Indice de Entrevista a Rosendo Salazar por Píndaro Urióstegui Miranda La CROM en escena. Detrás de ella, el Partido Laborista Morones renuncia como Ministro de Industria y ComercioBiblioteca Virtual Antorcha

ENTREVISTA
A ROSENDO SALAZAR

Píndaro Urióstegui Miranda


CONSIDERACIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN DEL MOVIMIENTO OBRERO EN MÉXICO

PREGUNTA
¿Cuál es la organización obrera que se podría considerar heredera de los ideales de la Casa del Obrero Mundial?

RESPUESTA
Morones constituyó en su favor un grupo que llevó el nombre de Grupo Cultural Casa del Obrero Mundial (1920).

Se me había nombrado secretario general de ese grupo, pero manifesté que aceptaría sólo en el caso de que el edificio que se ocupaba en la calle de Belisario Domínguez llevara la inscripción: CASA DEL OBRERO MUNDIAL, en un rótulo; en otro, la de: CONFEDERACION REGIONAL OBRERA MEXICANA y en otro, la de FEDERACION DE SINDICATOS OBREROS DEL DISTRITO FEDERAL.

Como se rechazara mi petición no pude ser secretario general de una casa que no existía.

A ese organismo vinieron a afiliarse Vicente Lombardo Tolenano, creo que también Salvador Novo, Carlos Pellicer, Enrique González Rojo, Julio Jiménez Rueda, Palma Guillén: elementos que formaron lo que se llamó: Grupo Solidario del Movimiento Obrero.

En 1921 se celebró, en el antiguo local del Museo Nacional, calle de la Moneda, una convención que se denominó: Convención Nacional Roja; ahí estaba el joven José C. Valadez, que tomara parte por la Federación Juvenil Comunista, adherida a la Tercera Internacional.

En esa asamblea se fundó la Confederación General de Trabajadores (CGT); intervinieron Rafael Quintero, Jacinto Huitrón y otros genuinos dirigentes de la desaparecida Casa del Obrero Mundial.

Yo también fui de esos participantes. Este nuevo organismo confederal adquirió el compromiso de luchar por destruir la hegemonía de Luis N. Morones y en general de los del Apostolado de la Vaqueta o amarillos.

Esta CGT fue brutalmente combatida, para aniquilarla, por el Estado obregonista laborista que arrojara hasta ella a sus soldados y la tomara a sangre y fuego (1923).

PREGUNTA
¿Y por qué motivos se tomó a sangre y fuego el local de la Confederación General de Trabajadores?

RESPUESTA
Por huelga, la cual había sido rota por los llamados amarillos.

Indignados los obreros tranviarios se parapetaron, armados algunos de ellos, en su local.

Así, cuando vieron venir el primer tranvía con su motorista lo detuvieron matando a éste e inmediatamente intervinieron tropas, siendo capturada la CGT, como se dice, a sangre y fuego.

Afortunadamente, este incidente no logró poner fuera de combate a la Confederación General de Trabajadores.

Ante tal situación Obregón se retiró al Estado de Jalisco encargando a Adolfo de la Huerta la resolución del problema. La Cámara de Diputados nombró, también, una comisión que se acercara a Obregón y le diera a conocer su punto de vista sobre lo que sucedía con los obreros. Nada, Palomares López continuó azotando la región de San Angel. De las fábricas, que ahí teníamos el grueso de la Confederación General de Trabajadores, La Hormiga, Santa Teresa, Contreras, Magdalena, Puente Sierra y otras, partían para la capital mexicana miles de obreros, en manifestación, para protestar, algunas veces trayendo el cadáver de la víctima caída, como lo fue Florentino Ramos.

PREGUNTA
¿Y después de la Confederación General de Trabajadores, quién continúa la labor de la Casa del Obrero Mundial?

RESPUESTA
Período muy difícil fue el de la rebelión delahuertista; yo me incorporé a ella, estuve con Adolfo de la Huerta en Faros, pero me dio la impresión de un caso perdido, no por otra cosa, sino porque Norteamérica estaba interviniendo en provecho de una de las partes.

Así, en Veracruz atracó allí el vapor Tacoma.

A la muerte de Felipe Carrillo Puerto comprendí que la situación era desastrosa. Entonces me marché a Tuxpan y de ahí seguí para Tamiahua y Tampico. donde Carlos Gracidas me ayudó con dinero y no me dejó salir del puerto hasta no quedar debidamente arreglada mi situación, pues Morones se había erigido en señor de vidas y haciendas.

Tenía mucho poder; había sucedido ya lo del senador Francisco Field Jurado. Esto viene a cuento porque, además, es historia y porque el terrorismo imperante en el territorio bien claro estaba. Morones empleaba el arma sindical de la acción directa amenazando con ella a sus enemigos políticos. Tenía yo que cuidarme, pues me consideré en peligro de ser asesinado. Gracidas intervino para suavizar la situación. Cuando lo hubo logrado me dijo: ya se puede ir a la capital, Morones me ha prometido respetarlo.

Quise alguna vez tener un arreglo con él, pero no se allanó. Cayó políticamente y entonces ya fue él quien trató de un acercamiento, mas lo juzgué indebido; el individuo, para mí, había definitivamente caído.

Emilio Portes Gil, destacado ponente antimoronista y muy serio sindicalista, emprendió la tarea de sanear el cuerpo de la organización del trabajo denunciando a los farsantes. Le debemos este movimiento obrero depurado, lo mismo a Lázaro Cárdenas, que es ejemplo de gran magnitud en el mundo proletario.

Escuchaba yo, en corrillo, un elogio al general Plutarco Elías Calles, dicho por Manlio Fabio Altamirano. Intervine mediante súplica, lo que se me permitió.

Dije: estoy de acuerdo con todo lo expuesto. Calles fue un gran gobernante, autor de reformas trascendentes y honrosas para todos, lo malo fue Morones.

Manlio aprobó con estas palabras: Tiene usted razón, estoy de acuerdo.

Me referia yo al modo de actuar de ese líder, a sus injusticias, a sus abusos y además a sus escandalosas veladas.

Otro asunto: Desfilaba el armón de artillería por la avenida Juárez con el cadáver del general Alvaro Obregón. Andaba por la Alameda en unión del director de la imprenta de la Cámara de Diputados, cuando me encuentro con Ignacio Marin. sacerdote retirado del servicio y trabajador de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares.

Al verme me tendió los brazos y me dijo: Compañerito Salazar, deme usted un abrazo.

¿Un abrazo, por qué?

Porque me salvó la CROM.

Le dije: Mire compañero Marin, ustedes son los que menos deberían demostrar gozo por esta cuestión.

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