Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesPrimera parte de la sesión del 11 de febrero de 1915 Sesión del 12 de febrero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 11 DE FEBRERO DE 1915 CELEBRADA EN CUERNAVACA, MORELOS
Segunda parte

Presidencia del C. Delegado Otilio Montaño


El C. Nieto

Pido la palabra.

El C. presidente

No hay nada a discusión.

El C. secretario

La Mesa me ordena lea a la H. Asamblea un oficio que se acaba de recibir.

Alfredo Cuarón, delegado a ]a Soberana Convención Revo]ucionaria, por el ciudadano General Modesto Maya, manifiesta a ustedes, que habiendo sido nombrado por el ciudadano Encargado del Poder Ejecutivo para ir a Toluca, a comprar personalmente las medicinas y útiles de curación que tanta falta hacen en el Hospital de esta plaza; y, además, para desempeñar otras comisiones importantes, se ve precisado a partir inmediatamente para dicho lugar, esperando que la Soberana Asamblea, no tendrá inconveniente en concederle el permiso para que se ausente unos cuantos días, para el desempeño de dichas comisiones.

Esperando que ustedes se servirán dar cuenta con esta solicitud a la Soberana Asamb]ea, me es grato subscribirme de ustedes atento y seguro servidor.

Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Cuernavaca, febrero 11 de 1915.
A. Cuarón (rúbrica).

A los ciudadanos Secretarios de la Soberana Convención Revolucionaria.
Presentes.

Pasa a la Comisión de Peticiones.

El C. Fierro

Pido que se considere de pronta y obvia resolución.

El C. Borrego

Suplico al señor presidente consulte a la Asamblea si considera de pronta y obvia resolución el asunto.

El C. secretario

La Presidencia ordena a la Secretaría pregunte a esta Honorable Asamblea si considera este asunto de pronta y obvia resolución.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Sí se considera así.

Esta a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba. (Voces: Aprobado. Aplausos)

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

El C. Nieto

Pido la palabra, para una moción de orden.

Hace un momento pedí la palabra al señor presidente y me la negó, porque dijo que no había nada a discusión; me permito recordarle al señor presidente que se estaba discutiendo el nombramiento de suplentes de las Comisiones, y el asunto fue considerado de pronta y obvia resolución; pero no sé por qué se concedió la palabra para tratar asuntos extraordinarios.

El C. presidente

Pero no ha dicho usted que era para una moción de orden, por eso la Presidencia no se la concedió, porque no tiene el don de adivinar.

El C. Casta

Pues por eso no debió negar la palabra. (Risas)

El C. secretario

Se van a poner a discusión los suplentes propuestos por las diversas Comisiones, para integrarlas.

Comisión de Relaciones:

Heriberto Frías, Alberto L. Paniagua, José Quevedo.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión de Instrucción Pública:

José H. Castro, Angel Zenteno, Antonio H. Salinas, Alvaro Torre G., Francisco R. Velázquez.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión de Programa:

Genaro Palacios Moreno, Sergio Pasuengo, Agustin Preciado, Luis Méndez, Dionisio Marines Valero.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión de Peticiones:

Enrique M. Zepeda, José Casta, Carlos Treviño.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión de Trabajo:

Francisco Alfonso Salinas, Albinos Ortiz, Rafael Pérez Taylor.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Sección del Gran Jurado:

José María Caraveo, Plinio López, Antonio Mesa Salinas.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sirvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión de Fomento:

Alberto B. Piña, José Aldabaso López, Máximo, Mejía.

Está a discusión..

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sirvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión de Comunicaciones:

Máximo Mejía, Antonio M. Arellano, José Aldabaso López.

Está a discusión.

El C. Mejía, Máximo

Pido la palabra.

Como ya se me propuso para que tome parte de la Comisión de Fomento, no sé si pueda desempeñar esta otra Comisión para la que se me propuso.

El C. secretario

Se trata del nombramiento de suplentes, señor.

El C. Mejía

Está bien, muchas gracias.

El C. secretario

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión Agraria:

Luis Méndez, Santiago González Cordero, Sergio Pasuengo, José Qucvedo, Julio Ramirez WieIla, Leobardo Galván.

Está a discusión.

El C. Nieto

Pido la palabra.

Yo le suplico a la Honorable Asamblea, que sobre todo en la Comisión Agraria, equilibre un poco más su criterio.

Entiendo que los señores propuestos para suplentes (suplico que nadie se lastime), son todos de un mismo partido de ideas; y yo quiero que sean diferentes criterios, diferentes ideas, para que, cuando nos presenten algo, ya la Asamblea no tenga mucho que discutir.

El C. Piña

Que proponga candidatos.

El C. Encarnación León

Si mal no recuerdo, ya el señor Quevedo forma parte de otras Comisiones. (Voces: de tres Comisiones más)

El C. González Cordero:

Y, además, tiene el importante cargo de Inspector General de Policía.

El C. Nieto

Suplico al señor secretario dé lectura a las candidaturas.

El C. secretario:

(Repitió la lectura)

El C. Nieto

Yo suplico que, en vez del señor Méndez, que conoce más de sastreria que de cuestiones agrarias, se ponga al señor delegado Piña.

El C. Soto y Gama

Yo pido la palabra, porque quiero defender la idea de radicalismo, en la Comisión Agraria. No propondría yo al señor Quevedo, porque tiene ideas que mucho molestan a los radicales; yo creo que dentro de la Comisión Agraria, y lejos de lo que opina el señor Nieto, debe sólo existir un criterio: el radical, porque de otra manera estaríamos como perros y gatos dentro de un costal, y resultarían dos dictámenes, necesariamente, en cada cuestión que estudiáramos; el nuestro absolutamente radical y el otro moderado.

De aceptar las ideas del señor Nieto, estableceríamos la división en la Comisión, y la posibilidad dé no trabajar, y de no hacer nada. Tiene derecho a decirnos el señor Nieto, lo mismo que sus compañeros, bárbaros, apaches; pero dentro de los debates; en cambio, queremos tener el derecho de satisfacer a los verdaderos revolucionarios, procediendo en esto con absoluto radicalismo; pero para esto es preciso que no se nos mezcle, pues nos estorbaríamoB para llegar a un resultado.

Yo, desde ahora, aseguro a los señores delegados, que no he de aceptar ninguna idea moderada, y seguramente así ha de opinar el señor Montaño y los demás miembros de la Comisión, yo sólo tengo intenciones de reclamar que se noa deje trabajar libremente, que se nos deje hacer barbaridades, para que después la asamblea, con su buen criterio, las corrija.

El C. Nieto

Pido la palabra.

Le suplicó al señor licenciado Soto y Gama que no nos considere moderados; una cosa es tener criterio, y otra cosa es ser radical o moderado. Al decir que el señor Méndez no tiene conocimientos para hacer zapatos, no le hago ninguna ofensa, porque para ello se necesita ser zapatero, del mismo modo que para hacer mesas se necesita ser carpintero, y para resolver sobre cuestiones agrícolas se necesita también tener ciertos conocimientos en materia agraria.

Yo insisto en que en el seno de las Comisiones debe discutirse todo, para no traer aquí barbaridades; ese objeto tienen las Comisiones: el de depurar un poco los asuntos sometidos a su estudio, para no presentarlos tan toscos y hacernos perder infinidad de días.

Insisto en que no ha sido mi objeto lastimar al señor Méndez, ni tampoco decir que en el seno de la Comisión Agraria se pongan moderados, porque tal vez somos nosotros más radicales; pero que se ponga en Justicia al que conozca el ramo de Justicia, y así, en cada una de las Comisiones; porque a nadie debemos encomendar una cosa que no sepa hacer.

El C. Ortiz

Pido la palabra.

Para sostener que mi compañero Méndez sea miembro de la Comisión Agraria.

El compañero Nieto debe tener en cuenta que no se nace sabiendo, como lo pretendía con su eterna cantilena Porfirio Díaz.

El compañero Méndez es un hombre humilde que ha trabajado con el arado. (Voces: no, no es cierto)

¿Como no, señores? Es un hombre obrero, yo lo conozco, que después de haber trabajado en el campo vino a ser sastre; así es que yo pido que no se retire a ese miembro, que será en la Comisión Agraria, de gran peso.

El C; Fierro

Yo estoy. perfectamente de acuerdo con las ideas expresadas por el señor Nieto, pues en el seno de las Comisiones debe haber hombres que sepan tratar los asuntos que se les van a encomendar, y como el señor Méndez -me consta por sus ideas expresadas- no conoce a fondo esta cuestión, y en consecuencia no estana capacitado para resolver los asuntos que se van a tratar en esa Comisión.

Pido que figure el señor general Paniagua que es práctico en ese ramo, por ejemplo, y tambien el señor Mesa Salinas, que ha vivido en regiones agrícolas o el ingeniero González Cordero, todas personas competentes en la materia.

El C. Cruz

Pido la palabra.

El C. Ortiz

Pido la palabra.

El C. presidente

La pidió antes el señor Cruz.

El C. Cruz

Honorable Asamblea:

Yo creo que todos los que estamos aquí somos revolucionarios, y creo que no nacimos con la carabina en la mano. (Voces: no, no, risas), y si así vamos a pedir todo ...

El C. Marines

Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente

Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama

Yo pido que el señor Nieto se fije en que unos son ingenieros agrónomos, con título de la Escuela de Agricultura y que han sacado los primeros premios en dicha Escuela, y otros son labradores; pero la verdad es, que aquí se necesitan individuos, que no sólo entiendan bien de estos asuntos, sino que le tengan amor a la cuestión, y por eso propusimos al señor delegado Méndez. Se necesita tener amor a la cuestión, y ese amor lo da el salvajismo, ese salvajismo a que tanto temor le tiene el señor delegado Nieto; cada uno hace lo que trae en el alma; no se necesita que sea agricultor; y en cambio, el señor Nieto, que cree conocer la cuestión, dice que el latifundismo constituye la riqueza de la Nación, y, ¿cómo, con estas ideas va a tenerse cariño a la cuestión agraria, tal como la entendemos nosotros los revolucionarios?

No, señores, debe acabarse con los latifundistas, de cualquier manera, a flechazos, a balazos, a cañonazos. (Aplausos)

Y por eso pido yo que figure en esa Comisión una persona como el compañero Méndez, que no se asusta con la nacionalización de la tierra, que no se asusta al pensar de dónde se va a sacar dinero para los bancos agrícolas, pues iremos, en caso necesario, a saquear los bancos de México; pero no nos vengan con esas ideas rancias, no nos vengan aquí los revolucionarios, asustándose con las medidas tan radicales que proponemos, no nos vengan a traer las ideas científicas de los Flores, de los Creel, de los Macedo, etc.; ya estamos cansados de tratar con los sabios; vamos ahora a dirigir con el corazón más que con la cabeza. El análisis estorba y el alud popular, el partido popular pide justicia, pide reivindicación, pide destrucción, y, para destruir, no se necesita, sépalo el señor Nieto, tener talento; se necesita simplemente tener cariño a las masas populares. (Aplausos)

El C. Nieto

Pido la palabra, para una alusión personal.

Me extraña mucho que con el talento que el señor Soto y Gama tiene, nos hable en la forma en que acaba de hacerlo. Desde luego debo decir, de una vez por todas, que no es el señor Soto y Gama ni el séñor Méndez, quienes me dan lecciones de patriotismo; lo tengo suficientemente demostrado en mi hoja de servicios. Eso sentado para todas las veces, continúo.

Dice el señor Soto y Gama que no se necesita pensar con la cabeza, sino con el corazón, y añade el mismo orador, que él quiere, más que nosotros, al pueblo. A esto último, debo contestarle, que hay muchos de nosotros, que hemos probado suficientemente que queremos en verdad al pueblo, lo que hay, es que no se lo decimos: se lo demostramos. ¿Que se piensa con el corazón? No, señor Soto y Gama, con el corazón no se piensa, mentira; se siente con el corazón, pero se piensa con la cabeza y se obra como la cabeza manda.

Si nosotros quisiéramos resolver tooo a punta de sentimientos y corazonadas, ¡pobre Patria! ... y pobre Patria también si ciertos. redentores quieren resolver todas las cuestiones y creen salir avantes, en todos los problemas nacionales, pensando con el corazón. Esto es hablar por hablar, y es ... mucha populachería.

El C. Marines

¿Qué pasa conmigo, señor presidente, no se me hace caso?

El C. Soto y Gama

Un momento, señor, tengo que explicar cómo se hacen las revoluciones. (Voces: Ya lo sabemos, las hemos hecho)

Las revoluciones no las hacen los sabios, no las hacen los hombres reflexivos, no las hacen los intelectuales, no las hacen todos aquellos que estaban con el general Díaz; las hacen los que no piensan, pero que en cambio sienten con todo su corazón, y aman los ideales de libertad y de justicia.

No es cierto que en la vida práctica se haga todo lo que manda la cabeza, y cuando yo hablaba del corazón, me refería a la intuición, a algo que es más que la inteligencia, que es la inspiración, que es producto del entusiasmo y no del análisis frío.

No está probado que con el corazón se sienta, está probado Únicamente que el corazón lleva la sangre a distintas partes del cuerpo.

Ha llegado la hora de que no sean los intelectuales ni los científicos los que resuelvan los asuntos nacionales; ha llegado la hora de que tomen parte en ellos los que no piensan, pero que sienten, y tenemos una prueba innegable de este hecho: ¿por qué el general Díaz no pudo sostenerse en el poder, a pesar de su fuerza?, porque la Nación entera, en un solo grito de protesta, se levantó anhelante de libertades y de justicia y derrocó a ese tirano, así como derrocó a Huerta, a pesar de sus ochenta mil hombres.

Antes en cuatro horas se destruía cualquier revolución, y parecía demostrado que eran imposibles las revoluciones; hoy, con los hechos, se ha demostrado también que el pueblo, sin ese talento, destruye los ferrocarriles y hace muchas cosas en que para nada necesita de ese talento. De manera que no es cierto que la cabeza tenga razón siempre, la lógica engaña; las revoluciones se hacen contra la lógica; la lógica va con los intereses creados por los hacendados, y el pueblo contra toda lógica, contra toda reflexión, contra todo análisis, hizo su gran Revolución, e hizo que se acabaran todos los grandes latifundistas, e indudablemente que en toda esta página de nuestra vida histórica tuvo más razón indudablemente Genovevo de la O, que Francisco Bulnes. (Aplausos)

El C. Marines

En vista de que después de habérseme concedido la palabra y después de tener el derecho de usarla, se dio indebidamente el uso de la paiabra a varias personas, no sé cómo interpretar ese acto de la Presidencia, y renuncio al uso de la palabra.

El C. presidente

Tiene la palabra el ciudadano Casta.

El C. Casta

Deploro inmensamente que el señor Soto y Gama esté congestionado por la lectura de los muchos libros, que probablemente ha leído; aquí viene a ser un Don Quijote de la Mancha, congestionado por la lectura de los libros de la caballería andante, y nos viene a decir que solamente ellos son radicales, cuando que el señor Soto y Gama tiene en la época actual, seis meses de revolucionario, y el señor Méndez ..., pues es un debutante podríamos decir. Nosotros, los que hemos luchado por la Revolución, desde hace tanto tiempo, creo que podemos ser también radicales; así es que no admito yo ese radicalismo que nos cita el señor licenciado Soto y Gama.

Además, el querer que la Comisión no esté controlada por elementos que el señor Soto y Gama llama moderados, es porque juzga que los dictámenes que presenten tienen forzosamente que triunfar. Así, pues, yo creo firmemente que esa Comisión debe estar integrada también por esos elementos que el señor Soto y Gama llama moderados, y debo decirle al señor licenciado que nosotros somos tan radicales como él mismo; pero que somos susceptibles de poder ver y hacer que no se nos ofusque nuestra imaginación.

Continuamente se nos tacha de que somos reaccionarios y de que somos burgueses, cuando hemos demostrado con muchos hechos y con muchas palabras, que tenemos las mismas ideas que el señor Soto y Gama; sólo que somos un poco menos intransigentes; él quiere que sus ideas se llevan a efecto a todo trance, y que no entremos nosotros, a pesar de que estamos dispuestos a que se nos corrijan todos nuestros defectos.

Así, pues, yo propondría que integrara la Comisión un elemento como el que pidíó el señor Fierro.

El C. Fierro

Pido la palabra.

El C. Méndez

Pido la palabra para una alusión personal.

El C. Fierro

La he pedido con anterioridad.

El C. Méndez

No creí, señores delegados, que mi modesta personalidad fuera a servir en esta ocasión, de manzana de discordia.

El señor Nieto muy apegado al cientificismo y el señor Casta, muy apegado a los veteranos de la Revolución, han impugnado mi candidatura a la Comisión Agraria, y es que los señores en medio de sus conocimientos agrícolas, han olvidado que el papel de suplente no tiene ningún interés, han olvidado que únicamente cuando falta el propietario es cuando entra el suplente, yo no tengo ningún interés, sino una profunda simpatía por esa cuestión, y tendré siempre el derecho de desbarrar cuando se me antoje, a reserva de que el señor Nieto me diga que el latifundismo es la salvación del país, y el señor Casta nos venga a decir que es revolucionario desde 1910, y yo desde hace 15 días.

Debo rectificar esto al señor Casta, sin que se crea que es para hacer gala de revolucionario; en primer lugar, debo sentar, como principio, lo siguiente: quien cree que los revolucionarios son solamente los que manejan un fusil, se equivoca; también los reaccionarios los manejan; si creen que el ser revolucionario consiste en haber estado en el movimiento armado, también se equivocan.

Debo decir al señor Casta, que cuando él no era revolucionario o había dejado de serlo, yo ya lo había sido, es decir, antes que el señor Madero fuera Presidente de la República, cuando comía con el señor Iñigo Noriega; yo estaba censurando al señor Madero por esos banqUetes, así como su amistad con Noriega; de manera que esto demuestra al señor Casta, que desde nace muchó tiempo soy revolucionario, aunque no he tenido nunca el valor suficiente, como el señor Casta, principalmente, para tomar un fusil, ya que a juicio del señor Casta, o de otros señores revolucionarios, sólo con el fusil se puede hacer revolución. Siempre, desde 1910, estuve censurando por medio de la prensa y de la tribuna, los actos del señor Madero, así como continué censurando los actos del tirano Huerta, en plena Alameda, el 25 de mayo de 1913; de manera que no soy revolucionario de última hora, ni creo que he venido a ocupar este lugar para ganar los $15.00; sino porque me ha traido el verdadero amor al pueblo, para seguir defendiendo, como lo he hecho hasta ahora, los intereses de ese mismo pueblo, aunque no haya empuñado el fusil. (Voces en las galerías: ¡Viva México!)

El C. Nieto

Pido la palabra, para una alusión personal.

El C. presidente

Señor Pérez Taylor, haga usted su moción de orden.

El C. Pérez Taylor

Para rogar a la Mesa que ponga fin a la discusión relativa a la candidatura del señor Méndez, en vista de que ya han hablado tres en pro y tres en contra.

El C. Nieto

Pido la palabra para una moción de orden.

Puesto que varios oradores están pidiendo la palabra, no puede considerarse suficientemente discutido.

Ahora el señor Méndez tiene obsesión de estarme llamando científico, burgués y quién sabe cuántas otras cosas; y, de una vez por todas, le diré que ya quisiera mi hoja de servicios, para lucirla los días de fiesta.

Por lo demás, debo decirle lo siguiente: que presente argumentos, y no me conteste con votos; insisto, con argumentos, en que para que la Comisión Agraria nos presente trabajos razonables, se necesita un miembro distinto de los que integran ahora esa Comisión -llamados radicales-, que mañana pueda exponer algo, que sepa sobre lo que va a dictaminar.

Digo esto, porque he visto que el señor Méndez y otros muchos, argumentan de una manera descabellada en la Cuestión Agraria, y es necesario que se tenga una poca de más consideración con la Asamblea; que se presenten dictámenes susceptibles de ser discutidos brevemente, evitándonos pérdida de tiempo, y evitando tantas alusiones personales, la mayor parte de ellas injustas.

Eso de que se nos llame constantemente moderados, no es argumento; el radicalismo de los señores es tan radicalismo como el nuestro, solamente que el nuestro tiene sentido común y el de ellos no tiene ni pies ni cabeza; es lo único que puedo decir, y entiendo que he argumentado.

El C. González Cordero

Yo sigo, señor presidente.

El C. Marines

Para una moción de orden, pido la palabra.

Mi moción de orden, consiste en esto: la Comisión que se va a integrar, para que sea la suplente de la Comisión Agraria, va a dictaminar en asuntos que se refieren exclusivamente al bienestar de la Patria, y yo pregunto ¿es primero la personalidad del señor Méndez o el bienestar de la Patria? Yo le suplicaría atentamente al señor Méndez, que en estos momentos se siente lastimado en su amor propio, como algunas otras personas que tienen la conciencia de no ser capaces para desempeñar esta Comisión, porque si han trabajado con el arado, no han trabajado con la cabeza, y aquí se necesita evidentemente trabajar con la cabeza-, que se abstenga de estar sosteniendo a remolque su persona, porque más perjuicio hace a la Patria, sosteniendo su persona dentro de la Comisión, que diciendo de una vez: no me pongan allí, porque voy a meter la pata; yo así lo he dicho, por ejemplo.

El C. González Cordero

En todos los Cuerpos Colegiados, llámense como se quiera, al nombrar las Comisiones se acostumbra poner en ellas a los que sean más conspicuos, dentro de cierto credo político, y que conozcan el punto que se va a tratar, es decir, que sean al mismo tiempo, los más competentes.

En cierto modo tiene razón el señor licenciado Soto y Gama, en que sean radicales los miembros de esa Comisión, y que se ocupen principalmente de la extinción del latifundismo, porque en todos está la convicción de que el latifundismo ha sido, es, y sera perjudicial para los intereses de la Patria; pero debo advertir a ustedes que es mi opinión personal, que en este caso se necesita que junto con los radicales entren los individuos técnicos que digan de qué manera se va a hacer tal o cual reparto; ustedes deben comprender que estas pequeñas propiedades deben estar acotadas de cierta manera, por zanjas, pozos, planos, etc., para lo cual se necesita de individuos que conozcan de agricultura; no solamente se necesita de radicales, a quienes acepto; sino también deben entrar individuos técnicos, tal como decía hace un momento, para lo cual propondría yo a cualquier otra persona, pues creo que el papel del señor Méndez está perfectamente bien en la cuestión obrera; en cambio, en la cuestión agraria no descuella mucho. Por ejemplo, tienen ustedes personas que conocen de agricultura: al señor general Paniagua y al señor Galván, y en la cuestión técnica tienen ustedes al señor Zepeda, que tiene hechos estudios de ingeniería hasta el tercer año; yo creo que con personas como éstas, estaría bien integrada esa Comisión; no como ahora, que no lo está más que por radicales.

El C. seCretario

Se pregunta a la Honorable Asamblea si se considera suficientemente discutida la candidatura del señor Méndez, como primer miembro suplente de la Comisión Agraria.

Suficientemente discutida.

Se pone a votación. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Desechada.

Se propone la candidatura Sergio Pasuengo.

Aprobada.

Se propone la candidatura Quevedo.

Está a discusión.

El C. Fierro

Propongo, por las razones que antes expuse, al ciudadano Paniagua, en lugar del señor Quevedo.

El C. secretario

Sigue a discusión.

El C. Ortiz

Pido la palabra, para apoyar la candidatura del señor general Paniagua.

El C. Soto y Gama

Entiendo que el señor general Paniagua va a salir en estos días. (Voces: Es suplente)

Pero un suplente que no suple, es mejor otro. (Voces: Pues entonces el general Galván)

El C. secretario

La Mesa, por conducto de la Secretaría, hace notar que está a discusión la candidatura del señor Quevedo. Se pregunta si está suficientemente discutida.

El C. Cordero

Por más que creo que el señor Quevedo tiene muchas Comisiones, como es la de Inspector General de Policía, etc., ha hecho estudios sobre la cuestión agraria, y ha repartido ya tierras; creo que está bien su candidatura, y respecto de la que se desechó hace un momento, podremos poner a otro de los revolucionarios, al señor Galván, por ejemplo.

El C. secretario

Sigue a discusión, y se pregunta si se aprueba la candidatura.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Se propone la candidatura del señor Ramírez Wiella.

Está a discusión.

El C. González Cordero

Pido la palabra. Suplicaría al señor Wiella, que está presente, nos diga si conoce algo sobre el asunto, pues esto puede ser útil para ilustramos sobre el particular.

El C. RamÍrez Wiella

Por cumplir con usted, le diré que desde mi juventud me dediqué al campo, y he procurado implantar algunas reformas en agricultura, que he considerado adecuadas; así es que ... (Voces: Muy bien, aplausos)

El C. secretario:

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Aprobado Ramírez Wiella ...

Se propone la candidatura del ciudadano Santiago V. Orozco.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

El C. Mejía

Pido la palabra, para hacer observar que el señor Orozco no se encuentra aquí; parece que fue a desempeñar una comisión en Contreras, y, por consiguiente, existe la misma razón que con el señor Paniagua.

El C. secretario

¿No hay quién pida la palabra?

El C. Menchaca

En vista de que cuando se proponía al señor Paniagua, alguien alegó que tenía que salir a desempeñar una comisión, y ahora, tratándose del señor Orozco, que la está desempeñando, creo que debe ser substituido por otra persona.

El C. secretario

Se pone a votación.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Desechada.

Sigue la candidatura del general Paniagua.

Está a discusión. (Voces: Está desechada. Que se proponga la del general Galván)

El C. Sergio Pasuengo

Propongo al señor ingeniero González Cordero.

El C. secretario

Se pone a votación la candidatura del general Paniagua.

Los que están por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Desechada.

Está a discusión la candidatura del señor González Cordero.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado el señor González Cordero.

Está a discusión la candidatura del último suplente, el señor general Galván.

¿No hay quién pida la palabra?

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado el señor general Galván. (Aplausos)

Comisión de Justicia:

Julio Ramírez Wiella, Ignacio Borrego, Luis Zubiría y Campa.

Está a discusión.

¿No hay quién pida la palabra?

Los que estén por que se aprueben las candidaturas de los señores licenciados Wiella, Borrego y Zubiría y Campa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

Comisión de Guerra:

Pedro Alatriste, Melchor Menchaca, Juan Ledezma.

Los que aprueben a los señores Pedro Alatriste, doctor Menchaca y Coronel Ledezma para suplentes de la Comisión de Guerra, sírvanse ponerse de pie.

Aprobados.

Comisión de Hacienda:

Antonio M. Salinas, José G. Nieto, Antonio Amezcua.

Los que aprueben a los señores Antonio Mesa Salinas, José G. Nieto y Antonio Amezcua, como miembros suplentes de la Comisión de Hacienda, sirvanse ponerse de pie.

Aprobados.

Comisión de Estilo:

Ignacio Borrego, Francisco Lagos Cházaro, José Quevedo.

Los que aprueben a los señores Borrego, Lagos Cházaro y José Quevedo, sírvanse ponerse de pie.

El C. Cuervo Martínez

En vista de que el ciudadano Quevedo tiene muchas comisiones, yo propondría que fuera otro de los señores delegados, para la Comisión de Estilo. (Voces: Al señor Frías) (Voces: Ya está, es propietario)

El C. secretario

Se pregunta si se cambia al señor Quevedo, por el señor Pérez Taylor.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

(Se leyó el orden del día)

El C. presidente

Se levanta la sesión.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesPrimera parte de la sesión del 11 de febrero de 1915 Sesión del 12 de febrero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha