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Los primeros crímenes

La nueva sociedad Morgan-Taft-Madero, que vino a substituir por orden del imperialismo yanqui a la vieja Morgan-Taft-Díaz en los negocios en que la pobre víctima es el sufrido pueblo mexicano, acaba de dar dos muestras de su maldad y odio a los libertarios mexicanos, con dos actos, actos viles, rastreros y que constituyen verdaderos crímenes de los cuales es inmediato responsable ante la historia el presente gobierno de los Estados Unidos.

El primero de ellos es el permiso dado por el departamento de Estado para que tropas federales y maderistas de Chihuahua en número de mil quinientos hombres atravezaran una gran extensión de territorio americano para volver a cruzar la frontera mexicana en la Baja California con el fin de dar batalla al corto número de compañeros liberales que había de guarnición en dos plazas de la península.

Este permiso constituye una violación de la neutralidad de los Estados Unidos en la guerra civil porque atraviesa hoy México. Al consentir Taft en que tropas federales mexicanas pasasen por terreno americano con el fin de batir a fuerzas liberales mexicanas que operan en otra parte de México no muy fácil de acceso sino por vía americana, los Estados Unidos se constituyeron en parte y dejaron de ser neutrales. Tomaron un lado en los negocios civiles de México y con suerte deben considerarse si los liberales que operan en el país, no abren una guerra de exterminio a cuanto yanqui burgués encuentren.

La degeneración de los Estados Unidos se agravó desde la época del funesto William McKinley quien robusteciendo el capitalismo, pavimento el camino para la consumación de tanto delito, de tanto crímen de que han sido víctimas los pueblos hispanoamericanos.

Anteayer Cuba, ayer Panamá, después Nicaragua, y hoy México, han perdido sus derechos. La soberanía de esos pueblos es un mito. El capitalismo yanqui es tan tirano de los pueblos de Centro América y las Antillas como de México.

Los magnates americanos han sostenido y elegido a hombres safe como ellos dicen, para tiranos de esos pobres pueblos. Así como arrojaron a José Santos Zalay de Nicaragua, al General Castro de Venezuela, y a su vez a Porfirio Díaz de México, los primeros por no favorecer al Capital americano y al último porque ya no pudo darles garantías y provechos, así eligieron a un Estrada y un Gómez para jefes de Estado en Managua y en Caracas y hace pocos días a Francisco de la Barra para presidente provisional de México.

Y todo esto se hace en frente de las clases trabajadoras, las únicas productoras de las riquezas de esos paises. Respecto a México estamos seguros que la revolución del Partido Liberal seguira su curso hasta conseguir el completo exterminio de la clase burguesa, sea de la nacionalidad que fuere, incluso la del país.

Libertarios de todo el mundo: es todavía tiempo de despertar y ver lo que es hoy México. Un país dominado por el capitalismo extranjero que en su afán de sacar los más grandes provechos de la tierra por los esfuerzos y el sudor de los peones y trabajadores mexicanos va hasta a obligar a Taft, por primera vez en la historia de los Estados Unidos a que permita el paso de tropas mexicanas por su territorio, para ir a batir a una parte de las fuerzas de los liberales en Baja California. Despertad mexicanos y ved que los capitalistas están sosteniendo a sus instrumentos De la Barra y Madero, para lograr la pacificación del país y el aniquilamiento de vuestros hermanos los liberales, los únicos que luchan por daros ¡Tierra y Libertad!

La violación oficial de la neutralidad en la guerra civil de México, por los Estados Unidos, es un crímen que no será olvidado por las clases trabajadoras. En la lucha de clases que ha de azotar al globo, no olvidarán los trabajadores mexicanos los crímenes de los capitalistas americanos. ¡Ay de los burgueses!

El otro acto cometido por el trio Morgan-Taft-Madero, es que a raíz de que Juan Sarabia, como Comisionado de paz por parte de Madero, dijo a su amo que nosotros no haríamos traición a la clase trabajadora, por lo tanto no renunciaríamos a seguir la lucha, fue el asalto a las oficinas de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, a las oficinas del periódico Regeneración, órgano de nuestro partido, y a la casa habitación del compañero Librado Rivera y en seguida el arresto y prisión de los miembros de la Junta, los camaradas Ricardo Flores Magón, Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa y Enrique Flores Magón.

Con la prisión de estos compañeros, no es necesario devanarse los sesos para encontrar argumentos con que demostrar la maldad y el odio del capitalista yanki, boss del maderismo, en contra de los libertarios mexicanos.

Sin embargo, la opinión del pueblo trabajador americano va orientándose contra el maderismo. El mitin monstruo que se celebró en la ciudad de Nueva York, el 26 del pasado junio, las protestas hechas en Chicago contra el arresto de los compañeros, los mítines efectuados en esta ciudad y otros puntos de la Unión, son todas, manifestaciones contra Madero. Los trabajadores están odiando hoy a este advenedizo al igual que odiaban a Porfirio Díaz.

Ante todo esto, ¿qué nos resta por hacer a los liberales? Decidirnos a hacer un enorme sacrificio en pro de la causa. En frente de poderosos enemigos, tenemos que hacer poderosos sacrificios. Cuatro caminos se abren al compañero o a la compañera liberal, resida en California o Nueva México, en Texas o en Arizona, en Oklahoma o en Louisiana, o viva en nuestro país. Uno de ellos es el lanzarse abiertamente a la revolución armada en México, pronunciándose por el Partido Liberal y enarbolando la bandera roja con la inscripción Tierra y Libertad. El otro es obtener todo el dinero posible y enviarlo sin pérdida de tiempo a esta oficina al compañero Manuel G. Garza para ayuda de los gastos que demande el movimiento. El tercero es hacer giras de propaganda liberal, efectuando mítines y juntas, fundando grupos liberales y consiguiendo suscripciones de Regeneración. Y el último, dedicarse exclusivamente a agenciar fondos para los gastos de defensa de los compañeros presos, o cubrir las fianzas que demanda la llamada Corte federal para que obtengan su libertad temporal.

Cualquiera de estos caminos que toméis y recorráis con fe y siempre trabajando por la causa, beneficiará al partido y hará avanzar el movimiento. Decidíos, compañeros, y hacedlo cuanto antes. Que vuestra solidaridad sea vuestra respuesta a los dos primeros crímenes cometidos por la nueva sociedad Morgan-Taft-Madero.

Antonio de P. Araujo

(De Regeneración, del 29 de julio de 1911, N°48)

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