Presentación

El ensayo que aquí presentamos del pensador griego Aristóteles, constituye el primer intento filosófico que buscaba una exposición sistemática de la denominada ética, cuyo principal objetivo es distinguir lo bueno de lo malo, esto es, reconocer los principios del bien y los del mal; y, por supuesto, del análisis de la capacidad humana para poder no sólo distinguirlos sino estructurar un conjunto de reglas que le encaminen siempre en la consecución del bien.

Así, la ética tendrá como objeto la virtud, o sea, precisamente el conjunto de reglas o normas que le conduzcan satisfactoriamente al bien, que, en opinión de Aristóteles, es alcanzar la felicidad... porque la felicidad es el supremo bien al que aspira la especie humana.

La felicidad, he ahí, según Aristóteles el objetivo que los seres humanos anhelan alcanzar; sin embargo, lo importante es determinar qué es lo que deberemos de entender por ésta.

¿Qué es pues la felicidad? ¿Existen criterios objetivos capaces de hacer estallar la subjetividad existente alrededor de este concepto o, fatalmente la felicidad habrá de circunscribirse a un sin fin de diferentes criterios subjetivos?

En opinión de Aristóteles resulta imprescindible el ser virtuoso para poder alcanzar la felicidad, y el ser virtuoso constituye una forma de pensar y de ser que busca siempre situarse en el sano equilibrio del justo medio, una concepción de vida física y espiritual que abominando de los extremismos, concluya en una lucha por consolidar el sano equilibrio que desemboque en el descubrimiento, por medio de la razón, de la apacibilidad propia de la vida en justo medio.

Aristóteles repasa, en su investigación ética, las múltiples y diversas facetas por las que transcurre la vida del ser, conduciendo pacientemente al lector y adentrándolo en lo que para él viene a ser determinante: la consecución del supremo bien, esto es, de la felicidad.

Ciertamente el ensayo Ética nicomaquea, adolece, en nuestra opinión, de ser bastante conservador, alejándose por ello del quid de su enseñanza, esto es, la busqueda del equilibro, del descubrimiento del justo medio, inclinándose a uno de los extremos... Pero, para tí, lector, la conclusión puede ser de otro tenor.

Chantal López y Omar Cortés