REALIDAD MATA ILUSIÓN

Es imposible, y sobre todo sumamente insano, estar viviendo de ilusiones, buscando sacarle la vuelta a la realidad, y ya viene siendo la hora de que los pobladores de este país llamado México, abramos los ojos y enfrentemos el enorme cúmulo de retos que tenemos frente a nosotros tratando de evitar el escondernos de tan dura realidad detrás de un cúmulo de ilusiones sobre lo bien que va México.

Todos sabemos, y no podemos continuar haciendo como que la Virgen nos hablará, que eso no es cierto, y que cada vez que, quizá con buenas intenciones o tratando de inyectar ánimo a la población, los encargados de puestos claves de la administración pública comienzan con su cantaleta de que estamos en una posición inmejorable, y toda una serie de habladas, la realidad se encarga de pellizcarnos el trasero y obligarnos a dejarnos de tonterias.

La situación que como país enfrentamos es bastante delicada, por lo que resulta muy recomendable dejarnos de sueños, y en vez de andar prendiendo veladoras a los santos de nuestra devoción, armarnos de valor y encarar, por nosotros mismos, los problemas.

Vienen momentos definitorios entre los cuales se puede destacar la presentación del presupuesto de ingresos y egresos para el próximo año fiscal a nivel federal, y dependiendo de la propuesta que las instancias de la administración pública hagan al respecto, habremos de estar muy pendientes del efecto que la misma tendrá para los presupuestos estatales y municipales.

Ahora, si tomamos en cuenta el precio internacional del petróleo, no tendremos que esforzarnos mucho para preveer un considerable apretón presupuestario. La delicada situación económica que vive la República va a necesitar del esfuerzo de todos. Habrá sectores de la administración pública que sufrirán, sin lugar a dudas, terribles contracciones en el presupuesto a ejercer, y es lógico y entendible que nadie va a querer que el sector en que se desenvuelve sea afectado. Quizá vaya a haber la necesidad de subir las tasas impositivas e incluso apretar tuercas contributivas en determinadas actividades, y a nadie nos va a parecer que la actividad que desarrollemos resulte afectada por alguna alza en la tasa impositiva. La actitud de hágase la voluntad de Dios en la milpa de mi compadre, va a ser muy socorrida por todos y cada uno de nosotros, e hipócritas y falsearios seríamos si dijésemos lo contrario.

Pues bien, en poco tiempo, habremos de tener la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos si queremos seguir viviendo en el jueguito del mundo de las ilusiones, o de plano optamos por entrarle a la realidad, buscando solucionar problemas.

Por principio de cuentas debemos de estar atentos a la propuesta que las instancias correspondientes realicen en torno al presupuesto federal, y paralelamente deberemos compulsar la reacción de las localidades, esto es, de los Estados y municipios a la tal propuesta para ir planteando, en el momento, nuestras alternativas, conscientes de que habremos de ser persistentes y tenaces en los objetivos que persigamos, sabedores que todo esto no va a ser sencillo, ni mucho menos un simple enchilame otra. Así que deberemos de actuar con paciencia, perseverancia, manteniéndonos tranquilos. Esto es, ¡¡¡nada de aceleres!!! ¡¡¡nada de gritos y sombrerazos!!! Reflexión e inteligencia deberán ser prácticamente nuestras únicas armas, con la seguridad de que un uso correcto de las mismas nos servirá para alcanzar nuestros objetivos de superar una situación de emergencia nacional.

Porque, sin afán de caer en alarmismos ni amarillismos, tenemos frente a nosotros problemas bastante serios, que por supuesto no los vamos a resolver mentando madres a diestra y siniestra o criticando y denostando rabiosamente a determinadas personalidades o agrupaciones políticas.

Si hasta el 2016 la base del presupuesto de egresos tenía en el precio del petróleo su punto de equilibrio, es más que lógico y entendible que en la actualidad ello no va a ser una buena idea. El punto de equilibrio para la conformación presupuestaria habrá de enfocarse mucho más en el aspecto tributario, lo que por si solo generará una novedad bastante riesgosa. Pero ... pues no va a ver de otra ...

México, para bien o para mal, ha iniciado una profunda transformación en su economía interna, lo que evidentemente ha generado nuevos e inéditos panoramas en cuanto a la participación del poder público en la economía, lo que por supuesto ha creado un montón de problemas en el entorno económico. Lo repito, para bien o para mal así es la situación, y eso es lo que debemos enfrentar.

Para acabarla de amolar, el asunto del zipizape entre una Secretaria de Estado y un sindicato, que generó la bestialidad de una matanza en el Estado de Oaxaca, continúa dando mucho de que hablar. Por principio de cuentas, los pobladores -y no nada más la membresía del sindicato en cuestión-, ha realizado una serie de movilizaciones que incluyen bloqueos a vías de comunicación, taponeando carreteras y vías férreas lo que, por supuesto ha traido consecuencias afectando a compañías usuarias de esas vías de comunicación para el transporte de sus mercancías, y, como puede fácilmente comprenderse, los directivos de esas compañías están que no les calienta el sol, lamentándose de pérdidas, a decir de ellos, millonarias. Incluso miembros de sectores empresariales de la actividad comercial han interpuesto formales denuncias ante la Comisión de los Derechos Humanos, alegando la falta de atención por parte de las autoridades para proteger el derecho individual de libre tránsito. Desgraciadamente como la situación de auténtico desgarriate que generó la bestialidad esa de la matanza en el Estado de Oaxaca, ha creado un impasse traumático, parece que nadie desea abocarse a analizar friamente esa situación.

Es comprensible y entendible que los pobladores de ese Estado y de otras zonas del país, hayan emprendido las acciones a que he hecho referencia, pero también es entendible y comprensible que los sectores empresariales afectados estén que echen chispas y centellas, y mal, muchísimo mal haríamos si nos contentáramos con inclinar nuestra opinión en favor de alguna de las dos partes, ya que en la dos priva la razón. Incluso el sindicato también ha expresado, y con bastante razón, que igualmente ha enfrentado enormes pérdidas, incluyendo la de vidas de sus militantes, por lo que considera injusto que se le haga el blanco de la actual situación de ingobernabilidad que prácticamente priva en algunas regiones de algunos Estados de la República.

El panorama, como puede apreciarse, es bastante complicado, sin embargo existe la posibilidad de solución, por lo que es muy oportuno que ninguno de los sectores involucrados pierda la cabeza y actúe haciendo locuras. Reflexión, serenidad e inteligencia, he aquí los elementos que deben servirnos de base en nuestras acciones y análisis.

Es de esperar que esta dificilísima situación vaya resolviéndose dentro de un panorama de civilidad, y no se vuelva a caer en la tontería que en sí fue la detonante de toda esta barbaridad, de la matanza de personas que protestaban. Por el bien de todos, actuemos en pos de tal objetivo.

Agosto de 2016
Omar Cortés