Índice de 1914: La intervención americana en México de Ricardo Flores MagónEscrito anteriorSiguiente escritoBiblioteca Virtual Antorcha

EL EMBROLLO SE COMPLICA

Las llamadas negociaciones de paz entre México y los Estados Unidos están a punto de romperse. Los delegados americanos y mexicanos asi como los representantes de Argentina, Brasil y Chile, acordaron que debe instituirse en México un gobierno provisional que suceda a Huerta; pero en lo que no han podido ponerse de acuerdo es en el individuo que ha de fungir de presidente provisional, pues mientras los delegados mexicanos instruidos por Huerta pretenden que sea un huertista, los delegados americanos instruidos por Wilson tratan de poner a un carrancista.

Las discusiones se agrariaron de tal modo que fue necesario suspender las sesiones, pues nada se adelantaba en ellas. Wilson, montado en cólera, declara que si los planes de su administración no son aprobados en pocos días, considerará como terminadas las negociaciones de paz. Los planes de su administración son bien conocidos: tener asegurado el triunfo del carrancismo para que los capitalistas americanos puedan explotar a su gusto a los trabajadores mexicanos.


LA INTERVENCIÓN

La clausura de las negociaciones de paz equivaldría a la reanudación de las hostilidades entre las fuerzas mexicanas y las americanas; pero un incidente desagradable para los capitalistas americanos que desean el triunfo de las armas constitucionalistas para que se reestablezca el orden en la República, ha venido a ennegrecer el cielo rosado de las esperanzas de esos dos bandidos: es el disgusto surgido entre Villa y Carranza, disgusto que amenaza desbaratar la fuerte organización militar de la causa constitucionalista.


LOS CELOS

Desde hace meses se viene hablando de serias diferencias surgidas entre los dos más grandes bandidos de la actual época revolucionaria de México: Francisco Villa y Venustiano Carranza. Estos dos hombres se temen y se envidian. Carranza quiere ser presidente de la República; Villa, por su parte, abriga las mismas pretensiones. Carranza cree tener más derecho que Villa a la presidencia por el hecho de ser él, Carranza, reconocido por sus secuaces como Primer Jefe de la causa constitucionalista; Villa se considera con igual derecho por sus triunfos militares. De todo esto ha venido desarrollándose un sentimiento recíproco de mala voluntad entre ambos caudillejos que sólo esperaba una oportunidad o pretexto para materializarse.


LA MANZANA DE LA DISCORDIA

La ambición de Villa consistía en continuar su campaña agresiva hacia el centro del país y ser él quien se apoderara de la ciudad de México. Carranza no podía soportar que su rival adquiriera más fama y para detenerlo en su empresa, nombró General en jefe de las Fuerzas del Centro de la República al General Pánfilo Natera. De esa manera, Villa tendría que seguir su marcha hacia la ciudad de México, como subordinado de Natera y no como Jefe Supremo del ejército carrancista. Villa se sintió ofendido, pues también los granujas tienen su amor propio, y presentó a Carranza su renuncia, la que fue aceptada en el acto por éste, pues no otra cosa quería, gozoso de que de manera tan sencilla se hubiera desembarazado de su inquietante rival.


EL EMBROLLO SE COMPLICA

Pero el asunto probó ser más delicado de lo que se imaginaba el iluso Venustiano, pues al notificar éste a los Generales villistas la aceptación de la renuncia del caudillejo y recomendarles la elección de un General en Jefe de su agrado, los catorce Generales del ejército de Villa le respondieron que ellos no reconocían más General en Jefe que a Villa, a quien respetan y apoyan por las manos libres que éste les concede en todas las rapiñas, cosa que no ocurre entre los soldados a quienes sus jefes fusilan cuando hambrientos, toman de donde pueden una pieza de pan.


EL DESASTRE DE NATERA

Así las cosas, Carranza ordenó a Natera que atacase las posiciones federales de El Grillo y La Bufa en Zacatecas. El resultado de ese ataque fue un rudo descalabro sufrido por las fuerzas de Natera, quien perdió en la jornada la enorme suma de tres mil hombres. Villa se aprovechó de la conmoción que el desastre produjo en las filas carrancistas, para condenar con dureza el escaso tino militar de Carranza; pero se cuidó de decir que si él, Villa, hubiera volado en auxilio de Natera como era su deber hacerlo, el fracaso no se habría verificado. celoso de Natera, Villa dejó que perecieran tres mil proletarios para poder después demostrar la incapacidad de su rival.


ROMPE CON CARRANZA

El desastre de Natera, cuya responsabilidad debe ser descansada sobre Villa, fue el pretexto que éste aprovechó para romper con Carranza. Sin hacer públicas sus intenciones, Villa encarceló a los empleados carrancistas de las oficinas públicas de Torreón, Chihuahua y Ciudad Juárez; puso empleados villistas en su lugar y se declaró arbitro de los destinos de los habitantes del Estado de Chihuahua y parte de Coahuila. En Ciudad Juárez existía un depósito de un millón de pesos de moneda constitucionalista; ese depósito fue decomisado por Villa.


VILLA OBRA POR SU CUENTA

Ahora, Villa se prepara para atacar por su cuenta la guarnición huertista de la ciudad de Zacatecas, y si tiene éxito, avanzará hacia la ciudad de México como Jefe Supremo de la revuelta constitucionalista, sin atender órdenes de Carranza.


GOLPE MORTAL

El golpe de Villa ha herido de muerte al constitucionalismo, como no sea que una chispa de razón ilumine los cerebros embrutecidos por la ambición y se pacte una reconciliación entre los caudillejos del constitucionalismo. Si esta reconciliación no se verifica, el ejército constitucionlista tendrá que desorganizarse con provecho indudable de la causa de Tierra y Libertad, la que recibirá un poderoso impulso con la afluencia de proletarios decepcionados de las luchas mezquinas de ambiciosos cuya aspiración única es la adquisición del poder para su propio beneficio y el de sus favoritos.


WILSON, VILLISTA

Ante la ruptura de la amistad entre Villa y Carranza, Wilson se declara villista y dice que si Villa logra imponer su autoridad, las negociaciones que ahora existen entre el gobierno de Washington y Carranza, seguirán manteniendose con Villa.


LA REVOLUCIÓN

El movimiento destinado a destruir para siempre el dominio del régimen burgués sigue su marcha. La farza de las Conferencias de Paz, el capricho de Wilson, las ambiciones de los capitalistas americanos y de todo el mundo, la testarudez de Huerta, la enemistad entre Carranza y Villa no constituyen un obstáculo para la marcha del movimiento revolucionario que nada tiene que ver con esas pequeñeces. Pueden hacer las paces Carranza y Villa; Huerta puede rendirse o continuar desafiador; Wilson puede seguir sosteniendo a Villa o a cualquier otro bandido, el movimiento de los desheredados continuará cada vez más potente y mejor orientado hasta que las aspiraciones generales sean satisfechas, hasta que el pobre haya asegurado el derecho de tener pan, vestido, albergue y educación para sus hijos.


CARRANZA SE ADELANTA A VILLA

Temeroso Carranza de que Villa pueda llegar a la ciudad de México, ha ordenado a los llamados Generales constitucionalistas, Pablo González y Jacinto Treviño que con quince mil hombres avancen sobre la ciudad de San Luis Potosí para posesionarse de ella antes de que Villa lo haga. El objeto de Carranza es que Villa no pueda dominar movimientos militares de San Luis Potosí a la ciudad de México.


VILLA SE ADELANTA A CARRANZA

Pero si Carranza se ha adelantado a Villa en lo que concierne a operaciones militares, Villa ha tomado la delantera a Carranza en lo relativo a negociaciones internacionales, pues mientras Carranza, confiado en que Wilson lo sentaría en la presidencia de la República, no había tomado empeño en enviar delegados a las Conferencias de Paz, Villa, una vez rotas sus relaciones con Carranza, informa a Wilson, el 16 de junio, por medio de George C. Carothers, agente consular americano, que él está listo a aceptar lo que se apruebe en las Conferencias aunque Carranza se oponga. Se asegura en los círculos oficiales de Washington que Wilson preferiría tratar con Villa mejor que con Carranza. ¡La gloria de Carranza se desvanece como fragil nubecilla!


SE PONEN DE ACUERDO

En vista de que los delegados mexicanos y americanos no pudieron ponerse de acuerdo en la designación de un individuo para presidente provisional de México, y para evitar que las Conferencias terminasen por esa fata de acuerdo, se acaba de aprobar por los representantes de Argentina, Brasil y Chile y los delgados mexicanos y americanos que esa cuestión será tratada solamente por los delegados mexicanos de los bandos huertista y carrancista, quienes celebrarán sus sesiones independientemente de las Conferencias de Paz. No se sabe todavía quienes serán los delegados carrancistas. Se confirma que Villa ha manifestado que él obedecerá el acuerdo a que se llegue en las Conferencias.


VILLA TOMA ZACATECAS

Se ha recibido la noticia de que Villa ha tomado Zacatecas con grandes pérdidas por ambos lados. No hay detalle de la acción de armas. Si el hecho resulta cierto, Villa habrá afirmado su preponderancia sobre Carranza; pero eso no es el triunfo, pues detrás de él van levantándose liberales, huertistas y grupos de otras banderías, no siendo remoto que de un día a otro tengamos la noticia de que también se han levantado carrancistas. La población de Guadalupe, Estado de Chihuahua, en la orilla del Río Bravo, acaba de ser tomada por una fuerza huertista.


ALISTÁNDOSE

Como se ve, el embrollo se complica. Las llamadas Conferencias de Paz no son más que un recurso del gobierno mexicano para prepararse a la intervención; por su parte, los mexicanos, en todo el país, se preparan a combatir las fuerzas invasoras. En las grandes ciudades, el pueblo se organiza para la resistencia. En León, en Guanajuato, en Pachuca, en Guadalajara, en Morelia, en todos los centros de importancia, los hombres se entregan diariamente a la práctica de ejercicios militares. Lo que se necesita ahora, es que todos los trabajadores inteligentes hagan entender a sus hermanos inconscientes que, cuando tomen el fusil para repeler al invasor, lo hagan con el decidido propósito de repeler una agresión que tiene por objeto la consolidación del sistema burgués que se ve hoy amenazado de muerte por la acción viril de los verdaderos revolucionarios. Deben hacer entender a los inconscientes que el gobierno de los Estados Unidos interviene para salvar los intereses de la burguesía y tener al pueblo trabajador en perpetua esclavitud.


NI BANDERÍAS NI PATRIAS

Esta lucha de los Estados Unidos y México no es una lucha de banderas ni de patrias; es una lucha de intereses materiales. La burguesía de los Estados Unidos y del mundo entero ven que el proletariado mexicano puede triunfar al fin sobre la burguesía destruyendo el principio de la propiedad individual por medio de la expropiación de todas las riquezas para hacerlas propiedad común. Ante ese peligro para los intereses de la clase privilegiada, la burguesía de todos los países, inclusive la burguesía mexicana, se une para precipitar la intervención que ponga fin a la revolución proletaria. Por lo mismo, los proletarios que tomen las armas para repeler la agresión del gobierno de los Estados Unidos, deben de tener entendido que van a luchar para defender sus intereses amenazados por igual por Rockefeller como por Terrazas, por Rotshild como por Carranza. El proletario en armas debe estar entendido de que el actual movimiento revolucionario tiene como fin la muerte de la miseria y de la tiranía política por medio de la expropiación de la tierra, de la maquinaria y de los medios de transporte, y que todo el que se oponga a ese fin, debe ser combatido, ya sea americano o mexicano, inglés, aleman, turco o de cualquiera otra nacionalidad.

(De Regeneración N° 192 del 27 de junio de 1914)

Ricardo Flores Magón

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