Índice de La F.O.R.A:, ideologia y trayectoria de Diego Abad de SantillánCapítulo XIICapítulo XBiblioteca Virtual Antorcha

Capítulo 11

Recapitulación del fusionismo. Octavo congreso de la F.O.R.A. (Abril de 1910). La reacción del centenario. Prensa gremial.

El estado de sitio, las deportaciones y las prisiones que siguieron al ajusticiamiento del coronel Falcón obstaculizaron por un tiempo el funcionamiento normal de la organización obrera; pero el entusiasmo popular, su combatividad, lejos de amenguar con el terror, crecían y en cierto modo lo arrollaban todo. El movimiento popular era más fuerte que el organizado y a veces en lugar de ser éste el que marcaba la pauta y la orientación, era aquél. Tal ocurrió realmente con la huelga del Centenario, decretada por la F.O.R.A. e impuesta realmente por la exigencia de la gran masa.

Con la transcripción de una parte del informe del Consejo Federal al octavo congreso de la F.O.R.A., resumimos las alternativas de la corriente fusionista a que hemos aludido hasta aquí. Después de referirse dicho informe a la reacción desencadenada a partir del atentado del 14 de noviembre de 1909 y al estado de sitio que duró hasta el 13 de enero de 1910, dice sobre el asunto de la fusión.

Algunas sociedades gremiales que a todo trance querían realizar la fusión de las entidades obreras en toda la República en el seno de una sola institución regional, después de verificado nuestro congreso de La Plata, el VII, volvieron a la carga: se formó un Comité que reanudó los trabajos y a la postre de muchos esfuerzos obtuvo varias adhesiones, entre las cuales se contaban algunas de sociedades integrantes de nuestra Federación.

El segundo congreso fusionista entonces en gestación, finalmente fue anunciado para los días 25, 26 y 27 de septiembre de 1909, cuyas dos primeras jornadas tuvieron lugar precisamente en el local de la calle México 2070. En él se acordó, como demostraremos luego, dar por consumada la fusión proyectada.

La adhesión de algunas sociedades federadas no dejó de llamar la atención del Consejo Federal. Con tal motivo se pasó una circular con fecha 28 de agosto, en la cual se invitaba a las sociedades a reunir sus componentes respectivos y resolver sobre la actitud a asumir. Terminábase pidiendo el envío de los delegados a la reunión que el 17 de septiembre a las ocho, pasado meridiano, se efectuaría en la calle Uruguay 115, a fin de conocer los resultados. Acudieron los representantes de los Repartidores de Diarios, Albañiles, Curtidores, Conductores de Carros, Fundidores, Herradores, Obreros del puerto, Zapateros, Laminadores, Carpinteros, Sombrereros y Aserradores de Boca y Barracas.

Estos delegados publicaron en nombre de sus gremios el acuerdo tomado y que dice:

Considerando perjudicial e inconveniente el que una parte de las sociedades federadas no asistan a la celebración de dicho congreso, por cuanto a todos debe interesar la discusión de las bases del nuevo organismo a formarse.

Que no es con el aislamiento o la indiferencia como se orienta al proletariado sobre sólidas bases y sana orientación ni es negándose a concurrir y restando fuerzas al amplio y sereno examen como haremos obra orientadora y certera.

Por consiguiente este Consejo, a indicación de los delegados reunidos el viernes 17 del presente, aconseja a todas las sociedades federadas que concurran a dicho congreso con razonado y elevado criterio a fin de que la verdad, la luz y la razón abran amplios horizontes a nuestra marcha.

Idéntica recomendación se hace a las sociedades del interior a quienes les sea posible enviar su representación.

El Consejo.

El Comité profusión que entonces funcionaba, por error adoptó una resolución que obstruía la entrada al congreso de toda sociedad que hasta el 2 de septiembre no hubiese presentado su adhesión. La notificación se publicó en diferentes diarios, entre los días 3 y 7 del mes mencionado. Como la medida implicaba exclusión arbitraria, naturalmente hubo protestas. Más tarde se publicó en La Protesta la revocación de aquel acuerdo, asegurándose que se hizo con fecha 13. Pero esta medida y su rectificación y las tardías decisiones de las sociedades que contestaron a la circular del 28 de agosto, llevaron como consecuencia el que la celebración del segundo congreso de fusión contase con 10 de nuestras sociedades.

Se llevó a cabo el congreso con la asistencia de 43 sociedades, el 25 y 26 de septiembre, celebrándose solamente cuatro sesiones. En él los delegados concurrentes adoptaron el pacto de solidaridad y forma de organización de la F.O.R.A. con ligeras modificaciones, e hicieron público que la unidad había quedado sellada con la formación de una nueva institución que denominaron Confederación Obrera Regional Argentina.

Todos estos hechos produjeron una situación anómala en el proletariado argentino. La Federación no había sido representada por la mayoría de las entidades que la constituyen y no obstante se había creado otro organismo, pretendiendo reemplazarla. El Consejo Federal, en presencia de esto y teniendo en cuenta que esta institución es indisoluble mientras haya dos sociedades que quieran sostenerla -salvo en el caso de que la mayoría decida darle otra forma de organización, de tendencias, táctica y nombre-; considerando además que el surgimiento de la Confederación con igual sistema de organización y pacto de solidaridad, implicaba la cesación de las causas que otrora originaron divisiones del elemento organizado; en vista de eso y considerando esto último, se dirigió una circular a los gremios adheridos el 28 de septiembre, explicando el caso y pidiendo que resolvieran lo que debía hacerse. A tal efecto se convocó una reunión de delegados que tuvo lugar el 30 de octubre y se pidió a las sociedades del interior que mandasen sus resoluciones por nota.

Las contestaciones que se recibieron hasta el 30 de octubre fueron 44, de las cuales 36 pedían que continuase existiendo la F.O.R.A., tres pedían la adhesión de ésta a la Confederación y cinco aconsejaban que se buscase un medio práctico para concluir con este asunto, realizando la unidad obrera.

La reunión de delegados estudió la situación. Viendo que la mayoría estaba conforme con que continuase existiendo la Federación, se acató el mandato, pero en vista de existir 5 sociedades que pedían la solución de estas cuestiones molestas, y puesto que el fomento de la organización no es contrario a nuestro pacto de solidaridad, se tomó en cuenta la indicación y con el apoyo de la mayor parte de los delegados, para dicho objeto, se acordó celebrar en la capital un congreso en los días 24, 25 y 26 de diciembre, invitando a participar en él a todas las asociaciones gremiales de la Argentina.

Se iniciaron los trabajos tendientes al fin propuesto y el 12 de noviembre apareció la circular impresa. Dos días después, un vengador del pueblo masacrado, el justiciero Simón Radowitzky, ejecutó al bárbaro asesino del 1° de Mayo. Sobrevino el estado de sitio y con éste la interrupción de las tareas que venimos describiendo ...

El congreso a que se alude en este informe, se postergó para marzo de 1910 y luego se consideró que debía tratar el asunto el congreso convocado para el mes de abril.

El octavo congreso de la F.O.R.A. se realizó en Buenos Aires del 23 al 25 de abril de 1910, en el local de los Conductores de Carros.

Asisten las siguientes sociedades: Aserradores y anexos de Boca y Barracas, Tejedores y anexos, Unión Curtidores, Bauleros, Caldereros y anexos, Cortadores de Calzado, Unión Cocheros, Cajoneros de envases, Sombrereros, Fundidores, Modelistas y anexos, Obreros Zapateros, Oficios varios, Sindicato de Mozos, Obreros Panaderos, Conductores de Carros, Obreros Herradores, Ladrilleros y anexos, Carpinteros y anexos, Pintores Unidos, Bronceros y anexos, Panaderos rusos, Federación Obrera Marítima, Sección Marineros, Foguistas Unidos, Almidoneros y Arroceros, Conductores de Vehículos, Obreros del Puerto, Galponistas, Escaleristas y anexos, Yeseros, Fideeros, Plomeros y Gasistas, Maquinistas de Calzado, Talabarteros, Aserradores, Mosaístas, Hojalateros y Zingueros, Repartidores de diarios y Ayudantes y Peones de cocina, todos de la Capital.

Sindicato de Mozos de Rosario, Cosmopolita de Panaderos, Chacabuco; Sindicato de Mozos, Villa María; Obreros Panaderos, San Fernando; Sindicato de Mozos sección Mendoza; Obreros Panaderos, Tucumán; Obreros Panaderos, La Plata; Sindicato de Cigarreros, Santa Fe; Obreros Panaderos, Rosario; Oficios varios, Avellaneda; Panaderos, Quilmes; Federación Obrera Entrerriana; Obreros Panaderos, Carlos Casares; Aserradores y anexos, San Fernando; Empajadores de damajuanas, Rosario; Hojalateros y Gasistas, La Plata; Panaderos Unidos, Mar del Plata; Panaderos, Chascomús.

Constituyen la comisión revisora de las credenciales: Hucha, Zamboni, Pereira y Giribaldi.

Preside Francisco López; actúan de secretarios F. Giribaldi y Piccinini.

Puesto a discusión al pacto de solidaridad, se resuelve después de una breve discusión modificar el artículo 15 en esta forma: Para ser admitido como delegado al congreso, será necesario que el representante acredite su condición de socio en alguna de las sociedades adheridas a este pacto y no ejercer cargo político alguno. Entendiéndose por tales los de diputados, concejales, empleados superiores de la administración, etc..

Después de un largo debate sobre el asunto de la fusión obrera, se aprueba por 48 votos, 7 abstenidos y 4 ausentes, la siguiente moción, apoyada por varios sindicatos:

Considerando que las sociedades obreras de resistencia de toda la República aceptan unánimemente el pacto de solidaridad y la forma de organización de la F.O.R.A.

Que la unión de todos los trabajadores que aceptan como medios de lucha las huelgas parciales, generales, el boicot, el sabotaje, etc. es útil y necesaria para la defensa de todos y de cada uno;

Que desde el momento en que todas las entidades gremiales con las bases de la F.O.R.A. podrían sellar definitivamente la fusión obrera, el congreso de dicha institución, celebrado los días 23 al 25 de abril de 1910 acuerda:

1° La F.O.R.A. da por resumida su labor de organización y elaboración de bases, quedándose con el pacto de solidaridad y la adhesión de las sociedades concurrentes a este congreso e invita a las sociedades autónomas y adheridas a la Confederación a ingresar en ella cuanto antes.

2° Nombrar el Consejo Federal íntegro, dando a tres de sus miembros el carácter de provisionales para que en caso de incorporarse las restantes sociedades los reemplacen compañeros nombrados ad referendum, por las sociedades no concurrentes.

3° La institución continuará existiendo con el nombre de Federación Obrera Regional Argentina y su órgano será La Organización Obrera. También se aprobó esta resolución:

En vista de haber sido presentadas varias mociones sobre el proyectado congreso sudamericano, la comisión dictaminadora somete al criterio del congreso lo siguiente:

1° Se faculta al Consejo Federal para realizar los trabajos tendientes a obtener el buen éxito del congreso en gestación.

2° El congreso será sudamericano, pero no serán excluidas las adhesiones espontáneas de otras naciones, siempre que sean del continente americano.

3° Se realizará en Montevideo en los días 1° al 3 de enero de 1911.

4° El congreso de la F.O.R.A. hace votos para que el que se realice en Montevideo en dicha fecha, trate especialmente de celebrar un congreso mundial a fin de constituir la Asociación Internacional de los Trabajadores.

Se reconoce el heroísmo y la abnegación del ajusticiador de Falcón y se acuerda hacer todo cuanto se pueda por apoyarle moral y materialmente.

La preocupación internacional del proletariado revolucionarío en la Argentina es, como se ha visto a través de los distintos congresos, permanente. Damos a continuación una circular del Consejo Federal, fechada en marzo de 1909. Se convoca a un congreso sudamericano para el 30 de abril de 1910; pero la reacción que sucedió al atentado del 14 de noviembre de 1909, impidíó la preparación y la regularidad de las relaciones continentales. Dice así la circular:

Como ya lo comunicamos por circular a las sociedades de Sudamérica, el primer congreso sudamericano se celebrará en Buenos Aires el 30 de abril de 1910 y días subsiguientes.

Entre los temas enviados por las sociedades figuran algunos, como ser: ¿Qué medios deben emplearse para abolir la esclavitud en los yerbales del Paraguay, Brasil y Argentina? ¿Qué actitud han de asumir los gremios en caso de una guerra entre dos o más naciones? ¿Qué medidas tomará el proletariado para contrarrestar la crisis universal? Pacto de solidaridad de la Federación Obrera Sudamericana. Destinar la tercera y cuarta página de La Protesta como boletín de informaciones de la F. O. Sudamericana. ¿Qué medios cree más convenientes el congreso para la conquista de la jornada de seis horas? Estudiar los medíos para que en caso de huelga general ésta pueda hacerse con más rapidez que hasta la fecha. Necesidad de formar comités antimilitaristas en el seno de las sociedades y Federaciones.

Y otros de no escasa importancia que daremos a conocer en el folleto que se publicará en su oportunidad.

Las adhesiones recibidas hasta ahora son: Federación Regional Uruguaya, Federación Obrera Regional Paraguaya, Centro Humanidad y 1° de Mayo de Lima, Carpinteros y Pintores de Río de Janeiro. En la Argentina se adhirieron: Laminadores y Anexos, Carpinteros y Anexos, Carpinteros de Instalaciones, Fideeros, Maquinistas de Calzado, Conductores de Carros, Obreros del Puerto, Caldereros, Panaderos, Cortadores de Calzado, Albañiles, Unión Cocheros, Fundidores y Modelistas y Tabaqueros, todos de Buenos Aires. Del interior: Federación Local, Tucumán; íd. Santa Fe, Albañiles, Hojalateros y Gasistas, Fideeros y Sombrereros de La Plata, Federación Obrera Local de Rosario, Panaderos de La Plata, de Junín; de Mendoza, y de Lomas de Zamora.

Además han mandado nota prometiendo adherirse otras sociedades del Brasil, Chile, Perú y esperamos que enviarán los temas y se adherirán a la brevedad posible ...

Veremos más adelante cómo no se desecha nunca esa aspiración y cómo al fin se realiza, veinte años más tarde.

Se conocen ampliamente los sucesos del Centenario. Los mencionaremos, por tanto, al pasar.

El movimiento anarquista había asumido tales proporciones, que hubo necesidad de publicar un diario más en Buenos Aires, La Batalla, órgano vespertino, como La Protesta era diario de la mañana. En ninguna otra ciudad del mundo se encontraron los anarquistas, a excepción de Barcelona quizás, en una posición tan destacada ante el pueblo trabajador. Las consignas lanzadas: liberación de los presos por cuestiones sociales, derogación de la Ley de Residencia, se habían hecho carne en las masas. El 25 de mayo se celebraría con una semana de actos oficiales y de fiestas patrióticas, el Centenario de la Independencia Argentina, y esas fiestas peligraban por la amenaza popular de huelga. El gobierno tenía miedo y parlamentaba con el Consejo Féderal de la F.O.R.A. directa e indirectamente. No quería ceder, pero no se atrevía tampoco a afrontar las consecuencias de una represión. Por su parte, la F.O.R.A., encontrándose también con un movimiento no controlado, sin verdadera disciplina, bullicioso, pero no consistente, vacilaba también. Se iría a la huelga, sí, porque así lo quería el pueblo, pero se tomaban precauciones como para resistir a la reacción inevitable del nacionalismo.

El 8 de mayo tuvo lugar en Buenos Aires una manifestación de protesta contra las autoridades de la Penitenciaría Nacional, acusadas de infligir malos tratos a los presos. Se calcula en 70 mil la cifra de los manifestantes. Nunca se había visto nada semejante. Había temor en las esferas oficiales, pero había también recelos abajo.

Los sindicalistas de la Confederación Obrera Regional Argentina comprendieron que el Consejo Federal de la F.O. R.A. no se hallaba enteramente dispuesto a seguir en absoluto la corriente popular, y se atrevieron a un golpe de audacia demagógica, declarando por su cuenta la huelga general para el 18 de mayo, reivindicando las exigencias proletarias: derogación de la Ley de Residencia, libertad de los presos por cuestiones sociales.

En el mitin del 8 de mayo los anarquistas y la F.O.R.A. anunciaron también la huelga para el 18 si el gobierno no cedía a sus demandas. El gobierno no quiso ceder y se preparó para resistir. El 13 de mayo comenzaron las detenciones en masa: el 14 se decretó el estado de guerra y se implantó el terror policial. Los primeros en caer, naturalmente, fueron los redactores de La Protesta y La Batalla y los miembros del Consejo Federal de la F.O.R.A.. También cayó el Comité Central de la C.O.R.A., víctima de su afán de ganar una batalla a lo Pirro adelantándose a la declaración de la huelga.

La burguesía nacionalista, secundada por la policía, organizó manifestaciones antiobreras con estudiantes y empleados. Fue asaltada e incendiada la imprenta de La Protesta, algo parecido ocurrió a La Vanguardia, el diario socialista; los locales obreros fueron asaltados, destruidos sus muebles, quemadas sus bibliotecas.

Se hizo la huelga, no obstante, y las fiestas del Centenario de la Independencia tuvieron algunos contratiempos, a pesar de haber 2000 obreros presos, del terror antiobrero, del estado de guerra, de la mordaza a todas las publicaciones, etcétera.

Las hojas clandestinas aparecieron a pesar de las dificultades, exhortando al pueblo a la lucha y a la resistencia. Estallaron algunos petardos, hubo choques sangrientos, muertos y heridos, interrupciones en las iluminaciones de las fiestas, sabotajes diversos.

El gobierno triunfó, pero la historia recordará que para celebrar la fecha de la Independencia fue necesario convertir a Buenos Aires en un campamento militar, con estado de sitio y con cárceles repletas.

Una parte del balance de la reacción del Centenario puede resumirse así:

Argentinos desterrados a Ushuaia: Bernardo Ibáñez, cartonero; Severo Caporaletti, carpintero; Félix Godov, albañil; Teodoro Antilli, periodista; Carlos Balsan, periodista; Rodolfo González Pacheco, periodista; Marcelino Torres, periodista; Apolinario Barrera, empleado; Gregorio del Valle, panadero; Benjamín B. Luque, dependiente; Juan T. Sturla, jornalero; Pedro Leandro, carpintero; Quintero Zárate, carpintero; Gabriel Courtis, dibujante; Roque Sumiza, pintor; Juan Broccamonte, panadero; Pedro Bongiorno, calderero; Federico Netto, calderero; Vicente Arcidiácono, calderero; Francisco Devoto, calderero; Pedro López, cortador de calzado; Bernardo Siciliano, cortador de calzado; Juan Bianchini, albañil.

Extranjeros deportados: E. G. Gilimón, periodista; Leonardo Jesús Garrido, Juan Carreteró, Alberto Zamorano, Antonio Loredo, A. Manresa Herrero, Antonio Fernández, Joaquín Hucha, Pablo Gil, José Troncoso, Francisco López, Salvador Garin, José Fonteche, Isaac B. González, José López, Evaristo Galea, Antonio Zamboni, Genaro Pugliese, Herminio Parissi, Aníbal Parissi, Carlos Piccinini, Adolfo Zerazewsky, Alejandro Rosenthal, Enrique Cohan, Samuel Zambursky, Salomón Surkin, Alejandro Popoff, José Zoby, José Wismann.

La lista de los deportados extranjeros aumentó considerablemente en los años siguientes, en que las expulsiones estuvieron a la orden del día.

Por un par de años fue imposible el funcionamiento normal de la organización obrera. Se vivía de hecho fuera de la ley, en particular los anarquistas y las organizaciones obreras por ellos inspiradas.

Es en realidad un nuevo capítulo de la propaganda el que se inicia, con nuevos hombres en gran parte: hemos de ver sin embargo que la continuidad no se rompe y que la F.O.R.A. persiste con el mismo espíritu.

Damos un breve resumen de la prensa gremial de la F.O.R.A. hasta 1910.

El Obrero Panadero, órgano de la sociedad de obreros panaderos, desde el 16 de septiembre de 1894; tuvo varias series motivadas por las persecuciones contra el gremio y por las persecuciones generales contra todo el movimiento. El Obrero Albañil (el número 36 es del 7 de octubre de 1900). El Pintor (en 1898). El Obrero, diario, desde el 22 de septiembre al 14 de diciembre de 1896 (redactado por Alberto Ghiraldo). La Organización Obrera, órgano oficial de la F.O.R.A., desde el 1° de agosto de 1901. La Unión Doméstica, órgano de la Liga Internacional de Domésticos. desde 1902 a 1909. El Obrero Calderero, 1902. El Barbero, 1° de febrero de 1903, órgano del gremio de peluqueros. El Repórter del Puerto, marzo de 1903, semanario, órgano de los obreros del Puerto de la Capital. Le sucedió El Trabajo, bajo la redacción de E. Almada, revista, 1° de febrero de 1906; el número 7 es del 1° de noviembre. Sigue a esta revista, como órgano de los portuarios, El Emancipado, desde el 15 de junio de 1907. La Voz del Cochero de Plaza, mensual, 1903, de los Conductores de Vehículos. El Ferrocarril, órgano de la Confederación de Ferrocarrileros, mensual, 1903. El Ohrero en Calzado, órgano de la Federación del Calzado, mensual, 1904. El Compañero, del gremio de ayudantes y peones de cocina, 1904. El Obrero Intelectual, de Rosario y Buenos Aires, órgano de los dependientes, 1904. El Gráfico, órgano de la Federación de Artes Gráficas, mensual, 1904. El Obrero Sastre, 1904. El Látigo del Carrero, 1904, órgano de los Conductores de Carros, hasta 1910; siguió publicándose muchos años. El Sombrerero, órgano de la sociedad de sombrereros; sigue publicándose. El Sindicato, órgano del sindicato de mozos; hasta 1910. La Aurora del Marino, 23 de junio de 1904; órgano de la Sociedad de Resistencia de Marineros y Foguistas. El Obrero Albañil, aparece independientemente del anterior, en 1905 durante el estado de sitio. El Joyero, órgano de la Unión Joyeros, 1905, mensual. El Obrero en Madera, de la Federación de Trabajadores en madera, mensual, desde 1906. El Obrero Albañil Federado, de la Federación Local de Obreros Albañiles y peones, sin aparición fija, 1906. La Luz, órgano de la sociedad de mejoramiento de los Fleteros Unidos (propietarios de uno y dos carros), mensual, 1906. El Hierro, órgano de la Federación de Obreros fundidores y modelistas, mensual, 1906. Tribuna Ferroviaria, órgano de las sociedades autónomas de ferrocarrileros, 1906. El Panadero, mensual, 1906. El Despertar, de las Sociedades Obreras Matarifes. La Moderna, Sociedad de Obreros Triperos, Mondongueros y anexos, 1906. El Empleado de Tranvía, de la Sociedad Cosmopolita de Empleados de Tranvías, 1906. El Obrero Aserrador, 1906. El Obrero Galponista, de la Sociedad Unión Cosmopolita de Galponistas, escaleristas y anexos, 1906. El Obrero Fideero, órgano de la Federación Regional de Obreros Fideeros y anexos, 1907. El Astillero, portavoz del grupo de foguistas navales, 1907. El Obrero Carpintero, 1° de marzo de 1907. El Obrero Constructor de Rodados, de la Federación Nacional de obreros constructores de rodados, desde 1907; el número 40 es de enero de 1910. El Dependiente, quincenal, de los dependientes de comercio, 1907. El Obrero Panadero, desde noviembre de 1908, órgano de la Sociedad Este de Obreros Panaderos de Buenos Aires; hasta el Centenario. El Panadero, también de Buenos Aires, desde el 30 de agosto; sin aparición fija.

Toda esa prensa, sin contar diversos números únicos ócasionales, como El Sindicato, del Sindicato de Mozos, publicado el primero de mayo de 1905, 1906, 1907 y 1908; El Sombrerero, 11 de noviembre de 1904; El Obrero Albañil, 1903, conmemorando el décimo aniversario de la Sociedad Cosmopolita de Obreros Albañiles; Manifestaciones, de la Federación Obrera Local Bonaerense, noviembre 30 de 1908; toda esa prensa, decimos, ha visto la luz en Buenos Aires y habría que consultarla para un conocimiento más detallado del desenvolvimiento de la F.O.R.A. y de sus gremios hasta 1910.

Los siguientes periódicos gremiales vieron la luz en distintas localidades del interior:

El Obrero Carbonero, de los Carboneros Unidos del Puerto de La Plata, 1906. La Lucha, órgano de la F. O. Local Tucumana. mensual, 1907. El Obrero Albañil, de la Sociedad de Obreros Albañiles, Córdoba, 1906. La Lucha, editada por Constructores de Carruajes, Unión Matanceros, Marineros y Foguistas, Estibadores Unidos, Obreros Panaderos y Unión de las Artes Gráficas, de Rosario, 1906. La Organización Obrera, órgano de la Federación Local de Trabajadores, Azul, 1907. El Dependiente de Comercio, Tucumán, 1907. Aurora, órgano de la Federación Obrera Local, La Plata, 25 de septiembre de 1908.


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