Índice de Historia de la Nación Chichimeca de Fernando de Alva IxtlilxochitlCapítulo XXXIICapítulo XXXIVBiblioteca Virtual Antorcha

CAPÍTULO XXXIII

De cómo Nezahualcoyotzin dio orden de irse a la ciudad de Tetzcuco con toda su gente y las demandas y respuestas que sobre esto hubo

Iztlacauhtzin, señor de Huexotla y capitán general que había sido y Motoliniatzin señor de Coatlichan (que eran estos dos señores los mayores que había en el reino de Tetzcuco, de cuya casa y linaje procedían otros muchos de lo más ilustre del imperio), habiendo visto cómo Nezahualcoyotzin estaba jurado y recibido por rey de Tetzcuco y por sucesor del imperio (aunque ellos habían andado ausentes, por su rebeldía, desde que saqueó la ciudad y reino de Tetzcuco), acordaron de enviarle un gran presente de oro, piedras preciosas y plumería y mantas ricas, rogándole les perdonase por las ofensas pasadas y les hiciese merced de las vidas, echando por tercero al rey Itzcoatzin su tío y a otros señores mexicanos, a quienes enviaron otros presentes. Nezahualcoyotzin los perdonó y envió a decir que se asegurasen y no anduviesen ausentes de su patria, que les daba su fe y palabra de no ofenderles ni hacerles mal. Habiendo alcanzado este perdón de Nezahualcoyotzin, enviaron a suplicarle segunda vez, se dignase de venir a su casa y corte, porque con su ausencia andaban sus súbditos y vasallos huérfanos y desamparados, echando asimismo para el efecto por su tercero al rey Itzcoatzin su tío y aunque Nezahualcoyotzin había estado muy ofendido de sus súbditos y vasallos, tuvo por bien de irse a la ciudad de Tetzcuco con toda su casa y corte, que la había tenido en la ciudad de México casi cuatro años, como se ha visto y antes de irse partió la tierra entre el rey Itzcoatzin su tío, echando una línea de norte a sur desde un cerro que se llamá Cuexómatl por medio de la laguna, hincando unos morillos muy gruesos y poniendo mohoneras y paredones hasta el río de Acolhuacan, y de allí a un cerro que se dice Xóloc, y a otro que se llama Techimali hasta llegar a la tierra de Tototépec que era hasta allí lo que estaba en esta sazón ganado, que es corriendo hacia el norte y todo lo que queda por la parte del oriente, tomó para sí Nezahualcoyotzin y lo de la parte del poniente, Itzcoatzin su tío, juntamente con lo que le cupo de parte de Totoquihuatzin rey de Tlacopan. Y asimismo, para ilustrar más a la ciudad de Tetzcuco, pidió a su tío le diese cantidad de oficiales de todas las artes mecánicas, que trajo a la ciudad de Tetzcuco con otros que sacó de la ciudad y reino de Azcaputzalco y de la de Xochimilco y otras partes. Y al tiempo y cuando fue a la ciudad de Tetzcuco, que fue por la laguna, se desembarcó en el bosque que llaman Acayácac, por estar cerca de la laguna, en donde fue recibido de todos los señores y de la gente ilustre de todo el reino con grandes fiestas y regocijos, aunque echó menos a Itlacauhtzin señor de Huexotla y a Ochpáncatl señor que asimismo era de Coatlichan, a Motoliniatzin y a Tozquentzin y a otro que se decía Tochpilli; que aunque es verdad los tenía perdonados, viendo la gravedad de sus culpas, no se atrevieron a aguardarle. Nezahualcoyotzin, cuando supo que se habían ido recibió gran pena y envió a un caballero llamado Coyohua para que los volviese y asegurase, enviándoles a decir que a dónde iban, desamparando sus casas y patria por vivir con mengua y desdicha en las ajenas y que él no venía a su corte porque quería, sino sólo por amor de ellos y por el grande amor que les tenía y que si se recelaban de las cosas pasadas, que ya él las tenía olvidadas y perdonadas, que sin recelo podían volverse. El mensajero los fue a alcanzar en la sierra en donde llaman Chalchihuitetemi, los cuales respondieron, que su alteza los perdonase, que de ninguna manera habían de parecer en su presencia, pues habían sido tan graves sus delitos y que se reconocían por dignos de muy gran castigo; sólo Totomihua señor de Coatépec envió a sus dos hijos, llamados el uno Ayocuantzi y el otro Quetzaltecolotzin, diciéndoles: id y servid a vuestro rey y señor natural, que vuestra inocencia os salva y así solos estos dos mancebos se volvieron con el mensajero de Nezahualcoyotzin y otros para Huexotzinco y a la provincia de Chalco, lo cual le causó mucha pena a Nezahualcoyotzin. Y habiendo entrado en la ciudad fue muy bien recibido y festejado y se fue a vivir a sus palacios llamados Cillan.

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