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AUTOBIOGRAFÍA DE LA
REVOLUCIÓN MEXICANA

Emilio Portes Gil

CAPÍTULO DECIMOTERCERO

PERIODO DEL LICENCIADO MIGUEL ALEMÁN


La campaña electoral del licenciado Miguel Alemán se inició precisamente cuando concluía la Segunda guerra mundial y principiaba la etapa de transición y la época que se consideró como de postguerra. Durante ese período, el problema más importante del país era la situación extraordinariamente difícil que habían creado, por una parte, las repercusiones de la contienda armada, y, por la otra, la aparición de los fenómenos inherentes al reajuste de la economía mundial.

Alemán conocía los problemas económicos del país, ya que en el gobierno del señor general Avila Camacho había desempeñado el cargo de secretario de Gobernación. Estos conocimientos los hizo públicos en la Síntesis del programa de Gobierno que personalmente elaboró y sometió al juicio de la opinión pública al iniciar su campaña electoral. Pero el señor licenciado Alemán no quería que su programa de gobierno fuese el fruto exclusivo de su experiencia, sino deseaba que la nación expresara con absoluta libertad de crítica, cuáles eran sus problemas y cuáles sus soluciones. Para el efecto, auspició una serie de reuniones, que deberían realizarse en el transcurso de su campaña, en cada una de las regiones económicas más importantes del país, en las que los representativos de la industria, de la agricultura, de la banca, etc., aportaran sus conocimientos, experiencias y propusieran soluciones a los problemas regionales y nacionales. Así el señor licenciado Alemán celebró conferencias de mesa redonda en la mayor parte de las entidades federativas.

Al hacerse cargo de la Presidencia de la República, el señor licenciado Alemán nombró secretario de Gobernación al doctor Héctor Pérez Martínez; de Relaciones Exteriores a Jaime Torres Bodet; de Educación Pública al licenciado Manuel Gual Vidal; de Hacienda y Crédito Público al licenciado Ramón Beteta; de Comunicaciones y Obras Públicas al licenciado Agustín García López; de Trabajo y Previsión Social al licenciado Andrés Serra Rojas (a quien sustituyó posteriormente el licenciado Manuel Ramírez Vázquez); de la Defensa al general Gilberto R. Limón; de Salubridad al doctor Rafael Pascasio Gamboa; de Agricultura y Ganadería al señor Nazario Ortiz Garza; de Bienes Nacionales al Lic. Alfonso Caso; de Recursos Hidráulicos, al Ing. Adolfo Orive y Alba; de Economía al señor Antonio Ruiz Galindo; de Marina al contralmirante Luis Schaufelberger; así como a los señores licenciado Mario Souza, jefe del Departamento Agrario; licenciado Fernando Casas Alemán, jefe del Departamento del Distrito Federal; licenciado Angel González de la Vega, Procurador General de la República, y licenciado Carlos Franco Sodi, Procurador del Distrito y Territorios Federales.

Diecisiete días después de haber tomado posesión del poder, el licenciado Miguel Alemán anunció la inversión de 1,500 millones de pesos en obras de irrigación; estimó que era necesario regar los terrenos agrícolas; construir defensas contra inundaciones, terminar las obras del Río Colorado, las de Delicias, las de la Presa Solís, las del Bajo Río Lerma, las de Autlán, las del Río Mayo. Opinó que la agricultura debía revolucionarse y para ello dictó disposiciones tendientes a que se abrieran nuevas y vastas extensiones de tierra al cultivo del algodón, la caña de azúcar, el maíz, el trigo. Convencido de que México necesitaba producir lo suficiente para bastarse a sí mismo, apoyó decididamente el plan trazado por la Secretaría de Agricultura y Ganadería. Se iniciaron los trabajos en el Río Fuerte, en la presa de Excamé y Trujillo, en la del Río Sinaloa, en Tehuantepec, en San Quintín, Baja California, en el Río Suchiate, en Guerrero, en Colima, en Michoacán, en Nayarit.

Durante el gobierno del presidente Alemán, sin motivo alguno, estalló un paro de los trabajadores de la industria petrolera. Sus líderes exigían la firma de un nuevo contrato colectivo de trabajo, con nuevas prestaciones.

El licenciado Alemán, ante la posibilidad de que la industria se paralizara, con grave perjuicio para la economía del país, ordenó que fuerzas federales se hicieran cargo de los trabajos encomendados a los obreros.

Al tomar posesión como director de Petróleos Mexicanos don Antonio J. Bermúdez, declaró que:

El programa de trabajo comprende orden y moralización, respeto absoluto al contrato colectivo de trabajo y desenvolver los mayores esfuerzos para aumentar el capital y las utilidades de Petróleos Mexicanos a fin de hacer frente a las necesidades de la industria y cuidar los intereses de la nación.

La administración del señor Bermúdez fue extraordinariamente benéfica para el país, y ha sido el más eficiente director de Petróleos Mexicanos.

El licenciado Alemán trabajó incansablemente, dictó disposiciones, envió proyectos de ley a las Cámaras. Le preocupó hondamente la situación ruinosa de los ferrocarriles. Ordenó la rehabilitación de los mismos y el mejoramiento del equipo. Creó el Banco del Ejército para que se refaccionara a los miembros del Instituto Armado y acordó a los mismos el seguro de vida. Creó también el Banco Agrícola y Ganadero; intensificó la campaña contra el analfabetismo; expidió la ley de colonización; dio a conocer su plan de repatriación para obtener más brazos para México; reorganizó la industria azucarera. Creó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura; la Dirección de Geología; ordenó la higienización de las zonas insalubres; el aumento de los sueldos de los maestros, etc.

Durante el propio régimen se iniciaron las obras del Río Papaloapan, mismas que desgraciadamente fueron suspendidas más tarde; se construyó la presa de Tepalcatepec, de cuyas obras se encargó el señor general Lázaro Cárdenas; así como el canal de los Anzaldúas, en la región de Matamoros, Tamaulipas.

Se estableció la Comisión Nacional de Maíz, que dirigió con acierto el señor licenciado Gabriel Ramos Millán, secundado por el señor ingeniero Norberto Aguirre. Importante labor en beneficio de los pueblos de la República desarrolló esta comisión. Se construyó la Ciudad Universitaria, sin duda una de las más funcionales y bellas del mundo. A un ritmo creciente se reanudaron los trabajos de la Ciudad Politécnica.

El Puerto Aéreo, que también es un orgullo de México, quedó totalmente terminado.

Inicia el régimen del licenciado Alemán la construcción de multifamiliares y se pone en servicio el que lleva su nombre, ubicado en la Avenida Coyoacán, con 1,080 departamentos.

El licenciado Alemán no abandonó la provincia y con la cooperación decidida del gobierno del centro, construyó obras materiales de importancia en las diversas entidades de la República. Se construyeron caminos vecinales y carreteras. La Comisión Federal de Electricidad puso en servicio la planta hidroeléctrica de Ixtapantongo del sistema Miguel Alemán y otras unidades en los Estados de Guerrero, Colima, México, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Yucatán. Se terminaron las refinerías de Poza Rica, Ver., y de Salamanca, Gto., construidas totalmente por técnicos y obreros mexicanos. Se modernizó la vía Veracruz-México-Puebla-Tehuacán-Oaxaca, con los ramales Puebla y Oriental. Se construyeron las estaciones de pasaje de la ciudad de México, de Nuevo Laredo, de Monterrey, que pueden rivalizar con las mejores del mundo.

Durante el período del presidente Alemán se creó el Estado de Baja California.

Se expropió para incorporarlo al dominio de la Nación el latifundio de Palomas, de 700,000 hectáreas, a lo largo de la línea divisoria, y fue repartido entre pequeños agricultores.

Con motivo de la aparición de la fiebre aftosa en el Distrito Federal y en cuatro Estados, se creó la Comisión Nacional de Lucha Contra la Fiebre Aftosa, y se hizo cargo de su dirección técnica el licenciado Oscar Flores. Con la cooperación del gobierno de los Estados Unidos se logró la erradicación del mal. Este capítulo no figuraba en el plan de gobierno del presidente Alemán, pero la vida es lucha, es combate y servicio a la colectividad. Al dirigirse al pueblo mexicano, el licenciado Alemán manifiesta:

Tenemos que enfrentarnos con graves problemas, muchos de ellos imprevisibles. No debemos desalentarnos ante esta situación, sino crear nuevos bríos para el trabajo y para compensar las consecuencias económicas que puedan traer.

Invitado por el gobierno de la República, el presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, hizo una visita a México. El presidente Truman, rompiendo todo protocolo, rindió homenaje a los héroes mexicanos ante la estatua de la Independencia y en el monumento de los Niños Héroes en Chapultepec montó guardia. El presidente Truman llamó al licenciado Miguel Alemán el nuevo campeón de la solidaridad y comprensión de este hemisferio.

Para corresponder a la visita del presidente Truman, el licenciado Alemán viajó a los Estados Unidos de Norteamérica. El 29 de abril, mismo día de su salida de México llegó a Washington. Cerca de un millón de personas se congregaron en el puerto aéreo para darle la bienvenida. Por la noche el presidente Truman le ofrece una cena en la Casa Blanca y en su discurso, dice:

Tenemos esta noche como invitado al presidente de la República nuestra hermana. Un caballero a quien he llegado a apreciar mucho y quien está realizando una. gran tarea en beneficio de su país, y es amigo de los Estados Unidos de América.

Señor presidente: Está usted concurriendo a una cena única de esta clase. No es costumbre, según las reglas del protocolo aquí, tener al presidente de la Suprema Corte de Justicia, y al presidente provisional del Senado y al presidente de la Cámara de Diputados y a todos los miembros del gabinete en la misma cena. y están aquí porque desean mostrar su aprecio al presidente de la República nuestra hermana. Por ello arrojamos por la ventana el viejo protocolo esta noche.

Alemán agradeció la recepción y termina diciendo:

Señor Presidente:

Propongo un brindis por su ventura personal, por la felicidad del pueblo de los Estados Unidos y por la del pueblo de México.

México trabaja con su fuerza moral para que la unidad interamericana se solidifique y se apruebe en la próxima conferencia continental de Bogotá, en diciembre próximo, una carta constitutiva de la Sociedad Interamericana, que sea el derecho positivo que fije las relaciones entre todos los pueblos del continente.

El Congreso americano lo recibe en sesión extraordinaria y el presidente Alemán habla de la solidaridad internacional:

México y los Estados Unidos tienen un ejemplo que dar a las naciones que los rodean y los observan; el ejemplo de los países que, aunque distintos por su magnitud y por los recursos, pueden colaborar sobre el plano de una igualdad jurídica insospechable, sin que la fuerza, entre ellos, sea una forma de predominio.

México quiere vivir conforme al derecho y a la moral, fue su respuesta a los periodistas que lo entrevistaron.

El 2 de mayo llegó el señor licenciado Miguel Alemán a la ciudad de Nueva York. El alcalde William O'Dwyer lo recibió en la plaza frontera al City Hall. Fue declarado huésped de honor y más tarde, en la Organización de las Naciones Unidas, pronunció un conceptuoso discurso. La Universidad de Columbia le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa. Rindió homenaje a Washington y a Simón Bolívar.

Es en el régimen del señor licenciado Alemán, cuando México obtiene señalados triunfos en el campo internacional: el doctor Jaime Torres Bodet, secretario de Relaciones Exteriores, es nombrado director de la U.N.E.S.C.O. Torres Bodet también presidió el Organismo de las Naciones Unidas con el aplauso de los países miembros que lo integraban.

Es indudable que la gestión del señor licenciado Alemán fue de gran provecho para el país y cuando designó su gabinete, integrado por distinguidos universitarios, se creyó que el presidente al escoger a tan distinguidas personalidades, proyectaba formar una nueva escuela de política, de la que tan necesitado está el país; pero desgraciadamente muchos de sus amigos, abusando de la confianza que en ellos se había depositado, aprovechando su situación política, se dedicaron a grandes negocios.

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