofocado por las acertadas medidas de los comandantes Ortiz de Zarate y Caldelas y por el celo de aquellos curas, y tambien vimos que desde Tlapa habia mandado Morelos a Trujano para que se apoderase de Silacayoapan, lo que hizo sin resistencia, propagandose desde allí la revolucion en toda la Mixteca, que es la parte de la provincia de Oaxaca, confinante con la de Puebla.

El comandante de la brigada de Oaxaca D. Bernardino Bonavia, dió el mando de las fuerzas que levantó para hacer frente a la revolucion por aquel rumbo, a D. José María de Regules Villasante, español, natural de las montañas de Santander y vecino de Nochistlan, quien aunque nuevo en la carrera militar, tenia mucha actividad y decision, calidades que en este género de guerras civiles, suplen con ventaja por los conocimientos científicos del arte de la guerra.

Uniósele D. Gabriel de Esperon, quien como D. Juan de la Vega y otros hacendados ricos, levantaron tropas en sus haciendas (24), y se formó tambien una compañía de artesanos. El obispo de aquella diócesis D. Antonio Bergosa y Jordan, aunque promovido al arzobispado de México y preparando su viaje para trasladarse a la capital, suspendió el ejecutado por instancias del ayuntamiento de Oaxaca (25), que consideraba su presencia e influjo necesarios en las circunstancias críticas en que aquella provincia se iba poniendo, y contribuyó a la defensa no solo excitando el espíritu público con sus pastorales y sermones, sino tambien haciendo que se formase un cuerpo de ecIesiasticos (26).

Al principio de Enero de 1812, los insurgentes de la Mixteca se encontraron con bastantes fuerzas para ir a atacar a Regules en Yanhuitlan, pueblo considerable y rico de aquella provincia, cuya parroquia, convento antes de domínicos, tiene todo el aspecto de un castillo, como todos los conventos e iglesias de la época de la conquista, destinados, como el de Tepeaca, a servir de defensa contra las irrupciones de los indios. En ella se habia fortificado Regules, y no tardaron en presentarse los insurgentes en número de tres mil hombres, con tres cañones, tomandole una avanzada de un oficial y veinticinco soldados que no pudo salvar, lo que le obligó a retirar todas sus tropas, que consistian en cuatrocientos infantes y cien caballos, al recinto atrincherado del cementerio; pero haciendo despues una salida vigorosa, puso en fuga a los sitiadores, les tomó los tres cañones que llevaban y les hizo cuarenta prisioneros que fusiló, como lo habia hecho el dia antes con el gobernador y alcalde de los indios del pueblo, que intentaron salir a unirse a los insurgentes durante la accion, lo que impidió con su caballería (27).

Salió despues Regules a buscar al enemigo, y el 26 de Febrero en el pueblo de S. Juan Teposcolula, se encontró con las fuerzas que mandaba el comandante D. Nicolas Bobadilla a quien derrotó, quitandole una culebrina y un cañon que tenia colocados sobre una altura; los prisioneros fueron fusilados y quemados los acopios que habia de semillas y las casas que los contenian (28).

Habíanse reunido entre tanto en Tamasulapan el P. Mendoza, D. Miguel y D. Nicolas Bravo, y Trujano, con muchos negros de la costa y gente de toda la Mixteca, y desde allí marcharon con una fuerza de cuatro mil hombres y nueve cañones a intentar nuevo ataque sobre Yanhuitlan, haciendo que toda su gente se juramentase en el pueblo inmediato de S. Bartolo, a vencer ó morir (29).

Con este compromiso entraron con tal denuedo que ocuparon casi todo el pueblo, situando sus cañones en las bocas de las calles que salen a la plaza, y para abrir troneras en los edificios y comunicar estos unos con otros, emplearon una compañía de zapadores, a la que dieron el nombre de tuzeros, tomado del animal llamado tuza, que sacaba y taladra la tierra en los campos.

Continuados fueron los ataques en los dias 11 a 15 de Marzo, y aunque Regules en una salida tomó un cañon y desde cinco casas fortificadas impedia que se aproximasen a atacar el recinto atrincherado del cementerio de la parroquia, al que estaba reducido con su tropa y todos los vecinos del lugar, los insurgentes ocupando las alturas circunvecinas, en las que tenian situada parte de su artillería y habiendo cortado toda comunicacion a los sitiados, tenian en su favor todas las probabilidades del triunfo: mas repentinamente el 15 en la madrugada, suspendieron sus fuegos y a las cinco de la mañana emprendieron su retirada en buen órden, llevandose consigo su artillería y pertrechos, sin que Regules se atreviese a seguir el alcance. Este movimiento fue causado por la orden que los Bravos recibieron de Morelos para marchar a su auxilio, hallandose cuando la dió atacado en Cuautla, en cuyo memorable sitio hizo D. Miguel Bravo todos los esfuerzos posibles para introducir víveres en la plaza e impedir que Calleja los recibiese.

Continuó Trujano sus excursiones en la Mixteca, situandose en el camino de Yanhuitlan a Cuicatlan, en el que interceptó un envío de cien fusiles que D. José Mariano de Almansa hacia de Veracruz a Oaxaca, y sabiendo que iba a ser atacado en Huajuapan, de cuyo importante punto se habia apoderado, por D. Manuel Guendulain, rico mayorazgo de Oaxaca, que con los negros de su trapiche habia formado una division que él mismo mandaba, le salió al encuentro en un desfiladero, quedando muerto en la accion el mismo Guendulain y muchos de sus negros, de cuyas armas se hizo dueño Trujano (30).

Obtenida esta ventaja, se estableció en Huajuapan, villa muy considerable, que era la capital de la Mixteca y centro de un comercio muy activo, fomentado por las grandes matanzas de chivos que en sus inmediaciones se hacian y cuyas carnes y sebos se llevaban a Puebla. El comandante de brigada de Oaxaca Bonavia, trató de reunir la mayor fuerza de que podia disponer, para desalojar a Trujano de tan importante posicion. Hizo marchar a Caldelas a Yanhuitlan con los negros de la costa; hallabanse en este lugar, señalado para la reunion de todas las tropas, la legion eclesiastica, compuesta de clérigos y frailes levantados por el obispo Bergosa; los artesanos de Oaxaca, y la gente armada por Esperon y Vega en sus ingenios de azúcar, con la cual y la division que mandaba Regules, en que se comprendia parte del batallon de infantería de Oaxaca y del de Campeche, tenia este, nombrado jefe de la expedicion, una fuerza respetable de mil y mas hombres, con catorce cañones y cantidad de municiones y pertrechos.

Antes de salir de Yanhuitlan, mandó Regules cortar las orejas a veintitantos indios que hizo poner debajo de la horca, a quienes dejó expuestos al público durante todo el dia, y antes habia hecho ahorcar porcion de ellos, recogidos en las inmediaciones, pues su caracter era feroz y puede decirse que era el Arroyo del partido realista.

Con todas las fuerzas reunidas se presentó Regules delante de Huajuapan el 5 de Abril, y Trujano, aprovechando el ser de este dia domingo y haber concurrido al mercado muchos indios, no dejó salir a ninguno, aumentando con ellos el número de sus soldados. Los sitiadores se colocaron alrededor de la poblacion, situandose Caldelas al Norte de ella en el Calvario, punto que la dominaba, y las demas fuerzas se distribuyeron en todas las direcciones, abriendo zanjas protegidas por la artillería plantada en los lugares oportunos, para formar la circunvalacion y cortar toda comunicacion a los sitiados.

El quinto dia se rompió el fuego y Trujano que no tenia artillería, fundió con las campanas del pueblo tres cañones, sirviéndose de las piedras que recogia en el arroyo inmediato, redondeadas por el golpeo de las aguas, para balas y metralla.

Los ataques fueron frecuentes y en todos fue rechazado Regules, aunque en uno de ellos logró penetrar en el pueblo por la colecturía de diezmos, horadando las paredes de varias casas. En uno de estos reencuentros fue muerto el P. agustino Fr. Manuel Ocaranza, que seguia el partido independiente, y en otro el domínico Soto, que dirigia un cañon en el campo realista, a quien acertó a dar un balazo un indio de Noyó, conocido por diestro cazador.

Regules había recibido nuevos refuerzos y dos cañones de Oaxaca; Trujano estaba escaso de municiones, aunque no le faltaban los víveres, habiendo encontrado en la colecturía cantidad considerable de carne de chito (31), panocha y semillas pertenecientes al diezmo, que hacia durar, cuidando él mismo de la distribucíon a su gente. En el estrecho en que se hallaba, logró hacer llegar un correo al P. Sanchez que estaba en Tehuacan, y este dispuso auxiliarlo uniéndose al efecto con el cura Tapia; ambos se pusieron en marcha con gran número de gente, nueve cañones y cantidad de víveres (32), pero al acercarse a la plaza el 17 de Mayo, Caldelas, que habia hecho que sus negros costeños se ocultasen en un palmar echandose en tierra, los atacó de sorpresa y los desbarató tan completamente, que Sanchez y Tapia escaparon con pocos a uña de caballo, dejando en poder de Caldelas su artillería y los víveres que conducían.

Destituido Trujano de esta esperanza, no le quedaba otra que Morelos, a quien despachó al indio de Noyó, de quien hemos hablado como certero tirador, el cual logró salir con mil riesgos por entre las líneas de los sitiadores, y dió aviso de hallarse en salvo, quemando desde una altura dos cohetes que al efecto llevaba, que era la señal convenida con Trujano.

Dejando ahora a este defendiéndose en Huajuapan, es ya tiempo de que volvamos a Morelos y sigamos sus operaciones desde su salida de Cuautla, hasta que vino al socorro de Trujano e hizo levantar el sitio de Huajuapan.



Notas

(1) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 129: lo demas esta tomado de la relacion hecha al Virrey por el administrador de correos D. Jacobo Alejandro de Lema, desde Puebla inserta en la Gaceta de 25 de Julio, núm. 264, fol. 774, conforme en lo esencial con Bustamante.

(2) Véase tomo 2°, cap. 8° y 9°, en los fols. 322 y 524.

(3) Declaracion de D. Pedro de S. Miguel, Gaceta de 9 de Julio, núm. 257, fol. 718.

(4) Véase la lista en la Gaceta citada.

(5) Bustamante refiere este hecho en el lugar citado del Cuadro histórico.

(6) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 134.

(7) Véase el parte de Paz al comandante de Veracruz Urrutia, en la Gaceta de 23 de Abril, núm. 215, fol. 417.

(8) Bustamante que lo conoció dice que era imagen viva del emperador de su nombre, pero que no nació para general, sino para recitar un buen sermon; tenia bello decir, y sabia entusiasmar al soldado con el doble prestigio de sacerdote y de descendiente del emperador de los aztecas. Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 1.35. Ignoro de donde venia esta descendencia y el motivo por qué tenia unido al de Moctezuma el nombre de Cortés. En Zacatecas hubo, pocos años despues de la conquista, un D. Juan Cortés Moctezuma, hijo natural de Cortés, pero era familia diversa, y que se extinguió alla.

(9) Véase tom. 2°, fol. 367.

(10) Véanse los partes de Panes que comienzan en la Gaceta de 28 de Julio, núm. 265, fol. 781 y siguientes.

(11) Llamase así por la angostura que forman los cerros aproximandose al rio Blanco, que no dejan mas espacio que el que ocupan este y el camino.

(12) Véase cap. 4° fol. 107 de este libro.

(13) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, f. 136 dice, que por los estados de fuerza que habia visto entre los papeles de la antigua secretaría del virreinato, la division se componia de 2265 hombres de todas armas.

(14) Parte de Llano, Gaceta de 11 de Agosto, núm. 271, fol. 834.

(15) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, fol. 138. Tambien me contó este hecho D. Pablo de la Llave, mi amigo y compañero en las cortes de España, y en el ministerio en 1823 y 24.

(16) Las últimas noticias eran de 10 de Abril y se estaba a principios de Julio. Areched., Apuntes históricos.

(17) Véanse sobre toda esta expedicion de Llano a Veracruz, los partes del mismo, insertos en las Gacetas núm. 270 de 8 de Agosto, Cols. 831 y 832, extraordinaria de 31 de Agosto, núm. 281, Col. 921 y núm. 282 de 10. de Septiembre, Col. 925 y siguientes, así como lo que dice Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, Col. 142. Tambien he aprovechado lo que dicen los Apuntes históricos manuscritos del Dr. Arechederreta.

(18) Consta todo esto en la carta del conde de Castro Terreño al Virrey Venegas, inserta íntegra por Bustamante en el lugar citado del Cuadro histórico.

(19) Gaceta extraordinaria de 31 de Agosto, núm. 287, fol. 921.

(20) Areched., Apuntes históricos manuscritos dice, que solo llegaron 200 en vez de las 2000 que anunciaba Llano en su parte de Ojo de agua.

(21) La primera expedicion se compuso de los batallones de Lobera y Asturias salidos de Galicia; la segunda del de América embarcado en Cadiz: la tercera del regimiento de Castilla.

(22) Parte de Bracho, fecho en Jalapa en 6 de Septiembre, Gaceta de 22 de Septiembre, núm. 291, fol. 999.

(23) Véase tomo segundo, libro tercero, cap. sexto, fol. 268.

(24) Bustamante, Cuadró histórico, tomo 1°, fol. 380.

(25) Gaceta de 3 de Diciembre de 1811, núm. 147, fol. 1129.

(26) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 1°, fol. 380.

(27) Véanse los dos partes de Regules, Gaceta de 16 de Enero de 1812, núm. 169, fol. 54, y de 4 de Febrero, núm. 178, fol. 121.

(28) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 1°, fol. 381.

(29) Parte de Regules, Gaceta de 16 de Abril, núm. 212, fol. 390.

(30) Bustamante, Cuadro histórico, tomo 1°, fol. 382.

(31) Llamase carne de chita, la de los chivos, frita en el sebo para sacar este.

(32) De todo lo concerniente al sitio de Huajuapan, este suceso es el único de que se hace mencion en las Gacetas del gobierno de México, en la de 4 de Junio, núm. 239, fol. 587, con referencia a noticias recibidas en Puebla por particulares; todo lo demas lo he tomado de Bustamante, Cuadro histórico, tomo 2°, foI. 100.

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