Indice de Ricardo Flores Magón, el apóstol de la Revolución Mexicana de Diego Abad de Santillán CAPÍTULO SEGUNDO CAPÍTULO CUARTOBiblioteca Virtual Antorcha

RICARDO FLORES MAGÓN,
el apóstol de la Revolución Mexicana

Diego Abad de Santillán

CAPÍTULO TERCERO

El levantamiento. - Nuevamente en la brecha. - Las ideas de Flores Magón. - Madero y los liberales. - La insurrección liberal. - En plena lucha. - Un enemigo de Flores Magón.



El levantamiento.

La fecha del levantamiento fue fijada para el 25 de junio de 1908. Una nueva traición o diversas traiciones, el descubrimiento de correspondencia entre los presos y los liberales de afuera y la intervención de agentes policiales y delatores hizo que el gobierno conociera los hilos de la nueva insurrección, y el 24 de junio se operaron en toda la República centenares de detenciones, hubo asesinatos y de esa forma se hizo fracasar la intentona; numerosos grupos no tuvieron noticias de la fecha del levantamiento y otros fueron sorprendidos antes de tomar las armas. De todos modos este segundo levantamiento estuvo ya más serio que el de 1906.

Hubo algunos esfuerzos aislados, que no tardaron en ser sofocados. A esa época pertenecen los episodios de Las Vacas y Viesca en Coahuila, Valladolid en Yucatán, y Palomas en Chihuahua, que encontraron un Píndaro heroico en Práxedis G. Guerrero.

El 26 de junio un grupo de unos cuarenta rebeldes se acercó al pueblo de Las Vacas, organizado en tres guerrillas mandadas por Benjamín Canales, Encarnación Díaz Guerra y Jesús M. Rangel. Una partida de varios cientos de soldados acampaba en el pueblo y fueron sorprendidos. El grupo de liberales hizo frente a las tropas con un gran arrojo. Pero desgraciadamente las balas se les acabaron pronto y no pudieron tomar el pueblo, bien que causaron sensibles pérdidas a los soldados. De los liberales quedaron en el campo algunos muertos, como Benjamín Canales, Pedro Miranda, Néstor López, Modesto G. Ramtrez, Juan Maldonado, Emilio Munguía, Antonio Martínez Peña, Pedro Arreola, Manuel V. Velís y varios heridos entre ellos Díaz Guerra y Rangel.

En la noche del 24 al 25 se levanto el grupo de Viesca, derrotó a la policía, abrió la cárcel, proclamó el programa del Partido Liberal y la abolición de la dictadura. Las tropas gubernamentales no tardaron en presentarse en gran número y los rebeldes debieron abandonar el pueblo y huir a las montañas.

El 1° de julio un grupo de once libertarios mexicanos refugiados en El Paso, Texas, se levantó en la población fronteriza de Palomas; la toma de esa localidad era necesaria para seguir adelante y operar de acuerdo a un plan más amplio. Una vasta resistencia se ofreció a los rebeldes, que apenas disponían de municiones y de armas. En ese combate desigual cayó Francisco Manrique, un amigo de Práxedis G. Guerrero. Guerrero mismo, Enrique Flores Magón y otros, consiguieron milagrosamente pasar de nuevo la frontera.

Después del levantamiento de Las Vacas, los fugitivos, encabezados por Rangel, cruzaron varias veces la frontera de los Estados Unidos a traer municiones de guerra para continuar la revolución libertarla en contra de la tiranía en México, cuando en 1913 fueron sorprendidos, arrestados y condenados a sufrir penas hasta de noventa y nueve años; al llevar a la imprenta este libro, seis de los que sobreviven están pagando todavía esa bárbara condena en el Estado de Texas.

Los resultados de Viesca fueron los siguientes:

Lorenzo Robledo, veinte años de reclusión; Lucio Chaires; Juan B. Hernández; Patricio Piendo; Gregorio Bedolla; Leandro Rosales; José Hernández; Andrés Vallejo .y Julián Cardona, quince años. de reclusión; Juan Montelongo, tres años. Todos fueron enviados a San Juan de Ulúa. Otro, José Lugo, fue condenado a muerte y fusilado el 3 de agosto de 1908. La furia represiva del porfirismo alcanzó a otros tres revoludonarios: a Ramírez 8onilla, Kankum y Albertos, fusilados por sentencia de un consejo de guerra.

El alma de todo ese movimiento era siempre, indudablemente, Ricardo Flores Magón y la prensa por él redactada o inspirada; sin embargo, no fueron Regeneración y Revolución los únicos periódicos liberales que aparecían en las ciudades fronterizas de los Estados Unidos. Nombremos por ejemplo Reforma, Libertad y Justicia, de Antonio de P. Araujo; Libertad y Trabajo, La Voz de la Mujer, semanario liberal editado en El Paso, Texas en 1907; El Liberal, de Amado Gutiérrez editado en Del Río, Texas durante 1906 y 1907; Resurrección órgano del club liberal Constitución, de Francisco J. Sáenz, Rafael S. Trejo y Aurelio N. Flores, editado en San Antonio, Texas, durante 1907, Y otros, fieles al programa del Partido Liberal, que únicamente reconocían a los miembros de la Junta, en primer lugar, a Ricardo Flores Magón, más y más libertariamente inspirado.

Nuevamente en la brecha.

La revolución no fue vencida en 1908; al día siguiente de los desastres infligidos al puñado de liberales que tuvieron el valor de hacer frente al tirano, la propaganda por un nuevo levantamiento siguió imperturbablemente. El pueblo mexicano, a causa de la labor de Ricardo Flores Magón y de sus compañeros, comenzó a reflexionar y a querer en todas partes un cambio de la situación. Pero con ese despertar del pueblo aparecieron los arribistas de la polTtica, los caudillos, los aventureros dispuestos a aprovechar los anhelos de emancipación de las grandes masas para sus fines personales y sus ambiciones.

En agosto de 1910 se abrieron las puertas de la c§rcel del Estado de Arizona, y Ricardo Flores Magón, Librado Rivera y Antonio I. Villarreal salieron en libertad, después de tres años de prisión, desde agosto de 1907. De inmediato se dirigieron a Los Angeles, California, dispuestos a continuar en la brecha y a demostrar que no estaban arrepentidos. Su llegada a esta ciudad fue saludada el 7 de agosto con un mitin monstruo, organizado por el Partido Socialista; en ese mitin se recaudaron 411 dó1ares, y Regeneración volvió a la vida por tercera vez, con Anselmo L. Figueroa como editor y Ricardo y Enrique Flores Magón, Gutiérrez de Lara y Antonio I. Villarreal como redactores.

Regeneración comenzó a publicar una página en inglés, que el primer año fue redactada por Alfred Sanftleben, un viejo anarquista alemán, más tarde vuelto al socialismo y que últimamente parece adherirse a las ideas de su juventud. Sanftleben fue el traductor alemán de los trabajos del doctor Rossi sobre la Colonia Cecilia del Brasil, y durante algún tiempo colaboró en el Freiheit de Most.

Regeneración comienza una nueva etapa, francamente libertaria; es verdad que en él se constata en los primeros meses una propaganda a favor de la American Federation of Labor y del Partido Socialista; pero era obra de Antonio I. Villarreal y de Lázaro Gutiérrez de Lara, que fueron bien pronto al maderismo.

Las ideas de Flores Magón.

Regeneración vió la luz por tercera vez el 3 de septiembre de 1910, en gran formato, a siete columnas. El artículo de Ricardo Flores Magón, A los proletarios, publicado en el primer número es ya significativo para la orientación anarquista del periódico; contiene el hálito de la revuelta próxima y prepara los ánimos para la lucha. Transcribamos algunos párrafos:

Obreros, amigos, dice Flores Magón, escuchad: es preciso, es urgente que llevéis a la revolución que se acerca la conciencia de la época; es preciso, es urgente que encarnéis en la pugna magna el espíritu del siglo. De lo contrario, la revolución que con cariño vemos incubarse, en nada diferirá de las ya casi olvidadas revueltas fomentadas por la burguesía y dirigidas por el caudillaje militaresco, en las cuales no jugasteis el papel heroico de propulsores conscientes, sino el nada airoso de carne de cañon.

Sabedlo de una vez: derramar sangre para llevar al poder a otro bandido que oprima al pueblo, es un crimen, y eso será lo que suceda si tomáis las armas sin más objeto que derribar a Díaz para poner en su lugar un nuevo gobernante ...

Continúa previniendo sobre la ineficacia de un mero cambio en la administración pública, y se esfuerza por infundir a los proletarios la conciencia que sus intereses están en un plano absolutamente opuesto a los de la burguesía:

... Tened en cuenta obreros, que sois los únicos productores de la riqueza. Casas, palacios, ferrocarriles, barcos, fábricas, campos cultivados, todo, absolutamente todo esto hecho por vuestras manos creadoras, y sin embargo de todo carecéis. Si váis a la revolución con el propósito de derribar al despotismo de Porfirio Díaz, cosa que lograréis indudablemente, porque el triunfo es seguro, obtendréis un gobierno que ponga en vigor la Constitución de 1857, y, con ello, habréis adquirido al menos por escrito vuestra libertad política; pero en la práctica seguiréis siendo tan esclavo como hoy, y, como hoy, sólo tendréis un derecho: el de reventar de miseria. La libertad política requiere la concurrencia de otra libertad: esa libertad es la econónica ...

Si no sois conscientes de vuestros derechos como clase productora, la burguesía se aprovechará de vuestro sacrificio, de vuestra sangre y del dolor de los vuestros, del mismo modo que hoy se aprovecha de vuestro trabajo, de vuestra salud y de vuestro porvenir en la fábrica, en el campo, en el taller, en la mina ...

Ricardo Flores Magón conocía a fondo al pueblo mexicano, su situación política y social; sus exhortaciones tenían algo de profético; parece que pronosticaban con toda claridad que la revolución que rugía ya sordamente en México no sería para los proletarios, sino para los aprovechadores salidos de la burguesía. No es culpa de Flores Magón si sus palabras fueron desoídas; él habló con el corazón en la mano y con una claridad meridiana. Su manera de escribir recuerda la arenga fogosa del apóstol. Toda su labor escrita es una exhoctación a la lucha y un manifiesto al hombre libre. Mil veces ha repetido, con igual energía, a sus hermanos los oprimidos mexicanos: la libertad política es una mentira sin la libertad económica; sed económicamente libres y lo seréis también políticamente; confiad en vosotros mismos y desconfiad de las clases privilegiadas.

Una idea repetida también sin cesar desde 1910, pero que también se encuentra anteriormente, es la de la toma de la tierra:

... La tierra es de todos, gritó a los mexicanos; la propiedad territorial está basada en el crimen, y por lo mismo, es una institución inmoral. Esta institución es la fuente de todos los males humanos ... Para protegerla se hacen necesarios el ejército, la judicatura, el parlamento, la policia, el presidio, el cadalso, la iglesia, el gobierno y un enjambre de empleados y de zánganos, siendo todos ellos mantenidos precisamente por los que no tienen un terrón para reclinar la cabeza, por los que vinieron a la vida cuando la tierra estaba ya repartida entre unos cuantos bandidos que se la apropiaron por la fuerza o entre los descendientes de esos bandidos ... Al pertenecer la tierra a unos cuantos, los que no la poseen tienen que alquilarse a los que la poseen para siquiera tener en pie la piel y la osamenta. La hunillación del salario y el hambre, ése es el dilema con que la propiedad territorial recibe a cada nuevo ser que viene a la vida ... Esclavos, empuñad el winchester, trabajad la tierra cuando hayáis tomado posesión de ella. Trabajar en estos momentos la tierra es remacharse la cadena, porque, se produce más riqueza para los amos y la riqueza es poder, la riqueza es fuerza, fuerza material y moral ...

Al viejo lema Reforma, Libertad y Justicia, con que terminaban los manifiestos del Partido Liberal, se substituyó la fórmula: Tierra y Libertad.

La idea de la toma de la tierra fue difundida en México, más que en ninún otro país, gracias a la propaganda de Ricardo Flores Magón: desde 1910 en adelante, la política mexicana no pudo pasar por alto esa demanda cada vez mAs urgente e imperiosa en labios del proletariado de los campos. Claro está, los privilegiados hallaron el medio de burlar esta reivindicación, como tantas otras, pretendiendo primero reconocerla y arrancando en su favor la iniciativa de los propios campesinos.

Flores Magón ha predicado la revolución integral. En la víspera del levantamiento de 1910, ha recordado al pueblo mexicano la necesidad de ir más allá de un simple cambio de amos, para no ser un mero pueblo rey de burlas, con la libertad de votar por única conquista. En aquellos días de expectación, sólo Flores Magón mantenía firme el timón de su voluntad hacia la toma de la tierra y la destrucción del poder político. Y es doblemente meritorio, porque en tales momentos de popularidad como la que gozaba el gran rebelde, hubiera podido ponerlo a la cabeza de un movimiento político triunfal; se contentó con señalar el verdadero camino y luchar con sus amigos para arrastrar al pueblo hacia ese ideal de verdadera libertad y de verdadero bienestar, sin ninguna ambición subalterna, sin ningún propósito de mando.

Flores Magón ha apelado a los más elevados sentimientos humanos, ha llamado la atención de los proletarios también sobre las armas de una moral superior, de solidaridad, de justicia, de fraternidad.

No, no es extraño, decís, que el hombre del presente que sabe manejar la electricidad y que ha encontrado la manera de volar, tenga, respecto de los demás hombres, el mismo sentimiento de encono que hacía hervir la sangre del troglodita, cuando, vuelto de la caza, encontraba en su vivienda de roca un oso o una hiena listos para disputarle el alojamiento y el sustento. Progresa la humanidad, pero en un sentido solamente. Por eso, cuando se habla de solidaridad, muy pocos son los que entienden ... Un egoísmo cada vez más grande domina las relaciones de los hombres entre sí ... En vez de ver en cada pobre un concurrente molesto, una boca más con la cual hay que compartir las migajas que despreciativamente nos dan los ricos como salario, debemos pensar que es nuestro hermano; debemos hacerle comprender que nuestro interés es el suyo ...

He aqul un pensamiento interesante:

No es posible predecir hasta donde llegarán las reivindicaciones populares en la revolución que se avecina; pero hay que procurar lo más que se pueda. Ya sería un gran paso hacer que la tierra fuera de propiedad de todos; y si no hubiera fuerza suficiente o suficiente conciencia entre los revolucionarios para obtener más que esa ventaja, ella sería la base de reivindicaciones próximas que por la sola fuerza de las circunstancias conquistaría el proletariado ...

No por dirigirse al pueblo trabajador lo hacía con palabras lisonjeras o con hlmnos fatuos al proletariado; ante todo exponía la verdad, pues sólo con ella se debía avanzar hacia el porvenir. Por eso decía:

El tirano no es un producto de generación espontánea; es el producto de la degradación de los pueblos. Pueblo degradado, pueblo tiranizado. El mal, pues, está ahí: en la masa de los sufridos y los resignados, en el montón amorfo de los que están conformes con su suerte.

Ese pensamiento nos recuerda otro de Práxedis G. Guerrero:

La tiranía es el crimen de las colectividades inconscientes contra ellas mismas y debe atacársele como una enfermedad social por medio de la revolución social, considerando la muerte de los tiranos como un incidente inevitable en la lucha, un incidente nada más, no un acto de justicia.

Mientras tanto, la situación mexicana se complicaba; de un momento a otro iba a estallar la rebelión contra Díaz, encabezada por Francisco I. Madero. Este latifundista tenía intenciones manifiestas de hacerse pasar por un elemento afín a los liberales del grupo Regeneración. Ricardo Flores Magón explicó ya el 5 de noviembre de 1910, de una manera que no dejaba lugar a duda, los fines del movimiento antirreeleccionista encabezado por Madero y los fines del Partido Liberal, diametralmente opuestos e inconciliables. Y como si su denuncia fuera poco, la Junta envió el 16 de noviembre la siguiente circular a los grupos adheridos:

Madero y los liberales.

Loa Angeles, California, noviembre 16 de 1910.

Estimado compañero:

La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano ha tomado posición respecto de los planes revolucionarios que se están preparando, así como sobre la fecha del movimiento y la ninguna liga que el Partido Liberal tiene con el partido maderista; parece que Madero está precipitando un movimiento personalista que tendrá principio el día 20 de este mes o a más tardar el primero del próximo diciembre y, como si ese movimiento maderista se efectúa, los liberales tendremos la mejor oportunidad que pueda presentársenos para rebelarnos también, la Junta recomienda a usted se prepare y recomiende a sus amigos que se preparen y estén listos para que, si hay alguna perturbación en el país originada por los maderistas, aprovechemos el momento de confusión para levantarnos todos los liberales. Esto no quiere decir que la Junta recomiende a usted que haga causa común con los maderistas ni que sus amigos lo hagan. Simplemente se recomienda a los liberales el aprovecharse de las circunstancias especiales en que estará el país si los maderistas perturban el orden. La Junta no ha celebrado pacto alguno o alianza con los partidarios de Madero, porque el programa del Partido Liberal es distinto del programa del Partido Antirreeleccionista. El Partido Liberal quiere libertad política, libertad económica por medio de la entrega al pueblo de las tierras que detentan los grandes terratenientes, el alza de los salarios y la disminución de las horas de trabajo; obstrucción a la influencia del clero en el gobierno y en el hogar. El Partido Antirreeleccionista sólo quiere libertad política, dejando que los acaparadores de tierras conserven sus vastas propiedades, que los trabajadores sigan siendo las mismas bestias de carga y que los frailes continuen embruteciendo a las masas. El Partido Antirreeleccionista, que es el de Madero, es el partido conservador. Madero ha dicho que no pondrá en vigor las Leyes de Reforma. Muchos liberales engañados por los maderistas, han engrosado las filas de Madero, de quien se asegura que está de acuerdo con nosotros. Nada hay más inexacto que eso. Por cuestión de principios, el Partido Liberal no puede estar de acuerdo con el maderismo. Asi pues, la Junta recomienda a usted que al levantarse en armas aprovechando el movimiento de Madero no haga causa común con el maderismo conocido por antirreeleccionismo; pero que sí trate con todo empeño de atraer bajo las banderas del Partido Liberal a todos los que de buena fe se precipiten a la lucha. Procure usted por todos los medios que su iniciativa le sugiera contrarrestar la tendencia del elemento maderista, para que la revolución sea beneficiosa al pueblo mexicano y no el medio criminal para que escale el poder un grupo de ambiciosos. Si los maderistas no llevan a cabo el movimiento proyectado, entonces pasará a ver a usted un delegado de la Junta para tratar los asuntos del Partido Liberal. El programa del Partido Liberal es el promulgado el primero de julio de 1906 en Saint Louis, Missouri.

Reforma, Libertad y Justicia.
Ricardo Flores Magón.
Antonio I. Villarreal.
Librado Rivera.
Práxedis G. Guerrero.
Enrique Flores Magón.

Esta circular no llegó a todos los liberales a quienes estaba destinada; por eso se explica la confusión intencionalmente trabajada por Madero. Por lo demás, existía en la Junta todavía A. I. Villarreal, que no estaba dispuesto a luchar por el bienestar y la libertad del pueblo con el celo y el desinterés de sus compañeros.

El movimiento maderista estalló el 20 de noviembre y con esa insurrección de largas perspectivas entró México en una nueva fase política. Moralmente el general Díaz había terminado su carrera desde que se puso frente a él Ricardo Flores Magón; pero le quedaban muchos recursos materiales, había muchos intereses creados a su alrededor como para que los porfiristas y científicos soltaran la presa sin lucha.

Así fijaba Ricardo Flores Magón en su periódico el 26 de noviembre la actitud del Partido Liberal:

El Partido Liberal trabaja por el bienestar de las clases pobres de la sociedad mexicana; no impone candidatura ninguna, porque ésa es cuestión que tiene que arreglar el pueblo. ¿Quiere éste amos? ¡Que los nombre! Lo que el Partido Liberal quiere es que todo hombre y toda mujer sepan que nadie tiene derecho a explotar a otro; que todos por el solo hechO de venir a la vida, tenemos derecho a tomar lo que necesitamos para la vida, siempre que contribuyamos a la producción; que nadie pueda apropiarse de la tierra, por ser ésta un bien natural que todos tienen derecho a aprovechar.

Unos días más tarde, el 3 de diciembre, volvía Ricardo Flores Magón a denunciar a Madero como representante de la burguesía, terminando así:

El cambio de amo no es fuente de libertad ni de bienestar. Se necesita el cambio de las condiciones que hacen desgraciada a la raza mexicana.

El movimiento maderista sufrió al principio rudos golpes que parecieron haberlo paralizado; pero la agitación antiporfirista prosiguió su curso, comprendiendo capas del pueblo cada vez más vastas.

Ricardo Flores Magón continúa exponiendo los principios de una verdadera acción revolucionaria, precisamente en ese periodo de agitación y de lucha su claridad y su sinceridad se manifiestan más evidentemente:

Los gobiernos, escribía en el número de Regeneración del 10 de diciembre, tienen que proteger el derecho de propiedad y están instituidos precisamente para proteger ese derecho con preferencia a cualquiera otro. No esperemos, pues, que Madero ataque el derecho de propiedad en beneficio del proletariado ... Abrid los ojos. Recordad la frase sencilla como la verdad y, como la verdad, indestructible: la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos.

La insurrección liberal.

Los liberales no quedaron inactivos; los numerosos grupos armados que desde antes se encontraban preparados para levantarse en toda la República, puede decirse que una gran parte de la reavivación del movimiento antiporfirista se debe a ellos. Entre los guerrilleros más simpáticos figura Práxedis G. Guerrero. El 23 de diciembre, una partida dirigida por ese bravo revolucionario se apoderó de un tren a 20 millas de Ciudad Juárez y obligó al maquinista a transportarlos a la zona de la lucha. El tren los llevó hasta estación Guzmán y desde allí partieron a caballo para Casas Grandes. A medida que el tren avanzaba iban destruyendo los puentes. El mismo día envió Guerrero a sus amigos de Los Angeles el siguiente telegrama:

23 de diciembre de 1910.

Hasta hoy sin novedad. Ferrocarril del Noroeste sin puentes. Voluntarios uniéndosenos.

Práxedis G. Guerrero.

Casas Grandes y Janos, en Chihuahua, cayeron en poder de Guerrero y de su grupo. Desgraciadamente su osadía lo perdió. El 30 de diciembre fue muerto en un combate con las tropas porfiristas. El Partido Liberal perdió un elemento insustituible. Ricardo Flores Magón lamentó amargamente la pérdida del compañero y del amigo, uno de los mejores escritores que haya producido México.

Flores Magón proseguía su obra de esclarecimiento de los espiritus y señalando la meta y la ruta del verdadero bienestar y de la verdadera libertad. En el número del 14 de enero de 1911 de Regeneración escribía:

Imprimamos a la revolución una intensa finalidad social; convirtámosla en el brazo robusto que ha de hacer pedazos la servidumbre de la gleba.

Son interesantes las Instrucciones generales a los revolucionarios, publicadas en enero de 1911:

Los liberales que estén dispuestos a empuñar las armas, deberán alistarse rápidamente, y estando listos, se pronunciarán sin pérdida de tiempo para robustecer y extender el movimiento de insurrección ... Los grupos revolucionarios se harán de fondos y de elementos, en primer lugar de los que haya en las oficinas y depósitos del gobierno y de sus favoritos, y en segundo, de los particulares, dejando en todo caso recibo de las cantidades o de cualquier otra cosa que se haya tomado, como constancia de que lo tomado va a servir para el fomento de la revolución ... Al tomar un lugar, ya sea por asalto, sorpresa o capitulación, se tendrá especial cuidado en no infligir trope1ías de ningún género a los habitantes pacíficos; en no permitir ni ejecutar actos que pugnen con el espíritu de justicia que caracteriza la revolución. Todo indigno abuso será enérgicamente reprimido. La espada de la revolución será implacable para los opresores y sus cómplices; pero también lo será para los que bajo la bandera de la libertad busquen el ejercicio de criminales desenfrenos ... Para evitar choques con las fuerzas maderistas, los grupos liberales deberán tratar con toda corrección a los grupos maderistas, tratando de atraerlos bajo la bandera liberal por medio de la persuasión y de la fraternidad. La causa del Partido Liberal es distinta de la causa maderista, por ser la liberal la causa de los pobres; pero en caso dado, ya sea para la resistencia como para el ataque, pueden combinarse por todo el tiempo que dure la necesidad ...

Por más oposición que hubiera entre los principios liberales y los maderistas, la lucha contra el porfirismo hacía casi inevitable el encuentro sobre ciertas bases comunes para actos eventuales de ataque y de defensa. Durante la insurrección ukraniana hemos visto a los makhnovistas concertar pactos con los bolchevistas para la lucha contra la reacción monárquica. Ciertamente, en uno y otro caso esas uniones circunstanciales han sido fatales para los revolucionarios antiautoritarios.

En enero de 1911 había grupos liberales lnsurreccionados en Sonora, Chihuahua, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, Morelos y Durango. El grupo de Práxedis G. Guerrero fue comandado, después de su muerte, por Leonides Vázquez, y continuó luchando valerosamente; un mes más tarde infligió, en unión con un grupo antirreeleccionista, una seria derrota al coronel Rábago, cerca de Galeana. A últimos de enero, un grupo de ochenta liberales, al mando de José María Leyva (se volvió maderista al mismo tiempo que Villarreal), y Simón Berthold tomaron el pueblo de Mexicali, en la Baja California. Se apoderaron de armas y dinero, aumentaron su número y abandonaron la población bien pertrechados, para extender la insurrección. Lázaro S. Alanís, otro liberal que siguió más tarde distintas banderias politicas, también consiguió tomar varios pueblos y reforzar considerablemente su grupo en hombres y armas; su campo de acción era el Estado de Chihuahua. La columna liberal más importante en el Estado de Chihuahua era la del viejo Prisciliano G. Silva cuyos tres hijos habían tomado también las armas, uno en el grupo de Práxedis G. Guerrero, otro con Alanís y el menor con él mismo. El 11 de febrero, Silva escribía desde Guadalupe, Chihuahua, a Flores Magón:

Tengo enarbolada en este pueblo la bandera roja con nuestro querido lema: Tierra y Libertad. Al ver ondear esta insignia de los desheredados, acariciada por la fresca brisa invernal, me siento verdaderamente feliz ...

El 17 de febrero hubo un encuentro entre los liberales de Mexicali y las tropas federales al mando del coronel Vega; estas últimas sufrieron una vergonzosa derrota.

Los liberales recibieron un valioso refuerzo con la libertad de Antonio de P. Araujo en febrero y con la de Jesús M. Rangel en abril de 1911, que habían pasado varios años en la penitenciaría de Leavenworth, Kansas, de resultas de la entativa frustrada de 1908.

El mes de febrero es también memorable para los liberales, por la traición de Madero contra el viejo Prisciliano G. Silva, que se había adueñado de Guadalupe, Chihuahua. He aqul cómo sucedió:

El 14 de febrero recibió Silva un mensaje de Madero solicitando ayuda para continuar la marcha desde Zaragoza, pues dado el estado de su columna, temía caer en manos de los federales. Silva le envió ocho carros, un coche con veinte caballos ensillados y dos carros cargados con toda clase de provisiones. El encargado de dirigir el convoy a Madero era Lázaro Gutiérrez de Lara que había llegado con un grupo de norteamericanos a incorporarse a Silva.

El 15 de febrero llegó Madero a Guadalupe con una importante columna, siendo tratados los maderistas amablemente por los liberales. Madero intentó conquistar a Silva para su causa, con el pretexto primeramente de que iban a ser atacados por los federales de un momento a otro. Silva consintió en una acción defensiva común y, al ir a tratar el plan de la campaña, fue arrestado por Madero por no quererle reconocer como Presidente provisional. Las fuerzas liberales, mezcladas con las maderistas, fueron también desarmadas traidoramente. Lázaro Gutiérrez de Lara, que fungió de judas, se proclamó maderista; pero parece que lo era ya en el tiempo que se hacia pasar por liberal.

Además de este hecho, Madero realizó otro no menos cobarde: Gabino Cano iba a reunirse con cincuenta hombres a Silva, pero primeramente pasó la frontera de los Estados Unidos con trece heridos; Madero lo supo, y denunció a Cano a las autoridades norteamericanas.

Esas traiciones rompieron toda consideración, y Ricardo Flores Magón escribió aquel famoso articulo: Francisco I. Madero es un traidor a la causa de la libertad, que provocó una completa escisión de las fuerzas que solían luchar eventualmente unidas contra el porfirismo.

Por desgracia Regeneración circulaba dificultosamente en México, y la labor orientadora de Ricardo Flores Magón se encontraba obstaculizada y muy a menudo completamente ignorada en el campo de la lucha.

Madero, aprovechando esa circunstancia, hacía creer que los liberales y los antirreeleccionistas iban de acuerdo y hasta se publicaron manifiestos con los nombres de Francisco I. Madero y Ricardo Flores Magón: el primero Presidente provisional de la República y el segundo Vicepresidente.

Flores Magón expuso una vez más su interés personal en la lucha por la libertad:

Yo no peleo por puestos pÚblicos. He recibido insinuaciones de muchos maderistas de buena fe, pues que los hay, y bastantes; para que acepte algún cargo en el llamado gobierno provisional, y el cargo que se me dice acepte es el de vicepresidente de la República. Ante todo debo decir que me repugnan los gobiernos. Estoy firmemente convencido de que no hay ni podrá haber un gobierno bueno. Todos son malos, llámense monarqu!as absolutas o Repúblicas constitucionales. El gobierno es tiranía, porque coarta la libre iniciativa de los individuos y sólo sirve para sostener un estado social impropio para el desarrollo integral del ser humano. Los gobiernos son los guardianes de los intereses de las clases ricas y educadas y los verdugos de los santos derechos del proletariado. No quiero, pues, ser tirano. 50Y un revolucionario y lo seré hasta que exhale el último aliento. Quiero estar siempre al lado de mis hermanos los pobres para luchar con ellos, y no al lado de los ricos ni de los políticos, que son opresores de los pobres. En las filas del pueblo trabajador soy más útil a la humanidad que sentado en un trono, rodeado de lacayos y de politicastros. 5i el pueblo tuviera algún día el pésimo gusto de aclamarme para ser su gobernante, le diría: yo no nací para verdugo, busca a otro.

Esas no eran palabras vanas, sino sinceras concesiones. La actitud de Flores Magón hizo saltar de la Junta Organizadora a Antonio I. Villarreal y pasarse francamente al bando maderista.

Con Villarreal desapareció el último obstáculo a la evolución del Partido Liberal, pues todos los demás elementos de la Junta y la inmensa mayoría de los adeptos eran anarquistas o de pronunciadas tendencias libertarias. El Partido Socialista Americano se solidarizó con Villarreal, desde su salida de la Junta, quien comenzó una guerra infame contra el grupo de Regeneración. Subió a Secretario de Fomento durante el gobierno de Alvaro Obregón.

En marzo apareció una nueva columna liberal cerca de Tijuana, en la Baja California, al frente de la cual estaban Francisco Vázquez Salinas y Luis Rodríguez. En el mismo mes cayó herido LAzaro S. Alanís en un combate contra los federales en Casas Grandes, Chihuahua, ayudando a las fuerzas de Madero, y en la Baja California sufrieron los liberales una derrota en Tecate, donde murió uno de los jefes del grupo insurreccional, Luis Rodríguez. En Coahuila apareció también en marzo un nuevo grupo liberal armado, al frente del cual estaba Pedro Pérez Peña, que había tomado parte en la intentona de 1908.

El 3 de abril, la Junta Organizadora del Partido Liberal se dirigió en un manifiesto a los trabajadores del mundo, reclamando solidaridad para los revolucionarios mexicanos, y explicando los fines perseguidos por los liberales:

El Partido Liberal Mexicano -se lee en ese manifiesto- no lucha por derribar al dictador Porfirio Díaz para poner en su lugar un nuevo tirano. El Partido Liberal toma parte en la actual insurrección con el deliberado y firme propósito de expropiar la tierra y los útiles de trabajo para entregarlos al pueblo, esto es, a todos y a cada uno de los habitantes de México ... La dictadura de Porfirio Diaz está para caer; pero la revolución no terminará por ese solo hecho; sobre la tumba de esa infamante dictadura quedarán de pie y frente a frente, con las armas en la mano, las dos clases sociales: la de los hartos y la de los hambrientos, pretendiendo la primera la preponderancia de los intereses de su casta y la segunda la abolición de esos privilegios por medio de la instauración de un sistema que garantice a todo ser humano el pan, la tierra y la libertad.

La Junta exhorta a protestar internacionalmente contra la intervención armada de Estados Unidos en las cuestiones de México, y pedía dinero, dinero y más dinero para el fomento de la revolución social.

En plena lucha.

En abril se hizo cargo de la sección inglesa de Regeneración el compañero Wm. C. Owen, actual redactor de Freedom, de Londres. Desde enero de 1911 había sido redactada por la esposa del periodista Turner, el autor de México Bárbaro. He aquí algunos recuerdos de Owen, publicados en Freedom en ocasión de la muerte de Flores Magón en 1922:

En mi primera visita a las oficinas de Regeneración observé una gran caja de empaque, y supe que contenía solamente ejemplares de La Conquista del Pan, de Kropotkin, destinados a México. Por muchos años prosiguieron estos hombres tal obra de zapa con infinita tenacidad y con grandes sacrificios para sus cortísimos recursos personales. Su grande idea fue el desarrollo de personalidades revolucionarias. Tenían gran admiración por Kropotkin, que en mi opinión era muy justa.

Cuando sustituí a John Keneth Turner como editor de la sección inglesa de Regeneración su circulación era como de 27 000 ejemplares, y el periódico debía ganar dinero; pero todo se gastaba en propaganda. Teníamos entre 600 y 700 periódicos en nuestras listas de canje. Nuestra gran aspiración era la unificación de la opinión latina en México y en Centro y Sudamérica contra la invasión de la plutocracia y la creación en Estados Unidos de un sentimiento bastante fuerte para mantener en jaque la pertetua amenaza de intervención.

Creo que Ricardo consideraba esto último como la principal tarea de Regeneración y que a causa de esto, se opuso al traslado del periódico a México, que en cierta ocasión pedía yo urgentemente ...

Owen dice de Ricardo Flores Magón que no encontró nunca un propagandista tan activo como él.

El 8 de abril presentaron batalla los liberales de la Baja California en la Mesa, al sur de Mexicali, contra las tropas federales; había 87 liberales frente a más de 400 soldados bien pertrechados. La batalla fue reñida; el jefe liberal William Stanley murió en la contienda, pero los porfiristas fueron rechazados. El 14 de abril murió a causa de las heridas recibidas en la lucha, otro de los prestigiosos liberales de la Baja California, Simón Berthold. También murieron Cenobio Orozco, Fidel Ulibarri y Simón A. Villalobos, miembros de la columna de Práxedis G. Guerrero, compuesta casi exclusivamente de anarquistas o simpatizantes. En mayo fue tomada Tijuana, Baja California, por las fuerzas al mando de Pryce, hombre del Partido Liberal Mexicano; los liberales tuvieron siete muertos en ese combate.

La lucha heroica por la conquista de la tierra consumía los elementos más conscientes del Partido Liberal; su acción audaz mantenía el espíritu revolucionario en el pueblo, y cuando la sangre y el esfuerzo de los libertarios sembró la buena semilla en México, Madero supo confiscar los frutos de la labor ajena. Pero las ideas propagadas por Ricardo Flores Magón fueron un factor con que hubo que contar en lo sucesivo. Los políticos se presentaron en la arena desde entonces con la promesa de reconocer las reivindicaciones proletarias propagadas por Regeneración, aunque, ciertamente, supieron burlarlas y dirigir hacia el ídolo autoritario el espíritu de las masas.

Flores Magón no sólo propiciaba la toma de posesión de la tierra, sino el comunismo:

Como buenos hermanos, los que trabajan la tierra en común deberán aprovechar los productos, no por partes iguales, sino que cada quien debe tomar según sus necesidades.

Esto es un consejo de hermano. Cada cual tiene derecho a hacer lo que quiera en la Baja California. Pero hay que pensar en que, para que el trabajo ennoblezca, para que el hombre y la mujer no sean más bestias de carga, es preciso que se reúnan todos los esfuerzos para la producción, pues eso dará por resultado la abundancia mediante un pequeño esfuerzo de cada uno.

Ricardo Flores Magón no era un teórico revolucionario, de esos que pueden elaborar sistemas acabados en el gabinete aislado; era un combatiente. un apóstol que vivía en la realidad y que tomaba de la realidad las sugestiones y las iniciativas. Su ambiente vital era la lucha, la acción; sin ellas su cerebro hubiera carecido de alimento; había nacido para combatir sin tregua como caballero de un ideal, en él es característico que no llegó al anarquismo con andaderas artificiales, sino por la crítica lógica y atrevida al sistema actual de autoridad y de privilegio, y también debido a su falta de ambiciones personales.

La Junta Organizadora del Partido Liberal se dirigió a últimos de mayo con un hermoso manifiesto a los soldados maderistas y a los mexicanos en general; un manifiesto que concreta las reivindicaciones libertarias del pueblo y que respira fraternidad y nobleza; termina con esta deciaración:

Hermanos desheredados que peleáis en las filas de Madero, escuchad nuestra voz, que es desinteresada. Nosotros los liberales no queremos pesar sobre vosotros. Ninguno de los miembros de esta Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano os solicita vuestro voto para vivir de parásitos. Queremos, cuando ya esté la tierra en manos de todos los desheredados, ir a trabajar a vuestro lado con el arado, con el martillo, con el pico y la pala. No queremos ser más que vosotros, sino vuestros iguales, vuestros hermanos.

Deberíais estar convencidos de nuestra sinceridad como luchadores. No comenzamos a luchar ayer; nos estamos haciendo viejos en la lucha contra la tiranía y la explotación. Los mejores años de nuestra vida han transcurrido en los presidios de México y de los Estados Unidos por ser leales a la causa de los pobres. No debéis, pues, desconfiar de nuestras palabras. Si luchásemos por nuestro provecho personal, hace mucho tiempo que habríamos aceptado las, para nosotros, tentadoras proposiciones de los verdugos del pueblo. Recordad que no una, sino muchas veces nos han ofrecido dinero para someternos ... Nuestra vida humildísima, como les consta a todos los que nos tratan, es la mejor prueba de nuestra honradez. Vivimos en casas malsanas, vestimos trajes muy pobres y en cambio trabajamos como ningún jornalero trabajó. Nuestro trabajo es verdaderamente rudo, fatigoso, agotante. Si ni fuésemos sinceros, ¿para qué matarnos trabajando tanto por solamente la comida?

Ciertamente la sinceridad y la nobleza de alma del grupo Regeneración no han sido puestas en duda por nadie, excepto por algunos individuos que intentaron, en nombre del anarquismo, desprestigiar a Ricardo Flores Magón y a sus amigos. Los adversarios más encarnizados de Flores Magón han hecho elogios de su carácter honesto e incorruptible, de su fidelidad a las ideas.

Un enemigo de Flores Magón.

El artículo que en seguida insertamos fue escrito por uno de los más encarnizados enemigos de Ricardo Flores Magón durante su vida de luchador.

Salado Alvarez defiende un régimen que daba amplias garantías a los estafadores del pueblo, pertenecía a aquel famoso Círculo de amigos del señor presidente general Porfirio Díaz, derivado del no menos famoso Partido Científico. Su carta, a pesar de sus insultos y calumnias, contiene revelaciones sublimes para los que Juzgamos desde otro punto de vista la labor altamente humanitaria de Ricardo Flores Magón. Huyendo de la quema, Salado Alvarez se refugió en los Estados Unidos para seguir escribiendo contra la revolución que derrocó a Díaz del poder; volvió a México aprovechándose de la amnistía decretada por Alvaro Obregón. El artículo fue publicado el S de diciembre de 1922 por La Prensa de San Antonio, Texas; dice así:

Quizá le ocurra al lector algo de lo que me pasa a mi: no poder definir en casos especiales la figura de un hombre de manera de lanzarla imparcialmente al anatema de la historia o a las alabanzas de la posteridad. Flores Magón, cuya tumba se encuentra todavía fresca, es en mi concepto uno de esos hombres, por más que su obra se debe condenar y la condene yo sin vacilaciones ni distingos.

No nos encontramos en la vida Flores Magón y yo, ni había motivo para que nos encontráramos; navegábamos en barcas distintas y llevábamos corrientes encontradas: él era el destructor que queda fundar un mundo nuevo mediante la violencia, y yo el conservador que deseaba guardar lo que tantos sacrificios había costado a nosotros y a nuestros padres e irlo adaptando a las condiciones nevas mediante la evolución (1).

Encontraba vituperable en Flores Magón su odio al pasado, como si el pasado no estuviera preñado de porvenir, según la bella expresión de Lerminier, y hallaba, sobre todo, censurables los procedimientos que empleaba para hacer llegar el reino de la justicia; recurrir al auxilio del extranjero, atacar a la patria y hasta prescindir de su nombre.

El que encabezó y dirigió ocultamente la matricida expedición a la Baja California, en 1911, en que gentes de nuestro país rechazaron la invasión filibustera de Pryce y demás desalmados que derramaron sangre mexicana y pusieron a prueba el patriotismo de los hijos de la península, no puede contar con mis simpatías ni merecer mi estima.

El, que trató de seducir a la guarnición de Ciudad Juárez, de tomar la plaza valiéndose de auxiliares extranjeros de la peor ralea, fue todo, menos que un patriota. Y aquí aprovecho la ocasión para desvanecer un error del Congreso de Periodistas, que se celebró hace poco en Veracruz: Juan Sarabia no estuvo prisionero en San Juan de Ulúa por delitos de prensa; lo estuvo porque en unión de Ricardo y Enrique Flores Magón, de Aarón López Manzano, de Librado Rivera y de otros americanos que pudieron escapar a tiempo, cayó en una celada que tendió el general don José María de la Vega, jefe de la plaza y de la zona y en la cual se atrapó a Sarabia, César Canales, Antonio Villarreal, un tal Tejeda, otro de apellido Rembao y varios más que fueron juzgados en un juicio público regular en que tuvieron todo género de defensa y quedó comprobada su culpabilidad. ¿Cuál sería la pena de esos disidentes el día de hoy? El periodismo, si periodista era Sarabia, nada tuvo qué ver en ese proceso que duró varios meses y se instruyó por el juez que mandaba la ley. Por cierto que hay un detalle gracioso y que demuestra cómo los hombres suelen moverse por intereses y no por ideas: el fiscal de la causa lo fue Juan Neftali Amador, que pronunció una requisitoria formidable contra los que trataban de alterar el orden y derribar la sacra, gloriosa, intangible y nunca vista administración de don Porfirio Diaz (subrrayado por nosotros; no viene así en el original, y el tal Amador ... murió de tabardillo pintado o de alguna otra pestilencia por el estilo y alcanzó la honra de que se le tendiera en la Secretaría de Relaciones visto como el tipo revolucionario sin mancha ... Pero dejemos estas cosas y volvamos a Flores Magón, pues bien lo merece su figura histórica).

Había sido el pionero en la revolución; Madero había estado sometido a sus órdenes y Flores Magón había recibido de él auxilio en dinero y palabras de aliento; bien podía exclamar como aquel poeta del tiempo de Carlos V: Ya se acerca, señor, o ya es llegada de edad felíz el que promete el cielo. Pero se equivocó, como se equivocó casi siempre en la vida, no sé si por falta de dotes para abarcar la realidad o porque ésta le fuera hostil constantemente. Madero tenía la idea de aquella democracia mansa en que la ecuación era muy sencilla substituyendo cantidades iguales para él: Grupo científico-Familia Madero sin que le preocuparan tres pitoches los famosos postulados de la revolución.

Vino entonces el gran error de la vida de Magón y se lanzó contra Madero, o mejor dicho, se lanzó contra la patria, pues solla escribir que no valla la pena cambiar un tirano de genio por un hombrecillo que ni siquiera a tirano llegaba, sino que era un acaparador que apandaba empleos para los suyos. Lo abandonaron sus antiguos comelitones, luchó casi solo y apenas tuvo el amparo de Rivera, que lo acompañó fiel y constantemente en buena y mala aventura, y el de los anarquistas americanos. Se metió en mala hora a hablar del alistamiento americano y se ganó una condena de veinte o más años de prisión; pero ni allí desmayó su espíritu tenaz ni se doblegó su clara cerviz. Siguió escribiendo y perorando, alentando a los pocos que le quedaban fieles, y, a los que dicen, medió ciego, enfermo del estómago, disminuidas en mucho sus fuerzas físicas continuó su tarea que él llamaba libertaria.

Pero hay aspecto de su cadcter que no sabría yo condenar. Flores Magón era un hombre de carácter. ¿Que empleó esa fuerza e hizo de ella un uso indebido? Sin duda ninguna. Pero en el país en que todos trafican con la conciencia, con la honra profesional, con los empleos, Magón era una excepción. Valía más que hubiera sido de esos que emplean su tenacidad en el bien y llegan a cosas grandes; pero esos se llaman santos y héroes.

Diez o quince años hace que fue aprehendido en Los Angeles, y su hermano don Jesús telegrafió a un amigo suyo pidiéndole alcanzara de las autoridades americanas que no lo deportaran, porque se figuraba serían ejecutados incontinenti por las tropas del general Díaz. El encargado cumplió con la recomendación, pero antes fue a ver a un caballero al servicio del presidente y le preguntó si podía hacer algo por el gobierno. Mi amigo le indicó debía insinuar a Flores Magón que su tarea era tan injustificada como antipatriótica y que no debía continuar en ella. La respuesta de Magón fue digna de un hombre honrado: Bien sé, que se me daría una gran suma si dejara de atacar a Díaz; pero no es enemistad personal a él la que me guía; estoy cumpliendo una misión y la llevaré a cabo de cualquier modo, aunque sea exponiendo la vida.

Puesto este hombre en el buen camino quizás hubiera podido ser un gobernante modelo, un hombre honrado, un mexicano que hiciera bien a su patria; en el lugar en que se le colocó fue un elemento de pérdida, de conmoción y de ruina, pues cuando él predicaba y trataba de mover al mundo, Calles, Alvarado, Diéguez y sobre todo De la Huerta y Obregón no existían sino como hojalateros del pueblo (la palabra hojalateros viene subrayada en el original), y Carranza cobraba sus dietas en el senado con puntualidad de arrendador de casas.

Cae Magón en el mismo terreno que el funesto Gutiérrez de Lara; pero, más temible que éste, sus amigos y discípulos le censuraron constantemente la entrada a México, seguros de que su presencia traería más complicaciones de las que existían.

Después de muerte como la suya hay que exclamar como Escipión Násica ante el sepulcro de su cuñado Cayo Graco: Perezca como él quien imite su ejemlo, y no ha faltado quien lo imite, seguro de que mediante eso se iba no a la cárcel como Magón, sino a los más alto. empleos y a los honores más encumbrados.

Aquí nos parecen extraños los histerismos de nuestros diputados; pero un gobierno bolchevique no puede menos de honrar al que le trajo las gallinas.

San Francisco, Cal., 28 de noviembre de 1922.



Notas

(1) Salado Alvarez habla de evolución como de algo que él no entiende. La evolución y la revolución están íntimamente unidas; no hay línea de separación; la violencia o la revolución es una consecuencia de la evolución misma. (Librado Rivera).
Indice de Ricardo Flores Magón, el apóstol de la Revolución Mexicana de Diego Abad de Santillán CAPÍTULO SEGUNDO CAPÍTULO CUARTOBiblioteca Virtual Antorcha