GRANDES RETOS A VENCER

Entramos en un nuevo año cuya principal característica lo es el importantísimo cambio en las reglas del juego que ha significado el aumento de las tasas de interés en los Estados Unidos de Norteamérica. Ahora, las autoridades financieras norteamericanas han puesto fin al largo proceso de recuperación que significó el increible abaratamiento de su moneda. En este año, las condiciones han variado, y, paulatinamente, el dinero ira encareciéndose.

Aunque a primera vista pareciese que la decisión de las autoridades financieras norteamericanas no ha generado cambio alguno de consideración, de ninguna manera debemos de bajar la guardia, ya que, en nuestra opinión, el efecto de los cambios en la política monetaria norteamericana, habrá de manifestarse entre el segundo y tercer trimestre del año en curso cuando, quizá, otro u otros aumentos de su respectiva tasa de interés ya se hayan efectuado. Es entonces, lo repetimos, cuando en nuestra economía habrán de sentirse esos efectos.

Pensar, suponer o elucubrar que no hay razones de preocupación, definitivamente no es lo adecuado, sino que actuar con mucha medida, calma y responsabilidad es más bien lo que aconseja la situación. Ya hemos enfrentado situaciones verdaderamente confictivas para que, ahora, aflojemos el paso. No, definitivamente la prudencia nos aconseja el que nos mantengamos alertas. El horizonte económico, a nivel mundial, no es muy alagüeño que digamos; y en el plano político, no debemos olvidar que nuestros vecinos del norte tienen en puerta un proceso electoral para definir a quien ocupe su presidencia, y que aquí, en México, durante el presente año habrán de realizarse múltiples elecciones estatales de cuyos resultados en mucho dependerá el inicio de la lucha por la presidencia de la República.

Por otra parte, en el terreno social, la lucha por la recuperación de un ingreso capaz de fotalecer el mercado interno será, sin duda, despiadada.

Además, el debilitamiento de ingresos en las arcas públicas, producido por el derrumbe del precio del petróleo, muy probablemente habrá de mantenerse durante todo 2016, lo que obligará al sector público a dar un apretón de tuercas en el terreno fiscal, por lo que el forcejeo entre las instituciones encargadas de la recaudación fiscal y los contribuyentes, estará al orden del día, sin que se pueda descartar algún decreto o medida extraordinaria en el campo fiscal si la situación internacional asi lo obliga.

También es previsible un enorme forcejeo entre las corporaciones privadas y el gobierno de la República en relación a presiones para llevar a cabo el cumplimiento de compromisos adquiridos en el terreno de la inversión en infraestructura. Ya desde ahora los reclamos de algunas compañías automotrices instaladas recientemente en territorio nacional, en cuanto al apuro del cumplimiento de compromisos adquiridos, está claramente presente, y tales reclamos abarcan a los tres niveles de gobierno, esto es, al municipal, al estatal y al federal.

En fin, es claro y evidente que 2016 no habrá de ser un año de calma, abundancia y tranquilidad, como todos deseáramos que fuese. Sin embargo, ello no habrá de ser motivo para caer en desánimos, angustias e incertidumbres si mantenemos la cohesión entre nosotros mismos. Ya mucho hemos sufrido y luchado para mantenernos, aunque sea, a flote, como para que nos desinflemos ante los retos que, queramos o no, habremos de enfrentar. Asi que, ánimo y tranquilidad deberán ser nuestras consignas.

Enero de 2016
Omar Cortés