Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesJunta previa del 9 de febrero de 1915 Primera parte de la sesión del 10 de febrero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha

CRÓNICAS Y DEBATES
DE LAS SESIONES DE LA
SOBERANA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA

Compilador: Florencio Barrera Fuentes

SESIÓN DEL 9 DE FEBRERO DE 1915 CELEBRADA EN CUERNAVACA, MORELOS

Presidencia del C. Delegado Otilio Montaño


Lista, ciudadano Reynaldo Lecona.

Presidencia, ciudadano Otilio Montaño.

Cuenta, ciudadano Lecona R.

El C. presidente

Se abre la sesión plena.

El C. secretario

(Lee el acta de la sesión anterior) Está a discusión la presente acta.

El C. Casta

Para una rectificación, pido la palabra.

Al tratarse de la candidatura del señor Soto y Gama, se dice que hablé en iguales términos que el señor Catalán, y el señor Catalán dijo que porque el señor Soto y Gama ocupaba varias comisiones, estimaba conveniente que se nombrara a otra persona, y yo dije que como en esa Comisión iba a dictaminar, y a la vez era Vicepresidente de la Mesa, podía incurrir en alguna tiranía; así es que es diferente lo que yo dije de lo que dijo el señor Catalán.

El C. secretario

Con la modificación propuesta, ¿se aprueba el acta?

Los que la consideren suficientemente discutida, sírvanse ponerse de pie.

Suficientemente discutida.

Se pone a votación si se aprueba. Los que estén por la negativa, de pie.

Aprobada.

A los ciudadanos delegados, cuyas credenciales acaban de ser discutidas, se les suplica se sirvan pasar aquí adelante, para prestar su protesta de ley.

El C. presidente

(Dirigiéndose a los ciudadanos Meza Salinas y Mucio Marín) ¿Protestáis, por vuestro honor de ciudadanos armados, cumplir y hacer cumplir los acuerdos de esta Honorable Convención?

Los ciudadanos Meza Salinas y Marín

Sí, protestamos.

El C. presidente

Si así no lo hiciereis la Patria os lo demande. (Aplausos)

El C. secretario

Leyó:

Comisión de Justicia.

Obran en poder de la Comisión que subscribe, varios telegramas cambiados entre diversos jefes del Ejército y la Convención reunida en Aguascalientes, y la presencia de los cuales mensajes en la cartera de Justicia carece de objeto, por resultar extemporáneos los asuntos a que los mismos se refieren.

En tal virtud, los que subscriben se permiten someter a vuestra aprobación, el siguiente

ACUERDO ECONOMICO

Archívense por carecer ya de objeto los mensajes que con fechas 30 de octubre, y 9, 10 y 12 de novíembre próximos pasados, dirigieron a la Soberana Convención de Aguascalientes, diferentes miembros del ejército.

Sala de Comisiones de la Soberana Convención.
Cuernavaca, Mor., febrero 3 de 1915.
José G. Nieto (rúbrica).
E. Olvera (rúbrica).

El C. Wiella

Pido la palabra:

Para mayor brevedad, suplico a usted pregunte a la Asamblea, si quiere conocer estos telegramas que no tienen ninguna importancia. (Voces: ya los conocemos)

El C. secretario

La Mesa, por conducto de la Secretaría, suplica a los señores delegados, digan si se suprime la lectura de los documentos presentes. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Sí se suprime la lectura. Está a discusión el dictamen, que dice: (lee el dictamen de la Comisión de Justicia).

¿No hay quién pida la palabra? (Voces: no, no)

En votación económica se pregunta si se considera el asunto suficientemente discutido.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. (Voces: ya dijimos que sí)

Se considera suficientemente discutido.

Se pone a votación.

Las personas que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

Los subscriptos, miembros de las Comisiones de Gobernación y Guerra unidas, participamos a la Honorable Asamblea, que, habiendo encontrado en la cartera respectiva, varios documentos pendientes de dictamen, de fechas muy retrasadas y cuyos asuntos no revisten en la actualidad interés alguno; tan sólo por cumplir con el trámite debido, hemos acordado lo siguiente:

Pásese a la Secretaría para su archivo.

Cuernavaca, febrero 4 de 1915.
José Casta (rúbrica).

(Voces: está bueno)

La Mesa pregunta a la Asamblea si quiere que se lean los repetidos documentos.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

No se leen.

Está a discusión el dictamen, que dice: (Se leyó de nuevo)

¿No hay quién pida la palabra?

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la negativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

El ciudadano secretario

Lee:

Pongo a la consideración de esta Honorable Asamblea que a este teatro se le cambie el nombre de Porfirio Díaz, que tiene por el de Teatro General Ignacio Maya.

Cuernavaca, 2 de febrero de 1915.
Albino Ortiz (rúbrica).

A la Comisión de Gobernación.

El C. Ortiz

Pido la palabra.

Suplico se lea el dictamen de la misma Comisión.

El ciudadano secretario

Leyó:

Comisión de Gobernación.

La Comisión dictamina acerca de la proposición del ciudadano delegado Albino Ortiz, en que pide que a este teatro se le cambie el nombre de Porfirio Díaz, que tiene, por el de Teatro General Ignacio Maya, en los siguientes términos:

Siendo este asunto de la competencia del Honorable Ayuntamiento de esta ciudad, transcríbase esta solicitud a esa Corporación para que acuerde lo que estime conveniente.

Sala de Sesiones de la Soberana Convención Revolucionaria.
Cuernavaca, Mor., febrero 4 de 1915.
Genaro Palacios Moreno (rúbrica).
José Casta (rúbrica).
C. M. Samper (rúbrica).

(Aplausos y voces: muy bien).

Está a discusión. ¿No hay quién pida la palabra?

El C. Ortiz

Nada más para suplicar a la Secretaría, se digne preguntar a la Asamblea si tiene la bondad de que ella sea la que solicite eso. (Voces: no, no; es perder el tiempo en cosas que no valen la pena)

El C. secretario

Está a discusión.

El C. Marines

Pido la palabra.

Noto con pena que todavía tenemos la tendencia de poner los nombres de los que están arriba, especialmente de los que pueden conceder sinecuras o que de cualquier manera se han distinguido. (Voces: por los que cayeron: Ignacio Maya) (Voces en las galerías: Bien por los que dijeron Ignacio Maya)

El C. secretario

La Mesa, por mi conducto, avisa al señor delegado que hace uso de la palabra. (Voces: no fue delegado)

Entonces al señor asistente a la galería, que si continúa, con pena, se mandará desalojar la galería.

El C. Marines

Lo que acabo de decir respecto al asunto que nos ocupa, lo diré, sea al que esté arriba, al que mande, o a cualquiera otro, sea quien sea. Es verdaderamente triste que apenas se trata de poner un nombre, pongamos el de aquel a quien se pretende adular, el de aquel que está arriba; no, señores, falta que la Historia, justiciera, califique y aprecie los méritos de los hombres del momento: tenemos muchos héroes ignorados.

El C. Reynoso

Pido la palabra, para una moción de orden.

El C. presidente

Tiene la palabra el ciudadano Reynoso para una moción de orden.

El C. Marines

Se ha seguido la costumbre de que no se interrumpa al orador. (Voces: para moción de orden)

El C. presidente

Se da para una moción de orden.

El C. Marines

Se ha seguido la costumbre de que se conceda hasta que termine el orador.

El C. presidente

Ya no vuelvo a conceder la palabra, sino hasta que termine el orador.

El C. Pérez Taylor

Pido la palabra, para una moción de orden.

El C. Fierro

Pido la palabra, para una aclaración. (Siseos; campanilla)

El C. López

Pido la palabra, para una moción de orden. (Voces: no, no)

El C. Fierro

Pido la palabra, para una aclaración.

El C. secretario

La Mesa ordena a la Secretaría, haga saber a los señores delegados, que no está a discusión el nombre del teatro, sino el dictamen de la Comisión de Gobernación. (Voces: eso es; a eso deben concretarse)

El C. Ortiz

Pido la palabra, para una aclaración, señor presidente.

El C. presidente

Van a leer el dictamen.

El C. Marines

Señor presidente, a mí no me dejaron terminar.

El C. secretario

(Da lectura al dictamen) Es el dictamen que está a discusión.

El C. Aceves

Es enteramente de las atribuciones del Ayuntamiento, poner el nombre a los edificios públicos, y, sobre todo, ¿por qué estamos nosotros perdiendo el tiempo en este asunto?

El C. Marines

No he terminado todavía, señor presidente; no altere usted el orden.

El C. presidente

La Presidencia creyó que había usted terminado: pero tiene usted la palabra.

El C. Marines

Aquí, en el Estado de Morelos, hubo varios hombres, cuyo nombre pudiera servir de orgullo a cualquier parte del mundo; por ejemplo, don Hermenegildo Galeana. El dictamen está bien hecho y yo digo que sí son atribuciones del Ayuntamiento, y que debemos exigirle o excitarlo, a fin de que le quite al teatro el nombre que lleva, y le ponga el que él quiera; pero se dice nada más, que como es de las atribuciones del Ayuntamiento, él resuelve, y puede hacer lo que ha hecho hasta aquí: nada; por eso creo no haberme salido del punto.

Refiriéndome al nombre, y generalizando el caso, modestamente me permito indicar al Respetable Ayuntamiento, que se abstenga de poner nombres de personas que acaban de pasar, y ponga los de aquellas que hayan sido orgullo de la Patria u orgullo del mundo entero, como, por ejemplo, el nombre que cité antes: el de Hermenegildo Galeana, que se distinguió en el sitio de Cuautla, como pocos se han distinguido. (Aplausos)

El C. Ortiz

Pido la palabra, para una aclaración.

Decía el compañero Marines, que no sabe quién ha sido el general Maya.

El C. Marines

Hay muchos con mayores méritos y que ya han sido juzgados por la Historia.

El C. Ortiz

El general Maya fue un obrero, un albañil. Y por eso traje, a esta Convención su nombre; para que figurara el nombre de un obrero, como figura en Sonora el héroe de Nacozari. El general Maya fue un hombre sin mancha, valiente y patriota. (Voces: daremos pruebas), y yo estuve con él a las órdenes del señor general Ramírez, que fue Inspector General de los Cuerpos Rurales; por eso es el orgullo de la región suriana un hombre como el señor general Maya.

Por otra parte, antes de que estuviera aquí esta Soberana Convención, ya habíamos tratado de quitar ese nombre, porque tenemos aquí Teatro Porfirio Díaz, Escuela de Niños Porfirio Díaz, Jardín Porfirio Díaz, Parque Carmen Romero Rubio de Díaz, y así otros muchos nombres que no queremos que sigan figurando, y por eso hice esa moción fundada en este concepto: el señor general Maya fue el que se avanzó toda la oficialidad del general Cartón, que se había hecho invulnerable en la hacienda de Treinta. Ignacio Maya fue un ciudadano cuyo nombre debe figurar como obrero; no está vivo como se cree, ha muerto y ha muerto gloriosamente. Este hombre no tiene ya nada qué pedir; su familia está en la miseria, fue un hombre humilde y por eso pido que su nombre figure en la Historia, para la que es desconocido. Yo creo que no es el tiempo de adulación, sino el tiempo de la justicia.

El C. Marines

Pido la palabra, para una alusión personal.

No conozco yo al señor general Maya, ni he pretendido opacar en lo más mínimo el brillo de sus hazañas; lo que he dicho es que para poner un nombre, debemos de esperar a que pasen las pasiones, y a que la Historia justiciera juzgue, a que se oiga el pro y el contra. Al citar el nombre de don Hermenegildo Galeana, no he lastimado el nombre del señor general Maya, porque él mismo si viviera, vería que con toda justicia estoy pidiendo que este teatro, en lugar de llamarse Ignacio Maya, se llame Hermenegildo Galeana, porque a ese hombre no se le ha hecho la justicia que merece; hay que tomar en cuenta, por otra parte, que el señor general Maya lo juzgan los surianos, y hay que esperar a que lo juzgue la Historia y la Nación entera, sin apasionamientos. Aplaudo mucho a mi compañero Ortiz, por el sentimiento que manifiesta, por el fervor que tiene para defender a su general Maya, pero le advierto que debe esperar a que un razonamiento desapasionado consagre su nombre, y yo lo consagraré también y todos lo consagraremos: pero esto el día que sin apasionamientos sea juzgado, el día en que sin apasionamientos de partido, veamos sus hechos; quizá entonces el nombre del general Maya tenga derecho a figurar; pero, por ahora, debemos dejarlo para épocas posteriores en que podamos juzgar con calma.

Entre tanto, ya que se ofrece cambiar el nombre de un teatro, en esta tierra en donde se vieron grandes heroísmos, que se le ponga el nombre de un héroe, que, repito, honra mucho a los morelenses: el de don Hermenegildo Galeana. (Aplausos)

El C. Pérez Taylor

Señores delegados:

Por especial psicología de las multitudes, siempre que en un Estado se han efectuado actos heroicos, que los nombres de aquellos que los han verificado queden grabados, no en la Historia, sino en el lugar y en los corazones de aquellos individuos que han vivido en las regiones, en donde esos hechos heroicos se han realizado; así ha sucedido en el caso de Jesús García, el héroe de Nacozari. A pesar de que no ha sido juzgado aún por la Historia, la plaza de Santa Catarina, en México, se llama la plaza de Jesús García, el Héroe de Nacozari.

El C. Casta

Pido la palabra, para una moción de orden.

No está en el dictamen. Ya van tres oradores que hacen referencia de nombres, y se han apartado completamente del dictamen. Yo pido a los señores delegados que se concreten a discuir el referido dictamen.

El C. presidente

La Mesa suplica al señor orador, que se concrete al dictamen.

El C. Pérez Taylor

Era un pequeño paréntesis, nada más. (Voces, risas, siseos)

Señores delegados:

Borro el paréntesis y entrp a la discusión del dictamen.

Estoy de acuerdo con él, y, por la cuestión de organización, digo que es facultad del Ayuntamiento cambiar los nombres de los edificios públicos.

El C. Soto y Gama

Pido la palabra, en contra del dictamen.

El C. presidente

Tiene la palabra, el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama

Pedí la palabra, en contra del dictamen, como un reproche muy merecido para las autoridades locales. El último reflejo de la época de la dictadura, es el nombre de Porfirio Díaz, hombre maldito, verdadero culpable de la situación actual; todo el mundo tiene siempre en los labios maldiciones contra Huerta, contra Blanquet, contra los miserables discípulos del gran bandido Porfirio Díaz, y todavía hay imbéciles, y en esta ciudad existen en gran número, lo mismo que en México, que profesan mucho respeto y mucha admiración por ese bandido de Porfirio Díaz, por ese miserable, y es urgente, y es obvio que de esta Convención salga el tiro de gracia para esa figura maldita, más odiosa que la de Iturbide, que la de Santa Anna y que la de todos esos grandes bandidos de la Historia; y es necesario que en lugar de ese dictamen, se diga:

Excítese al Ayuntamiento para que borre de todas partes donde exista, el nombre del hombre más pernicioso para la República. (Aplausos)

Da vergüenza y da pena, que en un Estado que sufrió, como éste, más que muchos, las afrentas de las botas de ese miserable conquistador del dinero, de ese miserable secuestrador del Tesoro, de ese bribón que corrompió a la Nación, de ese miserable que corrompió a esta generación, de ese miserable a quien debemos todas las máculas que pesan sobre la conciencia nacional, de ese miserable a quien se debe directa o indirectamente la felonía de los últimos generales que pertenecían a esta Convención, y que, siendo miembros de esta Convención, y siendo revolucionarios, han malogrado su figura, y se han puesto a erigirse en émulos de Elizondo y de Picaluga, da vergüenza, repito, que en esta ciudad, que fue una de las primeras que se propuso protestar contra ese tirano, en nombre de toda una raza, en nombre de todo un pueblo, todavía se conserva ese nombre en las alturas, donde se conservan los nombres de los inmortales. Es perfectamente justificado, que se diga algo en provecho de una figura, como la del señor general Maya, que fue un hombre del pueblo, con más méritos, quizá, que Galeana, y que otros muchos héroes deslumbradores, porque él puso todo lo que era, sin pensar siquíera en la gloria, porque el proletario no tiene derecho a figurar en la Historia; y es preciso que quien se martiriza en los campos de batalla, no quede como tantos héroes ignorados, y que la Historia recoja su nombre en pago de sus hazañas; y es natural que griten con entusiasmo los subalternos de ese hombre para pedir que su nombre pase a la Historia, porque tiene derecho a pasar a ella; que pase a la Historia como una justificación de la injusticia de sus contemporáneos; que se rinda tributo al que triunfa, a Juárez, a Hidalgo; pero que no se olviden de una pléyade de hombres que valieron tanto como ellos, porque si no tuvieron genio, sí tuvieron mucho heroísmo, mucha abnegación, mucho amor a los suyos, mucho amor a su pueblo, y le dieron hasta la última gota de su sangre, hasta el último suspiro; que consagraron todas sus energías a la Patria, y, sin embargo, la Patria los olvida. Es injusto que se venga a justificar a los que ya están justificados, a los que ya están glorificados y que no se ]e quiera dar un mendrugo al hijo del pueblo.

Yo pido que se excite al Ayuntamiento pasando por sobre una forma ridícula, si se quiere, para que se ponga a este teatro el nombre de Ignacio Maya. El respeto a los muertos es sagrado, porque los muertos han hecho la Revolución; nosotros, los vivos, estamos reconocidos a los muertos, y, sin embargo, éstos han pasado inadvertidos. Por lo tanto, yo pido que se estampe en el frente del teatro de Cuernavaca, el nombre del general Ignacio Maya. (Aplausos)

El C. Zepeda

Pido la palabra, nada más para hacer una aclaración.

El general Villa y otros, en el Norte, así como en otras partes, se han dejado de formulismos, y han cambiado los nombres sin meterse con el Ayuntamiento. Desde hace mucho tiempo no suena el nombre de Porfirio Díaz, y yo creo que aquí, desde hace tiempo, los mismos que gobiernan debieron haberlo hecho, ¿para qué se va a meter la Convención en esto que deben hacer las autoridades locales?

El C. Nieto

Pido la palabra para un hecho.

¡Y cuando las autoridades no lo hacen, lo hace el pueblo, señores delegados! En Ciudad Juárez no lo hicieron las autoridades, sino que, cuando llegó el señor Madero, el pueblo fue y quitó todas las placas. ¿Por qué el pueblo de Cuernavaca no lo ha hecho así también? ¿Qué, acaso teme que el Ayuntamiento lo meta a la cárcel?

Señores delegados, es pueril que nos estemos ocupando en plena Asamblea Soberana, de estas cosas. (Aplausos)

El C. secretario

La Comisión pide permiso para modificar el dictamen en los siguientes términos:

Comisión de Gobernación:

La Comisión dictamina acerca de la proposición del ciudadano delegado Albino Ortiz, en que pide que a este teatro se le cambie el nombre de Porfirio Díaz, que tiene, por el de Teatro General Ignacio Maya, en los siguientes términos:

Siendo este asunto de la competencia exclusiva del Honorable Ayuntamiento, de esta ciudad, transcríbase esta solicitud a esa Corporación, para que acuerde lo que estime conveniente, excitándolo para que substituya por otros nombres, los de Porfirio Díaz y Romero Rubio, que se encuentren en los edificios y lugares públicos.

Sala de Sesiones de la Soberana Convención Revolucionaria.
Cuernavaca, Mor., febrero 4 de 1915.
Genaro Palacios Moreno (rúbrica).
C. M. Samper (rúbrica).
José Casta (rúbrica).

(Voces: Aprobado)

La Mesa, por conducto de la Secretaría, pregunta a esta Honorable Asamblea, si autoriza a la Comisión para presentar el dictamen en la forma en que se ha leído.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Se autoriza.

Está a discusión. ¿No hay quién pida la palabra?

El C. Aceves

¿Qué está a discusión?

El C. secretario

El dictamen modificado.

El C. Ortiz

Pido que se vuelva a leer.

El C. secretario

Lee nuevamente.

La Mesa pregunta, por conducto de la Secretaría, si se considera suficientemente discutido. (Voces: sí, sí)

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Suficientemente discutido.

En votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

Leyó el secretario:

En vista de que el ciudadano Encargado del Poder Ejecutivo, general Roque González Garza no ha procedido a la publicación y promulgación de la ley constitutiva de dicho Poder, aprobada por esta Asamblea, los subscriptos pedimos que se dirija atento oficio a dicho ciudadano, para que informe acerca de los motivos por los cuales no haya procedido a desahogar los trámites indicados.

Sala de Sesiones de la Soberana Convención Revolucionaria.
Cuernavaca, febrero 19 de 1915.
Ag. Preciado (rúbrica).
Héctor Fierro (rúbrica).

Comisión de Gobernación:

La subscripta Comisión, tiene la honra de dictaminar como sigue al oficio del Encargado del Poder Ejecutivo, fecha 2 del corriente, en que solicita la aclaración del Proyecto de Ley, sobre organización de dicho Poder, en el sentido de definir la calidad y término que debe llevar el general González Garza en dicho encargo, para saber cómo debe aplicar el citado Proyecto de Ley, aclaración que juzga indispensable para poder hacer la promulgación del decreto de referencia:

Considerando:

Primero: Que hechas las correcciones de estilo al Proyecto de Ley sobre organización del Ejecutivo, quedó el artículo 1° redactado en los siguientes términos:

El Presidente Provisional de la República permanecerá en su encargo hasta el día 31 de diciembre del año en curso y entregará el poder al día siguiente al Presidente Constitucional que resulte electo, conforme a la convocatoria que en su oportunidad expida la Convención.

Que en estos términos fue transcrito al Encargado del Ejecutivo para su publicación y promulgación, y que el ciudadano general Roque González Garza, no es el Presidente Provisional de la República, es fuera de duda, que el artículo 1° citado, es bastante claro y preciso para evitar confusiones en la interpretación del mismo, y, por lo tanto, que no cabe tomar en cuenta las objeciones de que se ocupa este dictamen, por lo que al citado artículo se refiere; y, Considerando;

Segundo: Que en cambio, el artículo transitorio del referido proyecto de ley, dice: que ésta surtirá todos sus efectos para el actual Encargado del Poder Ejecutivo, quien, como ya se ha dicho, no es el Presidente Provisional de la República, sino el Presidente de la Convención, en funciones de Ejecutivo, y, por tanto, ni tiene duración determinada, ni estabilidad, siquiera sea por unos cuantos días o unas cuantas horas, es asimismo, indiscutible, que la ley en cuestión, pensada, formada y redactada para regir y reglamentar al Poder Ejecutivo Provisional de la República, que debe funcionar durante todo el período preconstitucional, no es apropiado, ni aplicable a las circunstancias enteramente anormales de nombramiento y funcionamiento del Encargado actual del Ejecutivo, tanto más, cuanto que, el sistema fundamental de dicha ley, se reduce a la formación por el Presidente de la República, de un Gabinete integrado por personas que deberán asumir toda la responsabilidad de la política y de sus propios actos, y es pueril, absurdo y poco reflexivo, creer que un Encargado del Poder, que no es el Presidente, y que por sí mismo no puede plantear ante la Nación los lineamientos generales de su política, porque su paso por el Poder es efímero, podría sí rodearse de todo un Gabinete que reúna las cualidades que exige la ley mencionada.

En suma, el artículo transitorio, es contradictorio del espíritu y de los términos generales de la ley, y, por tanto, demostrada como está su inaplicabilidad debe derogarse.

Por lo expuesto, la citada Comisión propone a la Asamblea, que adopte las siguientes resoluciones:

1a. Dígase al ciudadano Encargado del Poder Ejecutivo, que el artículo 1° de la ley sobre organización de ese Poder, quedó redactado en los siguientes términos:

El Presidente Provisional de la República permanecerá en su encargo hasta el día 31 de diciembre del año en curso, y entregará el Poder al día siguiente al Presidente Constitucional que resulte electo, conforme a la convocatoria que en su oportunidad expida la Convención, y que, siendo clara su expresión, no constituye obstáculo para la publicación y promulgación inmediata de la ley citada.

2a. Se deroga el artículo transitorio de la ley en cuestión, substituyéndose por otro que diga:

Transitorio: Único. Esta ley comenzará a regir al dia siguiente de la publicación del decreto que nombre Presidente Provisional de la República.

3a. Con las anteriores aclaraciones y reformas, dígase al ciudadano Encargado del Poder Ejecutivo que proceda, desde luego, a la publicación y promulgación por bando solemne, de la Ley sobre organización de dicho Poder a que se refiere este dictamen.

Sala de Sesiones de la Soberana Convención Revolucionaria.
Cuernavaca, Mor., febrero 4 de 1915.
Genaro Palacios Moreno (rúbrica).
C. M. Samper (rúbrica).
José Casta (rúbrica).

Está a discusión.

Se suplica a los oradores que quieran hablar en pro o en contra, se sirvan pasar a inscribirse en la Secretaría.

El C. presidente

Tiene la palabra, en pro, el ciudadano Palacios Moreno.

El C. Palacios Moreno

Señor:

Está fundado el dictamen. Ruego a la Presidencia, se sirva conceder la palabra a algún orador, en contra.

El C. presidente

Tiene la palabra, en contra, el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama

Francamente yo no entiendo el espíritu del dictamen, o, si lo entiendo, parece que indica que una vez más se cierne la desgracia que en nuestro país ha existido, de que todas las leyes se den siempre para no aplicarse. La Constitución nunca ha regido, porque es inaplicable; las Leyes de Reforma tampoco rigen, y ahora, cuando por primera vez se trata de aplicar el régimen parlamentario a un Presidente, se nos viene con que no es aplicable el parlamentarismo; y yo creo que si se aplica, será la panacea de nuestros males, y apenas se trata de aplicarlo a un hombre, entonces resulta que no se puede aplicar; yo no veo la razón de por qué no se pueden aplicar al Presidente Provisional o a Roque González Garza, las restricciones que el parlamentarismo impone: si se aplican al Presidente Provisional, que tiene jurisdicción más amplia, ¿cómo no se van a aplicar a Roque González Garza, que no es más que el Presidente de la Convención, Encargado del Ejecutivo, que no es más que el eco de la Convención? En cosecuencia, la Convención, de la cual González Garza no es más que órgano, tiene derecho de ponerle toda clase de taxativas, de exigirle que presente a su consideración, la aprobación o reprobación de todos y cada uno de sus Ministros; si la Convención tiene derecho a quitar y poner los Ministros, ¿cómo no va a tener derecho de ordenarle al Presidente, que es su mandatario, que forma parte integrante de esta Asamblea? y si al Presidente Provisional que tiene mayores facultades, se le va a aplicar el parlamentarismo, no comprendo yo, cómo al Presidente González Garza que tiene menores, no se le ha de aplicar el propio parlamentarismo.

Yo comprendo que no se aplique el parlamentarismo mientras no lleguemos a México, por estas dos razones: primera, porque no hay dinero bastante en estos momentos, debido a nuestro alejamiento de los centros productivos de la República, para pagar un Gabinete, porque serían nueve Ministros, con sueldos y gastos exorbitantes; esa es la primera razón, y la segunda es, que mientras estemos en Cuernavaca, mientras no lleguemos a México y podamos abrir al tesoro las fuentes de la riqueza del país, tendremos, además, el obstáculo de la falta de personalidades para hacerse cargo de la Jefatura de los Ministerios, me refiero a las personalidades bastante conspicuas; pero esas dos razones caen por su base en el momento en que la Convención llegue a la capital de la República. El Distrito Federal y otros puntos dominados por la Convención, darán entonces los fondos suficientes para esos gastos, y entonces sí habrá personalidades entre quiénes elegir para que se hagan cargo de los nueve Ministerios. ¿Por qué, pues, al llegar a México se nos quiere tener con un Presidente, que por culpa nuestra se va a convertir en un dictador? ¿Por qué se le quiere conceder el derecho de erudición sobre toda clase de ramos?, cuando precisamente el parlamentarismo se aplica por dos razones: la primera, porque se quieren mermar al Presidente facultades, para que no sea demasiado poderoso y pese bastante sobre las conciencias; y la segunda, porque se le cree incapaz de atender a ramos tan diferentes, como son Instrucción Pública, Agricultura, Colonización, etc., y podría, con una ligera modificación, hacerse la implantación del parlamentarismo; por ejemplo, si se suspende hasta que se recupere la capital de la República; esa es mi proposición.

El C. presidente

Tiene la palabra, en pro, el ciudadano Palacios Moreno.

El C. Palacios Moreno

No estoy conforme con la opinión de mi estimado compañero, el señor licenciado Soto y Gama.

El espíritu de la Comisión ha sido dictaminar dentro de un criterio, lo más cerca posible de la lógica, y de la ley. Nosotros, al formular la ley, cualquiera que sea, no lo hacemos nunca, entiendo yo, para salir avantes de circunstancias transitorias, ni de circunstancias del momento, sino que lo hacemos procurando legislar para el porvenir, resolviendo ampliamente los problemas políticos, cuya realización ha perseguido la Revolución.

La ley de Reorganización del Poder Ejecutivo, de que nos estamos ocupando, es de esas que tienden a resolver una idea política del reformador; en consecuencia, está perfectamente fuera de las circunstancias anormales del momento, tiene su criterio propio, establece un sistema, por el cual cada uno de los artículos que la componen, forma determinada secuela, determinado cuerpo de argumentos o de cuestiones, que no pueden compaginarse.

Las circunstancias del momento sí son anormales; en consecuencia, al formular nosotros la ley del Poder Ejecutivo, exigiéndole al Presidente Provisional de la República, que forme un Gabinete responsable de sus actos, le hemos exigido que formule un plan político, que deberá desarrollar más o menos dentro del término que se le ha fijado para su funcionamiento, e inspirados en ese criterio amplio de un plan político, que debe desarrollar el Ejecutivo Preconstitucional, es como hemos formulado la Ley de Organización de ese Poder Ejecutivo. En consecuencia, si no hemos llegado a elegir al Presidente de la República, al Jefe de ese Poder Ejecutivo, mal podemos querer aplicar todo ese sistema que para el Ejecutivo hemos ideado.

No se trata aquí de eludir la aplicación de una ley, desde el momento en que la expedimos; no es ese el espíritu de la Comisión, sino que son las circunstancias políticas del momento, las que han hecho que nosotros no hayamos podido o no hayamos querido aplicar esa ley ... o somos lo bastante timidos para no afrontar de lleno la situación, y, ¿por qué vamos nosotros a culpar al Presidente Provisional de la República? esto no es culpa de él, sino de las circunstancias del momento; no es culpa de la ley, ni de la Comisión; la ley y la Comisión están dentro de las circunstancias reales del momento; si la Asamblea afrontara la situación de una manera llena, de una manera completa, y nombrara al Presidente Provisional de la República, se apegaría a la ley; pero estaríamos fuera del criterio que inspiró esa ley; pero si nosotros no hemos tenido el valor suficiente, o por otros motivos no creemos político en estos momentos nombrar al Presidente de la República, no por eso vamos a contrariar todo el espíritu de esa ley y a aplicarlo para crear la personalidad del Ejecutivo, raro y anormal, que hemos creado indebidamente nosotros.

Los culpables, en consecuencia, dado que la Asamblea está colocada frente a un Ejecutivo, que no es el Presidente Provisional, frente a un Ejecutivo que ha sido creado en un momento de necesidad; en consecuencia, repito, los culpables somos nosotros, porque desde el dia 16 de enero en que se aprobó la ley parlamentaria, la Asamblea no ha procedido a dar un paso más adelante por razones que ignoro.

Supuesto que nosotros no hemos llegado, en una palabra, al nombramiento del Presidente de la República, claro es que no podemos aplicar esa ley creada para el Presidente Provisional de la Repúblíca; por eso vemos que el ciudadano González Garza, que se siente, que sabe que no es él el Presidente Provisional, nos manda decir que no puede en estos momentos, o que no entiende cómo va a aplicar la ley parlamentaria, cuando él no es el Presidente Provisional, sino solamente es el Encargado del Poder Ejecutivo; en consecuencia, si hemos creado un dictador, culpa es nuestra; acabemos con el dictador, nombrando un Presidente Provisional de la República y aplicando la ley parlamentaria; pero no porque hemos creado ese dictador, vamos a tratar de plantear la fórmula del absurdo, la fórmula de la contradicción, la fórmula de lo imposible. El criterio de la Comisión de Gobernación en eso se ha inspirado para decir que no es aplicable una ley que no es para este momento, que no es para esta anormalídad, que no es para este Ejecutivo. Es cuestión de sistema; no de que estemos o no en Cuernavaca, porque aun trasladándonos a México, con un Ejecutivo anormal, tampoco es aplicable la ley parlamentaria. La razón fundamental de ese sistema, es la que ya se ha expresado al señalar el plazo que dure el Presidente Provisional de la República; su investidura y toda esa categoría que le da la misma ley, y que no tiene un Encargado Accidental del Poder Ejecutivo. En consecuencia, trasladados a la ciudad de México, con un Ejecutivo que no tiene la investidura de Presidente Provisional, que no tiene base fija, y que, en consecuencia, no puede delinear ante la Asamblea, ante la Nación, su programa político, tampoco podemos aplicarlo en la ciudad de México para ese Presidente de la República.

Por todos estos motivos, insisto en que se declare por la Asamblea en este artículo transitorio, lo mismo que se declara en toda la ley, esto es, que se ha expedido o que se ha hecho para la Presidencia Provisional de la República, para el Ejecutivo del período preconstitucional, que empieza a funcionar cuando se nombre el Presidente Provisional de la República, y que concluye el día 31 de diciembre de 1915. El artículo transitorio debe de ser de acuerdo con la ley. Esta ley empezará a aplicarse al día siguiente en que se comience a publicar el decreto nombrando Presidente Provisional de la República. No veo por qué este transitorio, que es de acuerdo con toda la ley, vamos a substituirlo con otra cosa, que está en contradicción con lo que dice la ley misma; me parece perfectamente absurdo e ilógico decir que esta ley creada para el Presidente Provisional de la República, sea aplicada al Encargado del Poder Ejecutivo.

Por lo expuesto, suplico a la Asamblea, que vote el dictamen, rechazándolo, con lo cual se corregirá un disparate que hicimos en el artículo trimsitorio del dictamen anterior.

El C. presidente

¿No hay quién desee hacer uso de la palabra, en pro? (Voces: en contra, en contra)

El C. Ortiz

Pido la palabra, en contra.

El C. presidente

Tiene la palabra, en contra, el ciudadano Ortiz.

El C. Ortiz

Parece mentira que habiéndose dado el primer paso hacia el parlamentarismo, vayamos nosotros mismos deteniendo ese primer paso.

El compañero Palacios Moreno pide que se derogue ese artículo, que fue suficientemente discutido en México, y no un día ni dos, sino un mes entero. En aquella discusión estuvo el señor Palacios Moreno, y en aquella discusión él sostuvo este artículo y ahora se retracta de su opinión. Yo creo que aquí venimos a sostener todos los acuerdos que emanen de la Soberana Convención, y si se ha acordado ese proyecto de ley, debemos sostenerlo en todas sus partes; por consiguiente, si el compañero Palacios Moreno cree que es lo lógico, cree que es lo conveniente rechazar este artículo, yo le diría al compañero Palacios Moreno, que si no tiene miedo y es suficientemente varonil, debía declarar que no hemos tenido el valor necesario para pedir la renuncia al Presidente actual, es decir, al Encargado del Poder Ejecutivo; pero de ninguna manera debe venirnos a sostener que se retire el proyecto ya discutido y aprobado. (Siseos)

Yo pido que siga figurando ese proyecto en todas sus partes, porque, repito, es el primer paso, por medio del cual se salvará la República y llevaremos a cabo los decretos emanados de esta Convención; si hoy sentamos el precedente de que ese artículo se borre, mañana, tal vez, pediremos que se borre también del programa el problema agrario. (Aplausos)

Pido, pues, respetuosamente a la Honorable Asamblea que quede en vigor el citado artículo, y que nos acostumbremos a sostener lo que de esta Convención vaya emanando. Pido, pues, que se quede como está y que si se trata de dar una forma conveniente, no vengamos aquí a desdecirnos. (Aplausos y siseos)

El C. presidente

Tiene la palabra, en pro, el ciudadano Casta.

El C. Casta

Señores delegados:

El señor Ortiz está profundamente equivocado al creer que tratamos de derogar la ley del parlamentarismo, y, dentro de sus breves palabras, no pide más que sostengamos lo que acordemos; con lo cual no ha dicho absolutamente nada, porque yo creo que la Asamblea es lo suficientemente cuerda para saber sostener sus decisiones, en este caso, no está en lo justo el señor Ortíz, puesto que esa ley no puede ser aplicable al actual Ejecutivo, por la razón que ha expuesto el señor licenciado Palacios Moreno.

Me llama sobre manera la atención, el haber escuchado las palabras del señor licenciado Díaz Soto y Gama, que supera a don Venustiano Carranza, y digo que supera a don Venustiano Carranza, porque este señor Encargado del Poder Ejecutivo, en la época en que lo fue, no quiso nombrar Ministerio; y el señor licenciado Soto y Gama quiere que se nombre Ministerio en una época transitoria y anormal, como la que actualmente atravesamos.

Ya el señor licenciado Palacios Moreno hizo, en mejores frases de las que yo pueda vertir, la descripción de por qué la Comisión de Gobernación pensó en derogar el artículo transitorio y reformarlo, en el sentido de que esa ley sea aplicable al día siguiente que se promulgue el nombramiento de Presidente Provisional o preconstitucional, como se le ha dado en llamar.

Indudablemente que, dada la inteligencia del señor licenciado Soto y Gama, y los muchos medios de que se vale para sugestionar a la Asamblea, no dudo de que dentro de un momento volverá a hablar y nos tratará de convencer de que tiene razón, y yo no quisiera (risas) externar una cosa que me hace inclinarme a creer por qué defiende el señor Soto y Gama la parte transitoria, que no puede ser aplicable, desgraciadamente.

Señores: si no aprobamos el dictamen de la Comisión, el día de mañana les sucederá lo que no quiero ni pensar; ahora no creo que venga al caso.

Fíjese mucho la Asamblea, en que la ley se discutió antes de la infidencia del general Gutiérrez, y, por tal concepto, la misma Asamblea estaba inspirada en que se ratificara o se rectificara el nombramiento del mencionado Gutiérrez, y, después de la infidencia, vino una época enteramente anormal, y la Convención asumió el Poder Ejecutivo por medio de su Presidente, así es que no ha creado ningún dictador; es la Convención la que tiene el Poder Ejecutivo, que está ejerciendo, por medio de su Presidente, el señor general Roque González Garza.

Por todas estas razones, y las expuestas por el señor Palacios Moreno, suplico atentamente a la Asamblea, apruebe el dictamen, que es lo justo, en este caso.

El C. Marines

Pido la palabra para una moción de orden.

Respetuosamente suplico a las personas que hagan uso de la palabra, que se abstengan de las alusiones personales, demostrando así, que son lo suficientemente correctos, y les pido que nos presenten argumentos, como ellos saben hacerlo. Vamos suprimiendo las alusiones personales, que no prueban nada ni en favor ni en contra del asunto que se está discutiendo.

El C. Casta

Pido la palabra, para una moción de orden.

Desde ayer o desde antier, el señor delegado Marines está diciendo que no se hagan alusiones personales, y que se presenten argumentos; pero olvida que, al presentar esos argumentos, tenemos que citar a tal o cual personalidad, porque ello se hace necesario, cuando nosotros, al hacer uso de la palabra, hagamos mención de su personalidad, entonces muy bien que nos llame al orden el señor Marines; pero, mientras tanto, que se abstenga de decir que estamos perdiendo el tiempo en alusiones personales, y que presentemos argumentos, cuando él no presenta ningunos. (Risas y aplausos)

El C. presidente

Tiene la palabra el señor Ramírez Wiella.

El C. Ramírez Wiella

Con tristeza he visto que en las discusiones, algunos de los señores delegados que toman la palabra, hacen uso de algo que no debieran usar.

Aquí venimos con buena intención, con buena voluntad, con un patriotismo que tratamos de comprobar; así pues, hijos de esa voluntad, de esa intención y de ese patriotismo debería ser todos nuestros actos, trayendo aquí razones de peso, algo fundamental que nos hiciera adherirnos a los proyectos con conocimiento de causa; pero he visto, por ejemplo, en el señor Casta que no viene a hablar absolutamente de nada, limitándose a hacer algunas apreciaciones respecto a la persona del señor Soto y Gama, y eso no prueba nada, ni en pro ni en contra del dictamen; yo lo tomo como un recurso perfectamente explotado, que va en contra de los deseos de la Convención, porque así como muchos buscan lujo para sus palabras y manera de ser, otros, por el contrario, tienden a distraer la atención, a hacer variar el criterio de la Convención respecto del asunto que se discute. (Voces: al fondo, al fondo)

Allá voy ahora. Los únicos argumentos que se han presentado son los alegados por el señor Palacios Moreno; consisten en esto: como el período del señor González Garza no tiene tiempo definido, y tiene el carácter de transitorio, no puede implantarse una ley, que es tan especiosa como ésta. Siguiendo este modo de razonar, podemos decir del Presidente Provisional que, como no sabe si vivirá hasta el día 31 de diciembre, tampoco le podemos aplicar la ley parlamentaria, porque si muere al día siguiente, la ley se queda sin efecto, y se perjudican los programas de Gobierno.

El Presidente Constitucional, en un período constitucional, el Presidente preconstitucional en un período preconstitucional, el Presidente Provisional en un período provisional, y el Encargado del Poder Ejecutivo, que no es más que un órgano de la Convención, como está en nuestra conciencia, todos tienen que tener un programa, y todos tienen que desarrollarlo en el período de tiempo dentro del cual están funcionando, y durante ese tiempo se puede perfectamente llevar a cabo cualquier forma que se establezca, porque de lo contrario según el parecer del señor Casta, no debían existir Secretarios de Estado. (Voces: no, no)

Así nos lo indicó el señor Casta, o cuando menos así nos lo dio a entender.

La Ley Parlamentaria se dio para que se pusiera en vigor desde luego; no se opone a ningún programa de Gobierno, en cuanto a su naturaleza, y simplemente es el conjunto de reglas, al cual deberá sujetarse el Ejecutivo, ya sea que funcione una hora nada más o que funcione durante un siglo.

Las razones del señor Palacios Moreno son verdaderamente especiosas. Si nosotros tomamos en consideración lo que viene a significar el sistema parlamentario en la administración actual, veremos ciertamente que, así como no se afecta el sistema anterior cuando entra cualquier Presidente Provisional o cualquier Presidente Interino, tampoco puede afectarse el sistema parlamentario, porque haya estado en el Poder el señor Gutiérrez, en la época en que fue aprobado el sistema parlamentario y haya sido substituido después por el señor González Garza; según el criterio del señor Palacios Moreno, el señor González Garza debería haber anulado el sístema parlamentario, porque se había aprobado en el tiempo del señor Gutiérrez, y porque el señor González Garza no tiene el carácter de Presidente Provisional.

Está demostrando que no son más que razones capciosas las del señor Palacios Moreno para fundar su dictamen. Apelo al criterio del mismo señor Palacios Moreno para que nos dé razones más sólidas, para que aprobemos su mencionado dictamen, y si llega el señor Palacios Moreno a convencerme de que no debe aprobar se la ley parlamentaria para el señor González Garza, entonces reconoceré mi error; en tanto que no sea así, yo creo que no significa absolutamente nada el carácter transitorio del Presidente de la República o Encargado del Poder Ejecutivo para que cumplimente cualquier acuerdo de esta Convención, que más que todo, tiende a que se pueda hacer efectivo el sistema parlamentario en nuestro Gobierno, en lo sucesivo. (Aplausos)

El C. Samper

Pido la palabra.

El C. Quevedo

Pido la palabra.

El C. presidente

Tiene la palabra el señor Samper, porque la Presidencia se ve precisada a seguir el orden en que se han inscrito los oradores.

El C. Samper

Señores delegados:

Nos acaba de decir el señor Ramírez Wiella que la Comisión, por boca del señor Palacios Moreno, no ha presentado argumentos sólidos, sino razones especiosas, pues ¿dónde quiere el señor Ramírez Wiella encontrar argumentos más sólidos que los que se desprenden del artículo primero, lógicamente, y las razones que son consecuencia lógica de la aprobación de ese artículo primero?; no veo yo en qué pueda fundarse el señor Ramírez Wiella para asegurar que son razones especiosas; no, señor Wiella, son y seguirán siendo razones sólidas.

El asunto es perfectamente claro y ojalá pueda convencer de ello a la Asamblea.

Habéis formulado una ley para aplicarla, y asimismo, se hace constar, al Presidente Provisional, al Presidente que resulte electo por esta Asamblea para el período preconstitucional; ahora bien, por circunstancias anormales comisionasteis a un ciudadano, que no tiene el carácter de Presidente Provisional, para que se encargara del Poder Ejecutivo; entonces, ¿cómo queréis, señores, que vayamos a aplicar a un individuo, que no es Presidente Provisional, una ley que está hecha para el Presidente Provisional? Esto, aunque parezca una perogrullada, es necesario decirlo; y es necesario, señores delegados, que nos fijemos en que si vamos a aplicar esa ley al actual Encargado del Poder Ejecutivo, además de lo improcedente que resultaría, lo pondríamos en un verdadero conflicto; es necesario fijarse en que la ley no es aplicable, no sólo porque es de carácter transitorio el cargo que se ha confiado al ciudadano González Garza, sino por la calidad misma y, vuelvo a insistir, porque realmente hay necesidad de conocer cómo nos vamos a ajustar a esa lógica.

De aquí se desprende que si la Asamblea no ratifica al Presidente González Garza su comisión, pero no por cuestión de tiempo, sino con la calidad de Presidente Provisional, no podrá pedírsele que nombre un Gabinete, que exponga un programa político, no podrá, en fin, sujetarlo en todo y por todo a aquellas obligaciones que debe tener el Presidente que ha de fungir en el período preconstitucional.

Se ha dicho que no se opone la ley; pero, ¿cómo no se ha de oponer, si la ley misma dice que surtirá sus efectos para ese período preconstitucional, y, sobre todo, para un individuo que tenga ese carácter? Nosotros, la Comisión, nos hemos puesto realmente de acuerdo con la lógica y de acuerdo con las circunstancias, y es necesario que la Asamblea recuerde que no obstante no haber hablado en pro el señor Soto y Gama, dio razones en favor del dictamen, y ha apoyado el mismo dictamen.

Yo le ruego atentamente a la Asamblea que si quiere evitar conflictos entre ella y el Ejecutivo, y quiere solucionar esta situación difícil, en que nos encontramos, apruebe la modificación que ha presentado la Comisión Dictaminadora, tal como la ha presentado a la consideración de la misma Asamblea.

El C. presidente

Tiene la palabra en contra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama

La Comisión o más bien todos los que han hablado en pro del dictamen, han llevado la discusión a un terreno verdaderamente primoroso. Se ha dicho que antes había candidaturas en el país sumamente bonitas, por las que corrían torrentes de sangre; la candidatura de Presidente de la República o Gobernador de un Estado; y ahora va a resultar una candidatura mucho más bonita, mucho más codiciable y por la que probablemente lucharán los hombres de hoy: la candidatura de Encargado del Poder Ejecutívo, sin que se le llame Presidente Provisional, y este señor es el dueño del país y para él no hay taxativas de ningún género. Si no es Presidente Provisional, si no tiene la augusta investidura de Presidente y sólo es Encargado del Poder Ejecutivo, en cambio, según los señores del pro, puede hacer todo lo que le venga en gana; y están como mulas de noria, vuelta y vuelta; no lo pueden ver por otro lado. (Aplausos, risas, siseos)

Estamos discutiendo de buena fe; no es verdad lo que están diciendo; talento y mucho tiene el señor Samper y también el señor Palacios Moreno y tiene mucha habilidad para el sofisma el señor Casta, y no han dado ni una razón, ni un argumento. Yo casí tengo jaqueca porque no he podido entender, es una sutileza tan grande, que a Santo Tomás de Aquino, si estuviera aquí, también le parecería incomprensible, a pesar de su teosofía, sutileza teológica y metafísica. Han reprobado el proyecto relativo a la infalibilidad. De los argumentos que han esgrímido veo Que aquí hay gato encerrado, que declaramos Presidente Provisional a don Roque González Garza. (Voces: no, no, no es cierto)

Es evidente, y naturalmente, nosotros tenemos que poner condiciones para nombrarlo, así es que no se venga con el eterno sofisma del gato encerrado. Hacía como quince días que no había gato encerrado y ahora se nos viene con él.

Vamos al fondo, sin que se diga por esto que queremos nosotros atacar al Poder Ejecutivo. Cuando se me diga que el Presidente Provisional deja de ser Presidente por sólo formulismos de nombre; cuando se me demuestre con razones por qué motivo a Roque González Garza, Encargado del Poder Ejecutivo, sin título de Presidente, no se le sujeta a las mismas taxativas para el despacho de los asuntos relativos al mismo Poder Ejecutivo y si se le sujetaría en el caso de ser Presidente Provisional, entonces quedaría convencido. Y ya que los señores no han argumentado nada, yo sí voy a argumentar: tendré que recordar el debate del sistema parlamentario y preguntar para qué sirve o a qué tiende el parlamentarismo. ¿A qué? Pues tiende a evitar que haya un hombre que, siendo Jefe del Ejecutivo, tenga entre sus manos todo el Tesoro, cien, doscientos, trescientos o cuatrocientos millones de despreciados pesos al año; tiende a evitar que un hombre tenga cien u ochocientos mil hombres supeditados por medio de algunos centenares de empleos, que han surgido con motivo de las Comisiones Agrarias, para hacer su voluntad; hay que quitar de las manos del Ejecutivo ese poder omnímodo, porque con él me parece una de esas figuras que nos representan por ahí al Padre Eterno con un gran número de rayos en la mano, y así es como los señores delegados nos presentan ahora al Poder Ejecutivo, con tal autoridad, con tal número de puestos que repartir, que, verdaderamente, no habría ningún partido político, ni el Liberal, ní el Conservador, ni el Socialista, ni ningún otro, que resistiera ese tentáculo que agarra a todos por el lado más sensible, por el lado del estómago. (Aplausos)

El parlamentarismo se aplica tanto al Presidente denominado con ese título como al Encargado del Poder Ejecutivo que, como el Presidente Provisíonal, tiene las mismas facultades; pero, razonando, yo quiero que me digan los señores de la Comisión, no tomándole el pelo a la Asamblea, razonando en serio, quiero que me digan en qué se distingue el señor general Roque González Garza de un Presidente Provisional, o, en definitiva, de un Presidente con facultades extraordinarias, para que no me digan que atento contra la personalidad del señor Presidente Roque González Garza. Allí estuvo lo malo: la Asamblea cometió el error de darle facultades extraordinarias a un señor que estaba bajo sus órdenes inmediatas; después de que no sólo es Presidente, sino que es dictador, porque el que tiene facultades extraordinarias es dictador, y lo sabe el licenciado Palacios Moreno, es un Ejecutivo que no da cuenta del uso de sus facultades a la Asamblea, es un Ejecutivo que está dirigiendo la campaña, es un Ejecutivo que está haciendo todo lo que le viene en gana, que está haciendo todo lo que haría Porfirío Díaz, ¿por qué vamos nosotros a hacer alguna distinción entre el Encargado del Poder Ejecutivo y un Presidente Provisional? Cuando me digan en qué se distingue, entonces estaré de acuerdo. Por lo demás, en lo único que quieren influirnos, es en que se le nombre Presidente Provisional durante el período preconstitucional; y cuando se me haya dejado satisfecho respecto a la conveniencia de no aplicarle al actual Encargado del Poder Ejecutivo el parlamentarismo, entonces, estaré de acuerdo; pero aquí, francamente, lo que se quiere es forzarnos a que se le nombre Presidente Provisional; por la razón de que no puede desarrollar programa el Encargado del Poder Ejecutivo, se pretende que no se le aplique la ley parlamentaria. Si él no tiene más derecho que proponer un programa y nosotros ratificarlo o rectificarlo, ¿por qué no se le ha de poder aplicar una ley parlamentaria? Además, si se tiene que nombrar Presidente Provisional dentro de veinte días, ¿cómo vamos a nombrar a un Presidente que se comió el mandado y que se quedó con el vuelto? (Aplausos, risas)

Al mismo señor Roque González Garza le sucede el caso del poderdante que, habiendo nombrado por un término fijo a su apoderado, éste se empeña en seguir con el poder. Tan pronto como aprobamos la ley parlamentaria, al señor González Garza se le ocurrió la idea de que él estaba en funciones y desde luego le entró la duda de si era el Presidente Provisional de la República durante el año a que se refería la ley parlamentaria; pero ésta no fue una duda honrada, sino la ambición de poder de que comenzó a estar poseído el actual Encargado del Poder Ejecutivo, y ya cuando vimos esa ambición nos creímos en el caso de pensar que somos Convención Soberana y no círculo de amigos del Encargado del Poder Ejecutivo, general Roque González Garza.

Veo mucho de amistad en los argumentos del pro, y yo, francamente, cuando vengo a esta Asamblea, dejo la amistad en la puerta, para sólo cumplir con mi deber; yo no desconfío del señor González Garza, actual Encargado del Poder Ejecutivo, pero como ya hoy surgió en su espíritu la duda de si es Presidente por unos días o por un año, desconfío de que mañana pueda tener ídeas erróneas sobre la cuestíón agraria, por ejemplo, sobre la cuestión hacendaria, sobre la cuestión de instrucción; y no le podemos exigír nada, y en cambio, a un pobre hombre bautizado con el nombre de Presidente Provisional, le vamos a exigir todo; lo que se ve en esto, señores, es que tienen amistad solamente en la cabeza, y que, por eso, se conducen así esta noche. Es imposible que la Asamblea acuerde el asunto esta noche si no se precisan estas cosas. (Aplausos)

El C. Nieto

Pido la palabra para contestar la pregunta del señor Soto y Gama.

El C. presidente

No le puedo dar a usted la palabra porque no está anotado.

El C. Palacios Moreno

Pido la palabra.

El C. presidente

¿Para qué?

El C. Palacios Moreno

Casi para nada: contestar un cúmulo de alusiones que se han hecho a la Comisión.

El C. presidente

No, señor licenciado Palacios Moreno, no se puede.

El C. Palacios Moreno

Sí, señor, los miembros de la Comisión tienen el derecho de hablar, interrumpiendo el orden de los oradores.

El C. presidente

La Mesa indica al señor licenciado Palacios Moreno que con todo gusto le concedería la palabra si no hubiera otros anotados. (Voces: No, no puede)

El C. Palacios Moreno

Repito, que como miembro de la Comisión, pido la palabra.

El C. presidente

Si el ciudadano Quevedo se la cede, entonces sí.

El C. Piña

El señor Palacios Moreno tiene derecho de hablar, como miembro de la Comisión.

El C. Palacios Moreno, dirigiéndose al ciudadano Quevedo

¿Me concede usted la palabra?

El C. Quevedo

Yo entiendo que no estoy capacitado para concederle al señor licenciado el uso de la palabra, sino que él, como miembro de la Comisión, puede informar sobre algunos conceptos que haya vertido el orador que le antecedió. Creo que es un derecho que le asiste, y después hablaré yo. (Aplausos)

El C. presidente

Tiene la palabra el ciudadano Palacios Moreno.

El C. Palacios Moreno

Cuando el señor licenciado Soto y Gama no tiene argumentos para destruir un dictamen o un discurso, constantemente apela a impugnar con frases más o menos vulgares, más o menos literarias, los presentados al criterio de la Asamblea, y recurre a la parte que llaman los oradores emotiva; habla de que los que sostienen el pro, si él está en el contra, o tratan de sorprender, o traen gato encerrado, o van a traicionar a la Asamblea, o van a desvirtuar el criterio de ella, inclinándola del lado pasional, alargando una discusión que está de acuerdo con el criterio, con el sentir de la Asamblea. Si yo fuera insidioso, contestaría el cargo; los argumentos del señor Soto y Gama con todas esas inculpaciones, y le diría al señor licenciado Soto y Gama que no quiere que se nombre Presidente Provisional de la República, porque en caso de una falta accidental del señor Roque González Garza, asumiría el Poder el señor general Montaño, que es miembro del Ejército Libertador; si yo fuera insidioso, diría esto al señor Soto y Gama, que por eso pretende que no se nombre Presidente de la República; si yo fuera insidioso, le diría: señor Soto y Gama, ¿por qué en este artículo se dice que se obligará al señor Presidente de la República a nombrar los Ministros, entiéndase y oígase muy bien; se le sugerirá el nombramiento de los señores Palafox y Gómez, que son los únicos Ministros que quedan después de la infidencia de Gutiérrez y su nombramiento se propondrá a la ratificación de la Asamblea? Si yo fuera insidioso, diría al señor Soto y Gama que quiere se nombre Gabinete, porque desea sostener como Ministros a Palafox y a Rodrigo Gómez, impidiendo la libertad de acción del señor Presidente de la República; pero, como no soy insidioso (risas), y no creo que el señor Soto y Gama tenga en la cabeza ninguno de esos gatos encerrados, ni ninguno de esos galimatías, no creo que el señor Soto y Gama desee que apliquemos una ley que no podemos aplicar. (Aplausos)

Nos hace el cargo de que queremos obligar a la Asamblea por la amistad que me liga al señor González Garza, a que se le nombre Presidente Provisional de la República; si hubiéramos querido encaminar a la Asamblea a ese fin, hubiéramos formulado una proposición concreta a ese respecto, por medio del dictamen, resolviendo la dificultad, porque, en realidad, se resuelve la dificultad nombrando un Presidente Provisional y poniéndolo en el dictamen; pero precisamente por un exceso de escrupulosidad no le dimos la verdadera y directa solución a la cuestión, sino que buscamos que la Asamblea opinara de una manera directa sobre la elección para Presidente Provisional y ayudar de esa manera para la solución de las dificultades, independientemente del nombramiento, pues si ya estamos discutiendo independientemente de él, no es posible decir, como el señor Soto y Gama asienta, que tratamos de nombrar al señor González Garza, cuando ni siquiera lo estamos discutiendo.

Yo ruego a la Asamblea que vea desapasionadamente el asunto; nosotros no hemos querido afrontar la responsabilidad de que se nombre Presidente de la República, porque no sabemos si será conveniente en estos momentos nombrar o no al Presidente Provisional de la República; ya no habria para qué discutir más transitorios, la ley se aplicaría desde mañana; no hemos querido, sin embargo afrontar esa responsabilidad política, porque no hemos creído que sea conveniente nombrar al Presidente de la República, dado que es asunto trascendental, para no hacerlo tan a la ligera; en consecuencia, hemos procurado resolver lo relativo a la ley parlamentaria, fuera, libre e independientemente, del nombramiento de Presidente Provisional; y a eso tiende este dictamen; por eso la Comisión de Gobernación se encuentra frente a este dilema: o se nombra Presidente Provisional de la República y se acaban las dificultades, o se busca otra solución que zanje esas mismas dificultades. Nosotros hemos optado por la primera solución, no por el nombramiento de Presidente Provisional en favor de Roque González Garza; de manera que, supuesto que en estos momentos nosotros no tenemos formado criterio de una manera definitiva y completa sobre que se debe nombrar al Presidente Provisional, dado que no tenemos formado este criterio, vamos a procurar resolver de otra manera este asunto, es decir, ¿vamos a hacer que se cumpla con una ley que es para el Presidente Provisional de la República, y que comenzará a regir sólo cuando se le nombre? La Asamblea puede nombrar al Presidente Provisional de la República, y no puede tacharse de parcialidad, ni de amistad, ni de personalismo el que nosotros, siguiendo el criterio del Ejecutivo, vengamos a decir lo que dice el mismo señor González Garza; él no viene a decir que no quiere acatar esa ley, sino únicamente: háganme favor de ver si ratifican o rectifican mi nombramiento, para saber a qué atenerme; y nosotros no hemos tomado en cuenta esas objeciones, ni hemos venido a decir a la Asamblea, fíjense en las objeciones que ha hecho el señor Gonzalez Garza. De manera que el gato y el tigre o animal que cree el señor Soto y Gama que está encerrado, esá perfectamente fuera, porque no está encerrado.

El dictamen es perfectamente claro, y el señor Soto y Gama tiene en la cabeza otras ideas que lo hacen pensar distinto; por otra parte, creo que el señor Soto y Gama es el que tiene el gato encerrado en la cabeza.

El dictamen decía -y voy a demostrarlo a la Asamblea leyendo los dos artículos transitorios- que el señor Soto y Gama tendrá dolor de cabeza por otra cosa, pero no por el dictamen.

Este artículo transitorio es al que llama galimatías y es el que tratamos de derogar; el artículo transitorio del dictamen, dice:

Transitorio. Unico. Esta ley, comenzará a regir el día siguiente de la publicación del decreto que nombre Presidente Provisional de la República.

¿Cuál es el galimatías, señores delegados, el anterior transitorio que ustedes no han entendido, o el que todos han entendido? Ahora, si en aquel transitorio tratamos de otra disposición, hicimos perfectamente mal: pensamos que la ley nada necesita; es completa, es perfecta, bastante perfecta dentro de la falibilidad de esta Asamblea, para no necesitar agregados ningunos, y los transitorios no deben dar agregados, sino reducirse a aclarar circunstancias del momento; de manera que mientras más claros sean, llenan mejor sus funciones.

Yo ruego a la Asamblea que apruebe el dictamen y que, si algo hay que criticarle al mismo, lo hagamos en la discusión del Programa y que, en vista de las razones expuestas, se apruebe el aludido dictamen. Este tiene dos partes: la primera, conteniendo el artículo primero, tal como se transmitió al Ejecutivo, para que no haya duda; ese artículo quedó en estos términos: (Leyó el dictamen)

Por lo expuesto, ruego a la Honorable Asamblea que apruebe en lo general el dictamen de la Comisión de Gobernación.

El C. Soto y Gama

Pido la palabra, para una alusión personal.

El C. presidente

Tiene la palabra, para una alusión personal, el señor Soto y Gama.

El C. Soto y Gama

El señor licenciado Palacios Moreno es más insidioso que yo. No me llama la atención que aleguen que yo lo que quería era apoyar a mis amigos Palafox y Rodrigo Gómez, aunque es todo lo contrario. Si al ratificar el nombramiento del señor González Garza, pidiera yo que se sometieran a la ratificación de la Asamblea esos nombramientos, sería para que volvieran a estudiarse las personalidades de los señores Rodrigo Gómez y Palafox.

El artículo transitorio que se pone a discusión, voy a apoyarlo, y lo que quisiera es que el señor Palacios Moreno demostrara, con argumentos directos y concretos, los manejos que me atribuye, y si no, que diga por qué quiere que el señor González Garza quede exento del parlamentarismo; toda la explicación que da para ello, es que es para el Presidente Provisional esa ley, ¿qué es lo que él quiere, que no le resulta? ¿Por qué no se atreve a proponerlo como Presidente Accidental? El señor Palacios Moreno dice a la Asamblea esto muy curioso: si no quieres nombrar a mi Presidente, te castigo quitándote el candidato de quien estás tan enamorada y te nombro Presidente Provisional al ciudadano Roque González Garza.

El C. presidente

Tiene la palabra el señor Quevedo.

El C. Quevedo

Con las alusiones personales que se han dirigido, lo único que han hecho los oradores, es desvirtuar el debate, puesto que no se han concretado a los argumentos que han sido presentados.

Voy a hablar en pro del dictamen, manifestando, en primer término, que las únicas razones que he escuchado en esta discusión, han sido las vertidas en el discurso del señor Soto y Gama, y las del primer discurso pronunciado por el señor Palacios Moreno.

Yo considero muy cuerdo lo expuesto por el señor Soto y Gama, y, dada la escasez de hombres que reúnan todos los requisitos necesarios para formar un Gabinete. creo que no debe formarse éste, ni exigirle al Presidente que se sujete al régimen parlamentario, desde el momento en que sin Gabinete no puede haber dicho régimen. Otra de las razones que he considerado muy oportuna es la que dio el señor licenciado Palacios Moreno, al manifestar que el actual Encargado del Poder Ejecutivo, tiene muy limitado el período, o, más bien dicho, no sabe cuánto tiempo durará en su encargo, no pudiendo, por lo tanto, nombrar su Gabinete, hasta que la Asamblea no ratifique su nombramiento; mientras esto no suceda, no debe regir el régimen parlamentario.

Además, se ha dicho, y con razón, que lo hemos hecho dictador. Uno de nuestros primeros pasos debe ser quitar ese dictador. ¿Cómo? ¡Nombrando Presidente Provisional! Como en este caso sería impolítico nombrar Presidente Provisional, por estar incomunicados con la mayor parte de la República, yo creo que no es oportuno que nosotros debamos tratar este punto; pero muy bien podemos aprobar el artículo transitorio, que acabamos de proponer, siempre que nosotros nos comprometamos a que a nuestra llegada a México se procederá inmediatamente después de haber tomado posesión la Convención de la capital, en un plazo no mayor de ocho días, al nombramiento de Presidente Provisional, y entonces entrará a regir el sistema parlamentario que está en vigor. Repito, en mi concepto, creo que es conveniente que, tan pronto como se llegue a México, se nombre al Presidente Provisional, y ya con esto queda el problema solucionado de acuerdo con los argumentos presentados por el señor Soto y Gama. Este será un paso que nosotros daremos de una manera razonada y consecuente.

El C. presidente

Tiene la palabra, en contra, el ciudadano Ramírez Wiella.

El C. Wiella

Señores:

A pesar de que el señor Palacios Moreno ha dicho que iba a hablar contra el fondo de la cuestión, no vimos más que esto: que aprobó lo que dijimos.

El señor Palacios Moreno nos da por hecho que la dificultad existe, y yo no lo entiendo, y voy a demostrar que, cuando se dio la ley por esta Asamblea estaba en tela de juicio la ratificación o rectificación del nombramiento del señor Gutiérrez; lo que no es posible, dada la proximidad de la salida de un Presidente, supuesto que la Convención nunca le objetó nada, y el señor Gutiérrez tenía obligación de haberla cumplimentado, tan es así, que el señor Gutiérrez estaba en vísperas de que se le ratificara o rectificara su nombramiento, como el señor González Garza, en estos momentos.

Por otra parte, las leyes expedidas para el Presidente Provisional, son aplicables ahora. Esta ley me recuerda la razón del señor Samper, cuando se trataba de la discusión de un telegrama de Tepic, dirigido por el señor general Buelna, primera autoridad de aquel lugar, que no se le podía contestar; los oficios que giran las autoridades, no se contestan a las personas, sino a los funcionarios, y así como no le hubiéramos contestado al señor Buelna, sino a la autoridad de Tepic, así ahora, no le vamos a contestar al señor González Garza, sino al Presidente Interino. Nosotros podemos argumentar, siguiendo la lógica del señor Samper, y empezar por nombrar Presidente Provisional al Interino. El caso que hemos pasado es enteramente igual al de hoy: aquél era Presidente Provisional, y el señor González Garza Encargado del Ejecutivo; la ley no hace referencia a las condiciones del Ejecutivo, ya sea éste definitivo o transitorio, porque los transitorios no son más que por un día, por un año o por un siglo, así es que esas no son razones. Esas razones no las ha dado el señor Palacios Moreno, porque entonces habríamos formado un dictador; entiendo que la cuestión se planteó en esta forma.

Por otra parte, el señor Samper nos habla de que probablemente habrá dificultades. ¿Qué dificultades puede haber?, ¿qué conflictos puede haber en que se reglamente el Poder Ejecutivo, y no sólo en que se reglamente para el señor González Garza, sino para Gutiérrez y para X, que lo ejercerá mañana? ¿Es una medida contra los abusos que se quieran cometer, contra los que pretendan cometer, ya gobiernen un día o un año, y, si nosotros no dictamos una medida democrática, como debe de ser, y hacemos que a ella se sujete el Presidente, ese Presidente de un día o de un siglo, no habrá más que inconvenientes, aunque sean transitorios, como lo indicaban los señores Quevedo y Soto y Gama; pero eso es respecto a la situación en que nos encontramos, por nuestra permanencia en Cuernavaca; pero, saliendo de ella, el Presidente puede ser obligado a organizar inmediatamente su Gabinete, cumpliendo con la reforma aprobada; entonces sí, pero mientras haya imposibilidad material, queda a salvo de nombrar su Gabinete, si no encuentra personas a su satisfacción. Después podrá proponer esos nombramientos, y la Asamblea podrá juzgar respecto de ellos.

Lo que decía el señor Palacios Moreno no significa nada, porque la Asamblea se ha reservado el derecho de quitar los Ministros existentes y nombrar nuevos, pues su Soberanía, la Asamblea la ejerce en ese caso, y, por lo mismo, pido que se cumpla con la ley, porque no veo una razón fundamental para hacer objeciones; los nombramientos para la formación del Ministerio, naturalmente quedan sujetos a la aprobación de la Asamblea, y todas las dificultades que puedan presentarse quedarán subsanadas por el ingreso a dicho Gabinete, de personas competentes, que son las que ahora no encuentra el señor González Garza, cuyo Gabinete quedará formado cuando vengan ellas.

El C. presidente

Tiene la palabra el señor Menchaca, en pro.

El C. Menchaca

Aunque uno de los argumentos de que iba a usar en pro del dictamen (voces: más recio), ha sido desarrollado por el señor Quevedo, sin embargo, voy a insistir en él. (Voces: más recio)

El C. presidente

Suplico al orador levante la voz para que le oiga la Asamblea.

El C. Menchaca

El hacer cumplir al Encargado del Poder Ejecutivo con la ley que hemos aprobado, referente a que adopte el parlamentarismo, necesariamente implicaría: o que el Presidente tuviese que nombrar su Gabinete de entre las personas que aquí se encuentran y en ese caso, ¿quién nos garantiza que aquí se encuentran personas suficientemente aptas? o que se esperara a nombrar de entre los mejores elementos del Norte, y que están con la Revolución, para que así estuvieran mejor representados, o que se aplazara el nombramiento de esos Ministros, y en ese caso, no se cumpliría con la ley.

Por todos estos motivos, soy partidario del dictamen que ha dado la Comisión de Gobernación, en el sentido ya manifestado.

El C. secretario

La Mesa, por conducto de la Secretaria, pregunta a la Honorable Asamblea, si considera suficientemente discutido el punto en lo general.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Suficientemente discutido.

Se pone a discusión en lo particular. (Voces: no, no: a votación en lo general)

Se pone a votación, entonces, en lo general, los que lo aprueben, sírvanse ponerse de pie.

Aprobado.

El C. Piña

Falta la declaración de la Secretaría. Moción de orden.

El C. Soto y Gama

Pido la palabra, para una moción de orden.

Suplico a la Secretaría pregunte de nuevo, porque creímos que preguntaba si estaba suficientemente discutido. Me paré sin saber de qué se trataba.

El C. Nieto

Pido la palabra para un hecho.

Cuando nosotros hemos estado inconformes con una votación, no se ha repetido, y ahora sí se repite.

El C. presidente

La Mesa ordena a la Secretaría, que dé lectura ...

El C. Nieto

Insisto en que cuando nosotros hemos estado inconformes con una votación, nunca se ha repetido la pregunta, y ahora que estamos conformes, sí se repite. (Voces de la Delegación del Sur: no es cierto. Voces de la Delegación del Norte: sí es cierto)

El C. secretario

Suplico al señor Nieto que tenga la bondad de no insistir, porque ya muchas veces han reclamado.

El C. secretario

Se va a recoger la votación en lo general del dictamen, que dice: ¿Quieren que lea todo? (Voces: no, nada más la parte resolutiva)

Leyó la parte resolutiva del dictamen.

Se recoge la votación en lo general de este dictamen.

Los que lo aprueben, sírvanse ponerse de pie.

(Voces: aprobado)

El C. Piña

Pido votación nominal.

El C. secretario

Voy a contar, señores, favor de pararse.

Está empatada la votación.

Ahora voy a contar al revés, sírvanse sentarse los que no lo aprueben.

Sírvanse ponerse de pie los que lo aprueben.

Está empatada la votación. (Voces: votación nominal)

Los CC. Borrego y Piña

Pedimos votación nominal. (Voces: votación nominal. Desorden. Campanilla)

El C. secretario

Está empatada la votación. Son 39 por la negativa y 39 por la afirmativa.

El C. Piña

Pido votación nominal.

El C. secretario

La Mesa Directiva, por mi conducto, suplica digan si se sujeta a votación nominal.

Los que lo aprueben, que se sirvan manifestarlo. (Voces: sí, sí)

Se sujeta a votación nominal.

El C. Nieto

Pido la palabra, para una moción de orden.

Que no se salgan los delegados.

El C. presidente

Se nombra en comisión a los señores Fierro y Nieto para hacer que los señóres que han abandonado sus asientos, vuelvan al salón.

El C. secretario

La Mesa, por conducto de la Secretaría, suplica a las personas extrañas a esta Convención se sirvan desalojar el salón. (Voces: las galerías, no)

(Dirigiéndose a las galerías: no, ustedes no: los que están en el salón, en lunetas)

El C. Gavaldón

Pido la palabra, señor presidente; voy a fundar mi voto. Tengo derecho para ello, y quiero que se me conceda sólo por dos minutos.

El C. presidente

¿Usted sabe de qué se trató aquí?

El C. Gavaldón

¿No se me concede?, pues entonces yo aplazo mi voto.

El C. presidente

La Mesa no puede conceder la palabra. (Voces: que se abstenga de votar)

El C. Gavaldón

Tengo derecho; señores, de fundar mi voto. (Voces: no, no, siseos, campanilla, silbidos)

El C. Menchaca

El señor Gavaldón acaba. de llegar y no sabe qué va a votar.

El C. presidente

Se suplica a los señores que están silbando se sirvan no hacerlo, pues deben guardar más respeto.

El C. secretario

¿Falta algún ciudadano delegado por votar?

Votaron por la afirmativa ... (Voces: un momento, falta el señor Salinas)

(Leyó una lista de los que votaron por la afirmativa)

El C. Orozco

Quiero hacer una aclaración. El señor Peña Briceño salió a traer gente. (Voces: usted también)

El C. López

Pido la palabra, para una aclaración.

El C. secretario

Por orden de la Presidencia, voy a hablar.

La Comisión encargada de invitar a los señores delegados para que pasaran al salón, manifestó a la Mesa que, cumpliendo con su deber, había hecho entrar a algunos delegados, quienes le manifestaron que habían salido a traer a otros delegados. La Mesa dispone que todas las personas que no contestaron, no tienen derecho a votar. (Voces: pido la palabra, para un hecho)

El C. Piña

Es una arbitrariedad. La Mesa no tiene derecho a ello.

El C. Fierro

Pido la palabra, para un hecho.

El C. presidente

Dejen hablar a la Mesa. Un momento. (Campanilla)

El C. Peña Briceño

Está usted sumamente tiránico. ¿A qué reglamento se sujeta usted para hacer esas declaraciones? No hay ningún reglamento, es una arbitrariedad.

El C. presidente

Pido que me dejen hablar. (Campanilla; siseos, ruido; escándalo)

Déjenme explicar mis conceptos, y después discutirán si procedo con justicia o no. (Voces: silencio; cállense; campanilla)

¡Que se me deje hablar, de suerte que manifieste mis ideas!

La Mesa juzga conveniente manifestar que los señores que abandonaron el salón no tienen derecho a votar, porque ...

El C. Peña Briceño

¡Si no puede usted imponerse a la Asamblea, sino que la Asamblea puede imponérsele a usted!

El C. Presidente

La Mesa va a preguntar ...

El C. Piña

La Mesa está representada en el señor Montaño; pero el señor Montaño es igual a mí; protesto contra que se pregunte a la Asamblea.

El C. presidente

Se iba a preguntar a la Asamblea si los señores que abandonaron el salón podrían votar; pero para proceder con mayor justicia, quedan en libertad para votar todos. (Aplausos)

El C. Piña

Ahora sí. No hay ningún reglamento.

El C. secretario

¿Quiénes faltan por votar?

El C. Orozco

Pido la palabra, para una aclaración, señor presidente.

El C. presidente

No se puede, la Mesa procede con justicia en el presente caso. (Voces: siseos; campanilla)

El C. Caraveo Baudilio

Como no traemos miras preconcebidas, nos abstenemos de votar (Aplausos; voces: no se puede)

El C. Treviño

Hago constar que el señor delegado que está en la segunda fila, no presenció los debates.

El C. presidente

Por eso digo, que todos votarán, porque muchos no estaban y volvieron; que voten, vengan los que vengan. (Risas y aplausos)

El C. secretario

Votaron por la negativa ... (Voces no votó Garcia Felipe; se abstuvo de votar)

El C. García Felipe

Me abstuve de votar, porque me salí en esos momentos, y no sabia de qué se trataba.

El C. secretarío

Votaron por la afirmativa 40 y por la negativa 45. (Aplausos)

El C. González Cordero

La guardia está en la puerta, y no quiere dejar salir a ninguno.

El C. presidente

Tiene derecho todo el mundo de salir, solamente se pidió que se dieran a la Mesa los nombres de los que quisieran salir.

El C. Piña

¿De modo que aquí estamos a merced de la fuerza armada?

El C. Peña Briceño

Son actos atentatorios.

El C. Caraveo

¡Que se retiren! ¿o qué? ¿nos van a llevar a la cárcel?

El C. Aceves

Señor secretario: ¿Se levantó la sesión?

El C. secretario

Es que todos se salieron y no dejan oír.

El C. Aceves

Es que yo soy respetuoso y no me he salido.

El C. secretario

Ya lo veo; pero no se puede hablar nada.

Orden del día 10. (Leyó)

Se cita a los señores delegados para mañana, a las cuatro en punto.

El C. presidente

Se levanta la sesión.

Índice de Crónicas y debates de la Soberana Convención Revolucionaria Recopilación de Florencio Barrera FuentesJunta previa del 9 de febrero de 1915 Primera parte de la sesión del 10 de febrero de 1915Biblioteca Virtual Antorcha