Indice de Entrevista al señor Ingeniero y Senador Luis L. León por Píndaro Urióstegui Miranda Presentación de Chantal López y Omar Cortés El gobierno del General Porfirio Díaz y el Primer Congreso Nacional de EstudiantesBiblioteca Virtual Antorcha

ENTREVISTA
AL SEÑOR INGENIERO Y SENADOR LUIS L. LEÓN

Píndaro Urióstegui Miranda


ORIGEN Y PRIMEROS ESTUDIOS

PREGUNTA
Señor ingeniero Luis L. León, nuestra primera pregunta queremos que sea referente a su origen, sus estudios; en términos generales, sobre su vida familiar.

RESPUESTA
Con mucho gusto señor licenciado. Yo nací en Ciudad Juárez. Chih., el 4 de julio de 1890. Mi padre fue Marcelo León, que era veracruzano, de Cosamaloapan. Fue juarista y se dio de alta a los 16 años en la Guardia Nacional que luchó contra la intervención francesa y el Imperio; llegó a teniente coronel. A mi tierra arribó, cuando Ciudad Juárez era Paso del Norte, como comandante del resguardo de la Aduana. Después fue administrador de la misma Aduana y más tarde fue electo diputado al Congreso de la Unión.

Mi madre era oriunda de Paso del Norte, Chihuahua; se llamó Dolores Uranga.

Mi abuelo José Ma. Uranga fue el presidente municipal y comandante militar de Paso del Norte, que tuvo el honor de recibir a don Benito Juárez en su retirada a la frontera. Así es que yo provengo, por ambos lados, de una cepa liberal, de gente juarista y liberal.

Fui a la escuela en Ciudad Juárez cursando hasta 5° año de primaria, porque no había en aquella época 6° año en esa ciudad. Con ese motivo vine a México y estudié el 6° año en la escuela primaria anexa a la Normal que se consideraba como una de las mejores de la capital.

En el año de 1906 ingresé a la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria, que estaba entonces en San Jacinto, en el local donde ahora está la Escuela para Maestros, frente al Colegio "Militar.

La Hacienda de San Jacinto tenía en aquella época una extensión de ciento ochenta hectáreas y el terreno que ocupa el Colegio Militar fue una fracción de esa hacienda, que dividió la Calzada a Tacuba.

En la Escuela Nacional de Agricultura, que fue reorganizada en 1908 por mi paisano el ilustre agrónomo Rómulo Escobar, se inició la agitación de los espíritu juveniles con motivo de la cuestión política y social que se debatía en aquellos años, últimos del porfiriato, al plantearse la sucesión presidencial de 1910.

En 1908 nos sentíamos vivamente inquietos y la enorme mayoría desde entonces era antiporfirista. Empezamos a leer los artículos de los oposicionistas, leímos Los Grandes Problemas Nacionales, de Molina Enríquez, los números de los periódicos del Partido Democrático donde escribían Jesús Urueta y Luis Cabrera, los artículos de los Flores Magón, y en general, éramos modernistas por una razón muy sencilla, porque social y económicamente nosotros estábamos fuera de las actividades de aquel tiempo y no teníamos porvenir. Fuera de unos cuantos hijos de hacendados que iban a estudiar la carrera de agrónomo, los demás que estudiábamos esa carrera no teníamos más porvenir que aspirar a unos cuantps empleos que había en la Secretaría de Fomento, la antecesora de la actual Secretaría de Agricultura, pues lós latifundistas para nada necesitaban a los agrónomos o sea a los técnicos, porque ellos, en primer lugar, explotaban, como se ha dicho, más bien el salario bajo de los peones esclavizados en lugar de la tierra y no tenían por qué abandonar su técnica primitiva con el arado egipcio de madera, con les bueyes y con las más arcaicas prácticas agrícolas; así es que no podríamos ir a trabajar con ellos, que en general opinaban que carecíamos de experiencia y que solamente habíamos aprendido en los libros. Por otra parte, las plazas que podíamos ocupar como burócratas eran pocas y mal pagadas y el porvenir de los agrónomos consistía, generalmente, en abandonar su profesión para dedicarse a topógrafos y alcanzaba un gran triunfo el que lograba conseguir permiso para trabajar, aquí en la ciudad de México, como ingeniero constructor o proyectista de casas y edificios. Todas esas razones y nuestro origen popular y de la clase media nos llevaron a la oposición.

En 1910 fuimos al Primer Congreso Nacional de Estudiantes.
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