Entre patadas voladoras, piquetes de ojos y costalazos

De que este mayo será un mes calientito, ni duda cabe. El inicio de las campañas electorales en varios Estados de la República, asi como en la propia ciudad de México, vaticinan una cotidiana guerra de pastelazos. Ya, a través de periodicazos y auténticas campañas difamatorias, ha empezado el baile. Candidatos y partidos, por igual, comienzan con sus sempiternas guerras sucias, participando en tales acciones medios informativos considerados o tenidos por serios. Y es que no podría ser de otra manera, sobre todo si tomamos en cuenta el enorme peso que el resultado de esas elecciones habrá de tener para la pugna electoral por la presidencia de la República a celebrarse en el 2018.

Ciertamente los resultados de las contiendas electorales del próximo mes de junio, tendrán un poderoso impacto en la conformación de equipos y candidaturas presidenciales al futuro, además de que establecerán claras demarcaciones de fuerza, constituyéndose, también, en el inicio del declive del poder de la actual administración, la cual, a partir del mes de julio, habrá de ir preparando su oportuno y paulatino retiro.

Así, como se comprenderá, nada extraño resulta que mayo vaya a ser, particularmente, un mes bastante calientito.

Paralelamente a lo que ocurrirá en México, nuestros vecinos del norte, los Estados Unidos de Norteamérica, también están inmersos en un proceso electoral en el cual están por definirse los respectivos candidatos de los dos partidos contendientes, y allá, también, la situación está que arde, particularmente porque uno de los ahora precandidatos ha encaminado su campaña de manera poco ortodoxa, lanzando puyas a diestra y siniestra, y magnificando ciertos criterios bastante ofensivos no solo para una importante parte de la población norteamericana, sino incluso de otras regiones el mundo, entre las que se encuentra nuestro México lindo, lo que ha traido como consecuencia que esa campaña prácticamente se internacionalice y que el precandidato en cuestión, sea objeto de campañas de rechazo fuera del territorio norteamericano.

En fin, ni duda cabe de que la campaña trazada por ese precandidato o, por su equipo, ha dado resultado, ya que ha puesto al borde del infarto a no pocos de los sectores dirigentes de México, los cuales ven con terror la sola posibilidad de que ese precandidato alcanzase la candidatura para contender por la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica. Aunque ciertamente su discurso es no solo ofensivo, sino verdaderamente belicoso, el asunto, pienso, no es para tanto. Total, corresponderá a la sociedad norteamericana determinar a quien quiere como candidatos y ... punto.

De hecho, también en otras regiones del mundo las cosas están bastante complicadas. En América del Sur, los particulares casos de Argentina, Brasil y Venezuela, son de espanto. En Europa, España y Francia no cantan mal las rancheras, y mientras que en tierras ibéricas prepárase la población para repetir elecciones, en la capital francesa, se traen un jaleo de aquellos por una reforma laboral que definitivamente no cuenta con la aceptación de buena parte de la población gala.

De que el desgarriate es generalizado, ni duda cabe. Así que ante tanto jaleo tan sólo nos queda, además de encomendarnos a todos los santos, actuar con mucha calma y pensar muy, pero muy bien, todos los pasos que demos, porque no vaya a ser que terminemos metiendo la pata y ya ni chance tengamos de arrepentirnos.

Mayo de 2016
Omar Cortés