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Capítulo X

El problema nacional en el machnovismo - La cuestion judia

Todo lo que acaba de decirse del machnovismo demuestra que era un movimiento popular de los campesinos y obreros y que su fin esencial era aseguar la libertad del trabajo por la actividad revolucionaria de las masas.

Desde su comienzo, desde los primeros días, el movimiento conocido con el nombre de machnovismo recibió la adhesión de las clases pobres de todas las nacionalidades que habitaban la región. En su mayor parte estaba formada, naturalmente, por campesinos de nacionalidad ucraniana. Un 6 a 8% eran campesinos de la Rusia Central. Además la integraban griegos, israelitas, caucásicos y gentes de otras nacionalidades. Las aldeas situadas en los confines del mar de Azov y pobladas de griegos y de judíos tenían relaciones constantes con el movimiento. Varios de los mejores comandantes del ejército revolucionario eran de origen griego y hasta último momento el ejército contó con algunos destacamentos especiales de griegos.

Formado por indigentes y fundido en una sola esencia por la unión natural de los trabajadores, el movimiento estuvo animado desde su comienzo por un profundo sentimiento de fraternidad de los pueblos, que es propio del trabajador oprimido. En su historia no hay un solo momento en que se haya seguido una consigna puramente nacionalista. Toda la lucha de los machnovistas contra el bolchevismo fue dirigida en nombre de los derechos y de los intereses del trabajo. Los denikinianos, los austroalemanes, los petlurianos, las tropas de desembarco francesas (en Berdiansk), los secuaces de Wrangel fueron considerados por los machnovistas, sobre todo, enemigos de la clase trabajadora. Cada una de esas invasiones representaba para ellos ante todo una amenaza para los trabajadores y se interesaron en el pabellón nacional que cubría esas incursiones.

En la Declaración publicada por el Consejo Revolucionario Militar del ejército en octubre de 1919 los machnovistas decían en el capítulo consagrado a la cuestión de las nacionalidades:

Al hablar de la independencia de Ucrania entendemos esa independencia, no como nacional, en el sentido petluriano, sino como la independencia social y laboriosa de los obreros y de los campesinos. Declaramos que el pueblo trabajador ucraniano (como cualquier otro) tiene derecho a forjar su propio destino, no como nación, sino como unión de trabajadores.

Sobre el problema del idioma que debía adoptarse en las escuelas, los machnovistas escribieron:

La sección de cultura y de instrucción del ejército machnovista recibe constantemente preguntas procedentes de maestros que desean saber en qué idioma debe enseñarse en las escuelas ahora que las tropas de Denikin han sido expulsadas.

Los insurrectos revolucionarios, conforme a los principios del verdadero socialismo, no podrían de ningún modo y bajo ningún pretexto violar los deseos naturales del pueblo ucraniano. Es por eso que la cuestión del idioma en que debe enseñarse en las escuelas no podrá ser decidida por nuestro ejército, sino por el pueblo a través de los maestros, de los alumnos y de sus padres.

Se deduce que todas las órdenes que emanan del Consejo especial de Denikin, así como la orden número 22 del general May Maiewsky que impiden el empleo de la lengua materna en las escuelas serán consideradas en lo sucesivo nulas, puesto que han sido impuestas por la fuerza a nuestras escuelas.

En interés del desenvolvimiento intelectual del pueblo, el idioma por adoptarse en las escuelas debe ser aquél hacia el cual tiende naturalmente la población, por eso la población, los maestros, los alumnos y sus padres, y no las autoridades o el ejército, decidirán libremente la cuestión.

Sección de cultura y de instrucción del ejército de los insurrectos machnovistas.

(Put K Svobodé, N° 10, del 18 de octubre de 1919).


Vemos de ese modo que los prejuicios nacionales no tenían lugar en el machnovismo. Los prejuicios religiosos tampoco. En su calidad de movimiento revolucionario de las clases pobres de la ciudad y del campo, el machnovismo era enemigo, en principio, de toda religión y de toda deidad. Entre los movimientos sociales modernos, el machnovismo fue uno de aquellos poco numerosos que no se interesó ni en su propia religión ni en la del vecino, ni en su nacionalidad ni en la de los demás, respetando ante todo el trabajo y la libertad del trabajador.

Esto no impedía que los enemigos del movimiento tratasen de desacreditarlo sobre todo desde ese punto de vista. Tanto en la prensa rusa como en el extranjero el machnovismo fue a menudo descrito como un movimiento limitado, extraño a las ideas de fraternidad y de solidaridad internacional y hasta con rasgos de antisemitismo. Nada más criminal que semejantes calumnias. Con el fin de aclarar este aspecto citaremos algunos hechos concretos muy significativos. Una actuación destacada tuvieron en el ejército machnovista los revolucionarios de origen judío, de los cuales muchos habían pasado por los trabajos forzados por su participación en la revolución de 1905 o habían sido obligados a emigrar a la Europa occidental o a América. Citaremos entre otros:

Kogan, vicepresidente del órgano central del movimiento, el Consejo regional militar revolucionario de Gulai-Polé. Kogan era un obrero que había abandonado su fábrica mucho antes de la revolución de 1917 por razones de orden moral y se había entregado al trabajo en los campos en una pobre colonia agrícola judía. Herido por las tropas de Denikin en la batalla de Peregonovka (cerca de Uman) fue arrestado en el hospital de Uman, donde se reponía de sus heridas, y, según testigos presenciales, asesinado.

S. Zinkovsky (Zadof), jefe del destacamento de exploradores y después comandante del regimiento especial de caballería. Había sufrido antes de la revolución una condena de diez años de trabajos forzados por un delito político. Fue uno de los elementos más activos de la insurrección revolucionaria.

Elena Keller, secretaria de la sección cultura y de instrucción del ejército. Obrera que había tomado palie en el movimiento sindical de América del Norte y después en la organización de la Confederación Nabat de Ucrania.

José el Emigrado (Gottmann), obrero, miembro de la sección de cultura y de instrucción del ejército. Tomó parte activamente en el movimiento anarquista de Ucrania. Fue uno de los organizadores de la Confederación Nabat y miembro del secretariado.

J. Aly (Sukovolsky), obrero, miembro de la sección de cultura y de instrucción del ejército; sufrió en los tiempos del zarismo una condena a trabajos forzados por un delito político. Fue uno de los organizadores de la Confederación Nabat y miembro del secretariado de la misma.

Podríamos agregar aun muchos otros nombres a la larga lista de judíos que tomaron parte en las diferentes manifestaciones del movimiento machnovista, pero preferimos abstenernos por razones de precaución.

En el seno mismo de la insurrección revolucionaria la población judía laboriosa tomaba parte activa y de modo fraternal. Las colonias agrícolas judías diseminadas en los distritos de Mariopol, de Berdiansk, de Alexadrovsk y otras participaban activamente en las asambleas regionales de campesinos, obreros e insurrectos y enviaban sus delegados, así como al Consejo militar revolucionario regional.

Visto que se habían producido actos de antisemitismo en la región, Machno propuso a todas las colonias judías en el mes de febrero de 1919, que organizaran milicias para su propia defensa y les proporcionó fusiles y municiones en cantidad suficiente.

Hacia la misma época fueron organizados una serie de mitines en la región, en los cuales Machno apeló a las masas para la lucha contra el antisemitismo.

La población laboriosa judía, a su vez, profesaba hacia la insurrección revolucionaria sentimientos de profunda solidaridad y fraternidad. Al llamado del Consejo Revolucionario Militar para proveer de combatientes voluntarios al ejército de los insurrectos machnovistas, las colonias judías respondieron enviando gran número de reclutas.

En el seno del ejército machnovista existía una batería servida exclusivamente por artilleros judíos y cubierta por un destacamento de infantería formado también de israelitas. Esa batería, mandada por el insurrecto Schneider, ofreció en el mes de junio de 1919 una resistencia desesperada a las tropas de Denikin que atacaban a Gulai-Polé y fue destruida, perdiendo hasta el último hombre y el último obús.

Es probable que hubiese en el período insurreccional de 1918-19 individuos hostiles con los judíos, pero ése no era un rasgo característico del machnovismo; era el resultado del conjunto de la vida rusa, y esos casos aislados no podían tener ninguna significación en el movimiento. Si individuos de ese género se permitían violencias contra los judíos, no tardaban en sucumbir frente a la justicia severa de los insurrectos revolucionarios.

Hemos dicho ya que Grigorief y su Estado Mayor fueron eliminados por la acción enérgica de los machnovistas y hemos indicado que una de las razones principales de ese acto había sido su participación en los pogroms antijudíos.

Citemos aun otros casos que tienen relación con la misma cuestión y de los cuales tenemos un conocimiento preciso.

Con fecha 12 de mayo de 1919, varias familias israelitas -20 personas en total- fueron muertas en la colonia judía de Gorkaia, cerca de Alexandrovsk. El Estado Mayor de los machnovistas designó una comisión especial para esclarecer el asunto; esa comisión pudo establecer que el asesinato había sido cometido por siete campesinos de la aldea vecina de Uspenovka; esos campesinos no constituían parte del ejército insurreccional; sin embargo los machnovistas consideraron que no debía dejarse impune el crimen y fusilaron en el acto a los culpables. Se estableció después que ese crimen y otras tentativas del mismo género eran instigados por agentes de Denikin que se habían infiltrado en la región y trataban de preparar por esos medios una atmósfera favorable para la entrada de las tropas denikinianas en Ucrania.

El 4 o el 5 de mayo de 1919, Machno acompañado de varios comandantes de sus tropas, se dirigió desde el frente hacia Gulai-Polé donde era esperado por el delegado plenipotenciario de la República, L. Kamenef, llegado de Karkof con otros representantes del gobierno soviético. En la estación del Alto- Totmak Machno vio repentinamente un cartel con la leyenda: ¡Mueran los judíos, salvemos la revolución, viva Batko Machno!.

-¿Quién ha colocado ese cartel?, preguntó Batko Machno.

Se supo que había sido uno de los insurrectos a quien conocía personalmente, un combatiente que había tomado parte en batallas contra las tropas de Denikin y que, en suma, era bastante buen hombre. Fue detenido y fusilado en el acto.

Machno prosiguió la marcha hacia Gulai-Polé. Durante el resto de la jornada y en el curso de sus negociaciones con los representantes de los soviets no pudo liberarse de la impresión siniestra de esa ejecución. Se daba cuenta de que se había obrado con crueldad, pero al mismo tiempo veía que aquellas manifestaciones, considerando el avance de Denikin, podían significar un gran daño para la población judía, también para la revolución, si no se obraba con decisión.

Cuando el ejército insurreccional retrocedió en el verano de 1919 hacia Uman, hubo casos en que los insurrectos saquearon los bienes de algunas familias judías. Al examinar esos casos, los machnovistas se dieron cuenta de que se trataba siempre de los mismos autores -cuatro o cinco hombres que habían pertenecido antiguamente a los destacamentos de Grigorief y que habían sido incorporados después de su muerte al ejército machnovista-. Al ser descubiertos, el grupo fue licenciado. Todos los combatientes que habían servido con Grigorief fueron expulsados del ejército machnovista como elementos que no estaban suficientemente preparados desde el punto de vista ideológico, y a los que no era posible educar en ese momento.

Hemos descrito la posición de los machnovistas frente al antisemitismo. Las manifestaciones de antisemitismo que se produjeron en Ucrania no tenían ninguna relación con el machnovismo.

Cuando la población judía estuvo en contacto con los machnovistas, encontró en ellos a sus mejores defensores contra el antisemitismo. La población judía de Gulai-Polé, la de las ciudades de Alexandrovsk, Berdiansk, Mariopol y de todas las colonias agrícolas judías situadas en la región del Donetz, pueden testimoniar que encontraban en los machnovistas amigos revolucionarios y que las medidas severas que siempre adoptaban éstos, en caso de necesidad, evitaban el antisemitismo de los contrarrevolucionarios de la región.

El antisemitismo existe en Rusia como en muchos otros países. En Rusia y en Ucrania, en particular, se manifestaba, no como resultado de la revolución o del movimiento insurreccional, sino al contrario, como un vestigio del pasado. Los machnovistas lo combatían siempre decididamente con la palabra y con la acción. Publicaron llamados invitando a las masas del pueblo a luchar contra ese mal. Se puede afirmar que los machnovistas han cumplido con su deber revolucionario en el dominio de la lucha contra el antisemitismo en Ucrania y fuera de sus límites. Tenemos a mano un manifiesto publicado por los machnovistas de común acuerdo con los anarquistas a propósito de casos de antisemitismo ocurridos en la primavera de 1919, relacionados con el comienzo de la ofensiva general de Denikin contra la revolución. He aquí el texto, con algunas omisiones.


¡A LOS OBREROS, CAMPESINOS E INSURRECTOS!

¡Siempre con los oprimidos, contra los opresores!

En los días penosos de la reacción, cuando la situación de los campesinos de Ucrania era particularmente dura y parecía no tener salida, fuisteis los primeros en levantaros como combatientes inflexibles e intrépidos por la gran causa de la emancipación de las masas laboriosas ... Ese fue el momento más bello y el más lleno de alegría de nuestra revolución, porque marchábais contra el enemigo con las armas en la mano, en calidad de revolucionarios conscientes, animados por la alta idea de libertad y de igualdad. Pero elementos nocivos y criminales lograron insinuarse en vuestras filas. Y al son de los cantos revolucionarios, de los cantos fraternales de la próxima liberación de los trabajadores, vinieron a mezclarse los sones terribles, los gritos desgarradores de los pobres judíos atormentados hasta la muerte ... Sobre el fondo claro y resplandeciente de la revolución aparecieron manchas sombrías imborrables, producidas por la sangre de los pobres mártires judíos que, ahora como antes, continúan proporcionando, según el capricho de la reacción criminal, víctimas inocentes de la lucha de clases ... Actos vergonzosos están en vías de ser realizados. Pogroms antisemitas tienen lugar.

¡Campesinos, obreros e insurrectos! Sabéis que los trabajadores de todas las nacionalidades -rusos, judíos, polacos, alemanes, armenios, etc.- sucumben de un modo semejante en el abismo de la miseria. Sabéis que millares de jóvenes judías son vendidas y deshonradas por el capital, lo mismo que las mujeres de otras nacionalidades. Sabéis cuántos honestos y valientes judíos militares revolucionarios han dado su vida por Rusia, por la libertad ... La revólución y el honor de los trabajadores nos obligan a gritar fuerte, para hacer estremecer las fuerzas oscuras de la reacción, que todos hacemos la guerra a un enemigo común: al capital y al principio de autoridad, que oprimen igualmente a los trabajadores, sean de nacionalidad rusa, polaca, judía, etc. Debemos proclamar que nuestros enemigos son los explotadores y los opresores de todas las nacionalidades: el fabricante ruso, el dueño de las fundiciones alemanas, el banquero judío, el propietario latifundista polaco ... La burguesía de todos los países y de todas las nacionalidades se ha unificado para una lucha encarnizada contra la revolución, contra las masas laboriosas del mundo y de todas las nacionalidades.

¡Campesinos, obreros e insurrectos! En este momento, cuando el enemigo internacional, la burguesía de todos los países, se ha precipitado sobre la revolución rusa y siembra a manos llenas la discordia nacional entre las masas trabajadoras para falsear la revolución y quebrantar los fundamentos de nuestra lucha de clases -la solidaridad y la unión de todos los trabajadores- es a vosotros a quienes corresponde la resistencia a los reaccionarios conscientes o inconscientes que ponen en peligro la causa de la emancipación del pueblo trabajador de las garras del capital y de la autoridad. Vuestro deber revolucionario es sofocar en germen toda persecución nacional y hacer despiadadamente justicia a todos los instigadores de pogroms antisemitas.

El camino hacia la liberación del trabajo será abierto por la unión de los trabajadores de todo el universo.

¡Viva la Internacional del Trabajo!

¡Viva la Comuna anarquista libre!

Comité ejecutivo del Consejo Militar Revolucionario de la región de Gulai-Polé.
Grupo de anarquistas del Nabat, de Gulai-Polé.
Comandante en jefe de los insurrectos, Batko Machno.
Jefe del Estado Mayor del ejército de los insurrectos machnovistas, B. Veretelnikof.
Gulai-Polé, mayo de 1919.


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