Índice del Bhagavad-gita de autor anónimoCapítulo décimosextoCapítulo décimoctavoBiblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO DECIMOSÉPTIMO

Arjuna preguntó:

¿Cuál es, oh Krishna, el estado de aquellos que, no obstante haber desatendido los preceptos de los Libros Sagrados, están llenos de fe y sacrifican? ¿Es bueno, malo o indiferente?

El muy venerable contestó:

De tres modos es la fe en los mortales, la cual nace del natural propio de cada uno; ya de la bondad, ya de la maldad, ya de la indiferencia. Escucha. La fe de todos los hombres está conforme con su naturaleza, oh descendiente de Bharata. El hombre que está dotado de fe es de la misma naturaleza del ser a quien tiene fe. Los buenos adoran a los dioses, los malos a los Yakshas y Rakshas; otros hombres, siendo indiferentes, adoran a los Pretas y a las muchedumbres de Bhutas. Has de saber que tienen el pensamiento endemoniado aquellos hombres que se imponen terribles mortificaciones no conformes con los Libros Sagrados, y estando llenos de hipocresía y egoísmo y dotados de deseos, de pasiones y poder, torturando la multitud de elementos vitales que componen el cuerpo, faltos de sentido, también me torturan, pues estoy en el interior de todo cuerpo. Hasta la comida gasta a cada uno de los seres también de tres modos (1). El sacrificio, la mortificación y la limosna (son también de tres modos). Oye su división. Las comidas que aumentan la vida, el vigor, la fuerza, la salud, el placer y la alegría, sabrosas, grasientas y nutritivas, son las queridas por los dioses. Las amargas, ácidas, saladas, muy calientes, ásperas y ardorosas, son las que desean los malos; éstas producen desgracias, penas y apetitos. La comida corrompida, insípida, que de rancia ha perdido su pureza, las sobras y la sucia, es la estimada por los indiferentes. El sacrificio que hacen conforme enseña la ley los hombres que no desean recompensa y cuyo corazón les dice; así, en efecto, es preciso sacrificar, es un buen sacrificio. Pero el que se ofrece con intención de recompensa y por causa de ostentación, oh tú, el mejor de los Kurus, tenlo por malo. El que, no estando conforme a la ley, se hace sin fe, sin ir acompañado de distribuciones de alimentos, ni de himnos, y por el cual no se pagan sus honorarios a los sacerdotes, es indiferente. Honrar a los dioses, a los brahmanes, a los preceptores y a los sabios, pureza, rectitud, castidad e inocencia, son las mortificaciones del cuerpo. El habla que no incita, verdadera y amable, y el ejercicio de la recitación piadosa en voz baja, es la mortificación de la boca. Serenidad de corazón, dulzura, silencio, dominio propio y purificación de la propia naturaleza, es lo que se llama mortificación del corazón. Esta triple mortificación, practicada con gran fe por los hombres devotos, que no desean premio por ella, es tenida por buena. La mortificación que uno hipócritamente se impone con objeto de que le traten con distinción, le honren y respeten, es mala, débil e incierta. La que se practica imponiéndose castigos a sí mismo y con equivocada idea (de lo que ella es), o también con objeto de afligir a otro, es llamada indiferente. Se ha de dar limosna, con esta convicción: la que se dé al que no pueda devolvérnosla, ha de darse en tiempo, lugar y persona que la merezca; así es verdadera. Pero la que se da con objeto de que se devuelva después, o con el fin de que nos correspondan con un beneficio, y de mala gana, es tenida por mala. La que se da en lugar y tiempo inoportunos y a persona indigna, de mal modo y con desdén, es llamada indiferente. Om, Tat, Sat: tal, se dice, que es la triple designación del Ser Supremo; con ella fueron instituidos en un principio los brahmanes, los Vedas y los sacrificios. Por esto los actos de mortificación, limosna y sacrificio que se practican conforme a la ley, los verifican los teólogos, comenzándolos con la palabra Om. Los varios actos de mortificación, sacrificio y limosna que se llevan a cabo por quienes, sin atender al premio, desean la emancipación final, se principian con la palabra Tat. Sat se usa en relación a la realidad y al bien; también en una acción laudable se prefiere, oh hijo de Pritha, la palabra Sat. En el sacrificio, en la mortificación y en la limosna, la regla es decir Sat. También la acción por causa de esto es llamada Sat. Cuanto se hace sin fe, aunque sea sacrificio, don o mortificación, es llamado Asat, oh hijo de Pritha. No sea dicha por nosotros esta palabra, ni en esta vida ni en la otra.

Tal es ... en el venerable Bhagavad-Gita ... el capítulo decimoséptimo, titulado:

LA DEVOCIÓN SEGÚN LAS TRES ESPECIES DE FE


Notas

(1) Conforme a cada una de las tres cualidades.

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