Parte veintiuno de El anticristo de Federico Nietzsche. Captura y diseño, Chantal Lopez y Omar Cortes para la Biblioteca Virtual Antorcha
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XXI

Condición preliminar del budismo es un clima muy suave, una gran dulzura y liberalidad en las costumbres, la ausencia del militarismo y el hecho de que el movimiento tenga su foco en las clases superiores y hasta en las clases doctas. Se quiere la serenidad, la calma, la ausencia de deseos como meta suprema y se alcanza esta meta. El budismo no es una religión en que se aspire simplemente a la perfección: la perfección es el caso normal.

En el cristianismo aparecen ante todo los instintos de los sojuzgados y de los oprimidos; los estratos más bajos son los que buscan en él la salvación. En él la casuística del pecado, la crítica de sí mismo, la inquisición de la conciencia es ejercida como ocupación, como remedio contra el aburrimiento; sin cesar se mantiene vivo el afecto hacia, un poderoso, llamado Dios (mediante la oración); lo más alto es considerado inaccesible, es tenido como don, como gracia. Falta también la publicidad; el escondite, el lugar oscuro, es cristiano. El cuerpo es despreciado, la higiene repudiada como sensualidad; La Iglesia se previene hasta contra la limpieza (la primera medida tomada por los cristianos en España después de la expulsión de los moriscos fue la clausura de los baños públicos, de los cuales sólo en Córdoba había unos doscientos setenta). Cristiano es un cierto sentido de la crueldad, contra si mismo y contra los demás; el odio contra los infieles; la voluntad de persecución. Ante todo se cultivan las imágenes foscas y excitantes: los estados de ánimo más deseados, designados con los nombres más altos, los estados epileptoides; se practica la dieta para favorecer los estados morbosos y para sobrexcitar los nervios. Cristiana es la enemistad mortal hacia los poderosos de la Tierra, hacia los nobles y, al mismo tiempo, una secreta concurrencia (se les deja el cuerpo, se quiere solamente el alma) ... Cristiano es el odio contra el espíritu, contra la fiereza, contra el valor, contra la libertad, el libertinaje del espíritu; es el odio contra los sentidos, contra toda clase de goces.

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