Indice de Entrevista al Licenciado y General Aarón Saenz por Píndaro Urióstegui Miranda Nuevamente en campaña con Obregón Obregón con Scott y su retiro a SonoraBiblioteca Virtual Antorcha

ENTREVISTA
AL LICENCIADO Y GENERAL AARÓN SAENZ

Píndaro Urióstegui Miranda


EL GENERAL OBREGÓN Y PABLO GONZÁLEZ SE CONOCIERON EN QUERÉTARO

PREGUNTA
¿Licenciado, Obregón ya conocía a don Pablo González o lo conoció hasta Querétaro?

RESPUESTA
No señor, no lo conocía personalmente, sólo de nombre; a don Pablo González lo conoció personalmente hasta Querétaro.

Las fuerzas de Coahuila las organizó el señor Carranza como gobernador del Estado habiendo ya desconocido a Huerta.

El encuentro fue muy cordial, con gran consideración y enorme respeto; entre el general Obregón y el general González nunca hubo ningún distanciamiento porque actuaron en dos zonas distintas y en la misma época; pero mientras el general González siempre era derrotado -lo llamaban el general Pablo carreras-, el general Obregón iba de victoria en victoria.

PREGUNTA
¿Tomaron algún acuerdo Pablo González y Obregón cuando se encontraron en Querétaro?

RESPUESTA
No señor, ninguno; se subordinó Pablo González y le dio todos los elementos de que disponía y así Obregón avanzó hasta llegar a Teoloyucan, donde se celebraron las conferencias en que se pactaron: primero, la capitulación de la ciudad de México o tomarla a como diera lugar; segundo, la disolución del Ejército Federal.

El señor Carranza pensó: a nosotros no nos va a pasar lo que al señor Madero, yo disuelvo al Ejército Federal porque es el causante de todas las tragedias, incluyendo la división de la Revolución.

Esto es cierto. Los licenciados del Ejército Federal se sumaron a Villa reforzando el desconocimiento de éste a la Primera Jefatura de la Revolución.

Ahí terminó lo que para mí fue la primera etapa.

Ahora, la segunda etapa constitucionalista se inicia cuando Villa y la División del Norte, Maytorena y los zapatistas, desconocen la Primera Jefatura del Ejército Constitucionalista como consecuencia de la fracasada Convención de Aguascalientes; es mucho más cruenta, mucho más sangrienta, costó demasiadas vidas y puso en más peligro a la Revolución.

Villa ya derrotado, se declaró un perseguido y fue a realizar el ataque a Columbus, que algunos califican como un acto de valor. No señor, fue un acto de imprudencia y de cobardía, de imprevisión, porque esa actuación de Villa puso en peligro la soberanía del país; recuerde usted la Expedición Punitiva.

Dicen los villistas: es un acto de valor, porque fue y desafió a los gringos.

Yo digo, eso es sólo un acto de audacia que es distinto al valor.

Quiero decirle y dejarlo perfectamente claro: el general Obregón no tuvo ningún distanciamiento con ningún grupo revolucionario ni con Pablo González ni con todos los del sur, al contrario, él fue quien promovió en 1920, el primer movimiento de unidad revolucionaria y fue el que llamó a los zapatistas; el general Obregón nunca tuvo distanciamientos con Villa, al contrario, todos los elementos de Sonora fueron los que lo forzaron a organizar una campaña contra Villa; el jeíe de esa campaña fue Carranza como Primer Jefe, Obregón tuvo su personalidad, llegó y cumplió con todo su programa.

Villa fue un gran soldado, como lo fue Obregón, pero pregunto: ¿quién fue más grande soldado combatiendo contra Huerta: Villa, Obregón o todos los demás constitucionalistas?, porque no nada más Villa y Obregón fueron los que combatieron contra Huerta y lo derrotaron.

Ahora ¿quién le dio el mate a Huerta?, fue Obregón.

¿Por qué renunció Huerta el día quince de julio, cuando el día ocho del mismo mes habíamos tomado nosotros Guadalajara?, porque se vio derrotado cuando le destruimos todo su ejército, primero en la batalla de Orendáin y después en la de Zacatecas.

Ahora aclaro este asunto: sí señor, nosotros somos los primeros en reconocer lo que fue Villa como soldado, lo que fue como guerrillero; mientras más grande haya sido Villa no lo pudo ser tanto como Obregón, porque Obregón lo derrotó y acabó con él.

Al renunciar Huerta, designan a Francisco Carbajal como presidente provisional de la República, quien pidió una conferencia telegráfica con el general Obregón a Guadalajara y le dijo: señor, le ruego a usted que suspenda su marcha, Huerta ya salió y abandonó la capital; ahora yo tengo el asunto.

A lo que le contestó Obregón: usted no tiene nada que tratar conmigo, entiéndase con el Primer Jefe que es el jefe de la Revolución; yo tengo instrucciones de seguir y avanzaré sin pérdida de tiempo hasta tomar la ciudad de México; o me entregan la ciudad de México y capitulan o los saco a balazos.

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