Índice del Epistolario revolucionario e íntimo de Ricardo Flores MagónCarta anteriorCarta siguienteBiblioteca Virtual Antorcha

Penitenciaría Federal de los Estados Unidos.

Leavenworth, Kansas.

Enero 27 de 1921.

Nicolás T. Bernal.

Oakland, Calif.

Mi querido Nicolás:

Recibí tu interesante carta del 22 del corriente. La lectura de la comunicación enviada por nuestros camaradas de San Luis Potosí, me hace sentir tan fuerte y orgulloso, que bendigo estas cadenas que atormentan mi carne; que amo esta tortura diaria de mi cuerpo y de mi mente; que acaricio este dolor interminable de mi corazón, porque ello me gana la estimación de las verdaderas criaturas de la civilización: los trabajadores. Esta comunicación de mis hermanos de las uniones de trabajadores y sindicatos de San Luis Potosí vivirá en mi mente por el resto de mi vida, como un faro que me enseña el camino del honor y de la rectitud. Te ruego, querido Nicolás, digas a estos camaradas lo mucho que aprecio su actitud en mi favor, y expresarles mi firme convicción respecto a que solamente por la acción de los trabajadores reinarán la libertad y la fraternidad sobre la Tierra.

Alégrate, hermano, el nuevo día está cerca; el nuevo día soñado desde hace miles de años por los oprimidos y explotados de todas las tierras. Recibamos ese día con corazones alegres, pues con su venida los parias no tenemos nada que perder, sino un mundo que ganar. Límpiense sus lágrimas, ¡oh esclavos!, porque el momento no es una pesadumbre estéril, sino una acción fecunda y clara visión: ¡Tenemos que reconstruir un mundo! Tenemos que crear un mundo de bellezas, en donde sean desconocidas las lágrimas y las cadenas, salvo que ellas sean las floridas cadenas de la solidaridad, atando duramente a todas las criaturas humanas de la Tierra en lazos de fraternidad universal, o las lágrimas que el gozo hace brotar de corazones felices ... Despierten todos los que duermen todavía y tomen sus puestos en uno u otro lado, con los que oprimen o con los que desean ser libres; pero tomen su puesto para que esta sea la última batalla, la disputa decisiva entre las fuerzas de la libertad y las de la tiranía. Una de ellas tiene que ser eliminada de la Tierra, porque no puede coexistir más tiempo, al menos en este planeta. Los que amamos la belleza queremos libertad o muerte. Escojan sus filas los que han malgastado el tiempo durmiendo, pues consideramos como enemigo nuestro al que no está con nosotros; no reconocemos neutrales en este formidable conflicto. O se redime la raza humana con nuestro triunfo, o perecemos con nuestra derrota, pues la derrota significa la supervivencia de los dos tipos animales: el amo y el esclavo, pero no del hombre ...

Sírvete dar mis saludos fraternales a todos los buenos camaradas, y tu, querido Nicolás, acepta un fuerte abrazo de tu hermano.

Ricardo Flores Magón


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