Índice de Documentos para la historia del anarquismo en América de José C. ValadesDocumento N° 4Documento N° 6Biblioteca Virtual Antorcha

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL ANARQUISMO EN AMÉRICA

DOCUMENTO N°5

MANIFIESTO A LOS TRABAJADORES AGRÍCOLAS EXPEDIDO POR LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES


La tierra y todo lo que en su seno encierra, es un don de la naturaleza, y, por consiguiente, la propiedad común e inalienable de toda la humanidad.

Sólo por la violencia se han apoderado en otro tiempo los más fuertes de la propiedad de la tierra.

Una cosa robada jamás puede, por efecto del tiempo, convertirse en propiedad legítima, así como tampoco puede, por medio de una donación o de una venta, pasar a ser la propiedad legítima de otro.

Los compradores de la tierra, contratando con ladrones que se la han vendido, han sido víctimas de una estafa, y estos mismos compradores se convierten a su vez en culpables de una segunda estafa para con la sociedad.

Así como en el orígen fue la fuerza bruta la que se apoderó de la tierra, asi también en los tiempos modernos la violencia hipócrita del capital es la que la retiene.

Pero el capital es producto del trabajo de todos los siglos pasados, porque el hombre aislado no puede producir mucho más de lo que para su propio sustento necesita.

El capital se ha formado, pues, de la acumulación de los salarios que no se han pagado y eran debidos a los que habian trabajado.

Así como la sociedad entera es la única propietaria legítima de la tierra, así también la sociedad entera es la única y legitima propietaria de todo el capital existente.

Por consiguiente, un capitalista no puede comprar un terreno ilegítimamente apropiado más que por medio de recursos ilegítimamente adquiridos, y por esta doble razón nunca puede pretender tener un legítimo derecho de propiedad.

Siendo la tierra propiedad común de la sociedad entera, nunca puede dividirse ni alienarse de manera alguna; lo único que puede y debe hacerse es concedérsela a asociaciones agrícolas que la exploten en provecho de la sociedad entera.

El goce es el objeto de la vida. El goce común, ennoblecido por la ciencia, el arte y el trabajo, es el verdadero culto de la sociedad en que debe reinar la igualdad entre todos los que trabajan, y en la que la justicia se ejerce por la mutualidad y la solidaridad.

La colectividad social es la única que posee el genio; ella es, si bien sólo de una manera relativa, todopoderosa y presente en todas partes; ella es la que posee toda la ciencia y la suprema justicia; ella es, en fin, soberana del mundo.

Ginebra

Índice de Documentos para la historia del anarquismo en América de José C. ValadesDocumento N° 4Documento N° 6Biblioteca Virtual Antorcha