Presentación

Recordar, señala un refrán popular, es volver a vivir. Y tal es lo que pretendemos al publicar estos escritos relativos a y de nuestro inolvidable amigo, maestro y compañero Hermoso Plaja Salo.

Fue en el año de 1972 cuando, a raíz de unas conferencias organizadas por la Federación Anarquista de México en el auditorio de la Casa del Lago, ubicado en el Bosque de Chapultepec de la ciudad de México, pudimos entrar en contacto con los compañeros libertarios españoles refugiados en México después de la guerra social española de 1936-39.

Aún recordamos cuando por vez primera acudimos a una de sus reuniones en su local que tenían en el Centro Republicano Español, mismo que en aquel entonces, se hallaba instalado en los altos del Pasaje López. Nuestra impresión en aquel primer encuentro fue sumamente agradable y positiva. Y ahí, entre los presentes se encontraba Hermoso Plaja, con quien iniciamos una amistad que habría de perdurar hasta su muerte.

Poseedor de una enorme biblioteca sobre temas libertarios y de una invaluable experiencia en el campo de la militancia, Plaja fue, poco a poco y de manera paciente, prácticamente enseñándonos el A, B, C del ideario libertario.

Muchísimas fueron las tardes que con él compartimos, y que embobados permanecíamos escuchándole atentamente sus anécdotas, aclaraciones, sugerencias y recomendaciones de lecturas.

En su casa se encontraban libros, periódicos y revistas por todos lados; incluso en el baño.

Todos sus libros los tenía meticulosamente encajados y clasificados según la caja en la que se encontraban, ya que, como nos lo repitió en incontables ocasiones, él tan sólo esperaba el momento en el que se derrumbase la dictadura franquista para regresar a su querido terruño.

Jamás pasó por su mente el tener sus libros ordenados en una estanteria, sino que siempre quiso tenerlos en cajas para que cuando llegase el momento del regreso, la labor de empaquetar su biblioteca no entorpeciese su rápido retorno a España.

Gracias a él conocimos y leimos muchísimas publicaciones libertarias que de otra manera jamás hubiésemos podido leer. La colección de Solidaridad Obrera, Tierra y Libertad, La Revista Blanca; los diarios argentinos, La Protesta y La Antorcha; varios periódicos uruguayos, chilenos, peruanos e incluso algunos de Venezuela, sin olvidar, claro está, varios editados en México.

Finalmente llegaría el día en que Plaja vió hecho realidad su sueño de retornar a su amado terruño, y se marchó a España llevándose consigo su tesoro de recuerdos, experiencias y, por supuesto, su valiosísima biblioteca. Si mal no recordamos el envío de sus libros fue en alrededor de doscientas setenta cajas, repletas de libros, folletos, revistas y periódicos. Bien recordamos que la última vez que le vimos en su departamento ubicado en la Calzada de Tlalpan, quedamos sorprendidos al ver juntas todas las cajas, las cuales invadían por completo la sala, el comedor e incluso la cocina. Fueron necesarios tres camiones de mudanza para transportarlas a la aduana.

Posteriormente tuvimos la oportunidad de visitarle allá en España, de esta convivencia quedaron algunas fotos que inluimos en esta página. Después, de regreso en México, continuamos nuestras charlas pero a través de nuestro contacto epistolar. Años más tarde, y después de un prolongado silencio de su parte, aproximadamente cuatro meses sin recibir noticias suyas, nos enteramos de su fallecimiento.

Ahora, veinte años después, y aprovechando la facilidad que pone a nuestro alcance la Red de Redes, publicamos la presente edición virtual como recuerdo de quien fuese, lo repetimos, nuestro amigo, maestro y compañero.

La conferencia titulada Charla con las Juventudes Libertarias, la hemos tomado del libro publicado en México por la C. N. T. en el año de 1948; el otro, Hermoso Plaja y el sindicalismo, corresponde a un escrito nuestro que publicamos en nuestro periódico bimestral El Compita, en el año de 1982 a raíz, precisamente, de su fallecimiento.

Chantal López y Omar Cortés