Índice del Bhagavad-gita de autor anónimoCapítulo décimoquintoCapítulo decimoséptimoBiblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO DÉCIMOSEXTO

El muy venerable prosiguió:

Intrepidez, purificación de su naturaleza, asiduidad en la devoción a la ciencia espiritual, caridad, templanza, sacrificio, estudio, mortificación, rectitud, inocencia, veracidad, benignidad, liberalidad, tranquilidad, mansedumbre, compasión de todos los seres, modestia, dulzura, pudor, firmeza, energía, paciencia, constancia, pureza, ausencia de odio y de amor propio son, oh descendiente de Bharata, las virtudes del hombre que ha nacido para disfrutar de la divina suerte. Engaño, arrogancia, orgullo, cólera, mordacidad e ignorancia son, oh hijo de Pritha, los vicios del que ha nacido para la suerte de los Asuras. La suerte divina se estima como conducente a la emancipación final; la endemoniada, al encierro (en otro cuerpo). No te aflijas, pues tú has nacido, oh hijo de Pandu, para la suerte divina. Dos son las clases de naturaleza de los seres que nacen en este mundo: la divina y la diabólica. La divina ya te la he expuesto extensamente. Oye la diabólica, oh hijo de Pritha. Los hombres de la naturaleza de los Asuras, ni conocen la naturaleza de la acción, ni la de la inacción. Ni existe en ellos pureza, ni moralidad, ni veracidad. Afirman que este mundo no tiene un Señor; que no hay en él verdad, que no está bien establecido, que no se ha producido con cierto orden: ¿qué más?; afirman que es resultado de la fatalidad. Fundándose en tal modo de ver, teniendo arruinada su alma y amenguada su razón, prevalecen con sus malas obras, para destruir el mundo, del cual son enemigos. Aferrándose a su insaciable apetito, llenos de malicia, orgullo y furor, conciben en su demencia descabelladas empresas y viven entregados a la impureza. Condescendiendo con vanas cavilaciones, que no terminan hasta su muerte, creen que el disfrutar el objeto de sus deseos es el supremo bien y de ello están muy persuadidos. Asidos de centenares de falsas esperanzas, dispuestos a la pasión y a la cólera, desean ganar por malos medios abundancia de riquezas, con objeto de lograr el goce de sus deseos. Hoy he adquirido esta cosa: (con ella) disfrutaré del placer; esta riqueza es mía; ésta también; aún adquiriré más. He de matar a mi enemigo; mataré aunque sea a los demás. Soy soberano; yo he de disfrutar. Soy perfecto, poderoso, feliz. Soy rico y noble. ¿Quién puede compararse conmigo? Yo sacrificaré, daré limosna, gozaré. Así hablan los que están infatuados por la ignorancia. Confundidos por sus muchos pensamientos (mundanos), envueltos en las redes de su infatuación y apegados al goce de sus deseos, caen en el impuro infierno. Estimándose a sí mismos, tercos, colmados de riqueza, orgullo y arrogancia, me ofrecen hipócritamente sacrificios, que sólo lo son por el nombre, no como manda la ley. Indulgentes con su orgullo, fuerza, arrogancia, apetito y cólera, y blasfemando de mí, que estoy en sus cuerpos y en los de los demás, me odian. A estos crueles que me odian y son los más viles de los hombres e impuros, los echo yo eternamente en úteros endemoniados; caídos en tales úteros y naciendo y renaciendo siempre fatuos, no pueden alcanzarme, oh hijo de Kunti, y van al camino infernal. La puerta del infierno, la cual causa la destrucción del alma, es triple; el apetito, la cólera y la codicia. Por esto es menester librarse de las tres. El hombre que está libre de estas tres puertas que conducen a las tinieblas adquiere, oh hijo de Kunti, la perfección de su alma, y entonces logra el camino supremo. Quien, prescindiendo de la ley escrita en los Libros Sagrados, procede a medida de su apetito, ni logra la perfección, ni la felicidad, ni el camino supremo. Por esto, sean para ti autoridad las Sagradas Escrituras en todo lo que has de hacer y lo que has de omitir; y sabiendo ya que la acción es precepto de los Libros Santos, debes tú obrar.

Tal es ... en el venerable Bhagavad-Gita ... el capítulo decimosexto, titulado:

LA DEVOCIÓN MEDIANTE LA DISTINCIÓN ENTRE LA SUERTE DE LOS DIOSES Y LA DE LOS DEMONIOS

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