Indice de Entrevista al Licenciado y General Aarón Saenz por Píndaro Urióstegui Miranda El convenio De la Huerta-Lamont Crisis Obregón-Calles-De la HuertaBiblioteca Virtual Antorcha

ENTREVISTA
AL LICENCIADO Y GENERAL AARÓN SAENZ

Píndaro Urióstegui Miranda


¿EXISTEN LOS TRATADOS DE BUCARELI?

PREGUNTA
Licenciado, quiero hacerle una pregunta: ¿Existen los Tratados de Bucareli?

RESPUESTA
No existen como tralados, porque de conformidad con las Constituciones Políticas de los Estados Unidos y de México solamente tienen validez de tratados los que son aprobados por la Cámara de Senadores y cuyo canje de ratificaciones debe hacerse entre los dos gobiernos, además conforme a la ley americana y conforme a la ley mexicana los tratados nunca podrían ser secretos ya que sin la autorización de las cámaras nunca podrían ser aplicables ni tendrían validez, de manera que fueron simples conferencias, pláticas entre representantes personales de cada presidente; por parte de México era González Roa y don Ramón Ross y por parte de los Estados Unidos eran Charles Beecher Warren y John Barton Payne; en esas conferencias, en esas pláticas se presentaron los puntos de vista de cada gobierno a sus respectivos presidentes.

PREGUNTA
¿Recuerda usted cuáles eran los planteamientos de cada delegación?

RESPUESTA
En ese caso se circunscribió a las reclamaciones por daños de la Revolución y la cuestión de interpretación de ciertas disposiciones de la Constitución del 17.

Los daños de la Revolución se presentaron encontrando un camino por el cual se celebrarían con los Estados Unidos dos convenciones, una especial por reclamaciones de daños de la Revolución y otra general, en que los ciudadanos de cada país tendrían derecho de hacer reclamaciones por las consecuencias de los Tratados de Guadalupe-Hidalgo después de 1843.

Las reclamaciones en este caso serían presentadas por los ciudadanos de uno y otro país; los mexicanos lo venían haciendo porque habían sido despojados de parte de las tierras que quedaron dentro de la división del país con la frontera del río Bravo, entre ellas había algunas reclamaciones de terrenos petroleros y otras sobre derechos de tierras.

La primera comisión de reclamaciones, la especial, sería la que se encargaría de resarcir los perjuicios que la Revolución hubiere causado a los ciudadanos dc cualquier Estado como consecuencia de ella misma.

Estas cuestiones se debatieron separadamente, celebrándose después convenciones con otros países como Alemania, Japón. Francia, Italia e Inglaterra.

Entre los daños de la Revolución hubo un caso muy serio que sentó un precedente, fue el caso de Santa Isabel, población minera del Estado de Chihuahua, en donde un grupo de ciudadanos americanos que venía de dicho lugar fue asaltado por las fuerzas de Villa; entonces en esa reclamación México sostuvo la tesis de que sólo obligan a los gobiernos de jure o de facto los actos de sus propios gobiernos y que, en ningún caso podrían ser imputables a los gobiernos, de jure o de facto, los actos de bandolerismo que fueron todos aquellos como en el caso de Santa Isabel, en que los alzados villistas asesinaron a esos gringos, despojándolos de sus bienes.

Sin emhargo, entonces se presentó reclamación por lo daños y las muertes de estos norteamericanos.

Esto originó se constituyera un tribunal arbitral en el que México fue representado por el licenciado Fernando González Roa y como agente el licenciado Aquiles Elourduy; por Estados Unidos fueron Warren y Payne, siendo don Rodrigo Octavio, que era un eminente internacionalista brasileño, quien fungió como presidente del tribunal de arbitraje.

Se discutieron en forma amplia y acusiosa los argumentos de una y otra parte y el árbitro falló por la tesis de México, o sea que un gobierno de jure o de facto sólo podía ser responsable de los actos de sus gobiernos respectivos, pero que por aquellos actos de bandolerismo que estaban sustraídos a la autoridad de los gobiernos, no sería responsable.

La adopción del caso de Santa Isabel echó por tierra la mayor parte de las reclamaciones -muy considerables- de daños por la Revolución; los Estados Unidos protestaron contra ese laudo e hicieron todas las gestiones posibles porque se cambiara, moviendo inclusive influencias a través del gobierno brasileño, pero les contestaron que el árbitro tenía facultades absolutas para dictar y que no podía rectificar su voto; eso determinó un precedente fundamental, porque no solamente fueron señalados de bandolerismo los de Villa, sino los de algunos otros, sustraídos a la acción de los gobiernos tanto en tiempos del señor Carranza como del señor Madero.

Lo principal es que se llegó a conclusiones, en esas pláticas, que fueron reconocidas por los dos países; estas comisiones de reclamaciones funcionaron, las primeras, en tiempos del general Obregón y, las segundas, durante el gobierno del general Calles.

PREGUNTA
Entonces podemos tachar de fantasioso eso que se afirma de que a través de los Tratados de Bucareli se vendió México y quedó comprometido a no producir maquinaria y tantas cosas que se han dicho por falta de un conocimiento exacto de esas pláticas.

INTERVIENE EL SEÑOR FERNANDO TORREBLANCA

Quienes empezaron a censurar mucho estas conferencias fueron los carrancistas, como era natural, aduciendo precisamente eso, que habían sabido cosas descabelladas y absurdas; me acuerdo que el licenciado Sáenz una vez les hizo una aclaración, diciéndoles que se fijaran que durante los gobiernos del general Obregón y del general Calles se les había concedido a los americanos menos de lo que don Venustiano les había ofrecido.

Estas pláticas no afectaron en ninguna forma ni a la soberanía del país ni a la vigencia de la Constitución de 1917, de manera que no podían haber traído cargas más allá de las que los tribunales de arbitraje acordaron en cada uno de los casos; entonces acabaron por convenio directo entre las partes o por un arreglo global que se hizo de gobierno a gobierno, transigiendo tanto en las reclamaciones de uno y otro país, como en lo general; sin embargo se llegó a un arreglo global entre los dos países, acordando determinada cantidad por los daños a que pudieran haber tenido derecho los nacionales, quedando a cargo de cada gobierno repartirla entre sus ciudadanos reclamantes, recibiendo así los mexicanos lo que se había convenido en el arreglo global con los Estados Unidos.

PREGUNTA
¿Esto fue lo que seguramente propició el restablecimiento de relaciones entre México y Estados Unidos?

RESPUESTA
No, eso fue el proceso de las conversaciones; el reglamento de la reanudación de relaciones del día último de agosto de 1923 fue lo que determinó el reconocimiento incondicional de los Estados Unidos a México y su gobierno, la única cosa es que después de eso, ya reanudadas las relaciones y nombrados y acreditados sus embajadores de cada país, entonces se estudiaron los convenios de reclamaciones, tanto la especial como la general, por lo que respecta a los Estados Unidos y una vez firmados estos convenios, se sometieron a la consideración de los senadores de ambos países y, previo canje de ratificaciones por los gobiernos, se pusieron en marcha todos los convenios correspondientes y se les dio cumplimiento.

Yo estoy acabando de juntar todos los arreglos que se hicieron en las comisiones de reclamaciones y me estoy documentando para completar los que abarcaron los dos períodos presidenciales del general Obregón y del general Calles; ¿lo demás?, pues se va a hacer una alusión a los que siguieron, pues casi todos los convenios que se celebraron después fueron consecuencia de los proyectos de los convenios de reclamaciones pactados entre México y cada país correspondiente, ahí inclusive vamos a hacer un resumen de lo que importaron las reclamaciones de cada comisión, el importe de lo que se reconoció y cómo fue pagado; durante el gobierno del general Cárdenas, los últimos pagos se convinieron en unas sumas globales y se fijó un determinado número de años en los cuales se pagarían las reclamaciones que habían sido falladas por las comisiones respectivas.

PREGUNTA
¿Cómo se gestó la candidatura del general Calles al finalizar el gobierno del general Obregón, asi como cuáles fueron los orígenes y el desenlace de la rebelión delahuertista?

RESPUESTA
Reanudadas las relaciones con los Estados Unidos, ya estando en el plazo constitucional para que se celebraran las elecciones, se procedió a hacer las convocatorias correspondientes para que se iniciaran las campañas.

En esa época, vigente ya la Constitución de 1917, se estahlecía que todo funcionario federal o estatal que ocupara puestos de elección popular, de secretario de Estado o de alguna otra naturaleza, debería separarse un año antes de las elccciones.

Entonces fue modificada la Constitución para reducir el plazo a seis meses; en esas condiciones, un año antes de las elecciones, debería haberse iniciado la campaña presidencial en julio, es decir deberían estar separados de sus puestos el primero de julio de 1923, para cuando las elecciones se verificaran el primer domingo de julio de 1924, quedaran dentro del periodo de capacitación constitucional.

De esta manera se fueron orientando las simpatias exclusivamente a favor del general Calles, apoyado muy fuertemente por todos los núcleos obreros, campesinos y demás fuerzas laborales del país.

Entonces con motivo de la escisión que se avecinaba con De la Huerta fueron puestos en duda los convenios de Bucareli por el entonces presidente de la Cámara de Diputados, que lo era el presidente del Partido Cooperatista, Jorge Prieto Laurens, que aparte de diputado era presidente municipal de la ciudad de México y candidato al gobierno del Estado de San Luis Potosi, comprometido con De la Huerta.

Al tprmino de su intervención oratoria y de hacer un amplísimo elogio a las negociaciones de Bucareli y saliéndose de todo lo que estalllecen los estatutos del congreso, se lanzó con una andanada de cargos al presidente Obregón en el sentido de que estaba violando la soberanía de los Estados y que Obregón habia creado una intranquilidad tratando de imponer la candidatura del general Calles.

Mientras tanto, De la Huerta presentó su renuncia como Secretario de Hacienda en los primeros días de septiembre dc 1921.

Esta renuncia causó un revuelo muy fuerte y entonces comenzaron a activarse los trabajos electorales, postulándose a don Adolfo de la Huerta como candidato en oposición a la candidatura del general Calles; Adolfo de la Huerta no aceptó su candidatura al principio, pero después se fueron agriando y distanciando los grupos políticos, llegando un momento en que don Adolfo hizo una declaración diciendo que aceptaba su postulación como candidato a la presidencia de la República.

Una vez que Adolfo de la Huerta aceptó su postulación, en lugar de formalizar la campaña acordaron sus dirigentes irse a la rebelión que fue encabezada finalmente por el propio De la Huerta; eso determinó la crisis de 1923. En un principio declaró terminantemente que él nunca estaría en contra del general Calles.

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