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CARTA DE A. CAVALAZZI A J. GRAVE

Hemos recibido acerca de los acontecimientos de México, la correspondencia siguiente:

Querido Grave:
Apenas acabo de leer el número del 30 de septiembre de 1911 del periódico Le Libertaire, en donde, acerca de su nota sobre la cuestión mexicana, escriben: La Cronaca Sovversiva se explicó largamente sobre los hechos de los que habla el corresponsal de Les Temps Nouveaux. Le Libertaire reprodujo lo esencial de su argumentación. Pero en vez de concluir como Grave, la Cronaca se empeñó, como se ha podido ver, en mostrar que su estima, su admiración para con los heróicos camaradas de Regeneración o de las guerrillas, habian quedado intactas. (1)
Al leer estas pocas lineas, me llega la fuerte duda de que los camaradas del Libertaire hayan leido los numerosos artículos que la Cronaca acaba de publicar sobre la pretendida revolución social de México. Tan es así, que la Cronaca del 27 de octubre hace suya una parte de su nota (la de Grave), la parte esencial.
Además, habría bastante que decir sobre el resumen hecho por Le libertaire de un primer artículo del camarada Luigi Galleani; resumen que, no vaciló en decirlo, es muy torpe.
Pero como se habló y se está hablando de la Cronaca Sovversiva y de su manera de encarar los acontecimientos de México, permítame explicar en pocas palabras las ideas y los hechos que la Cronaca sostiene a este respecto.
La Cronaca no niega y nunca negó, como mucha gente ha querido creerlo, que en México haya ahora movimientos insurreccionales -niega sencillamente el carácter de Revolución social que se ha querido ingénuamente dar a estos movimientos, y el que tengan como fin el comunismo. Creer que en México se esté hoy a la vispera de la realización de una sociedad comunista y que este movimiento emancipador pueda extenderse poco a poco y en breve lapso a los Estados Unidos, es demostrar una simpleza verdaderamente lamentable por parte de los revolucionarios. (sic)
Las razones que la Cronaca expone para sostener su punto de vista están en parte contenidas en el interesante articulo publicado por Les Temps Nouveaux el 30 de septiembre último, firmado por E. Rist, articulo que la Cronaca acaba precisamente de reproducir.
En efecto, se pregunta ¿cómo se puede creer que un pueblo muy dividido por cuestiones de raza, de lenguaje; por razones de geografía; fuertemente imbuido de supersticiones religiosas (2), que ha vivido hasta ayer bajo la dictadura porfiriana, que nunca ha tenido la menor noción del problema social (sic), pueda de un día para otro pensar seriamente en el comunismo? Realmente, no habría que tener a la vista los acontecimientos que se desarrollaron estos últimos años en la desdichada Rusia para caer en tal creencia.
Pero desde aquí se oye la objeción: ¿Y el Partido Liberal no es una prueba de que las ideas libertarias hicieron camino en México? De ninguna manera, camarada. Ahí está una leyenda más que es preciso destruir. El Partido Liberal Mexicano nunca ha sido un partido libertario; su programa, expedido en St. Louis, el l° de julio de 1906 y exhortado por la Junta del Partido Liberal con sus Instrucciones generales de los revolucionarios, dice bastante sobre este punto. Tal vez no es inútil que le traduzca algunas partes. Comencemos por las instrucciones:
Art. 1.- Todos los miembros del Partido y los simpatizantes a la causa liberal tienen la obligación de destruir al despotismo y realizar el Programa del Partido expedido por la Junta el 1° de julio de 1906 ...
Art. 3.- Los liberales que tomen las armas, y teniendo el medio de hacerlo, enviarán a la Regeneración (sic) una proclama para hacer constar que la Revolución tiene como fin la imposición del Programa del Partido Liberal expedido por la Junta.
Se hará saber en la dicha proclama que los grupos revolucionarios no reconocen otra autoridad que la Junta Organizadora del Partido Liberal, y dejarán las armas sólo cuando hayan triunfado los principios del Partido.
Art. 6.- Todos los camaradas que, como soldados, servirán en las filas liberales, tendrán un dólar por día, libre de todo gasto; los oficiales de menor grado, los oficiales comandantes tendrán un sueldo superior al que la dictadura pagaba a sus militares.
Art. 8.- Los revolucionarios respetarán a los extranjeros que se mantengan neutrales.
Art. 11.- Para evitar choques con las fuerzas maderistas, los grupos liberales deberán tratar correctamente a los grupos maderistas buscando atraerlos bajo su bandera, por la fraternidad y la persuasión ...
Veamos ahora el programa:
Art. 1.- Reducción del periodo presidencial a cuatro años.
Art. 2.- lmpresión (sic) de la reelección del presidente y de los gobernadores de los Estados ...
Art. 4.- Supresión del servicio militar obligatorio y establecimiento de la Guardia Nacional ...
Art. 5.- Reformar y regular los artículos sesenta y setenta de la Constitución ...
Art. 6.- Abolición de la pena de muerte, excepción hecha para los traídores a la patria.
Art. 21.- Establecer un máximo de ocho horas de trabajo y un salario mínimo ...
Art. 32.- 0bligar a los empresarios a no emplear más que una minoría de trabajadores extranjeros.
Art. 34.- Los patrones (sic) de las tierras están obligados a volver productivas todas las que poseen. Los terrenos dejados improductivos, sea cual sea su extensión, serán tomados por el Estado.
Como se puede ver, el Programa del Partido Liberal no rebasa en nada cualquier programa liberal francés. La famosa Tierra y Libertad, según este programa, se resume en esto: en México no debe haber tierras improductivas; todas las tierras dejadas sin producir deberán ser expropiadas por el Estado, quien las dará a los mexicanos que la pidan.
La Cronaca no faltó en poner a la vista de sus lectores las Instrucciones y el Programa del Partido Liberal, al mismo tiempo que preguntaba a Ricardo Flores Magón si esto es el comunismo y el liberalismo de la Junta, y Magón contestó que la Junta deshechó el Programa desde el mes de septiembre de 1910, olvidando sin embargo que las Instrucciones han sido dadas y publicadas por la misma Junta el 7 de enero de 1911. Allí, por lo menos, había una contradicción flagrante que la Cronaca una vez más señaló. Y Magón ahora contesta que las Instrucciones han sido deseadas por la fracción maderista de la Junta, por Villarreal y Sarabia. No obstante no hay que olvidar que las Instrucciones no llevan la firma de Sarabia, sino la de R. F. Magón, entre otros, como presidente de la Junta, y que Magón firmó también el Programa.
Pero Le Libertaire nos recuerda que todos los periódicos anarquistas de los diferentes paises publican largos informes de los acontecimientos mexicanos, y da esto como una prueba de que el movimiento de México hace su camino, y recuerda, aún más, los periódicos burgueses que se publican en México y en California especialmente.
Es justamente lo que hacen en América los periódicos que ven las cosas de otra manera que la Cronaca Sovversiva. Es bueno saber como están hechos todos estos informes: la Regeneración (órgano del Partido Liberal) publica, cada semana, en español y en italiano, (sic) artículos e informaciones redactados especialmente por R. F. Magón, y estos mismos artículos, y estas mismas informaciones recorren la prensa anarquista de los dos mundos. Desde hace varios meses que tengo la oportunidad de leer un número bastante grande de periódicos, y todavía no he podido leer una noticia que no haya sido primero publicada por Regeneración. Entonces es en base a una sola y única fuente que se nutre nuestra prensa. Aparte de esto, sólo hay artículos más o menos ditirámbicos que, demasiado a menudo, revelan en el autor ciertamente a un camarada entusiasta, pero que no sabe una palabra de México.
Pero lo que asombra mucho más, es la manera ligera con que se mencionan noticias alarmistas de la prensa burguesa. Basta con que un periódico capitalista relate un incidente cualquiera inflándolo, para que este incidente sea tomado en serio y reproducido. Al proceder de esta manera, sólo leyendo los periódicos americanos, somos llevados a creer que Europa se debate en fuego y llamas al menos dos veces al año. ¿Es esto serio? De ninguna manera lo puedo creer.
Por las razones que acabo de explicar, los camaradas de la Cronaca -y yo mismo con ellos-, no creen que el actual movimiento mexicano sea un movimiento social, teniendo como fin el comunismo, sino efectivamente una lucha entre diversos partidos políticos que, en México, desde la caída de Porfirio Diaz, se disputan el poder, tomado por el momento por Francisco Madero, quien, por otra parte, desilusionó a mucha gente y hasta a sus antiguos partidarios; algunos lo acusan de no ser lo suficientemente enérgico en la represión de los elementos perturbadores; otros, de haber conservado en su lugar a las peores criaturas del dictador derribado; y los liberales, en fin, de haber traicionado la causa del Partido Liberal.
Estos son, en resumen, los puntos principales del debate que, desde hace tres meses, se desarrolla entre la Cronaca Sovversiva y otros periódicos. Esto no impide a los que creen en su eficacia, desde el punto de vista general, de sostener la causa del Partido Liberal, pero por lo menos hay que estar enterado.
Por mi parte, pienso que la revolución social, siendo una obra esencialmente moral, debe imponerse en los primeros dias por su claridad y sus ideas nitidas y precisas.

A. Cavalazzi
Barre Vt., Noviembre 1911.

(De Les Temps Nouveaux, 18 de noviembre de 1911)

(1) Hoy la Cronaca no daría, seguramente, ni su estima, ni su admiración a los señores de Regeneración.

(2) Para probar ésta afirmación, no es ocioso reproducir un hecho relatado por los periódicos. Hace aproximadamente un mes, un cierto número de magonistas (liberales mexicanos) tenían la intención de sublevarse en una pequeña ciudad de México. La cosa fue contada a las autoridades, quienes naturalmente pensaron en adelantarse al movimiento. ¿Qué hicieron? Mandaron a la ciudad a un oficial disfrazado de monje, que, a través de la confesión, pudo saber todo lo que le hacía falta. Al día siguiente, como veinte revolucionarios fueron fusilados ... Entre ellos, estaban algunos de los que se habían confesado a la víspera.

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