Sin duda, La fierecilla domada es una de las obras teatrales más divulgadas y quizá, más conocidas por el público en general, de la amplia producción del dramaturgo británico William Shakespeare. Obra ligera, con un tema harto comercial, La fierecilla domada tiene en su contra el sutil machismo presente en su desarrollo.

En efecto, todo aquel simpatizante de la liberación femenina no ha de ver con buenos ojos este trabajo de Shakespeare, ya que aunque quizá pudiera tomarse a broma sus despliegues en favor de la predominancia de la figura masculina en la pareja, ninguna sonrisa arrancará de todo aquel enemigo del machismo porque, dígase lo que se diga, en La fierecilla domada hay varios elementos que la conducen a percibirse hartamente conservadora.

Sin embargo, y no obstante lo aquí señalado, existen suficientes elementos que pueden mover al lector a la reflexión y análisis e, incluso, a abrir positivas polémicas entre amigos, compañeros de trabajo, de estudio e incluso familiares sobre temas que aún hoy siguen de actualidad.

Ojalá que quien se adentre en la lectura de esta obra pueda tener la oportunidad de discutirla con otr@s.

Chantal López y Omar Cortes