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La Constitución de Apatzingan
Carlos María de Bustamante
CARTA SEGUNDA
APARTADO OCTAVO



ACCIÓN DE LOS CORRALES
DADA EL DÍA 1° DE MAYO DE 1814

Cuando me dirigía con ciento ochenta y cinco fusiles, trescientos dragones y dos cañones, a atacar al pueblo de Tecuicatlán por la compatible fuerza que lo guarnecía, un día antes de hacerlo, me comunicó mi descubierta que se había refOrzado dicho pueblo con las reuniones de Cuéllar y Arango. Por tal motivo suspendí mi marcha acantonándome hasta la reunión de toda mi fuerza. Llegóme el aviso de que el enemigo avanzaba en grueso número sobre mí, por lo que me retiré a tres leguas hasta adquirir noticia circunstanciada del total de su fuerza, la que le regulé a corta distancia en número de quinientos hombres.

Dirigíme por tanto a atacarlos a la estancia de los Corrales, donde estaban, y yo a una legua de ellos destaqué una corta partida de caballería a fin de que los provocase a su persecución, dirigiéndose al campo donde estaba mi fuerza principal. Habíala puesto en escalones y de modo que se protegiesen mutuamente las tres armas, situado en el centro dos cañones y la caballería a retaguardia; reservé dos partidas escogidas de ésta, que hice emboscar a los dos costados de mi campo.

Realizáronse mis planes como los tenía concebidos; el enemigo se alampa en pos de la partida que lo provoca, y se avanza con toda su fuerza; entonces se le rompió el fuego de cañón, y muy luego noté en sus evoluciones la confusión que presagiaba la victoria; aproveché este momento feliz y avancé bruscamente, pero de modo que mi fuego no duraría diez minutos; quisieron ordenar su retirada, pero no se les dio lugar a ello, pues la caballería acabó de desordenarlos, siguiendo el escape sobre los fugitivos, de los que se hicieron prisioneros trescientos, con su comandante Cuéllar y Arango, y el capellán de la división, pasando de ciento los muertos. Tomáronseles cuatro cañones, más de doscientos fusiles, todo su parque, no pocas armas blancas y pistolas. Según declaración de Arango, el número de la infantería que me atacó tenía doscientos ochenta y siete fusiles, cuatro cañones y cien dragones. No dudo ascgurar que apenas lograrían escapar treinta enemigos.

Esta era la fuerza ambulante del Sur de la Nueva Galicia. Continuaré por el mismo rumbo, y bajo un plan económico de fuerza, me prometo conseguir nuevos triunfos.

Dios guarde a V. E. muchos años.

Campo en los Corrales a 19 de mayo de 1814.
José Trinidad Salgado.
Excmo. Sr. D. José María Cos.

Salgado, a lo que entiendo, se condujo muy bien aun después de la acción, procurando sacar partido de los prisioneros, a quienes destinó a trabajar en los respectivos oficios que cada uno tenía. Arango fue fusilado, pues Cos se presentó en el campo y no permitió que se le conservase la vida. Este jefe dio en una proclama las gracias a tan valiente división; lo mismo hizo el señor Morelos, y mandó que los vencedores usaran el distintivo de una palma en el brazo izquierdo, arriba del codo, cada cual según su grado, y que los oficiales agregaran a la palma una estrella de oro, sin que ningún otro pudiera usarla, pena de degradación. Esta providencia fue dada el 9 de mayo de 1814, en el cuartel de los cincuenta Pares, que entiendo era el campo de Atijo.
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