Índice de Reflexiones sobre el movimiento revolucionario en México de Pedro EsteveCapítulo IVBiblioteca Virtual Antorcha

Reflexiones sobre el movimiento revolucionario de México

CAPÍTULO QUINTO


UNA CARTA DE RICARDO FLORES MAGÓN

Los Ángeles, Cal., junio 28 de 1911

Hermano Pedro Esteve

Salud

No te había escrito antes por falta de tiempo. Materialmente me hago pedazos para trabajar y no consigo estar al corriente. Me hacen mucha falta los compañeros que todavía están en la cárcel por falta de personas que quieran dar la fianza que les corresponde. Yo salí en libertad bajo fianza de cinco ml dólares. Cresidísimas son las fianzas que nos fijan para que no podamos salir de la cárcel. Ojalá que todos los compañeros redoblasen sus esfuerzos, para que, al menos con dinero depositado en una compañía de seguros, pudiéramos vernos libres y así no se entorpecieran nuestros trabajos.

Tengo a la vista una carta que escribiste al buen camarada Cravello, quien nos hizo entrega de la cantidad de trescientos sesenta pesos, sesenta y nueve centavos oro, que enviaste. En el próximo número de Regeneración publicaremos la lista respectiva.

Esta remisión de dinero vino con mucha oportunidad. Este es el momento más terrible de la lucha por Tierra y Libertad. El silencio de la prensa burguesa enfría el entusiasmo de los simples entusiastas, que desgraciadamente son los más de los que ayudan. En cuanto a los convencidos, esos no se desaniman, esos trabajan; pero son los menos. Si a esto se agrega el atentado de que hemos sido objeto, ya comprenderás el desaliento de los que adoran el éxito.

Por este motivo o mejor, por estos motivos, las entradas de dinero han disminuido en los momentos precisos en que más gastos hay que hacer, ya no sólo para atender al movimiento en México, sino para la publicación de Regeneración y el pago de los costos de nuestra defensa ante las cortes americanas.

Por falta de parque se perdió Tijuana. Los bravos compañeros lucharon ahí como leones hasta que quemaron su último cartucho. Hay que rectificar la noticia que aparece en el último número de Regeneración sobre la batalla de Tijuana, pues solamente murieron en ella tres de los nuestros, y uno fue herido. De los federales resultaron más de cincuenta muertos. Agotado el parque, los compañeros se pasaron al lado americano.

Mexicali se perdió por la traición de Rodolfo Gallegos, un miserable que nos engaño vilmente y se vendió a los capitalistas americanos del norte de la Baja California..

Sin embargo, los pesimistas no deben desalentarse, pues sería ridículo pretender que la Revolución Social estaba confinada en un rincón del territorio mexicano. Acabo de recibir cartas muy interesantes de los Estados de Chihuahua y Coahuila. Una es del firme y valeroso compañero José María Rangel, quien con el no menos firme y valeroso Inés Salazar, hacen la campaña liberal en el norte de Chihuahua. Casi diariamente se han estado batiendo esos compañeros. Como recordarás, eran 17 solamente cuando tuvieron su primer combate con los maderistas el sábado 3 de este mes. Ahora son ciento cincuenta y ya habrían acabado con los maderistas del norte de Chihuahua si tuvieran bastante parque. Me dice Rangel en carta del 20 de este mes, que estaba ya para unir a su columna otra columna liberal que anda por el rumbo de San Antonio, Chihuahua. Si ya se unieron, muy pronto será dueña la bandera roja de una gran extensión territorial del Estado de Chihuahua. En el sur de Chihuahua, según el amigo Rangel, esperan unas guerrillas liberales. Como es muy difícil la comunicación, no tenemos detalles de más operaciones de dichos compañeros.

El compañero Emilio P. Campa, que dirige las operaciones militares del Ejército Liberal en el Estado de Coahuila, nos comunica en carta del 25 del corriente el último combate que sostuvo con los maderistas. Al mismo tiempo nos avisa que de varias partes del Estado se han desprendido columnas maderistas para ir a atacarlo. Por lo pronto, las fuerzas maderistas, aunque superiores en número, no se han atrevido a hacer un segundo ataque por el revés que sufrieron anteriormente.

Tenemos cartas de Sonora en donde nos comunican que los indios yaquis han comenzado a desalojar de sus tierras a los colonos americanos y mexicanos que se habían posesionado de ellas.

Del Estado de Morelos se sabe que han llegado varios batallones de infantería procedentes de la ciudad de México, y varias baterias para asesinar a los dignos habitantes de ese Estado que se atrevieron a tomar posesión de las haciendas de caña de azucar. Esos habitantes tomaron las haciendas, rozaron los plantíos de caña, barbecharon las tierras y se pusieron a sembrar lo más.

Ya veremos que recibimiento hacen los expropiadores a los sicarios del Chato Madero.

En Jalapa, capital del Estado de Veracruz, hubo un tumulto de carácter netamente político; pero que rebela el desbordamiento de ambiciones de los mismos políticos, cosa necesaria para el fomento del caos salvador dentro del cual podrán los verdaderos revolucionarios hacer la propaganda y engrosar sus columnas de combatientes. Hubo una manifestación de individuos que querían imponer como gobernador del Estado de Veracruz a un tal Leycegui, y a ello, mejor resultó otra manifestación que proclamaba para gobernador a un tal Aillaud. La colisión se produjo, hubo tiroteo fenomenal resultando muchos muertos y un número fabuloso de heridos.

Esto que ocurrió en Jalapa está ocurriendo en otras partes del país.

Las guerrillas liberales se multiplican en todo el país. La prensa mexicana las llama cuadrillas de bandidos. Pronto esas guerrillas serán batallones y ejércitos.

Los liberales tomaron Casas Grandes, Chihuahua. Desgraciadamente eran muy pocos y no pudieron resistir el ataque de los maderistas; pero ahora están en la sierra donde se harán de buenos elementos.

En Jalisco no cesa la lucha entre liberales y maderistas, según carta de un compañero de dicho Estado que es muy importante.

Las huelgas de trabajadores se suceden día a día; pero como no tienen armas, son asesinados vilmente por los esbirros de Madero. En casi todos los minerales del Estado de San Luis Potosí hay huelgas en estos momentos.

Los indios de Veracruz están sobre las armas. Esos son compañeros viejos nuestros. Muchos de ellos han sido torturados en las prisiones de México. Ahora están decididos a continuar la lucha por Tierra y Libertad, pues todos ellos, sobre todo los del Cantón de Acayucan, fueron despojados de sus tierras por aventureros extranjeros.

El periódico burgués El Imparcial, declara que es imposible que pueda haber elecciones dadas las circunstancias en que se encuentra la República.

No será extraño que en unas semanas más, varias guarniciones maderistas se decidan a enarbolar la Bandera Roja. He recibido cartas en que dichas guarniciones me invitan a que acepte yo mi candidatura para Presidente de la República, ofreciéndome ponerse a mi disposición. Naturalmente me he rehusado a acceder a sus pretensiones y eso es lo que hace titubear a esas pobres gentes que no pueden vivir sin amos. Sin embargo, espero que algunas de esas guarniciones maderistas, se convencerán de que hago bien en rehusarme a ello y terminarán (abrazando) la Bandera Roja de los desheredados.

Quisiera escribirte más, pero estoy sólo y tengo mucho trabajo.

Salud y Revolución Social

Ricardo Flores Magón


Como veís, en México puede hacerse lo que ni intentarse podría en Europa. Es en los campos, no en las ciudades donde tiene su fuerza la revolución. Las grandes haciendas han convertido a los campesinos en esclavos, y los esclavos se rebelan, y los rebeldes, aún siendo en corto número, pueden allí no sólo sostenerse, sino también bajar a los pueblos a proveerse de lo que necesitan, dando sendos sustos a los burgueses, más, todavía, han podido en ciertos lugares expropiar la tierra y comenzar su cultivo en común, sin depender de nadie. Y esta rebelión que dificilmente podrá sofocar el nuevo gobierno mexicano, no debe temer gran cosa de la intervención extranjera. No les conviene a las naciones del viejo mundo exponerse a una larga y costosísima guerra, que podría traerles graves complicaciones internas, por defender a unos cuantos hacendados connacionales suyos.

En México, pues, es concebible una transformación social, mediante una guerra de guerrillas, que agotando los recursos gubernativos, vaya haciendo cada día más fuertes a los revolucionarios, que caeran en las ciudades cuando se hayan adueñado de los campos. Si, como deseamos, esto llega a suceder, no habrá que temer que en la ciudad se carezca de víveres. La tierra, cultivada en común, dará para todos, y la ciudad podrá proporcionar los útiles que en el campo se necesiten, comenzando tal vez en México el principio de tan deseado fin.

No se desanimen los compañeros porque en México no se implantó todavía la anarquía. Sepan que se va en camino de ello, y que lo que importa, sobre todo, es no olvidar que no es esta revolución de un día, ni de unos meses, sino larga, muy larga, y que necesita el apoyo moral y material de todos los explotados conscientes.

Lo menos que podemos hacer es agitar doquiera en pro de la jaquerie mexicana, recoged constantemente dinero y el que crea poder ser útil allí, que no deje de ir; pero no con el afan de disfrutar de bienestar, libertad y paz, sino con el de dedicar su inteligencia, su actividad y su energía a la causa revolucionaria que se propone alcanzar Pan y Libertad para todos.

Pedro Esteve

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