Índice de Historia del movimiento machnovista de Pedro ArchinoffPrólogo por VolinCapítulo PrimeroBiblioteca Virtual Antorcha

Nota biográfica

Siempre he sido del parecer que para comprender bien una obra, un movimiento de ideas o una acción es indispensable conocer al autor o los protagonistas: por lo tanto habiendo tenido la suerte de haber trabajado algunos años con Néstor Machno en la difusión de las ideas que nos son comunes, considero que no es superfluo trazar una brevísima historia de su vida, no antes o durante la revolución, porque esta se encuentra en el presente trabajo, o también en el libro del mismo Machno publicado con el título La revolución rusa en Ucrania, sino a partir del momento en el cual una vez dejada la acción de combatiente de primera línea, se transformó en simple militante. Esta parte de su vida tiene importancia como las otras dado que de ella se podrá observar, documento irrebatible, cuantas han sido las mentiras y las calumnias difundidas sobre él, especialmente por los bolcheviques, que lo consideraron en Ucrania y fuera de ésta uno de sus mayores adversarios.

De Jefe guerrillero se tornó militante sin pretensiones ni derechos mayores que los de cualquier otro, aún cuando había agotado la mejor parte de su vida entre la cárcel y una larga y cruenta lucha contra las reacciones de derecha e izquierda, militante como tantos otros miles, de un ideal que trató siempre de defender con toda su fuerza y sus capacidades. Abandonadas las armas de la lucha abierta, se dedicó -después del trabajo cotidiano para ganarse el pan, cuando la enfermedad y el tormento de las heridas la permitían- al humilde deber del propagandista, con la tenacidad propia de su carácter y con la experiencia adquirida durante la revolución.

Machno no había estado nunca en Europa. Su vida había transcurrido, hasta 1921, en la lucha armada para dar al pueblo las condiciones necesarias para forjarse una existencia nueva. Solamente cuando, derrotado, herido y gravemente enfermo, tuvo que abandonar Ucrania para refugiarse en el exterior, entró en contacto con el occidente, con la manera de pensar y de luchar de viejos anarquistas como Malatesta, Sebastian Faure, Rudolf Rocker y Luiggi Fabbri, con los cuales mantuvo largas y apasionadas discusiones sobre el modo de conducir la lucha revolucionaria, discusiones que hemos señalado en otras oportunidades (1).

Dejada Ucrania, se refugió en Rumania, donde fue inmediatamente encerrado en un campo de concentración. Pudo después huir a Polonia donde no encontró mejor suerte. Es más, en este lugar, después de algunas proposiciones emanadas del Ministerio de Guerra a través de un enviado especial para que se adhiriera al régimen vigente en Polonia, lo que le habría asegurado un cierto bienestar, optó por una rotunda negativa, seguida de un pedido para poder dejar el país y poder dirigirse a Checoslovaquia o Alemania. Su posición cambió imprevistamente, de simple internado con tratamiento soportable, pasó a la de detenido. Encerrado en la cárcel, rigurosamente vigilado, se vio acusado de alta traición por acuerdos y contactos con representantes y agentes de la delegación soviética de Varsovia, que tenía el objeto de organizar una sublevación en Galitzia, separar esta provincia de Polonia, y cederla a Rusia.

La trama se vio enseguida. Estaba cosida con el hilo blanco de la provocación en la cual habían trabajado agentes soviéticos, policías y jueces complacientes. Toda la acusación se basaba sobre la confesión de un cierto Krasnovolski, quien después de haber estado junto a los machnovistas internados en Rumania (donde en vano había tentado ganarse la confianza de Machno) logró encontrarse a su lado también en Polonia, para actuar en su contra.

Arrestado después de un simulado intento de fuga del campo de concentración, Kranovolski afirmó llevar, por orden de Machno, documentos a un agente bolchevique de Varsovia. El examen de los documentos demostró la existencia de un complot contra la República polaca, del cual Machno era el creador e inspirador. Estaba claro que se trataba de hacer todo lo posible para que el gran revolucionario estuviera en condiciones de ser eliminado.

Difundida la noticia, los ambientes revolucionarios y anarquistas de todo el mundo, iniciaron una vasta agitación que pronto dio sus frutos. La trama no resistió y el Tribunal al cual Machno había sido confiado, no pudiendo encontrar elementos ni documentos suficientes para condenarlo, y después de casi un año y medio de cárcel, lo puso en libertad; y finalmente pudo, no sin otras dificultades, dejar Polonia en julio de 1924 y dirigirse a Danzig.

Aquí fue hecho prisionero y después de pocas semanas se lo conminó a dejar inmediatamente la ciudad. No pudiéndolo hacer por falta de documentos, fue enviado nuevamente a un campo de concentración. Nuevas protestas y agitaciones en Europa, hasta que después de numerosas peripecias Machno logró llegar a Alemania y después a Francia. En París encontró a viejos compañeros de lucha: Volin, Archinoff y otros, pero encontró también nuevos problemas y nuevas obligaciones.

En París Machno pudo al fin reunirse con su compañera (que pronto lo abandonó y regresó a Rusia), y sobre todo reencontrar a su hija, nacida durante su prisión en Polonia.

Aunque enfermo, para vivir tuvo que realizar un trabajo manual en un pequeño taller de Belleville (en la calle Villette). Después, no pudiendo resistir el rigor de ese trabajo, se empleó como ordenanza en lo de un comerciante amigo. Este trabajo, otorgábale más libertad, lo que le permitió dedicarse a la redacción de sus Memorias (2), y a la continuación del folleto El ABC del anarquismo revolucionario (3). Además tenía que responder a los numerosos detractores que a cada momento trataban de enlodarlo. Sobre todo se le hacía con insistencia la acusación de haber provocado los atentados antisemitas. Al respecto escribió mucho. Un documento de grandísima importancia es el que redactó en octubre de 1927, mientras tenía lugar en París el proceso contra el libertario Schwarzbard, que había matado al general ucraniano Petliura, quien durante su dominación en Ucrania había organizado las persecuciones antisemitas más feroces.

El documento a que aludimos estaba precedido por una carta al famoso abogado Henry Torres, la cual decía:

Protesto enérgicamente contra la acusación en mi contra y para apoyar mi protesta adjunto un documento, el cual le ruego hacer conocer al auditorio ante el cual fui acusado de un crimen abominable: los pogrom. Este documento refuta completamente las calumnias de las cuales fui víctima y de las cuales se sirvió al abogado Campinchi en tan grave circunstancia. Los trabajadores ucranianos -judíos y no judíos- saben perfectamente que el movimiento al frente del cual estuve por varios años, era un movimiento social revolucionario que tendía, no a dividir a los trabajadores de distintas razas -todos explotados y oprimidos por igual-, sino a unirlos en una acción común contra sus opresores. El espíritu que animaba a los pogrom petliuristas era completamente ajeno al movimiento, y los pogrom no formaron nunca parte de nuestra acción. La vanguardia de este movimiento estaba formada por el ejército de los insurrectos revolucionarios que habían tomado el nombre de Machnovistas y este ejército comprendía una gran cantidad de judíos. El regimiento de Guliai-Polé tenía una compañía de 200 hombres, formada exclusivamente por trabajadores judíos. Además existía una batería de cuatro escuadrones donde todos, comandantes y soldados, eran judíos. Otros trabajadores judíos prefirieron, en lugar de entrar en unidades especiales, incorporarse a divisiones mixtas, pero todos eran a la par combatientes libres y enrolados voluntariamente en el ejército revolucionario y todos lucharon lealmente con nosotros por la causa de los trabajadores. Estos insurrectos judíos estuvieron bajo mis órdenes, no por meses sino por años. Ellos podrían testimoniar sobre la actitud que el ejército, su Estado Mayor, y yo mismo, tuvimos frente al antisemitismo y a los pogrom que el antisemitismo provocó. Cada tentativa de organizar un pogrom o un saqueo fue siempre sofocado de raíz y fusilados los culpables en el lugar (4).

El documento contiene muchas afirmaciones importantes que en parte se encuentran también en el presente libro, donde se trata el problema judío, pero era necesario señalar la actividad de Machno durante su estadía en París, dado que la prensa bolchevique en particular y sus vecinos habían insistido con falsedades de todo tipo sobre el carácter antisemítico de las formaciones voluntarias machnovistas, y del mismo Machno, los que habían afirmado que una de sus mayores actividades había sido la de provocar estragos en la colectividad judía.

En otras oportunidades Machno fue obligado a publicar aclaraciones y rectificaciones, una de las cuales es importantísima porque responde punto por punto a todos sus detractores, y es la dirigida a Aux juífs de tous les pays (5).

El encarnizamiento con que los representantes del gobierno de Moscú se ensañaron, primero con las armas, después con la calumnia y la traición, contra este adversario, explica muy bien el peligro que él representaba para ellos. Pero la verdad siempre logra afirmarse por encima de las pasiones y los odios. Hasta el eminente historiador ruso M. Cerikover, que además de ser un historiador es un hombre sincero y honesto, judío él también, quien se ocupó ampliamente y en particular de los pogrom antisemitas en su país, afirma: no haber nunca encontrado una prueba material de un pogrom llevado a cabo por el ejército machnovista.

No teniendo una profesión se tuvo que dedicar aun trabajo manual, con todo lo que eso significaba para él que, enfermo de los pulmones y atormentado por las heridas, sufría una fatiga casi insoportable. Sólo más tarde, empujado y ayudado por los amigos, pudo dedicar todo su tiempo a la redacción de las Memorias que debían comprender cuatro o cinco volúmenes (6).

De esta obra de largo alcance, que como pareciera de las intenciones del autor tendría que haber alcanzado las mil páginas, Machno pensaba obtener cómo y de qué vivir, humildemente, como estaba habituado, sin necesidad de continuar arruinándose la salud trabajando de changador. En lugar de eso no sobrevinieron para él sino años de miseria. Imposibilitado para el trabajo, debatiéndose continuamente en las peores dificultades económicas, no lograba obtener la tranquilidad para seguir con vigor su importante obra, que tendría que haber aparecido a razón de dos volúmenes por año.

Por otra parte, él era hombre de acción más que de pensamiento, animador más que creador. Su vida en Francia no podía sino desenvolverse en la forma insignificante como se desenvolvía. Siempre luchando con la miseria y con la policía, que de tanto en tanto lo citaba advirtiéndole los peligros de una eventual expulsión si no abandonaba toda actividad política. Esta vida de privaciones, de continuas preocupaciones, no podía sino agravar la enfermedad de los pulmones que había contraído en la prisión, a tal punto que no obstante los cuidados y la ayuda de los compañeros, fue empeorando continuamente.

En el año 1934 fue internado en el Hospital Tenon, de París, donde murió el 25 de julio, cuando sólo tenía 45 años, sin haber tenido tiempo de finalizar las Memorias que eran la meta de su vida, y que nos habrían mostrado una de las más interesantes e inéditas páginas de la revolución rusa.

Ugo Fideli




Notas

(1) Principios y métodos de organización, Ugo Fideli, en Voluntad, Nápoles, Año III, N° 4, 5, 6 y 7 (15/9/48 - 15/1/49).

(2) La Revolución rusa en Ucrania, tres volúmenes en idioma ruso, de los cuales se publicó sólo el primero, que abarca desde marzo de 1917 a abril de 1918. El volumen fue traducido al francés: La revolución rusa en Ucrania, editado por La Brochure Mensuelle, París, 1927, 260 págs., y en español, en una edición menos revisada, con el título La revolución en Ucrania, editorial Vértice, Barcelona 1928, 296 págs.

(3) Publicado sólo en alemán Das ABC des Revolutionaeren Anarchisten, Berlín 1927, editorial Der Freie Arbeiter.

(4) Une réponse au défenseur de Pétlioura, de Néstor Machno, en Le Libertaire, París, 23/10/27.

(5) Publicada en Le Libertaire, París, 22/4/27. Confronta también Une injustice Historique, de Néstor Machno, en Le Libertaire, París, 27/8/27: respuesta a algunas falsas afirmaciones aparecidas en Pariser Haint, París, 13/6/26, y en Volkszeitung, Varsovia, 14/6/26.

(6) En un párrafo del contrato para la publicación en francés de sus Memorias se lee: La obra internacional de Ediciones Anarquistas adquiere el compromiso de publicar en francés los cuatro o cinco volúmenes que Machno debe escribir sobre La revolución rusa en Ucrania.

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