Indice de Entrevista al señor Ingeniero y Senador Luis L. León por Píndaro Urióstegui Miranda La Bombilla Nunca hubo distanciamiento entre los Generales Obregón y CallesBiblioteca Virtual Antorcha

ENTREVISTA
AL SEÑOR INGENIERO Y SENADOR LUIS L. LEÓN

Píndaro Urióstegui Miranda


DOS CANDIDATURAS FRUSTADAS: GENERAL FRANCISCO SERRANO Y GENERAL ARNULFO R. GÓMEZ

PREGUNTA
Señor ingeniero, hace un momento hizo referencia al general Francisco Serrano y al general Arnulfo R. Gómez; ¿quisiera hacernos algunos comentarios sobre su muerte, la forma en que se llevó a cabo y sus posibles causas?

RESPUESTA
Es para mí penoso hablar de estos acontecimientos porque fueron dos amigos a los que yo estimé bastante en lo personal, pero que erraron completamente en política.

El general Serrano que era un hombre. muy inteligente, muy simpático, tenía muchas cualidades pero desgraciadamente fue dominado por los vicios, era sumamente despilfarrado; además, no pensó nunca en llegar a la presidencia de la República por una elección popular, sino que se ufanaba de contar con la mayoría de los generales de] ejército; él creía poder llegar por la fuerza militar, tan es así que cuando fue a entrevistar al general Obregón a Navojoa para preguntarle si se lanzaría o no, el general Obregón le contestó, que todavía no se había decidido, que estaba estudiando si se trataba de la opinión pública o de un grupo de sus amigos.

El general Serrano, entonces, como una demostración de la fuerza de su candidatura, le mostró una lista de generales que decía estaban con él -esto se lo contó Obregón, entre otros, a Melchor Ortega que todavía vive-; en eso basaba su propaganda Serrano y preparó un cuartelazo.

El general Gómez basaba su propaganda en el antirreeleccionismo, en algunos amigos que tenía, pero principalmente halagándoles su vanidad había conquistado algunos hombres de la reacción.

No eran los candidatos del pueblo. El cuartelazo estaba dirigido en México contra Calles y Obregón que se encontraban en Chapultepec; los habían invitado a una ceremonia militar en el antiguo Puerto Aéreo de Balbuena, donde concurrirían las fuerzas de la capital que creían dominar, porque el jefe de ellas, don Eugenio Martínez, era partidario de Serrano, pero se retiró dos días antes denunciando los hechos con el general Calles.

El jefe de su Estado Mayor, que era el general Almada, preparó el cuartelazo y pretendían que fueran Calles, Obregón y Amaro a la fiesta para traicionarlos y aprehenderlos ahí y posiblemente asesinarlos.

Advertidos por la información del general Martínez, ellos se encerraron en el Castillo de Chapultepec protegidos por muy pocas fuerzas leales, principalmente por la montada y por obreros armados de la CROM.

Sin embargo, a pesar de no ir a la fiesta, el levantamiento vino, pero, los levantados en lugar de ir a atacar a Chapultepec, se retiraron por el rumbo de Texcoco en son de guerra contra el gobierno.

A la sazón, el general Serrano, con unos cuantos amigos, estaba en un rancho que tenía cerca de Cuernavaca, Morelos, pero luego se hospedó en un hotel esperando el triunfo del movimiento para entrar a México y lo hizo así para no verse comprometido directamente en el cuartelazo y entonces comprendido dentro de la prohibición constitucional que le impediría jugar como candidato.

El gobernador de Morelos avisó de esa reunión al presidente Calles. Entonces fue ordenada su aprehensión, ya una vez que vieron que se trataba de un movimiento efectivamente rebelde, pues se habían levantado fuerzas militares de México.

Aprehendidos Serrano y sus acompañantes, se indicó que los condujeran a la capital. El único de los acompañantes de Serrano que se escapó fue el licenciado Santamaría, quien escribió artículos que se publicaron en los periódicos explicando cómo sí se trataba de una conspiración y que estuvieron discutiendo, inclusive, hasta el nuevo gabinete en la junta con Serrano.

Los traían para México, pero enviaron al general Claudio Fox a recibirlos en Tres Marías y el general Fox en el camino los fusiló en Huitzilac.

Existen muchas versiones sobre el asunto; hay quienes dicen que el general Calles quiso salvar a Serrano y ordenó, por conducto del general Amaro al general Fox, que los trajera a la prisión de Santiago, pero que el general Obregón estaba muy indignado; no sabía exactamente cuántos otros núcleos del ejército se hubieran rebelado, porque hubo levantamiento también en Torreón y fue el que ordenó el fusilamiento.

De todas maneras, en el destierro yo le pregunté al general Calles: hay estas dos versiones ... y el general Calles con su hombría proverbial me contestó: son los chismes que siempre se forman, pero el responsable soy yo, porque yo era el presidente de la República.

Por lo que se refiere al general Gómez, anduvo levantado por Veracruz, cayó prisionero y fue fusilado.
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