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BALANCE DE LOS ACONTECIMIENTOS DE 1906.

CIRCULAR DIRIGIDA A LOS LIBERALES

Estimado y fino amigo:

Para las personas que ignoran nuestros antecedentes en la lucha desigual que desde hace siete años venimos sosteniendo contra el absolutismo que ha hecho del pueblo mexicano un esclavo de la patria, una dependencia extranjera, la aparente inacción de la Junta podría traducirse como una sumisión de los miembros que la integran a la fuerza del despotismo, lo que significaría una cobarde retirada de la lucha en los momentos precisos en que es menester el arrojo y es urgente hacer de la voluntad un fuerte irreducible.

La idea de una retirada del campo de combate no cabe en nuestras almas de suyo rebeldes y tenaces. ¿Que retrocedan los cobardes, que cedan los débiles, que se sometan los viles? Nosotros seguiremos en pie en nuestro puesto esperando con serenidad la suerte que el Destino nos depare.

Desde que los obreros mexicanos empleados en las minas de Cananea, Sonora, fueron alevosamente asesinados por los explotadores sin conciencia que la dictadura protege para que mantengan al pueblo en la servidumbre, la Junta y su órgano Regeneración han sido perseguidos sin descanso por la dictadura.

Roosevelt, presidente norteamericano, haciendo suya la causa de los perseguidores de los liberales mexicanos en quienes ve un peligro para el desarrollo y robustecimiento de su imperialismo sobre México, garantizados por el traidor que ejerce la primera magistratura en nuestra patria, no se ha dado descanso en su tarea de poner a los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en poder de los verdugos del pueblo, derivándose de eso la sañuda cruzada de que somos objeto.

Esas persecuciones no han menguado nuestros entusiasmos ni han debilitado nuestros propósitos de ver implantado en nuestro suelo el Programa expedido por la Junta el día 1° de julio del año pasado.

Para imponer su Programa, para hacer triunfar nuestros ideales de libertad y de justicia, enarbolamos la bandera de la rebelión a fines de septiembre de 1906. El triunfo era seguro. Cada cláusula del Programa responde a una necesidad ingente y avasalladora, y el conjunto de dicho documento es la suma de las aspiraciones sanas de un pueblo cansado de la miseria y de la tiranía.

La organización revolucionaria fue lo más perfecta posible. Los grupos de ciudadanos intrépidos, prontos a levantarse a la primera señal de la Junta, esperaban con ansia el momento deseado de lanzar el guante al despotismo y a la explotación. La señal fue dada; pero la traición había espiado parte de los planes de la Junta y las cárceles de la República y de los Estados Unidos se poblaron de hombres resueltos y dignos. Fue aquel momento de prueba para el Partido Liberal.

Traicionado por dos villanos oficiales del ejército del dictador; perseguidos sin tregua todos aquellos que por su conducta digna despertaban desconfianzas a un gobierno de ladrones y traidores; encarcelados por todas partes liberales distinguidos y aun varios miembros de la Junta, uno de los cuales, el vicepresidente de la misma, el abnegado Juan Sarabia, extingue en la fortaleza de San Juan de Ulúa la condena de siete años de prisión que le impuso el juez de distrito de Chihuahua por orden del autócrata, ni un momento flaqueó el Partido heroico que en el actual momento de su historia sin mancha está destinado a poner la primera piedra de la verdadera libertad y de la verdadera justicia.

Por la traición solamente dos grupos insurgentes pudieron efectuar el levantamiento: el de Jiménez y el de Acayucan, pues cuando la Junta se iba a constituir en Ciudad Juárez, cuyo hecho era otra de las señales para el levantamiento de otros grupos de la República, Juan Sarabia fue aprenhendido en dicha ciudad, y con él los principales jefes del movimiento, la víspera del día señalado para ser tomada por las fuerzas liberales, mientras en El Paso, Tex., el secretario de la Junta, Antonio I. Villarreal, fue puesto en la cárcel, habiendo escapado por una mera casualidad el Presidente de la misma que se encontraba en el propio lugar.

En St. Louis, Missouri, el primer vocal, profesor Librado Rivera, fue plagiado por las autoridades norteamericanas en combinación con las mexicanas y hubiera sido conducido a México si la prensa norteamericana no hubiera clamado justicia.

El intrépido liberal Aarón López Manzano que por varios años ha acompañado a los miembros de la Junta como compañero de labores, fue también reducido a prisión en St. Louis y se le hubiese pasado a México si no hubieran concurrido las mismas circunstancias que impidieron la cobarde entrega de que iba a ser víctima el primer vocal de la Junta.

Antonio I. Villarreal iba a ser entregado a las autoridades mexicanas cuando se fugó, dejando burlados a los sicarios norteamericanos y a los verdugos de México.

A pesar de todo, los trabajos en pro de la libertad han seguido su curso. Los fracasos anteriores, debidos a la traición y a la connivencia de la Casa Blanca con el traidor presidente de México, quien está haciendo donación vergonzosa del país a los capitalistas norteamericanos; no han tenido otro efecto que redoblar nuestros esfuerzos para salvar de una servidumbre perpetua a un pueblo digno de mejor suerte.

Por otra parte, el pueblo norteamericano, el que trabaja y piensa, ha criticado acerbamente la conducta atrabiliaria de Roosevelt, como lo demuestra el hecho de haberse puesto la Prensa a nuestro favor cuando ese magnate extremó sus persecuciones.

Por más que la dictadura lanzó la maquiavélica especie de que tratábamos de hacer una revolución antiextranjera, la verdad brilló al fin y todos se convencieron de que no somos enemigos del extranjero, sino de los explotadores y de los tiranos, sean extranjeros o mexicanos.

Los trabajos para derribar al despotismo avanzan con firmeza y sólo se hace sentir la necesidad de la Prensa para que con su voz prestigiosa anime a todos a deshacerse del yugo y a ser libres.

Queremos completar nuestros trabajos con la reanudación de la publicación de Regeneración, y para lograr nuestros patrióticos deseos nos dirigimos a aquellos de nuestros amigos que mayores pruebas de espíritu liberal han dado para que nos ayuden a reanudar la publicación del periódico, enviándonos fondos.

También deseamos publicar un manifiesto a la nación en el cual explicaremos, con abundancia de detalles, nuestra actitud y nuestra voluntad de derribar por la fuerza de las armas a un Gobierno sordo a las quejas de un pueblo que desfallece por el hambre y por la esclavitud.

Esperamos que usted nos ayudará con fondos para la empresa que entre manos tenemos y que invitará a sus amigos a que contribuyan con lo que puedan, considerando que los actuales trabajos de la Junta requieren sumas enormes, puesto que ya no sólo se trata de propagar el ideal, sino de hacerlo triunfar por medio de la fuerza, único argumento que convence a los opresores de los pueblos.

Para envíos de cartas y dinero, hágase uso exclusivamente de la siguiente dirección: Sr. Melquiades López, Box 50, Bridgeport, Tex.

En espera de sus letras quedamos sus amigos y correligionarios que lo aprecian.

Ricardo Flores Magón, presidente.

Antonio I. Villarreal, secretario.

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