Índice de Compendio de la historia de México de Manuel PaynoLección V de la Segunda ParteLección VII de la Segunda ParteBiblioteca Virtual Antorcha

COMPENDIO DE LA HISTORIA DE MÉXICO

Manuel Payno

Segunda parte

HISTORIA ANTIGUA DE LOS MEXICANOS O AZTECAS

LECCIÓN VI

Religión de las razas mexicanas.- Diversos dioses.- Sacrificios humanos.- Principales festividades religiosas.


- ¿Cuál era la religión de los habitantes de este país, de cuya historia y monarcas me habéis hablado?

- Las primeras familias toltecas que poblaron estas regiones tenían un culto sencillo y puro, emanado absolutamente de la naturaleza. Los historiadores aseguran que reconocían un dios criador y conservador de todas las cosas, que llamaban Tloque Nahuaque, y le ofrecían copalli, flores y aves, como ofrenda de respeto y adoración. Tributaban también adoración al Sol y a la Luna, que consideraban como divinidades bienhechoras.

- ¿Los chichimecas tenían la misma religión?

- Generalmente describen los historiadores a estos pobladores como unos bárbaros sin religión ninguna, sin conocimientos de la agricultura, manteniéndose de la caza y de la pesca, y viviendo en las cuevas de las montañas o en pobres chozas de troncos de árbol. En el curso del tiempo, y con la mezcla de las familias toltecas que había en el país, fueron adoptando su religión y sus costumbres.

- ¿Qué religión tenían los aztecas o mexicanos?

- Los mexicanos, desde que vinieron a esta tierra procedentes del lugar misterioso o ignorado de donde salieron, traían su dios, que llamaban Huitzilopochtli (los españoles le decían Huichilobos). Este era el dios de la guerra y el principal o más venerado. En el curso del tiempo, y así que se establecieron sólidamente en las orillas del lago, fueron aumentando las divinidades a un número tal, que sería necesario un volumen para mencionarlas.

- ¿Cuáles eran las principales?

- Huitzilopochtli (de que ya hemos hablado) Dios de la guerra.
Tláloc Dios del agua.
Tezcatlipoca Dios del cielo.
Quetzalcóatl Dios del aire.
Mictlantecuhtli Dios del infierno.
Xiuhtecutli Dios del año y de las yerbas.
Centéotl Diosa del maíz.
Tezcatzóncatl Dios del pulque.
Coatlicue Diosa de las flores.

- ¿Cómo estaban representados estos dioses?

- Por medio de figuras más o menos grandes, hechas de granito o de mármol, y generalmente deformes, no porque los indígenas estuviesen tan atrasados en la escultura, sino porque así deberían representarse según las ideas religiosas que tenían de cada divinidad. Todas estas figuras, algunas de las cuales están enterradas en Santiago Tlatelolco de México, en las orillas de la laguna de Texcoco, en las islas del lago de Pátzcuaro, en muchos puntos de Cholula, Tlaxcala y Oaxaca, se designan con el nombre de ídolos.

- ¿Qué culto tributaban a estas divinidades?

- Cada una de ellas tenía un templo.

- ¿Cómo eran los templos?

- Generalmente unas grandes pirámides truncadas, de adobe con una escalera espiral o con una sola en un frente. En la plataforma de esta pirámide había dos torres o capillas, y dentro de ellas estaba colocado el dios. El Templo Mayor de México, que estaba en el mismo lugar donde hoy se encuentra la Catedral, era de los más famosos, y estaba dedicado al dios de la guerra y al dios del cielo.

- ¿Quién estaba encargado del culto y de las ceremonias?

- Los sacerdotes. Las historias antiguas nos los describen con un manto negro en los hombros, lleno de figuras horrorosas de colores, largas cabelleras alborotadas, y las manos y el cuerpo sucio y manchado de sangre.

- ¿En qué consistía el culto que se tributaba a los dioses?

- En ofrendas, incienso, danzas y flores, pero especialmente en sacrificios humanos.

- ¿Cómo eran estos sacrificios?

- Se designaba una víctima, y las más veces se escogía un joven hermoso y robusto. Se le regalaba durante algunos meses con manjares abundantes y se le permitían toda clase de placeres. El día designado para la festividad, el mancebo salía muy adornado con flores y plumas, tocando algún instrumento, bailando y rodeado de otros muchos jóvenes y doncellas. Subía la escalera del templo, y allí había una gran piedra donde se le tendía boca arriba. Uno de los sacerdotes le abría el pecho con una navaja de ixtlí, y otro metía las manos por la herida y le arrancaba el corazón, que ofrecía a los pies del dios. La multitud que rodeaba el templo, prorrumpía en gritos, y se ponían a danzar en el momento que veían correr la sangre de la víctima. Todos los prisioneros que eran cogidos en las guerras se reservaban para sacrificarlos, y sus cuerpos eran arrojados desde lo alto de las escaleras.

- ¿En qué ocasiones se celebraban estas fiestas sangrientas?

- Cualquier motivo, como la falta de lluvias, la conquista de un pueblo, un huracán, la coronación de un rey, era bastante algununa de estas ceremonias, y se consideraba más solemne, mientras mayor era el número de víctimas sacrificadas. Además, por las costumbres y ritos religiosos, había tantas festividades que seguramente eran de dos a tres cada semana. Después del sacrificio, las diversas familias que asistían a él, se retiraban bailando a sus casas, donde continuaban haciendo otras ceremomas de menor importancia, y concluían por una gran comida, donde abundaba el pulque, que era el licor favorito que usaban los aztecas.

- ¿De todas estas fiestas, cuáles eran las más célebres?

- La del dios Tláloc, que se celebraba en el mes de marzo, y en ellas se sacrificaban niños que las mujeres muy pobres vendían a los sacerdotes. La de la diosa de las flores, que se verificaba a mediados de abril. En esta festividad no había sacrificios humanos, sino solamente ofrendas de las más raras y primorosas flores. La de Tezcatlipoca en el mes de mayo. En esta fiesta se hacían oblaciones de plumas, animales, y de cierto número de doncellas que se consagraban al servicio del templo. Pero la fiesta más solemne era la del fuego; la población toda se dirigía de noche a las montañas, allí sacrificaban una víctima, frotaban dos maderos hasta que se encendía el nuevo fuego. Entonces toda la población se entregaba a los más frenéticos regocijos.

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