Índice de Compendio de la historia de México de Manuel PaynoLección XLII de la Cuarta ParteApéndice IBiblioteca Virtual Antorcha

COMPENDIO DE LA HISTORIA DE MÉXICO

Manuel Payno

Cuarta parte

HISTORIA MODERNA
De 1879 a 1881

LECCIÓN XLIII

Crisis ministerial.- El general González ocupa el Ministerio de Guerra.- Tagle y González renuncian a las secretarías de Estado.- Salida del general González para Tepic.- Candidatos para la presidencia de la República.- Elección del general González.- Su ministerio.- Diversos sucesos.


- Además de los movimientos revolucionarios de que tenemos una ligera idea, ¿qué otros sucesos ocurrieron durante el periodo de la presidencia del general Díaz?

- El ministerio continuó despachando los negocios públicos bajo la dirección del licenciado don Protasio Tagle, quien según la voz pública, estaba dirigido por el licenciado don Justo Benítez; pero llegó un momento en que fue necesaria una modificación importante que determinó lo que en política se llama una crisis ministerial.

- ¿Cómo pasó este suceso?

- El licenciado Benítez ocupó el Ministerio de Hacienda en los primeros días del triunfo de Tecoac. A poco tiempo renunció y le sucedió don José Landero (y no don Francisco como se ha dicho en las páginas anteriores). El señor Landero permaneció poco más de dos meses y lo remplazó don Matías Romero. Benítez marchó a hacer un viaje a Europa, y dejó a don Protasio Tagle una carta firmada en blanco para que en ella renunciase la candidatura de la presidencia de la República, o constase su aceptación según conviniese. La renuncia se publicó en El Mensajero, y al cabo de algunos meses Benítez regresó de Europa, y sus numerosos amigos insistieron en que por fin volviese a aceptar la candidatura, que se suponía apoyada decididamente por el general Díaz.

Mientras todo esto pasaba, el general don Manuel González, que decidió la batalla de Tecoac y fue herido en la acción, había permanecido retirado en su casa de Tezontlale, sin tomar ninguna parte en la política.

La candidatura de Benítez, lanzada ya de una manera positiva y hasta oficial, a la discusión pública, ocasionó una verdadera tempestad. Los periódicos, los círculos políticos, las personas más apartadas de la política, todos contrariaron de una manera más o menos violenta al señor Benítez, y la imparcialidad nos manda decir que había pasión e injusticia en estos ataques.

El general don Pedro Ogazón renunció el cargo de secretario de Guerra y Marina que desempeñaba, y lo remplazó el general don Manuel González, que como antes hemos dicho, permanecía en la más completa oscuridad y aislamiento. Entonces antiguos amigos, como los generales Baranda, Lalanne, el doctor Fernández, don Cástulo Zenteno, el licenciado don Simón Arteaga, el licenciado Alcalde, Payno y otros, sin contar una gran parte de la clase militar, indicaron, al principio con reservas y modestia, y después resueltamente, su candidatura para la presidencia. Se formaron, pues, desde estos momentos dos partidos bien distintos y marcados: benitistas y gonzalistas, y cada uno de ellos trataba de superar en influencia, en las cámaras, en el Consejo de Gobierno y aun en el Poder Judicial. El despotismo que desplegó Tagle no había tenido precedente. En la Cámara los diputados Alcalde, Frías y Soto y Payno, eran los únicos que alzaban su voz. Todo esto pasaba en el pnmer semestre de 1878. A medida que se acercaba el periodo electoral, fueron presentándose diversos personajes que con más o menos elementos, se prepararon a la lucha.

- Decidme ¿cómo pasaron estos acontecimientos?

- En noviembre de 1879, el licenciado don Justo Benítez estaba ya en México de regreso de su viaje a Europa, y no obstante el uso que se había hecho de la carta de que ya hemos hablado, se presento como candidato, protegido y sostenido, según creía el público, por el general Díaz. Se habían ya separado de las secretarías de Estado los señores Tagle y González, marchando este último a la campaña de Tepic, con un ejército numeroso y bien provisto de recursos, pues por todo ese rumbo se había propagado la revolución, siendo en Sinaloa más peligrosa, por hallarse a la cabeza de ella el general Ramírez Terrón, hombre muy valiente y de influjo en esas comarcas, el cual pereció trágicamente.

Mientras el general González, con actividad y al mismo tiempo con medidas de política y de prudencia, procuraba la pacificación de esa parte del país, la lucha electoral se desarrolló en toda su extensión en el Distrito Federal y en los más importantes Estados.

Los candidatos que se presentaron de una manera decidida fueron los siguientes: licenciado don Justo Benítez; don Manuel González, general de división; don Trinidad García de la Cadena, gobernador del Estado de Zacatecas; don Ignacio Vallarta, presidente de la Corte Suprema de Justicia; don Manuel María de Zamacona, ministro plenipotenciario de México en los Estados Unidos; don Ignacio Mejía, general de división y secretario de Guerra en tiempo de Lerdo. También eran candidatos el general don Gerónimo Treviño, jefe de las fuerzas en la frontera, y el general don Vicente Riva Palacio, que había sido secretario de Fomento un largo periodo. Estos dos últimos renunciaron decididamente su candidatura, y se propusieron como en efecto sucedió, apoyar de cuantas maneras les fuera posible en el terreno legal al general González.

Cada uno de los candidatos nombró su directorio, y estos directorios establecieron en la capital y en diversos Estados y puertos importantes, periódicos, resultando de esto que invocando todos la Constitución y las leyes de Reforma, el partido liberal quedó dividido en tantas fracciones cuantas eran las personas que pretendían el triunfo en las próximas elecciones, no sólo de presidente, sino también de gobernadores, de diputados, de magistrados de la Corte y de senadores. Los periódicos comenzaron a escribir horrores y blasfemias los unos contra los otros, lo cual produjo frecuentes lances personales, alguno de los que terminó de una manera trágica y sensible.

- ¿Cómo terminó tan complicada situación?

- Los timoratos y asustadizos profetizaban que el país entrana en una completa anarquía; los lerdistas esperaban que el regreso de don Sebastián al poder, era la única solución legal posible; los candidatos más notables, como Benítez, González y García de la Cadena, cada uno tenía como muy probable para sí, si no enteramente seguro, el triunfo; pero las cosas, como siempre sucede en México, pasaron de una manera contraria a toda previsión.

La íntima amistad que había existido durante muchos años entre el licenciado Benítez y el general Díaz, fue resfriándose día a día. Contradicciones por los negocios públicos, cuestiones quizá de amor propio y cualquiera otra cosa más, tal vez de poca importancia, terminaron de una manera definitiva la estrecha unión de los señores Tagle y Benítez con el presidente de la República. El buen éxito de la excursión militar del general González que logró pacificar todos esos pueblos sin que se derramase sangre, pues sólo hubo una que otra escaramuza, dio una grande preponderancia a su candidatura. El jefe del directorio don Vicente Riva Palacio hizo un grande empuje, reuniendo un círculo activo y distinguido por la buena posición social de las personas que lo componían, la prensa fue calmando su irritación, las gentes todas opinando por una solución pacífica, y el general Díaz con un raro tino y con más rara prudencia condujo el timón de la mentada y vieja nave política hasta el soñado puerto, sin que ni una vez tropezase en ningún bajo ni arrecife de tantos como estaban tendidos en el ancho y encrespado mar electoral.

La nueva Cámara y el Senado renovado en una parte, se instalaron en el periodo usual, y el 25 de septiembre de 1880 el general don Manuel González fue declarado presidente constitucional de la República, por 11 528 votos. El 30 de noviembre de 1880 el general Díaz bajó pacíficamente del poder que había ejercido desde la batalla de Tecoac, y entregó en paz la República a su sucesor. Igual hecho pasó únicamente cuando el general don José Joaquín Herrera entregó la presidencia a su sucesor el general Arista, y se repitió en esta ocasión con aplauso unánime de toda la nación y aun de los países extranjeros, donde se tenía por seguro que el cambio presidencial ocasionaría, como otras tantas veces, una larga y sangrienta guerra civil.

El ministerio que el general González formó y que subsiste hasta el momento en que termina la impresión de este pequeño libro, es el siguiente:

Relaciones, licenciado don Ignacio Mariscal;
Gobernación, licenciado don Carlos Díez Gutiérrez;
Justicia, licenciado don Ezequiel Montes;
Fomento, general don Porfirio Díaz;
Guerra, general don Gerónimo Treviño;
Hacienda, comerciante don Francisco Landero.

El general Pacheco pasó a servir el gobierno del Distrito; el general Rocha, que había permanecido cuatro años en París, regresó fue nombrado jefe del Colegio Militar; el general Negrete volvió a la vida privada, libre de toda pena; la mayor parte de los altos funcionarios nombrados por el influjo de Tagle y de Benítez han quedado en sus destinos, y la administración del general González, aceptada y bien recibida ya por la nación, marcha con calma y con suma prudencia en todos los asuntos que van ofreciéndose. La oposición casi es nula, y muy probable una larga época de paz y de progreso material.

- ¿Qué otras cosas de importancia acontecieron desde principios del año de 1878 a fin de febrero de 1881?

- Se pueden referir multitud de sucesos, pero sólo hablaremos de los más señalados e importantes.

El día 2 de abril de 1878 se inauguró un tramo de ferrocarril de México a Cuautitlán. Este ferrocarril debía haber sido para Toluca.

En el paquete francés que salió de la bahía de Veracruz a mediados del mes, se embarcaron para Europa muchas familias mexicanas con el objeto de asistir a la grande Exposición que se verificó en París. En ese mismo tiempo se recibieron en México noticias muy pormenorizadas de la terrible guerra que estalló entre la Turquía y la Rusia, y a poco se supo que la paz se había firmado en 3 de marzo en San Stefano.

En principios de junio hizo explosión una caja de dinamita (que se creía, por haberse equivocado con otra caja, contenía agua y reliquias de Nuestra Señora de Lourdes), y causó la muerte de varias personas de la conocida familia Veraza. Esto pasó en San Ángel.

En el mes de junio regresaron a su patria varias personas notables que habían permanecido en el extranjero desde la caída de Lerdo, entre ellos los licenciados Juan José Baz y Manuel Romero Rubio. Posteriormente han ido viniendo otros y tomando parte en el servicio militar y algunos puestos públicos.

- ¿Qué ha hecho, entre tanto, el señor Lerdo?

- Parece que tuvo parte activa en la expedición de Escobedo, como hemos indicado, pero después de esto ha vivido retirado de todos los negocios en un hotel de Nueva York.

En ese mismo mes de junio don José M. Mata ocupó el puesto de secretario de Relaciones y duró muy poco tiempo.

En principios de enero de 1879 llegaron a México varios comerciantes de Chicago (cosa de ciento cuarenta personas); se les recibió como si fueran unos potentados: tren y almuerzo gratis, funciones de teatro, paseos, gran baile en la Lonja, exposición en el patio de Minería; cuanto se pudo inventar. Se gastaron más de 15000 pesos, y los chicaguenses se marcharon sin despedirse de los mexicanos que estuvieron más de un mes obsequiándolos.

En febrero fue asesinado en Mazatlán un joven periodista llamado Valadez.

En principios de marzo comenzaron en los llanos del paseo de Bucareli los trabajos para la Exposición preparada por el ministro de Fomento, general Riva Palacio, la que por fin no tuvo efecto, por la oposición del ministro Tagle y por las escaseces del tesoro federal. Se gastaron cosa de 50 000 pesos y hubo una crisis ministerial. Renunció el ministro de Hacienda don Matías Romero. Le sucedió el licenciado don Hipólito Ramírez, que duró cuatro días, y por fin, se separó del de Fomento el general Riva Palacio.

Estalló en Africa una guerra entre la nación de los zulús y la Inglaterra. Fue matado en ese país el príncipe imperial hijo de Eugenia y de Napoleón III. Esta noticia se recibió en Londres el 23 de junio de 1879.

En agosto fue asesinado en Kabul el mayor Cavaguari y toda la legación inglesa y su escolta. Guerra en esa parte de la India.

Por el mes de septiembre del mismo año de 1879 se descubrieran unas minas en Sierra Mojada (Estado de Coahuila), y se exageraron sus riquezas tanto, que multitud de personas emprendieron el viaje para hacerse ricas en pocos días. A poco toda esa fábula se convirtió en triste realidad. Sierra Mojada es hoy un mineral de pocas esperanzas.

El 10 de septiembre de 1879 se estableció en la colonia de los Arquitectos una casa de asilo para mendigos, iniciada y fundada por el impresor don Francisco Díaz de León y sostenida por la caridad pública. Este asilo es el primero en su género que se establece en México.

En el mes de diciembre, el secretario de Hacienda don Trinidad García presentó un proyecto para el establecimiento de un banco y emisión de 15 millones en billetes. Fue muy mal recibido en la Cámara de Diputados, y quedó en el archivo.

El 21 de diciembre a las cuatro de la mañana salió el general González para la campaña de occidente, cuyo éxito hemos ya referido.

En ese mismo mes llegaron a México los ministros de Alemania, Bélgica y Portugal.

El día 24 se inauguró el ferrocarril construido por el gobierno desde la Esperanza a Tehuacán.

En mediados de enero de 1880, unos bandidos asaltaron en la Barranca del Muerto, cerca de San Angel, el tren del ferrocarril. Robaron, mataron e hirieron; fueron aprehendidos por la policía, y absueltos por el jurado. Esto causó un grande escándalo, y los jurados lo causan hasta hoy. El jurado aplicado a los ladrones y asesinos es contrario a la Constitución.

En el mismo mes de enero entraron a funcionar como secretario de Hacienda don Manuel Toro y de Gobernación don Felipe Belozábal.

El 18 de febrero llegó a Veracruz el general Grant, que había sido presidente de la República de los Estados Unidos. Subió a México inmediatamente. Se le recibió muy bien y se le alojó en la casa de Minería, a costa de la municipalidad.

El 20 falleció el señor don Mariano Riva Palacio, persona muy notable y que tenía la estimación general, por su honradez, talento y buen carácter.

El 8 de abril falleció la señora doña Delfina Ortega, esposa del presidente de la República, general Porfirio Díaz.

En noviembre del mismo año de 1880 llegó el ministro francés M. Boissy d'Anglas, habiéndose reanudado, por las negociaciones del ministro Ruelas (que falleció antes de ver concluida su obra) la amistad entre Francia y México.

En el curso del mes se otorgaron varias concesiones de ferrocarriles, siendo las más importantes las de Symon y socios y la de Sullivan y Palmer, las que comenzaron desde luego sus trabajos con mucha actividad.

Por último, el 30 de noviembre, señalado por la Carta fundamental, en medio de repiques y salvas de artillería, tomó posesión de la presidencia el general don Manuel González, entregándole el mando supremo el general Díaz y la República en absoluta paz.

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