El cristianismo

a) El cristianismo jerarquizado con el Papa en su cima, no reconoce el libre albedrio ni la responsabilidad individual; prisionero del dogma, basando su acción sobre las masas cuya ignorancia alimenta. El catolicismo, a pesar de la separación oficial de la iglesia y del Estado, tiene de hecho una gran influencia sobre éste, del cual es el más sólido pilar. Su influencia se hace sentir en todos los niveles del aparato administrativo, y usa de presiones sobre la censura en general, contra la información, la radio y la televisión donde le es concedido un puesto importante.

Y, por tanto, durante los acontecimientos de mayo, por la primera vez y a la luz pública, la autoridad de la iglesia y su infalibilidad han sido discutidas por sus mismos practicantes, lo que ha entrañado un pánico en la jerarquía, terminado por la criminal decisión del Papa: la prohibición hecha a los católicos de utilizar los medios anticoncepcionales artificiales. esta decisión tiene como fin, dadas las vivas controversias creadas en el seno de la iglesia, de reagrupar bajo la sola autoridad del Papa a todos aquellos que en algo pudieran descarriarse, y mantener así a la iglesia bajo su forma más rígida. Las consecuencias individuales de esta decisión no serán más que de una endeble importancia, pero la influencia que tiene la iglesia sobre el gobierno tendrá por efecto, como en Francia, frenar el desarrollo de la contracepción. Lo más grave es que esta obstrucción se ejerce también en loos países subdesarrollados donde la muy grande natalidad constituye el principal freno a su expansión con la complicidad de los países imperialistas. El catolicismo es una de las monstruosidades de la civilización y conviene hacerle desaparecer lo más rápidamente posible.

b) El protestantismo: En Francia, contrariamente a los otros países, los protestantes, a causa de la larga persecución ejercida sobre ellos por el catolicismo, están más cerca de la realidad. Minoritarios, viviendo prácticamente en circuito cerrado, su actitud social es liberal. Ellos desarrollan una gran actividad cultural y reconocen al individuo en tanto que tal.

Existe una forma de socialismo cristiano que no es, de hecho, más que una simple aplicación del dogma. Todas las tendencias socialistas cristianas no son otra cosa que una variante de su posición original, a saber: el mejoramiento de las relaciones del amo con el esclavo para más grande provecho del uno sin tender en forma alguna hacia la desaparición del uno y del otro.

El combate contra las religiones entra en la lucha general contra el obscurantismo; el embrutecimiento continuo del hombre por las propagandas humanas tiene fines de provecho. Sea cual sea la forma adoptada por las religiones, los anarquistas deben combatirlas sin descanso. Pero, conviene demostrar y explicar los mecanismos de intoxicación, y demostrar la nocividad que ejercen las religiones sobre los individuos.

Se trata de vencer el oscurantismo y de trasmitir los medios racionales al individuo para reconocerse, y para asegurarse a sí mismo la conducta de su vida desarrollando su personalidad y su sentido creador. Sólo la enseñanza libertaria puede permitir de alcanzar este objetivo, pues la enseñanza tradicional termina en una esclerosis de la personalidad, a fin de integrar al individuo en el sistema. Esta bien anotar que, en los paises donde la analfabetización es más baja, la religión local esta en muy neta regresión, pero el hombre enajenado, inadaptado, sufre muy graves disturbios psicológicos; hay, pues, necesidad de que, al mismo tiempo de la apertura sobre el mundo, el individuo aprenda su verdadera naturaleza, aprenda a ser libre. Es, pues, indispensable que el movimiento anarquista se oponga a todas las formas tradicionales y confesionales de enseñanza, y que proponga otras nuevas.