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AUTOBIOGRAFÍA DE LA
REVOLUCIÓN MEXICANA

Emilio Portes Gil

CAPÍTULO DÉCIMO

PERIODO PRESIDENCIAL DEL GENERAL ABELARDO L. RODRÍGUEZ

PERIODO PRESIDENCIAL DEL GENERAL ABELARDO L. RODRIGUEZ


Con motivo de la renuncia del señor ingeniero Ortiz Rubio, el Congreso de la Unión, constituido en Colegio Electoral, designó por mayoría de votos al general Abelardo L. Rodríguez, presidente substituto.

El general Abelardo L. Rodríguez, al tomar posesión de su alto cargo, designó el siguiente gabinete:

Secretario de Gobernación, Lic. Eduardo Vasconcelos;
Secretario de Economía, Lic. Primo Villa Michel;
Secretario de Educación Pública, Lic. Narciso Bassols;
Secretario de Relaciones Exteriores, Manuel C. Téllez;
Secretario de Hacienda y Crédito Público, ingeniero don Alberto J. Pani;
Guerra y Marina, subsecretario general, Pablo Quiroga;
Agricultura, don Francisco Elías;
Comunicaciones, general Miguel Acosta;
Procurador general de la República, licenciado Emilio Portes Gil;
Jefe del Departamento de Estadística, ingeniero Juan de Dios Bojórquez;
Jefe del Departamento del Distrito Federal, general Juan G. Cabral.

Desde luego cambió el nombre de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, por el de Secretaría de la Economía Nacional, pasando a depender de dicha Secretaría el Departamento de Estadística Nacional. Suprimió la Contraloría General de la Nación, cuyas funciones absorbió la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Entre los cambios posteriores que hubo, figuró el nombramiento del licenciado Aarón Sáenz, como jefe del Departamento del Distrito Federal, y el general Lázaro Cárdenas como secretario de la Guerra.

Durante el interinato del general Abelardo L. Rodríguez se entregaron en dotación 2,094,637.45.80 hectáreas de tierras, que beneficiaron a 161,327 familias.

Iniciaron sus operaciones la Nacional Financiera, S. A., con un capital de cien millones de pesos y el Banco Nacional Hipotecario, Urbano y de Obras¡ Públicas, S. A.

Se inauguró el monumento a la Revolución; se terminó el Palacio de Bellas Artes; se inició la construcción de casas para obreros; se construyó la carretera de la ciudad de México al Desierto de los Leones, el mercado que lleva su nombre, la colonia Plutarco Elías Calles, para servidores del Departamento Central y otras muchas obras importantes.

Se inició igualmente por el Departamento Central, a cargo del licenciado Aarón Sáenz, la transformación y modernización de la ciudad de México, de las avenidas 20 de Noviembre, San Juan de Letrán y otras.

Durante este período se creó la Comisión Federal de Electricidad, que tanto ha contribuido al progreso del país.

Al general Rodríguez correspondió, asimismo, enfrentarse a una nueva amenaza del clero católico. En efecto, debido a que los dirigentes eclesiásticos continuaban su labor de intriga en contra del régimen y contravenían las leyes constitucionales y de Reforma, el día 8 de octubre de 1932, la Cámara de Diputados se reunió en sesión, en que se pronunciaron violentos discursos en contra del delegado apostólico, Leopoldo Ruiz y Flores, que había girado una encíclica en que nuevamente se ponía en duda la validez de la Constitución de 1917 Y Leyes de Reforma.

Con ese motivo, el presidente de la República hizo las siguientes declaraciones:

En forma inesperada y absurda se ha publicado la encíclica Acerva Animi>, cuyo tono no nos extraña por haber sido característica del papado los procedimientos llenos de falsedad en contra del país, en protesta en contra de las leyes que se conceptúan opresoras a la libertad de la iglesia, instan abiertamente al clero mexicano a que desobedezca las disposiciones en vigor y a que provoque un trastorno social dentro de la eterna obra del clero, que no puede resignarse a perder el dominio de almas y la posesión de bienes terrenales, mediante los cuales se tuvo en completo letargo a las clases proletarias, que eran explotadas impíamente.

México, entra ahora en un verdadero periodo de instituciones y de gobierno establecido de progreso y adelanto, y no permitirá que se inmiscuya en asuntos de Estado, una entidad a la que no se le reconoce existencia dentro de nuestros principios legislativos, que establecen la separación absoluta de la Iglesia y del Estado.

El gobierno actual, emanado de la Revolución, entre cuyos principios se encuentra la liberación espiritual del pueblo y su desfanatización, cuenta con todo el apoyo de las masas del país, que no pueden tiranizar el dominio de un poder extraño.

Respondiendo a la abierta incitación que hace el clero para provocar agitación, declara: que a la menor manifestación de desorden, el gobierno procederá con toda energia y se resolverá definitivamente el problema religioso. Este problema, que tanta sangre y sacrificios ha costado a la nación.

Soy respetuoso de la libertad de conciencia, que establece la Constitución de la República, pero no puedo permitir que los que no saben hacer honor a su propia religión, utilicen los bienes de la nación para hacer una campaña de hostilidad al gobierno, por tanto, estoy resuelto a que si continúa la actitud altanera y desafiante a que se refiere la reciente encíclica, se convertirán los templos en escuelas y talleres para beneficio de las clases proletarias.

Acordó el presidente consignar a la Procuraduría General de la Nación a los señores delegado apostólico y obispo Manrique y Zárate, por el delito de incitación a la rebelión.

Con ese motivo, el suscrito hizo un estudio en el que analiza la inveterada lucha que el estado mexicano ha tenido a través de nuestra historia con la iglesia católica. Dicho estudio, que se titula La lucha entre el poder civil y el clero, circuló en todas las naciones del mundo. Afortunadamente, a pesar de la manifiesta rebeldía y soberbia del clero, el país continuó en plena calma y el presidente pudo seguir desarrollando una intensa labor constructora, habiendo entregado el poder el día 19 de diciembre de 1934 al señor general Lázaro Cárdenas, electo presidente de la República.

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