Indice de El Congreso de Bolonia de la Unión Comunista Anárquica Italiana de autores varios Capítulo cuarto. Tercer día. (3 de julio de 1920)Biblioteca Virtual Antorcha

Congreso de Bolonia de la
Unión Comunista Anárquica Italiana

Del 1° al 4 de julio de 1920

CAPÍTULO QUINTO

Cuarto día.
(4 de julio de 1920)




(Sesión de la mañana)

Para facilitar el desarrollo de las actividades se nombran dos comisiones: la primera para aportar provisoriamente medios pecuniarios al Comité de la Unión Anarquica Italiana debido a que la caja y el archivo quedaron en Ancona; la segunda, después de una deliberación entre los diversos representantes, para confeccionar una lista de los componentes del Comité.

Siendo presidente de la sesión Tamburini y secretario Fantozzi, Virgilio Mazzoni, desarrolla su tema sobre las relaciones internacionales.

Las relaciones internacionales

Dice que no podemos limitar nuestros acuerdos a las fronteras nacionales. Explica la necesidad de las relaciones internacionales en estos momentos que son de víspera a grandes acontecimientos. Son necesarias las relaciones de defensa y de inteligencia, de las cuales se tuvo una prueba últimamente con los compañeros de la Confederación del Trabajo de España. Habla sobre la situación internacional de nuestro movimiento y del movimiento sindicalista revolucionario, sobre la reacción que en la América del Norte y en los países sudamericanos se ha desencadenado sobre nuestros compañeros, los cuales, a pesar de todo, tanto en el hemisferio norte como en el sur, son hoy los artífices de un gran resurgimiento revolucionario.

Se ocupa de la Tercera Internacional. Dice que podemos estar de acuerdo con sus premisas críticas, pero que nuestra obligada intransigencia teórica nos obliga a sustraernos a las finalidades marxistas, hacia las cuales nos conduciría la Tercera Internacional por medio de la dictadura del proletariado. Dice que nosotros estamos con la revolución rusa por su significado como revolución antiburguesa, pero no por la acción que contra el comunismo y el antiestatismo desarrolla el ejercicio de la dictadura, cuya pretendida función transitoria tiende a adormecer a las masas y a sofocar a los soviets.

Manifiesta que hoy día, desde Moscú está irradiando por todo el mundo una nueva fracción comunista autoritaria contra la acción de las minorías libertarias, excluyéndolas de la Tercera Internacional. Por lo demás el programa de esta Tercera Internacional es conocido en Italia por las vulgarizaciones hechas para uso del Partido Socialista.

Después de un largo exordio, en el cual trató también sobre el desarrollo de la Internacional en Italia -Internacional bakuniana- lee su informe, que hemos resumido en sus principales puntos.

Mazzoni parte de premisas históricas que inducen a considerar a la Tercera Internacional como un recurso histórico adoptado desde Marx hasta Lenin.

Habla de las adaptaciones formales a las que el partido marxista se avino en todos los países debido a la presión externa de los anarquistas que obran directamente sobre las masas. Hace resaltar que se trata de adaptaciones formales y verbales, pues la substancia es siempre la misma. El programa de la Tercera Internacional no es más que una prolongación de la antigua Internacional marxista barnizada de ideas nuevas. Luego lee algunos puntos del programa donde se evidencia la finalidad autoritaria.

No excluye que se pueda llegar a acuerdos de acercamiento con la Tercera Internacional, pero advierte la necesidad de no incurrir en desviaciones.

Por eso opina que se debe tener un cambio de ideas con nuestros compañeros de todos los países del mundo para formar una Internacional anarquista, desde el momento en que la lucha futura se perfila entre el principio de autoridad y el principio de libertad. Todo esto, sin eliminar relaciones de acercamiento con las fracciones extremas del Partido Socialista y de la misma Tercera Internacional.

Hace votos por la resurrección de la Internacional anarquista y saluda al Congreso de Bolonia como el punto de arranque de donde surgirá el núcleo iniciador de esta solución urgente.

Binazzi concuerda con el informe de Mazzoni, confirmando que los maximalistas bregan por el viejo concepto de autoridad a pesar de la fraseología revolucionaria de sus proclamas.

Confía a la Unión anárquica Italiana la tarea de trabajar por la reconstrucción de la Internacional anarquista, la cual juzga que tendría un grandioso desarrollo, puesto que es un error creer que los anarquistas son pocos. Son numerosos en todas partes del mundo y es mucho lo que pueden hacer.

Molinari hace presente que la revolución rusa se ha desvalorizado mucho. Dice que Zimovieff en su circular original, no excluye de la Tercera Internacional a los sindicalistas antiestatales ni a los anarquistas siempre que acepten el criterio básico de los soviets.

Pone de relieve el esfuerzo prerevolucionario ruso que repercute por todo el mundo y quiere que se haga justicia a quienes no pueden ser culpables de los errores a que los obligan los gobiernos aliados.

Boldrini está de acuerdo con la primera parte de la exposición de Mazzoni, pero encuentra exageradas algunas apreciaciones de éste sobre la revolución rusa.

Binazzi habla para hacer una aclaración.

Antonio Vella cree que se puede entrar en la Tercera Internacional; pero que si ha de surgir una Internacional nueva sobre nuestras bases es menester que se adopte otro nombre que pueda abarcar a todo el proletariado.

Garino juzga algo excesivos algunos puntos del informe por demasiada fraseología. Concuerda con Molinari en afirmar que hoy por hoy no es equitativo el aventurar un juicio sobre la revolución rusa en su faz reconstructiva, por ser las informaciones que sobre ella tenemos tan escasas, a la par que tendenciosas, por cualquiera de los dos caminos que nos lleguen. No consciente en lo propuesto por Vella. Cree demasiado aventurado dar como creada desde hoy la Internacional anarquista sin que primero se hayan consultado a los compañeros de otros países. Añade que nuestra Internacional, al surgir, no puede tener un caracter fundamental de oposición agresiva a la Tercera Internacional, debiéndose considerarla como una simple coalición nuestra que no rehuye relaciones de acercamiento.

Mincigrucci no está de acuerdo con Molinari.

Borghi apoya a Molinari y a Garino. Es opinión que nosotros no debemos cerrar los caminos que nos alleguen a la Tercera Internacional ni a uno solo de sus Congresos. Asegura que la exposición de Mazzoni sería apaudida hasta por los socialistas, desde el momento que ella tienda a nuestro aislamiento, lo cual es un deseo de los mismos reformistas. En Italia no se conoce otra cosa de la Tercera Internacional que el pensamiento de la extrema derecha expuesto por el Partido Socialista, el cual nos quiere mantener alejados para que en el exterior se crea que las únicas fuerzas vivas de la revolución son los maximalistas del reformismo. En cambio, según el pensamiento de la extrema izquierda de la Tercera Internacional nosotros podemos hacer causa común con ellos, puesto que esta fracción mantiene postulados idénticos a los nuestros.

Si existe esa puerta abierta procuremos no cerrarla nosotros mismos.

Para avalorar su aserción tiene documentos proporcionados por un comunista ruso que tomó parte en la revolución y estuvo en contacto con sus elementos más destacados.

El comunista a que se refiere. aseguro a él y a otros que los documentos publicados en Italia acerca de la Tercera Internacional no están exactamente traducidos, sino desfigurados intencionalmente. El comunista asegura que en Rusia hay oposición entre los congresales de la Tercera Internacional, no por causa de la participación de libertarios y sindicalistas, sino por obra de los elementos que todo lo esperan de la acción parlamentaria.

Girolo concuerda con Borghi y con Molinari. Cita casos que comprueban que ha sido desvaloralizado el verdadero carácter de la revolución rusa por quienes tenían la obligación de defenderla.

Binazzi observa que un acuerdo internacional entre los anarquistas -acuerdo sumamente necesario- no cerraría ningún camino. Después, si nos quieren en Moscú, iremos lo mismo.

Sanchini está de parte de nuestra nunca desmentida intransigencia, aún a costa de captarnos antipatías. Dice también que los anarquistas rusos del interior han estado hasta el presente en contra de la Tercera Internacional, porque ella se encamina hacia la dictadura e impide que la mayoría de sus congresales sea favorable a la admisión de los elementos antiestatales. Siempre al lado de los revolucionarios, por la revolución, pero anarquistas por encima de todo.

Boldrini recuerda lo resuelto en el Congreso de Firenze, a saber que se mandase un investigador para constatar la realidad de los hechos. Esto no dió resultado. El primer congreso de la Tercera Internacional invitó a todos, excepción hecha de los anarquistas.

¿Por qué mendigar, pues, la entrada donde no se nos quiere?

Tisi está por nuestra Internacional y juzga a la Tercera como un refuerzo de la Segunda.

Molinari pronuncia una calurosa defensa de la revolución rusa y manifiesta que al congreso de la Tercera Internacional se debe ir, aunque a puntapiés nos echen de allí, porque con nosotros saldran también muchos rusos.

Borghi aclara su pensamiento. Para él, concurrir a la Tercera Internacional no impide ni puede impedir la constitución de un acuerdo internacional nuestro.

Sassi opina que la palabra de los anarquistas debe ser llevada a todas partes. Dice que se deben poner en duda las informaciones sobre la revolución rusa provenientes de fuentes interesadas. Se debe ir a Moscú para exponer allí nuestro pensamiento y, si se nos echa, nos seguirán nuestros adherentes para la formación de nuestra Internacional.

Frigerio comunica su impresión pesimista sobre las intenciones que pueda tener el comunista ruso que ha informado a Borghi. Pero aun en el caso de que su pesimismo sea infundado no cree que tal informante esté autorizado para hablar por todo el partido que representa y más bien cree que confunde sus propias buenas intenciones con una realidad que tal vez es muy distinta. Esta de parte de una rígida finalidad anarquista.

Fieramonti dice que si se nos presenta un camino debemos aprovecharlo, y si se nos echa, será mejor porque así perderemos nuevas ilusiones con la realidad de los hechos.

Fabbri sustituye al informante, el cual está ausente en una controversia.

Encuentra contradictorias las informaciones acerca de la Tercera Internacional, pero es evidente que esta quiere volver al marxismo autoritario de la Segunda Internacional. Con ella podremos estar de acuerdo solamente en el episodio revolucionario. Para nuestra adhesión a uno de sus congresos opina que es menester discutir el punto cuando llegue el caso. Por el momento no se trata de adherirnos; nadie nos ha invitado a hacerlo, ni sabemos que se proponen. Este modo de ver suyo no impide que simpatice cordialmente con los revolucionarios rusos y presenta una Orden del día que es votada por aclamación.

Moción de simpatía hacia la revolución rusa.

El segundo Congreso de la Unión Anárquica Italiana saluda con entusiasmo a la revolución rusa que ha señalado una nueva etapa luminosa en el movimiento revolucionario internacional; y protestando contra todas las tentativas de acción violenta que contra la revolución intentó la burguesía internacional; manifiesta completamente la propia solidaridad con todos los movimientos y las iniciativas proletarias que tiendan a impedir la sofocación de la revolución soviética.

Alejandro Moliniari y otros

Moción sobre la Tercera Internacional

Leese y se aprueba la siguiente Orden del día:

El Congreso Anarquista ve por el momento en la Tercera Internacional una tendencia y un anhelo más bien que un cosa de real existencia.

Son tan vagas y contradictorias las noticias que se tienen acerca de la organización que ha asumido tal nombre y que patrocina el bolchevikismo ruso, que es imposible pronunciarse sobre ella en forma decisiva; mucho de lo que se sabe hace creer que la Tercera Internacional de Moscú se inspira en las ideas autoritarias y en la táctica exclusivista de los comunistas autoritarios y electorales, lo cual imposibilitaría la adhesión de los anarquistas.

Por tales consideraciones se puede desde ya comprender y también augurar, por su orientación revolucionaria que a la Tercera Internacional se adhieran organizaciones obreras o mixtas, no constituidas por elementos netamente anarquistas, pero un organismo definitivamente anárquico como lo es la Unión Anárquica Italiana no podría tomar en cuenta por razones fundamentales una propuesta de adhesión a la organización que tiene el nombre de Tercera Internacional,

Luis Fabbri.

Se propone y aprueba la siguiente orden del día adicional:

El Congreso resuelve que en el caso de la convocación de un Congreso de la Tercera Internacional, la Comisión de la Unión Anárquica Italiana tenga facultades para examinar la actitud a seguir, convocando al Consejo General y a los grupos adheridos para cada decisión de importancia.

Molinari - Borghi.

Por la Internacional Anarquista

Léese y por unanimidad se aprueba la siguiente moción:

El Congreso se declara francamente favorable a la idea de un acuerdo anarquista internacional, como el que se decidió en Amsterdam bajo el nombre de Internacional Anarquista en 1907. resuelve que la Comisión de la Unión Anárquica Italiana, estudie el modo de ponerse de acuerdo con los compañeros de las otras naciones y como primer acto a realizar, cuando las circunstancias lo permitan, un Congreso Anarquista Internacional, para llegar de hecho a la constitución de una Internacional anarquista que tenga por finalidad el triunfo del comunismo libertario en todo el mundo.

Binazzi - Boldrini.

(Sesión de la tarde)

Los soviets y su constitución

Alejandro Molinari, relator del punto: Los soviets y su constitución, explica el origen y las funciones de los mismos, demostrando su intrínseco carácter descentralizador y libertario. Pero contra la íntima naturaleza de los soviets conspiran los partidos socialistas autoritarios, alejándolos de la ruta que deben recorrer y subordinándolos a otros organismos o creándolos artificialmente en lugares donde la revolución se ha hecho efectiva.

Considera al soviet como un resultado espontáneo del juego de las fuerzas revolucionarias, las cuales envuelven nuevos conceptos de vida y no calculadas deliberaciones de una fracción; deliberaciones que quisieron preceder a los acontecimientos, imponiendo a priori la ruta que debe seguirse en el régimen burgués.

Concreta sus observaciones en una Orden del día que expone a la asamblea.

Guadagnini pide que antes de continuar la discusión sobre los soviets se pase a la elección del Consejo general debido a que muchos congresales deben partir.

La proposición de Guadagnini es aceptada y se vota la suspensión de la discusión en curso.

Hacen uso de la palabra Aratari, Fantozzi, Spinacci, Perella, la compañera D´Andrea, Fabbri, Sartini, Boldrini, Moretti, Meschi, Mazzoni, Malatesta y otros sobre la designación de los Representantes al Consejo y de la localidad.

A propuesta de Meschi se amplia a 30 el número de representantes en el Consejo.

Son propuestos varios compañeros elegidos proporcionalmente entre los de diversas localidades y sobre los cuales concuerdan las opiniones de los presentes.

El funcionamiento del Consejo General queda subordinado a las normas ya aceptadas del pacto de alianza aprobado el primer día.

Por unanimidad desígnase la ciudad de Bolonia para sede de la Comisión de Correspondencia.

Se reanuda la discusión sobre los soviets.

Fantozzi se refiere a la iniciativa del Partido Socialista de instituir los soviets en Italia aun en pleno régimen capitalista y pregunta al relator si se deberá participar en los mismos o si, por el contrario, deberán ser impugnados.

Opina que debe participarse para impedir que se desvirtúen y en tal sentido presenta una Orden del día.

Sacconi cree que el Partido Socialista está explotando el proyecto de los soviets con fines electorales, como anteriormente, con el mismo objeto, explotó su simpatía por la revolución rusa. Cuando pasaron las elecciones administrativas no se habló más del asunto. Considera a los soviets como un resultado revolucionario. Pero no comprende porque ahora nos debemos ocupar tanto de ellos, sino para combatirlos, si es que sólo los consideramos como un medio de lucha exclusivo del Partido Socialista. Pero si, en cambio, los consideramos aptos, desde ahora, para conducir a la transformación del sistema económico, será necesario entonces proceder de distinto modo y conquistar los soviets, no combatiendo hoy aquello que se quiere aceptar mañana.

Succhini está en contra de los soviets y de todas las desviaciones que nos alejen de la intransigencia anarquista y que nos inducen a encaminarnos en la ruta de la colaboración.

Di Siullo dice que los anarquistas son también comunistas y por consiguiente socialistas, y no pueden descuidar ciertos problemas.

Adelmo Fabbri opina que se debe ingresar en los soviets para convertirlos en instrumentos de revolución social.

Petraroja dice que el soviet es el complemento del Consejo de Fábrica y el conjunto de los soviets la construcción del nuevo orden social en la producción y en el consumo, garantizando la descentralización.

Sassi considera al soviet como un sistema autoritario.

Aratari manifiesta que los anarquistas de Florencia están divididos en sus apreciaciones acerca del soviet. Es evidente que el Partido Socialista Italiano pretende desde hoy preparar por medio de los soviets la dictadura proletaria y nuestra participación en esos soviets seria ponernos al servicio de ideales que no son los nuestros.

Baconi, en nombre de los anarquistas de la Maremma considera a los soviets del Partido Socialista como una mistificación que se antepone a la revolución para combatir la finalidad revolucionaria.

Zauli concuerda con Baconi. No está en contra de los soviets por lo que son en sí mismos, sino por la interpretación que el Partido Socialista Italiano quiere darles.

Molinari, relator del tema, contesta a varios oradores. Observa que la palabra rusa soviet involucra un fenómeno internacional de agrupaciones y de masas, determinado por las circunstancias del momento.

Soviets, Consejos de obreros y soldados, Comités de productores ... no son sino manifestaciones espontáneas del sentir de las multitudes que quieren con ellos sustituir al estado.

Admite que el temperamento de los soviets, en la forma que el Partido Socialista lo entiende, no puede satisfacernos. Pero nos encontramos avocados a desviaciones que es necesario corregir y combatir. Lee la Orden del día que resume sus exposiciones.

Orden del día sobre los soviets

Tocante al punto que se refiere a los soviets o Consejos de obreros y campesinos, el Congreso considera que ellos surgen y tiene su razón de ser solamente durante el choque victorioso entre la clase explotadora y la explotada, y que sólo entonces pueden ser sentidos por las masas que ejercitan voluntariamente el máximum de actividad revolucionaria, y que por lo tanto, su actuación en el régimen burgués, con tendencia a encuadrar en un molde artificioso de organización al futuro concepto revolucionario, es antirrevolucionario y utópico, desde el momento que el nuevo régimen será el resultado de las relaciones económicas y sociales que se crearán al día siguiente de la revolución, por el libre desenvolvimiento de las fuerzas libres revolucionarias y se invita, en consecuencia, a todos los compañeros a no dar ningún valor revolucionario a la transitoria constitución de estos organismos dentro del concepto burgués, pero cuando éstos surjan de las tentativas insurreccionales y revolucionarias, se considera que es un deber de los anarquistas entrar en ellos para mantenerlos en su caracter inicial, autónomo, descentralizador, federativo e impedir que se transformen en organismos políticos autoritarios y estatales, sobreponiéndose a las funciones productivas y creando nuevas jerarquías sociales destinadas a preparar una nueva lucha de clases.

La Orden del día presentada por el relator Molinari es aprobada por unanimidad.

Agitaciones pro víctimas políticas

Monticelli, relator, habla sobre el tema Agitaciones pro víctimas políticas. Da lectura al informe sobre esta cuestión, que aparece anteriormente. Propone la siguiente Orden del día:

El Congreso, considerando urgente reanudar la campaña de agitación pro víctimas políticas, que debe tener por finalidad la imposición de la libertad completa y general para todos los que han sido encarcelados por movimientos políticos y por levantamientos de la masa popular, encarga a la Comisión de Correspondencia de la Unión Anárquica Italiana la tarea de nombrar un Comité con tal objeto, el cual debe mantener vibrante en el pueblo ese anhelo y adoptar todos los medios tendientes a socorrer a toda costa a las víctimas de la reacción gubernativa.

Mincigrucci afirma que la agitación pro víctimas políticas debe ser lo que más preocupe la atención del Congreso. Cita la campaña de los compañeros de Brescia para sostener la necesidad de una acción más vibrante y viril contra las arbitrariedades y violencias policiales.

F. Spinaci propone que se organicen Comités nacionales de protesta. En lo que respecta a la ayuda a los compañeros encarcelados querría que se constituyesen Comités regionales con ese propósito, puesto que un organismo nacional no podría proveer con eficiencia a las necesidades locales.

Adelino Fabbri y una compañera de Brescia discuten y Monticelli aclara su informe.

Malatesta explica como, en los primeros días del Congreso, visto que por iniciativa de los ferroviarios se había convocado un convenio entre los organismos políticos y económicos del proletariado, se decidió proponer a dicho convenio la huelga general para obtener la libertad general y completa de los arrestados. Ahora la situación ha cambiado con motivo del inexplicable aplazamiento que el Partido Socialista hace del convenio. Nosotros debemos, por lo tanto, examinar si somos capaces de imponer, con nuestras solas fuerzas, el resultado que apetecemos. Si el Partido Socialista aceptase nuestra proposición queda descartado que llegaríamos a un resultado positivo.

En cualquier forma que sea debemos intentar por cuenta nuestra la campaña de agitación.

Varios compañeros discuten sobre la oportunidad de la palabra amnistía; proponiendo en cambio la palabra liberación.

Aratari opina también que -ante la actitud pasiva y la táctica dilatoria del Partido Socialista- debemos decidirnos a iniciar por nuestra propia cuenta un movimiento a favor de nuestros compañeros, en la seguridad de que cooperarán con nosotros los organismos sinceramente revolucionarios.

Sus palabras son oídas con aprobación por los congresales.

Vella habla sobre el mismo argumento y luego Baconi.

La orden del día presentada por Monticelli se aprueba por unanimidad.

Luego Aratari presenta una orden del día adicional concebida en estos términos:

El Congreso encarga a la Comisión de Correspondencia en el caso de que la iniciativa del Sindicato de ferroviarios falle, convocar un convenio entre las organizaciones políticas y económicas que luchan en el terreno revolucionario para imponer al gobierno la inmediata liberación de todas las víctimas políticas y militares.

Virgilia D´Andrea lamenta que por lo general no se recuerde sino a los militantes más conocidos. Pide que del Congreso salga una voz de protesta contra los tratamientos inicuos que los agentes del orden usan contra nuestros compañeros.

Hablan todavía Spinaci y Sassi y luego Mazzoni declara su pesimismo respecto a la eficacia de Órdenes del día y propuestas de acuerdo, y declara que la única acción que puede ser eficaz es la represalia.

Sacconi se muestra escéptico sobre la posibilidad de proclamar la huelga general de protesta en colaboración con el Partido Socialista y la Confederación General del Trabajo.

Habla luego malatesta respondiendo a Sassi y Sacconi y luego, la Orden del día de Aratari, aceptada por Malatesta, es aprobada.

Propaganda en la región meridional

Pietraroja refiriéndose a lo expuesto por Biamino acerca de la propaganda en la región meridional, hace un enérgico llamado a los compañeros para que ayuden cooperando al esfuerzo de los camaradas de dicha región, asegurando que aquellos del centro de Italia harán lo posible para el desarrollo de las ideas en aquella parte del país.

Spinaci, luego Vezzana y después Mazzoni hablan constatando las condiciones dolorosas de la región meridional, por lo cual se hace más obligatoria nuestra solidaridad con los compañeros que allá luchan en circunstancias más que difíciles.

Las palabras de Mazzoni son aprobadas unánimemente por los congresales.

Hablan Tisi y Marcucci y luego Malatesta lamenta algunas expresiones poco halagüeñas de Spinaci, referentes a los compañeros de la región meridional diciendo que si una región se encuentra abandonada se impone entonces, realizar mayores esfuerzos de propaganda. Propone que quede al cuidado especial de la Comisión, la propaganda en las regiones del sur y siendo necesario también la creación de un fondo especial con ese objeto.

A pedido de Vella, Spinaci explica sus conceptos y retira lealmente todo lo que de ofensivo pudieran tener sus palabras.

Habla Sanchini. Luego la Orden del día de Pietraroja es aprobada entre aclamaciones.

Dice así:

El Congreso de la Unión Anárquica Italiana, en conocimiento de la exposición del compañero José Biamino, respecto al estado de la región meridional, a la par que reconoce la urgencia de intensificar la propaganda por medio de folletos, periódicos y conferencias, toma especial interés en llevar esa ayuda a las regiones del sur, comisionando al nuevo Consejo nacional de la Unión Anárquica Italiana, para que de común acuerdo con la Comisión de Correspondencia y las Uniones anárquicas regionales, estudie detenidamente los medios prácticos para que nuestra propaganda se extienda por toda esa región.

Gobbi da a conocer una Orden del día en favor de la difusión del esperanto, idioma universal. Apruébase.

Luego, después de una declaración de Sassi, el presidente Vezzana, declara clausurado el Congreso.

Hablan por último brevemente Binazzi y Mazzoni, preconizando la inminencia de sucesos que decidirán los acontecimientos de la revolución social. Después los congresales se separan en la mayor cordialidad.
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