Índice de Historia de la Nación Chichimeca de Fernando de Alva IxtlilxochitlCapítulo LXIXCapítulo LXXIBiblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO LXX

Que trata de la muerte del valeroso rey Ahuitzotzin, y elección del famoso Motecuhzoma, segundo de este nombre

Pasó tan adelante el mal procedido del golpe y descalabradura del rey Ahuitzotzin, que aunque fue curado con toda diligencia y cuidado, y le sacaron algunos pedazos de los cascos de la cabeza, no fue bastante para librarle, porque le vino a agravar el mal en tanto grado, que le quitó la vida; y fue tan sentida su muerte, que todos le lloraron y le hicieron muy solemnes exequias y funerales honras al uso y rito mexicano, juntos los dos reyes Nezahualpiltzintli y Totoquihuatzin con los electores del reino mexicano, trataron sobre la elección del rey y compañero que les faltaba en su imperio; y habiendo dado y tornado sobre el caso, los electores tenían puestos los ojos en el príncipe Macuilmalinaltzin, hijo legítimo y el mayor de los que tuvo el rey Axayacatzin y yerno del rey Nezahualpiltzintli, el cual lo contradijo, por parecerle no tener tanto peso como convenía en una dignidad tan grande, como la que se ofrecía, sin embargo de ser su yerno casado con su hija legítima, la princesa Tlyacapantzin; y así pudo tanto con los electores que barajó la elección y dio su voto a Motecuhzoma, que a la sazón era sumo sacerdote del templo de Huitzilopochtli, persona que tenía las partes y requisitos para la majestad real, aunque después le salió a los ojos y perdió a su yerno, como por el discurso de la historia se verá. Después de haberse celebrado las ceremonias de la jura, como lo tenían de costumbre, se le hicieron muy solemnes fiestas y regocijos. Se hizo esta jura en el año de 1503, a veinticuatro del mes de mayo, que fue a los nueve días de su cuarto mes llamado tóxcatl, en el día de ce cipactli, en el año que llamaron matlactliomce ácetl. Por este mismo día fue también jurado el gran y valeroso Motecuhzoma, primero de este nombre, bisabuelo del que al presente tratamos. El rey Ahuitzotzin tuvo en la heredera del Tlatelulco llamada Tyacapantzin, hija del último señor Moquihuitzin (el que perdió la ciudad) habida en su mujer legítima la hija del rey Nezahualcoyotzin, al valerosísimo rey Quauhtemotzin, que fue el último rey de México, y el que perdió la ciudad que después se cristianó y llamó don Fernando. Tuvo otros hijos que fueron, Tlacaélel y otro Motecuhzoma, Citlalcóatl, Azcacóatl, Xoyetzin, Quauhtzitzimitzin, Xicónoc, Atlizcatzin, otro Macuilmalina, Acamapich, Huitzilíhuitl, Machimale, Yoatzin y Tehuetzquizitzin. El gran Motecuhzoma tuvo (según común opinión y verdadera relación) en la reina Tayhualcan su mujer legítima, hija del rey Totoquihuatzin de Tlacopan, tres hijas, que la mayor se llamó Miahuaxochitzin, que cuando se bautizó se llamó doña Isabel, la segunda doña María y la menor doña Mariana. También tuvo otros hijos, como fueron don Pedro Tlacahuepantzin, Tlihuitltemoctzin, Axayaca, Totepehualox y Chimalpopocatzin. La doña Isabel casó tres veces: la primera con Alonso Grado, natural de la villa de Alcántara, hijo-dalgo y uno de los principales caudillos que hubo en la conquista, por mano y orden de don Fernando Cortés, marqués del Valle; la segunda vez se casó con don Pedro Gallego, de quien hubo un hijo que se llamó don Juan de Andrada Motecuhzoma, y de éste proceden los Andradas; el tercer matrimonio fue con Juan Cano, de quien proceden los Canos. Don Pedro Tlacahuepantzin no tuvo hijos en las dos mujeres con quienes casó conforme a la orden de la santa madre iglesia, y por los impedimentos que alegó su hermana doña Isabel, por decir que la primera con quién casó era su prima hermana y no pudo sin bula particular de su Santidad, con el fin de alcanzarle y negociar otros negocios se fue a España, y se detuvo algún tiempo, de modo que siendo certificada su mujer de ser muerto, se casó con un conquistador; y venido que fue a la Veracruz, supo estar ya casada su mujer, y no queriendo usar del buleto ni manifestar el que su Santidad le había dado, se vino a la ciudad de Tetzcuco, en donde se casó con doña Francisca, hija legítima y la mayor de don Pedro Tetlahuehuezquititzin señor de aquella ciudad; lo cual, sabido por la dicha doña Isabel, dio aviso de los impedimentos de aquellos matrimonios que había hecho su hermano, y así don Pedro desde entonces no hizo vida ni con una ni con la otra, y los hijos que tuvo fueron naturales. El mayor fue don Martín Motecuhzoma, que le heredó en el mayorazgo, y aunque casó con doña Magdalena Axayacatzin señora de Izatapalapan su prima hermana, no tuvo hijos, y así heredó el mayorazgo don Diego Luis Cuayhuitzin, su segundo hijo, que fue a España y tiene allá herederos y descendientes.

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