Presentación de Omar CortésQuinto comentario - El cónsul SillimanSéptimo comentario - Dificultades económicas Biblioteca Virtual Antorcha

Alfonso Quiroga

MÉXICO EN 1916

SEXTO COMENTARIO

MUERTE DEL GENERAL D. VICTORIANO HUERTA



El general Victoriano Huerta, que había sido presidente de México y se hallaba preso en El Paso, Texas, desde mediados de 1915, por acusársele de haber violado las leyes de neutralidad de los Estados Unidos, falleció en aquella ciudad el 13 de enero.

Huerta contrajo en la prisión del Fuerte Bliss, donde se le tuvo con bastantes consideraciones, una enfermedad que desde un principio fue considerada como grave y que hizo necesaria la práctica de cuatro operaciones quirúrgicas.

Pocos hombres públicos han sido tan injuriados como el general Victoriano Huerta.

Los periódicos que publicaban los revolucionarios, así carrancistas como villistas, le aplicaban siempre los calificativos más denigrantes, y se referían a él con una libertad de lenguaje que tal vez no hay ejemplo en la prensa mexicana.

Aun para anunciar su muerte, cuando parecía que debieran cesar el odio y el encono, tuvieron esos periódicos frases hirientes y conceptos reveladores de bajeza de espíritu.

No faltaron, sin embargo, flores sobre la tumba del ex-presidente, y muchos mexicanos partidarios de él que acompañaran sus restos hasta la última morada.

Aunque ya fuera de unos cuantos ilusos, no había quien creyera en la restauración del régimen huertista en México, la muerte del ex-presidente o dictador, vino, puede decirse, a favorecer la causa del constitucionalismo, puesto que de su lado se pusieron elementos de valía que permanecían a la expectativa y que bajo ningún concepto hubieran apoyado al villismo.

Así como la desaparición de Huerta, lo mismo que el nombramiento de Silliman, tanto como favorecía a Carranza, perjudicaba a su principal enemigo: Villa.
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