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Capítulo 8

La entrada triunfal de Carranza y las hábiles negociaciones del General Alvaro Obregón.

Con las observaciones hechas por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista en 14 de julio de 1914, a los acuerdos tomados en las Conferencias de Torreón, quedaba latente el disgusto del General Villa y de muchos de los miembros de la División del Norte que se consideraban humillados. El arreglo era más aparente que real, pues bastaba el menor incidente para que estallara de nuevo una conflagración que habría de ser definitiva y de funestas consecuencias para el país.

Nos parece conveniente para una mejor comprensión de los acontecimientos a que se contraen con especialidad estos artículos, enmarcarlos, aunque sea sucintamente, en la situación general que prevalecía en la República.

Veracruz ocupado por fuerzas Norteamericanas.

El 21 de abril, Veracruz, después de un bombardeo por los cañones de la escuadra norteamericana surta en el puerto, fue ocupado por fuerzas de desembarco. Los invasores sólo tuvieron que luchar con algunos alumnos de la Escuela Naval y un grupo de vecinos que heróicamente defendieron el suelo patrio. ¿Motivos o pretextos para esta agresión?

El 9 del mismo mes, desembarcaron en Tampico algunos marinos norteamericanos del barco Dolphin, surto en la desembocadura del río Pánuco. Dicha plaza ocupada por fuerzas federales estaba amagada por soldados revolucionarios. Un Coronel aprehendió a los marinos. Poco después fueron puestos en libertad y el Comandante de la plaza dio una satisfacción. El gobierno de los Estados Unidos exigió que en desagravio, se tributaran honores a la bandera de las barras y las estrellas. El General Victoriano Huerta accedió con la condición de que los cañones yanquis deberían hacer veintiún disparos en honor de la bandera mexicana, levantándose una acta de estos mutuos saludos.

El 23 de abril se presentó frente a Veracruz un barco alemán que traía pertrechos de guerra para Huerta. Para impedir su entrega, los norteamericapos ocuparon Veracruz. Esos pertrechos fueron desembarcados por el mismo buque, en Puerto México.

Huerta protestó pidiendo a todos los mexicanos se unieran para combatir al invasor. Carranza, que se encontraba en Chihuahua, protestó también en forma muy enérgica. Intervinieron amistosamente los representantes de varias Repúblicas hispanoamericanas, y se concertó una tregua. Pero Veracruz siguió ocupado por fuerzas extranjeras.

Actividades de los Cuerpos de Ejército del Noreste y del Noroeste.

El 24 de abril, fuerzas del Cuerpo de Ejército del Noreste a las órdenes del General Pablo González, tomaron la importante plaza de Monterrey. En la misma fecha, fuerzas revolucionarias del General Alberto Carrera Torres derrotaron en La Herradura, San Luis Potosí, a mil ochocientos soldados federales que iban a reforzar a los defensores de Tampico, llevándoles además tres millones de cartuchos. El 13 de mayo fue ocupada la plaza acabada de mencionar, por fuerzas constitucionalistas.

Las fuerzas del Cuerpo de Ejército del Noroeste dominaban en los estados de Sonora y Sinaloa, excepción hecha de los puertos de Guaymas y Mazatlán. En junio, el General Alvaro Obregón inició su avance hacia el centro de la República. En 8 de julio ocupó la importante plaza de Guadalajara.

Renuncia de Victoriano Huerta.

El 10 de julio, Huerta designó al licenciado Francisco Carbajal Secretario de Relaciones Exteriores. EI 15 del mismo mes, don Victoriano se presentó en la Cámara de Diputados y renunció al cargo que había logrado ocupar mediante una de las traiciones más grandes que registra la historia de México. Expresó que había ocupado la presidencia durante diecisiete meses, que había prometido hacer la paz a todo trance, que había formado un ejército para cumplir su promesa, que había tropezado con grandes dificultades para cumplir su ofrecimiento, por la escasez de recursos, asl como por la protección manifiesta y decidida que un Gran Poder de este continente ha dado a los rebeldes.

Agregó:

A mayor abundamiento, estando destruida la revolución, puesto que están divididos y aún siguen estándolo los principales directores de ella, buscó el poder a que me refiero, un pretexto para terciar directamente en la contienda, y esto dio por resultado el atentado de Veracruz por la armada americana.

Siguió diciendo que para que no se creyera que a todo trance, buscaba su personal provecho, necesitaba destruir esta aserción con hechos, y hacia formal renuncia de la Presidencia de la República.

Después de zaherir al presidente Wilson, refiriéndose irónicamente a la honra de un puritano, terminó dirigiendo a sus diputados las siguientes palabras:

Dios los bendiga a ustedes y a mí también.

La efímera presidencia del licenciado Carvajal.

Aceptada la renuncia, fue designado presidente interino el licenciado Carbajal. Este designó desde luego una comisión integrada por el General Lauro Villar, el magistrado David Gutiérrez Allende y el licenciado Salvador Urbina, para tratar con don Venustiano Carranza la pacificación del país sin más derramamiento de sangre. Los comisionados se embarcaron en Veracruz para dirigirse a Tampico y de allí a Saltillo, en donde se encontraba el Primer Jefe. Este exigió la rendición incondicional y absoluta. Mientras tanto, las fuerzas de los Cuerpos de Ejército, mandados por los Generales Alvaro Obregón y Pablo Goniález, continuaban su avance hacia la capital de la República. Los dos jefes citados llegaron hasta Teoloyucan.

El 12 de agosto, en la madrugada, el licenciado Carbajal abandonó la capital para dirigirse de allí a Veracruz y después al extranjero. En Ía ciudad de México quedaron como únicas autoridades: el General José Refugio Velasco, como jefe del Ejército Federal, y don Eduardo lturbide, como gobernador del Distrito Federal.

Los Tratados de Teoloyucan.

El General Velasco autorizó a Iturbide para tratar con los constitucionalistas. A su vez, don Venustiano Carranza dio amplia autorización al General Obregón para pactar con los restos del gobierno de Victoriano Huerta. El 13 de agosto fueron firmados los tratados de Teoloyucan por los cuales se pactó la disolución del Ejército Federal y la entrega al Ejército Constitucionalista de todo el armamento, municiones y buques de guerra.

El 15 de agosto, el General Velasco salió de la capital de la República.

Entrada triunfal de las fuerzas constitucionalistas a la ciudad de México.

El mismo día 15 de agosto, el General Obregón con fuerzas del Cuerpo de Ejército del Noroeste hizo su entrada triunfal a la capital de la República. Cinco días después -el 20 de agosto-, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, don Venustiano Carranza, que levantó la bandera de la legalidad contra el gobierno espurio de Victoriano Huerta, entre vítores y aplausos entusiastas, efectuó su entrada a la ciudad de México. Lo acompañaban el General Obregón y otros muchos destacados jefes revolucionarios.

El triunfo se vio ensombrecido por varias nubes de tormenta que nada bueno presagiaban. Mientras las tropas mandadas por don Pablo González y don Alvaro Obregón disfrutaban de los honores de la victoria, la División del Norte, postergada, permanecía en actitud hosca, en el territorio ocupado por sus fuerzas: todo el estado de Chihuahua y porciones de Coahuila y Durango.

Don José María Maytorena, gobernador de Sonora, había tenido serias dificultades con algunos de los jefes del Cuerpo de Ejército del Noroeste, entre ellos, el General Salvador Alvarado y el Coronel Plutarco Elías Calles.

El General Obregón en Chihuahua.

Tras este breve resumen o marco de acontecimientos, preciso es reanudar la historia de los sucesos que culminaron con la reunión, junta o convención efectuada en la ciudad de Aguascalientes. Sobre ellos hay muchas versiones contradictorias y apasionadas. Para tratarlos con la mayor imparcialidad, acudiremos a una insospechable fuente: el bizarro libro titulado Ocho mil kilómetros en campaña, que en 1917 publicó el General Obregón, entresacando su esencia y haciendo a un lado su garrulería y sus invectivas, cuya inclusión no puede justificarse en este estudio que pretende ser imparcialmente histórico.

Afirma el General Obregón que el 18 de agosto se trasladó a Tlalnepantla a conferenciar con el señor Carranza, solicitando su permiso para marchar a Chihuahua, después de que él hiciera su entrada a la capital, para conferenciar personalmente con Villa con la mira de que éste lo acompañara a Sonora y Ios dos procurasen solucionar las dificultades surgidas entre Maytorena y el Coronel Calles.

Tras algunos reparos, el Primer Jefe accedió, dirigiéndole un telegrama a Villa en que le anunciaba el viaje de Obregón. Este llegó a Chihuahua el 24 de agosto. Una brigada de la División del Norte le hizo honores militares y fue alojado en la casa de Villa. Conversaron amigablemente e hizo convenir al Centauro del Norte que aceptara la comisión del Primer Jefe, trasladándose Ios dos a Sonora para arreglar las disensiones surgidas.

Villa y Obregón en Nogales, Sonora.

El 29 de agosto los dos Generales conferenciaron en Nogales, Sonora, con el gobernador Maytorena y con los Coroneles yaquis Francisco Urbalejo y José María Acosta, adictos al último de los mencionados.

El pacto celebrado muestra claramente la gran habilidad de Obregón para negociar. Recuerda a Hernán Cortés que a fuerza de negociaciones inteligentes, logró derrotar a Pánfilo de Narváez. Se estipuló lo que sigue:

Urbalejo y Acosta reconocían como jefe al General Obregón. Este, en nombre del señor Carranza, nombraba a Maytorena, Jefe accidental de todas las fuerzas que se hallaban en el estado de Sonora. Las que se encontraban en Naco, Cananea y Agua Prieta, a las órdenes de Calles, se incorporarían a las del gobernador Maytorena.

Pero el día siguiente se deshizo el pacto. En esa fecha circuló en Nogales una hoja impresa anónima en que se injuriaba a Obregón. Este logró que Villa conjuntamente con él, firmara una declaración en que se declaró que quedaba sin efecto el pacto, que Obregón retirara el nombramiento de comandante militar ofrecido a Maytorena y se ordenaba una suspensión de hostilidades.

La pactada eliminación de Maytorena.

Villa y Obregón regresaron juntos a Chihuahua. El segundo logró convencer al primero de que era necesaria la eliminación de Maytoreria. Y los dos firmaron un nuevo pacto el 3 de septIembre. En el mismo, se estipuló que Maytorena dejaría el gobierno de Sonora, substituyéndolo el General Juan C. Cabral, quien daría amplias garantías al propio Maytorena y a sus intereses, y que las fuerzas a las órdenes de Calles se movilizarían al Estado de Chihuahua. Cabral debería convocar a elecciones municipales para iniciar la restauración del orden constitucional en Sonora.

Obregón había obtenido un gran triunfo: la eliminación de Maytorena de acuerdo con Villa.


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