Índice de 1914: La intervención americana en México de Ricardo Flores MagónEscrito anteriorSiguiente escritoBiblioteca Virtual Antorcha

EL DINERO AMERICANO Y LA INTERVENCIÓN

Regeneración es un periódico que dice la verdad. La historia de las persecuciones de que ha sido objeto este periódico es la historia de la persecución de la verdad. Los gobernantes y todos los que tienen intereses en que el pueblo permanezca eternamente sumergido en la miseria y la ignorancia, han perseguido a Regenerción, sus redactores han sido encarcelados en México y en los Estados Unidos, sus imprentas y archivos han sido decomisados y sus oficinas saqueadas por los llamados guardianes del orden.

A pesar de todo, Regeneración no ha dejado de decir la verdad. Regeneración sostuvo que Francisco I. Madero había recibido dinero de los capitalistas americanos; que Francisco I. Madero nunca haría buenas las promesas hechas al pueblo; que Francisco I. Madero era un traidor a la revolución. Los hechos demostraron plenamente que Regeneración había dicho la verdad, pues se probó más tarde que Madero había recibido muchos miles de pesos de la Standard Oil Company, y el mismo Madero se encargó de probar su traición a la revolución cuando declaró que su gobierno no podía cumplir las promesas de mejoramiento de la clase trabajadora, pues la entrega de la tierra a los pobres era una cosa irrealizable.


UNA TEMPESTAD DE ODIOS

Cuando Regeneración emprendió su campaña contra Madero, una tempestad de odios se desató sobre sus redactores. Nosotros nos esforzamos entonces por demostrar que ningún gobierno puede hacer la felicidad de los pobres, porque el gobierno es una institución que tiene por objeto exclusivo mantener la desigualdad social por medio de la fuerza, para que los ricos puedan explotar a su sabor a los pobres. Nos enronquecimos gritando a las masas que se guardasen de derramar sangre por encumbrar a un hombre a la presidencia, porque del gobierno, no importa quién esté al frente de él, no se puede esperar otra cosa que opresión y miseria, pues el gobierno no está instituído para buscar el bienestar de los pobres, sino para proteger y fomentar los intereses de los ricos.


LA RAZÓN DE NUESTRA PARTE

El gobierno de Madero se encargó de darnos la razón. Durante la existencia de la administración maderista, ningún beneficio recibió la clase trabajadora, que si miserable fue su situación bajo el despotismo de Porfirio Díaz, miserable lo fue igualmente bajo el gobierno democrático de Madero; hambre y desnudez sufrió el proletariado bajo la tiranía de Díaz, y desnudez y hambre siguió sufriendo bajo el gobierno de Madero, demostrando ese hecho que es estúpido el romperse la cabeza por derribar a un tirano para encumbrar a un hombre bueno, pues el hombre deja de ser bueno desde el momento en que aspira a gobernar a sus semejantes.


UNA PRUEBA MÁS

Cayó Madero atravezado por las balas huertistas y se levantó Carranza sosteniendo la bandera constitucionalista. pronto quedaron Carranza y Villa dueños de los Estados de la frotera norte, y en todo el tiempo que han dominado grandes extensiones territoriales con su ejército, más de un año, la clase trabajadora que habita la región dominada por el constitucionalismo sigue sufriendo hambre y tiranía, de la misma manera que sufrieron los proletarios esos males bajo los gobiernos de Díaz y de Madero, y como los sufren en la región dominada por Huerta. Todo esto prueba que gobierno es tiranía; que el gobierno no es una institución favorable a los pobres, sino un organismo creado para mantener en pie la desigualdad social, para que un puñado de burgueses puedan gozar todos los placeres de la existencia a costa del sufrimiento de millones de seres humanos.


SIGUEN EL MISMO CAMINO

Que Carranza y Villa siguen el mismo camino de todos los que quieren escalar el poder, es también un hecho demostrado. Por una parte, para atraerse a las masas desesperadas de su situación, hacen promesas halagadoras de repartos de tierras, de mejoramiento económico del proletariado, de libertades que quedan escritas en papelotes inservibles, mientras por la otra pactan compromisos con la clase capitalista y reciben apoyo decidido de esa clase para cimentar un gobierno que garantice a los negociantes de todas marcas la tranquila explotación de los desheredados. Para lograr sus fines los ambiciosos aspirantes a gobernantes llegan hasta cometer lo que en lenguaje burgués se llama traición a la patria.


LA INTERVENCIÓN

Ha quedado probado que el objeto de la intervención americana es ayudar a Carranza y a Villa a derribar a Huerta para sentar a cualquiera de los dos bandidos en la silla presidencial. No sólo ha quedado probado eso por las declaraciones de Wilson y de otros funcionarios del gobierno americano, sino por la actitud amistosa de Carranza y de Villa hacia el gobierno de los Estados Unidos a pesar del atentado de Veracruz, y las declaraciones terminantes de ambos caudillos por las que se expresa que ellos consideran la invasión de las fuerzas americanas como un acto de hostilidad contra Huerta y no contra el pueblo mexicano, y así fue como cuando las ametralladoras de los americanos mataban en Veracruz hasta a los niños que se dirigian a las escuelas, y a hombres, mujeres y ancianos inermes que en vano buscaban un refugio para escapar a la muerte, Carranza y Villa besaban los pies de su amo el presidente de los Estados Unidos de América, el hombre que obedeciendo la consigna de los capitalistas americanos, enviaba sus soldados a matar mexicanos para poner en el gobierno de México a un individuo dispuesto a tener en la esclavitud al proletariado mexicano.


VENDIDOS AL CAPITALISMO YANQUI

Nuevas investigaciones llevadas a cabo por felíz éxito, han venido a arrojar abundante luz en los tenebrosos manejos de Carranza y de Villa. En momentos de borrachera y de orgía, mientras los representantes de Carranza y de Villa se divierten en Washington, derrochando el dinero que ha costado al trabajador mexicano fatigas, hambres, maltratos, hombres astutos han logrado apoderarse de la correspondencia sostenida por Carranza, sus representantes e individuos conectados con grandes negocios en México. Por esa correspondencia y por el texto del telegrama y otros documentos, se ha venido a probar lo que al principio era una fuerte sospecha: que Carranza y Villa se mueven no porque tengan en la mente el propósito de hacer libre y felíz al pueblo mexicano, sino para entregar la riqueza de México a los capitalistas de México, de los Estados Unidos y de todo el mundo, comprobándose que de los gobiernos no podemos esperar los pobres nuestra emancipación, sino que ésta tiene que ser obra de nosotros mismos empleando como medios la expropiación y la negación de todo gobierno.


LOA FERROCARRILES Y EL ACEITE

En los documentos aparecen prominentemente un tal Sherburn G. Hopkins, Charles R. Flint y Henry Clay Pierce. Hopkins es el agente financiero de Carranza; Pierce es el representante en México de la Standard Oil Company. Por esa correspondencia se ve que Pierce ha estado en constante contacto con algunos de los representantes de Carranza en Washington, como Luis Cabrera, Rafael Zubarán y José Vasconcelos, y que, al menos uno de estos sujetos, ha recibido dinero de él. Pierce quiere quedarse con los ferrocarriles del norte de México y los pozos de petróleo de la Huasteca para la Standard Oil Company: de ahí su liberalidad con los constitucionalistas.


LA PARTE DE HUERTA

Huerta, por su parte, recibe dinero de Lord Cowdray, para que los pozos de petróleo queden en poder de capitalistas ingleses, según se desprende de los mismos documentos por lo que los desheredados deben entender que gobierno es tiranía, ya sea gobierno constitucionalista, huertista, monárquico o de cualquiera otra denominación. Los gobiernos no tienen en cuenta el interés de los proletarios, sino el interés de los ricos. Por eso nosotros gritamos: ¡Muera el gobierno! Huerta enfrente de Carranza y de Villa, o éstos enfrente de Huerta, es la lucha de intereses mezquinos, es el choque de dos bandos burgueses que quieren tener primacía en los negocios; pero para el pueblo nada bueno pueden traer esos choques, como no sea el debilitamiento del principio de autoridad que debemos de aprovechar todos los desheredados para rematarlo y proclamar nuestra libertad.


LA PARCIALIDAD DE WILSON

Los documentos pueban también que John Lind, el que fue agente confidecial de Wilson en México, aconsejaba a los constitucionalistas o carrancistas como habían de componérselas para pasar armas y municiones a México, en la época en que la prohibición de internar armas se decía que estaba en vigor. Se ve por esos documentos que la tal prohibición de introducir armas a México fue una farsa, pues para los constitucionalistas no existió nunca tal prohibición.


DOCUMENTOS REVELADORES

La correspondencia entre Hopkins y Pierce, reforzada por la del mismo Hopkins y Carranza y otras personas identificadas con la revuelta carrancista, revela la existencia de una conspiración del capitalismo americano para apoderarse de todo el sistema ferrocarrilero del norte de México, mientras que Carranza y Villa, hipócritamente, declaran en festines y entrevistas con reporteros de periódicos americanos, que su movimiento tiene por objeto libertar de la tiranía al pueblo mexicano. Pierce ha tenido conferencia con los representantes de Carranza en los Estados Unidos, para asegurarse de que Carranza lo hará dueño de los ferrocarriles.


DINERO AL POR MAYOR

Ríos de oro se han engullido Hopkins, Carranza y otros aventureros, como precio de las negociaciones que Pierce ha celebrado y celebra con los representantes de Carranza para hacerse dueño de los ferrocarriles y los pozos de petróleo. Según los documentos sorprendidos, ha habido pagos de dinero por Pierce a Hopkins y José Vasconcelos, así como conferencias tenidas sobre los ferrocarriles entre Pierce, Hopkins, Luis Cabrera. Roberto V. Pesqueira, Rafael Zubarán y José Vasconcelos, teniéndose a Carranza bien informado del resultado de ellas. En esas conferencias Pierce ha delineado un completo programa para la reorganización de los ferrocarriles del norte en un sistema independiente de los del sur de México y apoyado por capital americano.


OTRA VEZ LA PARCIALIDAD DE WILSON

Entre los documentos hay una carta de fecha 30 de abril anterior de Hopkins para Urquidi, otro de los agentes de Carranza en los Estados Unidos. En dicha carta, Hopkins dice que a pesar de estar otra vez en vigor la prohibición de pasar armas a México, Lind aconseja, por mandato de Wilson seguramente, que los constitucionalistas pueden llevar armas de los Estados Unidos, vía Cuba, y que de esa manera él, Lind, aseguraba que el gobierno de Washington no pondría obstáculos.


EL JUEGO DE LAS CONFERENCIAS DE PAZ

Hemos repetido muchas veces que, en nuestro concepto, las llamadas Conferencias de Paz son una farsa planeada por Wilson para ganar tiempo y preparar mejor la invasión de México por sus fuerzas. La farsa se comprueba por los mismos documentos encontrados a los representantes carrancistas en los Estados Unidos, pues por ellos se sabe que Wilson ve con simpatía el hecho de que Carranza no haya enviado representantes a las Conferiencias de Niágara. En un telegrama enviado por Hopkins el 1° de mayo anterior al representante carrancista en El Paso, Roberto V. Pesqueira, en que se habla de las Conferencias de Paz, dice Hopkins al referirse a la negativa de Carranza de participar en dichas Conferencias: Su actitud -la de Carranza- es cordialmente apoyada por los altoscírculos de Washington.


LA REFORMA AGRARIA

Aquí cabe recordar que Wilson se mostró hace unas cuantas semanas muy celoso porque se introdujera en México la reforma agraria, y hasta recomendó con gran énfasis a sus representantes en las Conferencias de Niágara que no admitieran nada que no llevase envuelto el propósito de repartir las tierras a los trabajadores mexicanos. Nosotros nunca creimos que Wilson fuera sincero, y los hechos demuestran ahora que, en efecto, no lo fue y que, si se mostró tan radical en sus propósitos, fue con el preconcebido fin de atraerse la simpatía de las masas desheredadas de México, para que éstas no se opusieran a la invasión americana. Desde el momento que Wilson apoya cordialmente la actitud de Carranza al no querer tomar parte en las Conferencias de Paz, en las que se va a imponer como condición para ser reconocido por Washington, que el gobierno que suceda al de Huerta debe comprometerse a resolver la cuestión agraria, se comprende que todo lo que ha dicho Wilson sobre la cuestión agraria en México, ha sido una farsa y nada más, el ardid del político para hacerse de partidarios y no otra cosa.


DOBLE PERSONALIDAD DE WILSON

Los documentos prueban que Wilson ha estado representando un doble papel en su política sobre los asuntos mexicanos y que John Lind tiene más influencia en el gobierno de los Estados Unidos que el mismo Secretario de Estado William J. Bryan. John Lind ha representado el papel de intermediario entre Wilson y carranza, pues éste ha recibido los consejos de aquel por medio de John Lind. Cuando John Lind fue enviado a México a conferenciar con Huerta, Wilson, echándoselas de imparcial, dijo ante el Congreso de los Estados Unidos: Bajo las circunstancias, nosotros no podemos ser partidarios de ningún partido de los que ahora se encuentran en lucha en México. A pesar de esta declaración, Lind no tuvo otra misión en México que informar a los carrancistas sobre los movimientos de Huerta y aconsejarles planes de acción contra el dictador como lo revelan los documentos.


WILSON Y BRYAN

La ruptura entre Carranza y Villa no es solamente el resultado de la envidia personal de los dos bandidos, sino de las intrigas de Wilson y Bryan, pues mientras Wilson quiere que Carranza sea el próximo presidente de México, Bryan quiere que lo sea Villa. En una carta de Hopkins a Carranza se lee lo siguiente: ... usted debe recordar siempre que hay una persona de alta posición en esta capital -Bryan- que, para llevar a cabo sus fines personales, está procurando sembrar la discordia entre los que apoyan a usted, con la esperanza de poner en el puesto de Primer Jefe de la Revolución a otra persona que sea más obediente a sus deseos. Esa otra persona es Villa, el perro obediente de los capitalistas americanos. La carta sigue de esta manera: Al mismo tiempo estoy convencido de que por su parte, el presidente Wilson cree firmemente en la actitud de usted y en su triunfo.


¡QUE CAIGA LA VENDA!

Los proletarios que de buena fe militan bajo la bandera del llamado constitucionalismo, deben tomar buena nota de todo cuanto hemos dicho, para no confiar más en los jefes. Los jefes los llevarán al matadero; pero no a la libertad; los jefes se encumbrarán, ganarán honores, fama, dinero, todo, a costa del sacrificio de los desheredados. Hay que abrir bien los ojos, hermanos de esclavitud, hay que arrancarse resueltamente esa venda que nos impide ver las cosas con claridad. la revuelta constitucionalista es la revuelta de jefes ambiciosos que se venden a los verdugos del pueblo. Tan vendido está Huerta a los capitalistas de Europa, como Carranza y Villa a los capitalistas americanos. No más luchas por tener un nuevo gobierno, sino por no tener ninguno. Luchemos; pero no para elevar a nadie sobre nuestros hombros, sino por poner en práctica la expropiación conforme a lo expuesto en nuestro Manifiesto del 23 de septiembre de 1911.


SIGUE EL ENOJO

La prensa habló mucho de la marcha que iba a emprender Villa sobre Aguascalientes en su camino sobre la ciudad de México, pero, sin que nadie se lo esperara Villa ha retrocedido a Torreón, después de dejar una guarnición en Zacatecas, la útlima ciudad tomada por él. Villa, al regresar a Torreón, se muestra colérico contra Carranza, pues dice que éste le ofreció municiones de guerra para que continuase su campaña hacia el sur, y no ha cumplido con lo ofrecido. Villa declara que Carranza tiene un millón de cartuchos en sus arsenales de Saltillo y Monterrey. Una fuerza villista ha sido destacada rumbo a Saltillo para atacar a Carranza. Se dice que el camino entre Torreón y Saltillo está minado.


LAS CONFERENCIAS SE SUSPENDEN

Por fin resultó lo que era inevitable: el fracaso de las llamadas Conferencias de Paz. No pudiéndose arreglar nada serio en ellas, se han dado por terminadas, marchándose cada quien por su lado a seguirse divirtiendo. Quedan pendientes de ser celebradas Conferencias entre los delegados huertistas y carrancistas, cuando Carranza se decida a que haya Conferencias entre representantes de esas facciones en que se trate de los asuntos internos del país. Como una declaración de que las Conferencias de Paz han terminado por completo tendría que dar como resultado la reanudación de la guerra entre México y los Estados Unidos, y como parece que Wilson no tiene mucha prisa en que se reanuden las hostilidades por no estar, tal vez, suficientemente preparado para ellas, se ha declarado que solamente se trata de una suspensión de las Conferencias para reanudarlas después de algún tiempo.

(De Regeneración, N° 194 del 4 de julio de 1914)

Ricardo Flores Magón

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