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ARISTÓFANES

LA ASAMBLEA DE LAS MUJERES

TERCERA PARTE




Coro
¡Adelante, camina! ¿No hay un hombre que nos venga siguiendo? Regresa y mira; cuídate a tí misma con diligencia -¡hay muchos bribones!- No vaya a ser que por detrás estén observando nuestra conducta.

Estrofa
¡Camina y haz que suenen fuertemente tus pasos! ¡Qué vergonzoso fuera para nosotras si el asunto quedara descubierto por ellos!

Envuélvete muy bien y mira con reserva a todos lados; a la derecha lo mismo que a la izquierda, no vaya a ser que quede frustrado nuestro hecho.

Vamos con diligencia: ya hemos llegado al sitio de donde nos dirigimos a la asamblea. Ya se mira la casa de nuestra generala, la que pudo alcanzar hoy el decreto de los ciudadanos.

Antistrofa
¡Conviene no tardarse, no sea que nos descubran con las barbas postizas; si alguno lo viera, lo iría a denunciar luego!

Vamos, aquí al abrigo de esta pared, con los ojos muy listos, cambiaremos el traje por el que usamos siempre. Sin tardanza, que ya viene la generala de regreso de la asamblea.

¡Aprisa, y abajo esas barbas pegadas a la mejilla! Mira, ella y su séquito ya vienen vestidas como siempre.

Se mudan de ropa y se quitan las barbas. Entra Praxágora con otras mujeres

Praxágora
Nos resultó la cosa, señoras mías. Todo ha salido como lo pensábamos. ¡Aprisa, aprisa, antes que las vea un hombre, echen lejos los mantos, quitense las botas lacedominias, dejen por un lado los bastones!

Tú, arréglalas bien, que yo me cuelo a mi casa, no sea que me vea mi marido, y a dejar este manto y otras prendas que allí tomé.

Se mudan de ropa las mujeres

Corifeo
Todo esta hecho como lo dijiste. Obra tuya será disponer lo demás. Y también qué debemos hacer para serte sumisas, ya que no he tenido noticia de una mujer tan hábil como tú.

Praxágora
Quédense aquí, que tendrán que ser mis consejeras todas en el cargo de que fui investida. Ya lo ví allá, en el alboroto y en medio del peligro se han mostrado muy varoniles.

Intenta entrar a su casa y al mismo tiempo sale Blépiro vestido de mujer

Blépiro
¡Está ... ! ¿De dónde vienes, Praxágora?

Praxágora
¿Qué te interesa, amigo?

Blépiro
¿Qué me interesa? ¡Vaya una pregunta!

Praxágora
¿No vas a decir que vengo de casa de un amante?

Blépiro
Pudiera ser que no de uno solo.

Praxágora
Te queda ver si es cierto.

Blépiro
¿Cómo?

Praxágora
Ve si a perfume huele mi cabeza.

Blépiro
¿Eso qué? ¿No puede una mujer hacer el amor sin perfume?

Praxágora
En cuanto a mí, no, tontuelo.

Blépiro
¿Dónde te largaste tan temprano y te llevaste mi manto, sin hacer ruido?

Praxágora
Una mujer, mi amiga y compañera, me hizo llamar estando en los dolores del parto.

Blépiro
¡Podías haberlo dicho antes de irte!

Praxágora
¡Ay hombre, en tal peligro y en tal pena no iba a dejar a mi amiga!

Blépiro
Lo hubieras dicho a mi. Algo malo hay aquí oculto.

Praxágora
Por las dos diosas, no. Me fui como estaba, porque ella urgía mi presencia.

Blépiro
En tal caso, debías haber tomado tu manto ... y, no ... te llevaste el mío. Dejaste encima tu tuniquilla y te largaste, dejándome como si fuera yo un cadáver ... no más te faltó ponerme las coronas, y un frasco de perfume.

Praxágora
Hacía frío y yo soy muy débil y delicada; necesitaba ir bien envuelta para sentir calor. Pero, marido mío, te deje bien abrigado en tu cama con buenas coberturas.

Blépiro
¿Y las botas lacedemonias y el bastón, para qué?

Praxágora
Para defensa del manto cambié mis zapatos por los tuyos y tomé tu bastón y me fui dando pasos fuertes por las piedras y golpeándolas con él.

Blépiro
Y no te das cuenta de que perdiste un sextario de trigo que me hubieran dado en la asamblea ...

Praxágora
No te apures por eso ... tuvo un niño.

Blépiro
¿Qué, la asamblea?

Praxágora
¡Por Zeus, no, fue la mujer que me llamó! ¿Pero, hubo asamblea?

Blépiro
¡Claro! Recuerda lo que ayer dije.

Praxágora
Ya me acordé.

Blépiro
¿Tampoco has de saber lo determinado?

Praxágora
¡Por Zeus que nada sé!

Blépiro
Pues de hoy en adelante te la vas a pasar comiendo jaibas, pues dicen que el gobierno se entrega a las mujeres.

Praxágora
¿Para hacer qué? ¿Para tejer?

Blépiro
Por Zeus que no; para regir el cargo.

Praxágora
¿Cargo de quién?

Blépiro
De cuanto hay de los negocios de la ciudad.

Praxágora
¡Vamos, por Afrodita, qué felíz va a ser la ciudad!

Blépiro
¿En cuanto a qué?

Praxágora
Por muchos puntos. Porque ya no se dejará a los atrevidos obrar tan sin vergüenza en contra de ella, ni andar dando falsos testimonios, ni andar haciendo viles delaciones ...

Blépiro
¡No, por los dioses, no hagas eso ... me quitas mi medio de vida!

Cremes
¡Demonio de hombre, deja hablar a tu mujer!

Praxágora
... ni despojar, ni envidiar al vecino, ni andar en cueros, o ser pobretón, a nadie, ni andar con injurias, ni apoderarse de lo que se deja en prenda.

Cremes
¡Por Poseidón, grandes cosas son ésas, si no fallan!

Praxágora
Yo haré todo eso, y tú serás testigo. Y en cuanto a éste (señala a su marido), nada tendrá que decir.

Coro
¡Ahora es tiempo de tener en guardia tu talento y mostrar sabio pensamiento y discreción bien medida en favor de tus amigas!

Al bien común tiende tu sabia preocupación que va a llenar de ventura al pueblo de la ciudad con miles de mejoras.

¡Es tiempo de demostrar lo que puede! ¡Bien te hace ver nuestra ciudad la necesidad que tiene de sabia administración! Pero ten en cuenta de no poner en práctica lo que antes has dicho. Porque aborrecen ver lo que antaño han visto siempre.

Corifeo
Pero, no tardes ya. Inicia luego tu obra. Cuanto más pronto se hacen las cosas más agradable es a los que contemplan.

Praxágora
También yo creo que voy a enseñar cosas provechosas, ¿y los espectadores aceptarán cosas nuevas, y no preferirán quedar encerrados en su vieja rutina? Eso es lo que más temo.

Cremes
No te retengas en dar cosas nuevas. ¡Ese es nuestro flaco en dar cosas nuevas. Que de lo pasado nadie tiene cuenta!

Praxágora
(Al auditorio).- Ahora nadie de vosotros se atreva a contradecirme, ni a cortar el hilo de mi arenga, antes de oir el proceso de mis propias invenciones.

Declaro, antes que todo, que los bienes deben formar un fondo común. Que ya no haya uno que es rico y otro que es pobre; que no uno tenga tierras de cultivo inmensas, en tanto que el otro no tiene un pedazo de tierra donde sepultar un cadáver; que uno no tenga innumerables esclavos, en tanto que el otro ni siquiera un sirviente. Yo estatuyo una vida común e igual para todos.

Blépiro
¿Cómo puede ser vida común para todos?

Praxágora
¡No, por Zeus, pero tú me interrumpes ...! Esto me falta por decir: en primer lugar, haré que la tierra sea de todos en común. Y lo mismo el dinero y cuanto cada uno tiene de propiedad privada, que ya teniendo todo a nuestra disposición y mando, nosotros les daremos de comer y atenderemos todas sus necesidades, sin descuidar ninguna.

Blépiro
¿Y el que no tenga tierras, sino sólo dinero acumulado, como son los doblones de Dario, que nadie puede ver?

Praxágora
Los tiene que poner al fondo común.

Blépiro
Y si no los pone.

Praxágora
Será reo de sustracción de bienes.

Blépiro
Por ese medio los ha adquirido.

Praxágora
En todo esto no le serán útiles.

Blépiro
¿Conforme a qué?

Praxágora
Nadie en nada trabajara por pobreza. Como que todos han de tener todo: panes, peces salados, pasteles, mantos de lana, vino, guirnaldas y garbanzos. ¿Qué sacaría de no entregar sus bienes? Dime, pues, si acaso hallas respuesta.

Blépiro
¿No es verdad que eso tienen hoy día los que más roban?

Praxágora
Eso era antes, amigo, cuando vivíamos bajo el viejo régimen. Pero ahora, dado el régimen de comunidad de bienes, ¿qué ganacia saca de no entregar los suyos?

Blépiro
Si alguno ve una chica que le gusta y quiere darse gusto con ella, de sus propios bienes le dará un buen regalo y seguirá gozando de los bienes comunes, después de haber gozado de ella.

Praxágora
Pero eso podrá hacerlo sin paga: yo también hago que las mujeres sean comunes, para todos los hombres. El que quiera la toma y en ella procrea un hijo, si le parece.

Blépiro
¿Y qué si todos buscan a la hermosa, desdeñando a las feas, y todos quieren tener parte con ella?

Praxágora
Las feas y mal conformadas estarán juntas con las hermosas, y si alguno quiere una hermosa, tendrá que darle antes su parte a la fea.

Blépiro
¿Cómo hacer nosotros los viejones, si primero les damos a las feas, pues al llegar a las hermosas, ya ... ¿naranjas?

Praxágora
Ni ellas tendrán gran gana. Por tu parte, consuélate. No temas. Ellas no darán combate.

Blépiro
Pero ¿por qué?

Praxágora
Porque eres incapaz de estar con ellas. Y eso a ti te conviene.

Blépiro
Buena treta por lo que toca a las mujeres. Tal como está previsto, no habrá agujero vacío. Y lo de los hombres, ¿qué va a hacer? Ellas huyen de los feos y se entregan a los bonitos.

Praxágora
Pero los feos estarán en guardia de ver a los hermosos, al salir de las cenas y los llevaran a los sitios comunes para que se duerman. Y a las mujeres no se les permitirá entregarse a los hermosos, y a los de buena estatura, si no han dado tributo antes a los feos y a los chaparros.

Blépiro
Va a valer entonces tanto la nariz de Lisistrato como la gallardía de los jóvenes bien puestos.

Praxágora
¡Por Apolo que sí!, y ¿es esto democracia o no? ¡Qué risa dara entonces, ver al que está muy orgullosos de sus muchos anillos y se cree la gran cosa, cuando un viejo de grandes zapatones le diga: primero pasa el más viejo, y ése soy yo. Deja que acabe y te sigue tu turno. Tú vas en segunda fla.

Blépiro
Pero, ¿con ese modo de vivir, quién va a saber cuáles son sus hijos?

Praxágora
¿Eso que importa? Los jóvenes reconocerás como sus padres a todos los viejos, debido a su ignorancia, cuando ahora que saben quién es su padre lo hacen! ¿Qué será cuando no sepan quién entre tantos es? ¿Habrá quien lo estorbe en tal circunstancia?

Praxágora
Eso no lo permitirán los vecinos. Antes a nadie le importaba que maltrataran a un viejo, pero ahora al menor rumor pensará que el maltratado es su propio padre, y de miedo de que un día hagan con él lo mismo.

Blépiro
Lo que dices no va sin razón. Pero si acerca Epicuro o Leucólolo y me llama papá ... eso será pesado de oir.

Praxágora
Habría cosa peor que eso mismo.

Blépiro
¿Cuál es?

Praxágora
Que Aristilo viniera a darte un beso y te llamara padre ...

Blépiro
¡Infelíz si se atreviera!

Cremes
Te quedaría oliendo a perfume vulgar.

Praxágora
Como ése nacio antes de la nueva ley no tendría por qué ir a besarte.

Blépiro
¡Hubiera sido algo insufrible! Bueno ... ¿y la tierra quién va a cultivarla?

Praxágora
Los esclavos. No tendrás más deber que ir a tu mesa, a la hora que el sol marque diez pies de sombra.

Blépiro
¿De los vestidos quién irá a encargarse? Eso hay que saberlo.

Praxágora
Gasten primero los que tienen ahora, ya después les tejeremos otros.

Blépiro
Una cosa más pregunto: ¿cómo va a hacer aquel que los jueces condenan ...? ¿cómo va a pagar? ¿del fondo común? ¡Eso es una injusticia!

Praxágora
Comencemos porque ya no habrá procesos.

Blépiro
Esa palabra tuya es para tu ruina.

Cremes
Eso mismo pensaba yo.

Praxágora
¿Y qué razón hay para que haya procesos? ¡Dílo, mi amigo!

Blépiro
¡Por mil razones, por Apolo, digo! Vaya en primer lugar ... si alguno niega su deuda ...

Praxágora
Pero todos los bienes son comunes, ¿de dónde quieres que el prestamista saque el dinero? Si tiene, entonces se denuncia por robo.

Cremes
¡Por Démeter, dices bien!

Blépiro
Falta que me explique esto: los que salen de un banquete bien comidos y bebidos y maltratan a un transeúnte, ¿con qué pagan la multa? ¡A que no hallas salida!

Praxágora
Paga con su ración de cada día que le sirve de sustento. Si el estómago queda vacío ya no habrá peligro de que se desmande en otra ocasión.

Blépiro
¿Y ya no habrá ladrones?

Praxágora
¿Por qué robar lo que es de cada uno?

Blepiro
¿Luego no habrá desvalijadores por la noche?

Cremes
Si te duermes en casa, no.

Praxágora
Y será lo mismo si duermes fuera, porque todo el mundo tendrá asegurada su subsistencia. Si uno le quiere quitar el manto a otro, éste se lo dará de buena gana. ¿Para qué fin estar con contiendas? Ya adquirirá otro mejor del fondo común.

Blépiro
¿Ya no se podrá jugar a los dados?

Praxágora
¡Qué se saca de eso, dímelo por favor!

Blépiro
¿Y qué vida vas a establecer?

Praxágora
Para todos común. La ciudad será una sola casa para los habitantes. Eso haré. De esta manera será como una sola habitación en que va uno pasando de aposento en aposento, sin límite.

Blépiro
Y para comer ... ¿dónde?

Praxágora
Lo que fue tribunales, hoy será comedores y lo mismo los pórticos.

Blépiro
¿Y la tribuna, entonces?

Praxágora
Allí se pondrán las grandes copas y las tinas de agua. Allí estará siempre un coro de niños para celebrar los hechos de los héroes y las derrotas de los cobardes, y de este modo algunos se irán llenos de vergüenza, sin comer siquiera.

Blépiro
¡Por Apolo, perfecto! ¿Pero las ánforas computadoras de votos, dónde van a ponerlas?

Praxágora
Las pondré en el Agora. Ya puestas al lado de las estatuas de Armodio, las iré sacando al azar y cada uno quedará contento de saber a qué hora y dónde va a comer. Estará gritando el heraldo: los de la letra beta, al pórtico de Los Reyes. Los de la letra Theta, al más cercano. Los de la letra Kapa, al pórtico del mercado de la harina.

Blépiro
¿Para atragantarse?

Praxágora
No, señor, a cenar.

Blépiro
Y al que no le toque ninguna letra, claro está que lo han de rechazar todos.

Praxágora
Eso no sucederá entre nosotros. Daremos a todos todo en abundancia y todos bien saciados irán saliendo con su corona en la cabeza y su antorcha en la mano. Y las mujeres en las bocacalles les saldrán al encuentro, cuando vayan saliendo de la cena, y les dirán:

¡Aquí hay con nosotras una linda muchacha!

Pero gritarara otra desde el piso alto:

¡Aquí hay otra más bella, blanca y sin tacha Pero antes que entrar con ella tienes que entrar conmigo!

Y a los muchachos y a los bonitos que van por delante y al rededor les dirán los feos y viejos:

¿A qué esa prisa, tú? No puedes hacer nada. La ley manda que vayan primero los chaparros y feos, y quédense en este tiempo por allí afuerita haciéndole cariños a la higuera en su varita y en sus dos higos.

¿Eso les gusta o no?

Blépiro y Cremes juntos
De todo en todo.

Proxágora
Pero me voy al Agora. Tengo que recibir las cosas que van a ir entregando y también a buscar a una mujer que sirva de heraldo, de voz fuerte y tremenda. Es mi deber, ya que soy elegida como jefe, regir la comida para todos, de modo que hoy mismo puedan participar de ella.

Blépiro
¿Ya podemos ir desde hoy?

Praxágora
Lo acabo de decir. Hay algo más: voy a quitar a las mujerzuelas, todas cuantas haya.

Blépiro
¿Eso por qué?

Cremes
Eso bien claro está. Ellas se llevan la flor de los jóvenes.

Praxágora
Igual que las esclavas. Bien atildadas se apoderan de la vitalidad de los hombres libres y así defraudan a las mujeres. Que se queden ellas para los esclavos y se estén depilando para uno que se visten con jergón.

Blépiro
Vamos, yo voy contigo, muy juntito. Así me podrán ver y dirán de mí; Miren, admiren al marido de la generala.

Cremes
Yo también voy a llevar mis enseres a la plaza y a ver que bienes tengo. (Sale)

En tanto que baila el Coro vuelve con sus enseres. Los va colocando.

¡Ven acá, mi zaranda, hermosa y bellamente has sido el mejor de mis bienes! Tú serás la canéfora, ya que has cernido tantas y tantas talegas de harina.

¿Quién le lleva el parasol? Esta olla hará sus veces.

¡Por Zeus, qué tiznada estás, como si en tí hubieran cocido los menjurges con que Lisícrates se tiñe el pelo!

¡Ahora tú, junto a ella: serás su camarera y le traerás el agua para que se lave!

¡Gallo que me despiertas tantas veces en la honda noche, sé el que le toque la cítara.

Venga ahora la que trae la gran vasija con los pasteles de miel y las ramas de olivo entrelazadas. Lleguen también dos trípodes y el depósito de aceite. Los otros implementos menores que se queden por allí.
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