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Memorias de un socialista revolucionario ruso

Boris Savinkov

LIBRO CUARTO
CAPÍTULO SEGUNDO
SE DESCUBRE LA TRAICIÓN DE AZEV
SEXTA PARTE


La acusación contra Burtsev cayó por su propio peso. El Tribunal de honor terminó con el acuerdo siguiente:

Los abajo firmantes, representantes del partido de los socialistas revolucionarios, declaramos:

Considerando que:

La instrucción realizada por el Comité Central ha confirmado plenamente el hecho de la provocación de Azev, el Comité Central del partido de los socialistas revolucionarios retira en todas sus partes la acusación presentada por él contra el compañero Burtsev.

Yo, V. L. Burtsev, renuncio, por mi parte, a la acusación presentada por mí contra el Comité Central del partido de los socialistas revolucionarios.

Las partes deciden comunicar lo expuesto más arriba a la Comisión Judicial.

París, 17/30 enero de 1909.
V. L. Burtsev.
D. Bavinkov.
M. Bobrov.
O. Gardenin.

Ya con anterioridad, el 23 de diciembre, el Comité Central había publicado la comunicación siguiente:

El Comité Central del partido de los socialistas revolucionarios a los miembros de éste último que el ingeniero Evgueni Filippovich Azev, de treinta y ocho años (sobrenombres del partido: El gordo, Iván Nicoláievich, Valentin Kúzmich), miembro del partido socialista revolucionario desde su fundación, elegido repetidas veces para los órganos directivos del partido, miembro de la Organización de Combate y del Comité Central, ha sido comprobado que está en relación con las policí política rusa y queda declarado provocador. Azev, que se ha fugado antes de que terminara la instrucción, es, por sus cualidades personales un hombre extremadamente peligroso y perudicial para el partido. En breve se publicarán datos detallados sobre su actuación como confidente y sobre el modo como ha sido desenmascarado.

Poco después el Comité Central lanzó esta hoja:

La historia de la actuación de Azev en el partido es la siguiente:

En la segunda mitad de los años 90, cuando era aun estudiante en uno de los Institutos politécnicos alemanes, Azev seadhiere al grupo revolucionario en el extranjero que llevaba el nombre de Alianza de los socialistas revolucionarios rusos, y que publicaba el periódico El Obrero Ruso.

En julio de 1899 Azev se marcha a Rusia, y, por recomendación de la Alianza de los socialistas revolucionarios rusos, ingresa en Moscú en la Alianza septentrional de los socialistas revolucionarios (fundada por Argunov, Pavlov, Seliuk y otros), que publicó los dos primeros números de La Rusia Revolucionaria. Después del descubrimiento de la imprenta que la Alianza tenía en Tomsk, los dirigentes de la misma, temiendo ser detenidos, comunican a Azev todas las direcciones y le conceden las atribuciones para continuar el trabajo. Entre otras cosas le confían el encargo de dar cima a las negociaciones relativas a los grupos de socialistas revolucionarios del sur, que crearon el partido.

En 1901, Azev, junto con otros miembros de la Alianza septentrional y G. A. Guarchuni consigue fusionar definitivamente a los socialistas revolucionarios del Sur y del Norte en un partido unificado. Toma asimismo Azev una participación inmediata en la resolución de la cuestión relativa al órgano central del partido, reconociéndose como tal a La Rusia Revolucionaria, en la invitación a formar parte de la redacción de la misma a Gotz y Gardenin, en la transformación del Mensajero de la Revolución Rusa, dirigido por Tarásov, en órgano terrorista del partido, en la convención de la alianza federativa con la Liga Agraria-Socialista. Al mismo tiempo, Azev participa en la elaboración del plan de campaña del terror organizado, que había de ser iniciado con la muerte de Sipiaguin, que se estaba preparando.

A partir de julio de 1902, Azev actúa en Petersburgo simultáneamente como miembro del Comité Central y del Comité local; organiza el envío de literatura del partido a través de Finlandia, realiza viajes con objeto de visitar a las organizaciones. Paralelamente con ello. estudia junto con Guerchuni los planes de empresas terroristas: segundo atentado contra el príncipe Obelenski y atentado contra Gogdánovich. Gerchuni le designa como ayudante para la dirección de la Organización de Combate.

Después de la detención oe Guerchuni, Azev, en mayo de 1903, se marcha al extranjero, donde sigue dirigiendo el envío de grandes cantidades de literatura, valiéndose de neveras. Pero sus esfuerzos principales los orienta en el sentido de la solución del problema de la utilización de las materias explosivas como nueva base técnica de la lucha del partido.

A partir de enero de 1904, Azev, al frento de la Organización de Combate, ampliada (de la cual entraron a formar parte Kaliáev, Sazónov, Pokotílov, Svéiser y otros), organiza la labor terrorista contra Plehve. Al mismo tiempo, toma parte en la actuación general del partido y organiza un laboratorio de dinamita en Rusia.

Después de la muerte de Plehve, Azev se marcha al extranjero, donde reside hasta junio de 1905. En el extranjero se dedica nuevamente a la cuestión de los recursos técnicos de la lucha terrorista y organiza el transporte de literatura en barriles de manteca (a través de la región báltica). En noviembre de 1904, Azev, después de completar nuevamente la Organización de Combate, la divide en tres grupos dirigidos: 1) en Moscú contra el Gran Duque Sergio: 2) en Petersburgo, contra Trepov, y 3), en Kiev, contra Klelgels. Paralelamente a esto, el verano de 1905 toma parte en la organización del envío de armas a Rusia (el buque John Krafton).

Desde mediados de 1005 Azev está en Rusia, donde se dedica a completar nuevamente la Organización de Combate, lo cual era necesario después de la detención del grupo peterburgués, pero fue preciso poner término pronto a la actuación terrorista en Petersburgo, y Azev se vió obligado a marchar al extranjero, puesto que la organización era vigilada muy de cerca. Se debe a Azev la iniciativa de haber descubierto la vigilancia mencionada.

En enero de 1906, después de una breve pausa en la actividad terrorista, Azev organiza el atentado contra Durnovo. Una parte del servicio de observación es dirigida personalmente por el mismo Azev; otra, por su ayudante ínmediato. El grupo que se hallaba bajo su dirección inmediata era vigilado por la policía. Azev, enterado de ello por mediación de unos compañeros, pone término al trabajo. Al mismo tiempo se efectúan algunas tentativas frustradas contra Dubásov, después de las cuales Azev se marcha a Moscú con el objeto de encargarse de la dirección del atentado. Este tiene lugar.

Poco antes de la disolución de la primera Duma, Azev organiza un atentado contra Stolypin. La Organización de Combate consigue fijar el trayecto seguido por el ministro, pero se pone de manifiesto que con los medios técnicos existentes es imposible un ataque eficaz. Azev hace Un informe al Comité Central, en el cual sostiene que mientras no se busquen nuevos y más poderosos medios de lucha terrorista, no puede dirigir esta última, y se considera relevado de todo compromiso. Junto con él se apartan de la actuación combativa todos sus colaboradores. Se procede a la disolución de la Organización de Combate; Azev se marcha al extranjero.

A instancias del Comité Central, una parte de los miembros de la organización anterior vuelve al trabajo, no tardando en conseguir varios éxitos. (Launitz, Pavlov).

Azev regresa a Rusia en febrero de 1907 y permanece ahí, con un pequeño intervalo, hasta el verano de 1908. Bajo su dirección se organiza un acto terrorista contra el zar. Se efectúan algunas tentativas en este sentido. La última de dichas tentativas fracasa por motivos completamente independientes de él, exclusivamente por culpa de los ejecutores directos.

La cuestión de la honorabilidad fue sugerida durante su actuación en las circunstancias siguientes:

A principios de 1903 Azev es acusado de provocación por un estudiante propagandista. Algunos escritores eminentes, de tendencia populista, tomaron sobre sí la tarea de averiguar si dichas acusaciones eran justificadas. Las explicaciones dadas por Azev les convencieron de lo infundado de la acusación, y posteriormente el mismo acusador se lamentó de su acto.

En agosto de 1905, uno de los miembros del Comité de Petersburgo recibió una carta anónima en la cual se decía que el partido era traicionado por dos confidentes de cualidad: un ex deportado, cuyo apellido empieza con una T. y un ingeniero llamado Azev. Se atribuía a este último el haber delatado las reuniones de la Organización de Combate en Nijni-Novgorod, las tentativas de efectuar un atentado contra el gobernador de esta última ciudad y la detención de cuatro compañeros.

Que T. (esto es, el ex deportado Tatarov, ejecutado a principios de 1906 por sentencia del partido) era confidente, y del cual se sospechaba ya antes, fue demostrado documentalmente de un modo irrefutable. La acusación contra Azev fue rechazada por las consideraciones siguientes. En la reunión de Nijni fue el primero que se dió cuenta de que la policía seguía a los participantes de aquélla, y propuso un plan que evitó la detención de los mismos. En la organización del atentado contra el gobernador de Nijni-Novgorod, el papel principal lo desempeñó él. Finalmente se tomó en consideración toda su actuación anterior en los filas del partido. Tatarov, que no confesó sus relaciones con la policía, basó su defensa en la acusación conira Azev, fundándose en informes procedentes de Ratiáiev, jefe de la policía política en el extranjero y transmitidos a Tatarov por su pariente el inspector Semenov. Esta conducta de Tatarov daba a la acusación contra Azev el el caracter de una malévola maniobra policíaca.

En otoño de 1906 la acusación pnrtió del ayudante del jefe de una de las secciones provinciales de la Okrana, el cual prometió a ciertos miembros del partido, si se le organizaba una entrevista con uno de los tres militantes indicados por él, señalar los indicios mediante los cuales podrían seguramente establecer la identidad de un provocador de alta categoria. A pesar del peligro que esto representaba, uno de los compañeros indicados por él emprendió el viaje, pero el acusador se negó a acudir a la entrevista. Ese agente policíaco no tardó en fugarse con la caja de la sección de la Okrana, pero fue detenido. Ahora se puede suponer que dichos informes se referían a Azev.

A principios de 1906, uno de los agentes de la Okrana de Sarátov contó a elementos simpatizantes con el partido que en la reunión celebrada en dicha ciudad de 1905 por varios militantes sobresalientes, participaba un confidente de importancia, cuyo nombre ignoraba, el cual le había sido indicado por los agentes llegados de Petersburgo. En 1907 comunicó que el referido agente había sido detenido en dicha ciudad al ser descubierto un destacamento combativo en vísperas de la reunión de la primera Duma de Estado. A pesar de que algunos datos (indicación de los sitios visitados por el provocador en Saratov) comprometían a Azev, al ser examinada en el Comité Central, en otoño de 1907, la carta de Sarátov, en que se comunicaban todos estos antecedentes, Azev quedó libre de toda sospecha por las consideraciones siguientes: además de la confianza de que gozaba cerca del Comité Central el director de los actos terroristas más importantes, la noticia relativa a su detención, junto con el grupo terrorista, se hallaba en contradicción con la realidad, lo cual quitaba todo valor a la carta en cuestión.

Finalmente, las íntimas acusaciones contra Azev proceden de D. L. Burtsev, el cual declaró en la primavera de 1908 que poseía datos que permitían acusar a Azev de confidente. Burtsev fue invitado a comunicar dichos datos a la Comisión nombrada por el Comité Central para estudiar las causas del fracaso de las tentativas terroristas de los últimos tiempos y para la investigación de todos los antecedentes relativos a la provocación en el partido. Tales datos tenían en aquel entonces únicamente el carácter de sospechas y suposiciones, que fueron examinadas más tarde por el Comité Central, el cual acusaba a Burtsev de haber comunicado dichos datos sin informar de los mismos al Comité ni comprobar su veracidad, con lo que ocasionaba un perjuicio evidente al partido.

En calidad de documentos, presentó Burtsev al Tribunal de honor designado por el Comité Central el relato de un tal Bakai, traidor a los socialdemócratas, y después confidente en la organización socialista revolucionaria de Yekaterinoslav, y que se refería a su carrera policíaca oficial posterior. Además, V. L. Burtsev suponía que el relato de Bakai sobre la labor de provocación de Raskin> y Vinográdov (sobrenombres bajo los cuales se ocultaba, según su hipótesis, una misma persona) se refería a Azev. Las inexactitudes, las contradicciones y las inverosimilitudes que se notaban en el relato de Bakai, junto con el hecho mismo de la procedencia de éste, privaban de todo valor, a juicio del Comité Central, a las manifestaciones de dicho individuo.

La prueba de que Raskin (llamado también Vinográdov), era Azev, se basaba: primero, en la visita, de la cual se enteró Bakai, efectuada por el provocador Raskin a un empleado ferroviario en Varsovia en 1904; y segundo, la visita realizada el mismo año, en condiciones análogas, por Azev, a ese empleado, por encargo del Comité Central de los socialistas revolucionarios. Sin embargo, esta prueba perdía todo valor gracias al hecho de que Bakai decía que la visita en cuestión había sido efectuada por Raskin en octubre, y sólo más tarde, al enterarse de que la visita de Azev había tenido lugar en enero de 1904, modificó sus manifestaciones de un modo correspondiente; además, Bakai intentó dos veces, por encargo de Burtsev, obtener de la policía el verdadero nombre de Raskin, y la primera vez le afirmó que bajo este nombre la policía designaba a Riss, y la segunda vez comunicó que el sobrenombre en cuestión se refería a un tal G. (que no perteneció nunca al partido de los socialistas revolucionarios). En cuanto a la comunicación de Bakai, relativa a los hechos denunciados por Raskin-Vinográdov, la investigación efectuada por el Comité Central, valiéndose de una instancia cuya competencia tanto él como Burtsev colocan muy por encima de la del mencionado agente, una parte resultó desmentida; otra, confirmada. A la primera categoría pertenece, por ejemplo, la comunicación de que el Gobierno estaba previamente informado de los atentados de la Organización de Combate contra Bogdánovich y el Gran Duque Sergio.

Durante las sesiones del tribunal, Burtsev hizo nuevas manifestaciones, como resultado de datos obtenidos recientemente, respecto a las relaciones de Azev con la policía. A petición de Burtsev, sin embargo, dichas manifestaciones fueron comunicadas únicamente a los miembros del tribunal, y sólo uno de los miembros del Comité Central, autorizado por aquél, obtuvo el derecho de efectuar una encuesta secreta relacionada con las nuevas acusaciones.

Durante la pausa establecida por el tribunal con el fin de llevar a cabo la encuesta aludida, el miembro del Comité Central encargado de esta última vino en conocimiento de un hecho que tuvo cierta publicidad en la sociedad petersburguesa.

Según las manifestaciones de un ex funcionario importante del Ministerio del Interior, el 11 de noviembre de 1908 se presentó a este último el ingeniero Evno Azev, que había tenido antes relaciones de servicio con él, y diez días después, en su nombre, el jefe de la sección de la Okrana de Petersburgo, Guerasímov.

Tanto el uno como el otro le manifestaron que era posible que se dirigieran a él en nombre del tribunal revolucionario en demanda de ciertos datos relativos a Azev, y que debía rechazar toda acusación que tuviera algo que ver con las relaciones de este último con la policía. Se decía también en los medios mencionados que dicho funcionario retirado, viendo en algunas de las manifestaciones de Guerasímov una amenaza indirecta, se había dirigido al primer ministro, Stolypin, y a algunas otras personalidades del Gobierno, exigiéndoles que se tomaran medidas para preservar su seguridad personal. Esta circunstancia sirvió de punto de partida de una nueva investigación del Comité Central contra Azev.

Dicha encuesta, después del interrogatorio de este último, dejó establecido:

Primero, que Azev, al marchar de Petersburgo, fingió que se había hospedado en una fonda de Berlín, de la cual es dueño un individuo que está al servicio de la policía en calidad de traductor. La falta de este alibi se hizo patente, mediante declaración tomada en el sitio y la comprobación de que la descripción detallada hecha por Azev en el interrogatorio del cuarto ocupado por él, no correspondía a la realidad; y segundo, que, según datos de origen, cuya veracidad fue completamente demostrada, se puede reconstituir de un modo bastante preciso el cuadro de las relaciones de Azev con la policía desde la primavera de 1902 hasta fines de 1905.

A pesar de que no confesó sus relaciones con la policía y de que exigió un careo con todos sus acusadores, Azev, después del primer interrogatorio, se dió a la fuga.

II) El primer acto de provocación de Azev, comprobado por el Comité Central, se refiere a 1902. En junio de dicho año el director de la policía política rusa en el extranjero, Rachkovski, pidió por carta al departamento de policía que se le asignaran 500 rublos que debían ingresar en la caja del partido de los socialistas revolucionarios por mediación de un agente secreto amigo personal de Guerchuni. El ministro suplente del Interior, Durnovo, temiendo que dicha suma fuera a parar a la caja especial de la Organización de Combate, propuso que el colaborador mencionado fuera llamado al departamento de policía para dar las explicaciones necesarias. Dicho colaborador resultó ser el ingeniero Evno Azev. En el departamento de policía. Azev dijo que estos 500 rublos no podían ir a parar a la caja de la Organización de Combate, que él no era miembro dej partido, pero que, gracias a su amistad con Guerchuni, podía seguir siendo útil al departamento de policía. Hasta entonces éste había recibido de Azev noticias relativamente de poca importancia, y, a veces, completamente falsas, tales como la de que el Comité Central para Rusia estaba compuesto por D. Klemens, Braudo, Bungue y Gukovski (en realidad, ninguna de las personas mencionadas formaban parte del Comité Central ní de ningún otro organismo del partido). Era asimismo falsa otra comunicación suya relativa a que Guerchuni debía pasar por la estación de Baranóvich, cuando, en realidad, Guerchuni hacía ya tiempo que estaba en el extranjero, lo cual sabía Azev.

Pero, poco a poco, éste empieza a dar al departamento de policía informaciones cada vez más verídicas y sustanciales. Denuncia la existencia en Pense de una imprenta clandestina del partido de los súcialistas revolucionarios (las señas precisas la policía las obtiene gracias a un confidente de Snrátov), el transporte, organizado por él mismo, de literatura ilegal a través de la frontera bajo el aspecto de exportación de neveras de fabricación extranjera, la tentativa de un grupo en enero de 1904, de vigilar al ministro del Interior Plehve, independientemente de la Organización de Combate (S. Klitchogl y otros).

Finalmente, empieza a dar caracteristicas generales relativas a los distintos terroristas miembros de la Organización de Combate.

Al mismo tiempo, no se comunican al departamento de la policía las tentativas de la Organización de Combate, y todos los actos terroristas, hasta la muerte del Gran Duque Sergio inclusive, resultan inesperados para el Gobierno.

A partir del otoño de 1904 van aumentando las indicaciones de Azev a la policía. Azev suministra datos precisos sobre el viaje de Sletov de Ginebra a Rusia, presentándole falsamente como terrorisa; sobre el plan de viaje del príncipe Gilkov con varios compañeros para la actuacion entre los campesinos; sobre la conferencia de París de los partidos revolucionarios y de oposicion. En dicha conferencia, Azev era representante del partido de los socialistas revolUcionarios, de lo cual el departamento estaba enterado. Al mismo tiempo, acompañado de un grupo de agentes de policía, se va a Nijni-Núvgoroq y a Sarátov, donde participa en las reuniones revolucionarias.

Faltan datos mas o menos precisos sobre la actuación de Azev como provocador durante estos úliimos tiempos. El Comité Central ignora si tiene algo que ver con las detenciones del destacamento combativo central (Schtiftar, Gronski, complot contra el zar) y del destacamento combativo volante del Norte (Karl Trauberg y otros). La no participación aparente en las detenciones mencionadas, lo mismo que la participación en las mismas del provocador Ratimov y del traidor Mazokin no constituyen aun, naturalmente, una prueba de la inocencia de Azev.

Si se da crédito a las comunicaciones de Bakai, durante estos últimos tiempos han sido efectuadas detenciones, por indicación de Azev, en la redacción del periódico El Pensamíento, donde sólo por azar no fueron detenidos la mayoría de los miembros del Comité Central ... Según Bakai, Azev comunicó al departamento de policía qUé el segundo congreso del partido de los socialistas revolucionarios, ceiebrado en Tammerfors, había tomado la decisión de no emprender ninguna acción contra Stolypin én el período de la segunda Duma. Si esto es cierto, daba también en aquel entonces conscientemente informaciones falsas a la policía, puesto que la resolución adoptada en Tammersfors fue precisamente todo lo contrario.

Hay, además, en la actuación de Azev, una serie de hechos que llaman la atención. En 1904 proyectó un plan para matar al director del departamento de policía, Lopujin, acto que debía servir de prólogo a la ejecución de Plehve. Después del manifiesto del 17 de octubre, Azev propuso un plan para hacer saltar el edificio de la Okrana. En la primavera de 1906 emprendió la preparación de un atentado contra Rachkovski. Los hechos mencionados pueden ser considerados como una tentativa de Azev para destruir toda posibilidad de que en el futuro fuera puesta al descubierto su actividad como confidente.

Tales son los hechos que hasta ahora ha podido comprobar el Comité Central y que demuestran el papel de provocador desempeñado por Azev.

La situación creada por la provocación de Azev es, indudablemente, grave. Es cierto que ha sido puesta al descubierto y cauterizada la llaga que devoraba y debilitaba al partido, que le ha sido arrebatada a la policía el arma de que durante tanto tiempo se había servido. Pero, al propio tiempo, ha sido asestado un serio golpe a lu conciencia moral de los compañeros del partido, se ha puesto al descubierto la inconsistencia de algunos individuos y de ciertas empresas de este último.

El Comité Central se da perfectamente cuenta de la gravedad de los deberes que pesan sobre él en el momento actual. En la medida en que le ha sido posible ha puesto fuera de peligro todas las empresas que tiene entre manos, ha tomado medidas para localizar el peligro con que nos amenazan las manifestaciones ulteriores que pueda hacer el provocador. El Comité Central estima que es sobre él, en su calidad de director de la vida del partido, sobre quien recae la responsabilidad principal por la provocación de que este último ha sido víctima. Esta responsabilidad de hombres moralmente engañados la comparten con él todos los Comités Centrales anteriores, muchos de los militantes más activos y valiosos del partido. Pero esto no disminuye su responsabilidad. Por esto considera como su deber dar cuenta detallada de su actuación al congreso del partido. El Comité Central juzga por este motivo, que uno de sus primeros actos debe consistir en la convocatoria de un congreso al cual presentará su dimisión. El partido debe examinar libremente la actuación de su organismo directivo, tomar una resolución y elegir a nuevos directores, investidos de la confianza completa del partido para dirigir la actividad del mismo en el grave momento actual. Hasta el momento de presentar su dimisión el Comité Central se considera obligado a proseguir la labor que le confió el partido. Por graves que sean las cIrcunstancias, el Comité ha de permanecer en su puesto hasta que vengan sus sucesores.

El partido está atravesando una profunda crisis, con tanto mayor motivo, pues, el deber de cada miembro del mismo debe consistir en ayudar a este último a salir de su situación actual. En estos momentos de prueba los peligros descubiertos deben servir de incentivo a los verdaderos militantes para desarrollar una actividad de una intensidad excepcional, con el fin de reconstituir las filas del partido y cohesionar el pensamiento y la acción de este último. El Comité Central está firmemente persuadido de que el partido de los socialistas revolucionarios saldrá victorioso de esta prueba inaudita en la historia de la revolución.

7/20 de enero de 1909.
El Comité Central del partido de los socialistas revolucionarios.

El Comité Central considera necesario declarar que la encuesta relativa al asunto Azev continúa. Los resultados de la misma, susceptibles de completar y aclarar los hechos comunicados más arriba, serán hechos públicos oportunamente.

Se publicarán especialmente la fotografía y las señas particulares detalladas de Azev.

El Comité Central.
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