Índice de La F.O.R.A:, ideologia y trayectoria de Diego Abad de SantillánCapítulo IVCapítulo IIBiblioteca Virtual Antorcha

Capítulo 3

Congreso constituyente de la Federación Obrera. Gremios organizados (1900-1901).

Las condiciones de trabajo en los albores del siglo XX eran terribles en la Argentina; una burguesía incipiente, sedienta de ganancias rápidas, poco escrupulosa para la acumulación de beneficios, mantenía a los trabajadores del país en condiciones inhumanas. La defensa de las víctimas era algo tan sumamente lógico que, aun sin inspiración social de ninguna especie, se hubieran producido las asociaciones obreras como baluarte biológico contra la avaricia patronal.

Algunos ejemplos: en 1900, los industriales sombrereros Franchini y Dellacha de Buenos Aires formaron un trust para no perjudicarse con la competencia y rebajaron los salarios del nivel ya irrisorio en que se mantenían. A los prensistas se les pagaba un peso por cada cien sombreros y se les rebajó a 40 centavos; al planchador de 4 pesos se le rebajó a 2.80 el ciento; a los rulistas de sombrero blando de 6 a 4; el rulista de sombreros de copa, de 6 pesos a 3 el ciento. Con esa tarifa el obrero hábil en doce horas de trabajo no alcanzaba a ganar dos pesos. A los niños de 8 a 12 años que trabajaban de sol a sol en el agua caliente, quemándose las manos y perdiendo su salud a los seis meses de ese trabajo agotador e insalubre, de 80 centavos que ganaban por día se les rebajó a 50.

En vista de esas condiciones, un millar de sombrereros se declaró en huelga.

He aquí el relato de septiembre de 1899:

En la fábrica Dell´Acqua y Cía. de Chacarita trabajan algunos centenares de mujeres, jóvenes y nIñas desde la más temprana edad. Al ingresar en el establecimiento las obreras deben dejar un depósito en metálico que sirve para las multas que les fueren aplicadas; para gastos de médico que tuviera que sufragar el patrón en caso de caer enfermas, y como garantía para que no puedan abandonar el trabajo sin previo aviso anticipado de ocho días, so pena de pérdida de la suma depositada ...

...

En el mismo establecimiento trabaja gran cantidad de muchachas de cortísima edad, a quienes se les paga después de haberlas explotado 50 horas por semana, cincuenta centavos ... (La Protesta Humana, 3 de setiembre de 1899).

El origen de las grandes fortunas en la Argentina se basa la mayor parte de las veces en procedimientos de esa especie.

La misma crónica nos dice:

Refinería Argentina de Azúcar (Rosario): trabajo, 12 horas por día. Consigna: silencio absoluto, trabajo no interrumpido, multa y despido a la menor falta. Local: antihigiénico, humedad, calor, frío, etc. Sueldo: mujeres, un peso por día -pagan por semana-, seis pesos semanales; niños, setenta centavos por día. Peones: 1.80 por día. Trabajo nocturno: 12 horas; precio igual.

Talleres del Ferrocarril Central Argentino (Rosario): jornada, 9 3/4; sueldo: peones 1.80 por día y 1.70. Por mes, 44.20 y 38.40. Clase de trabajo: seis hombres para levantar vigas de dos toneladas, correspondiendo 350 kilos para cada hombre ...

Los oficiales mecánicos ganan 3 pesos y 3.50 por día. Mensuales de 70 a 85 ...

Copiamos de La Prensa, testimonio en este caso nada sospechoso:

La cantidad de peones errantes que existen hoy en Boca y Barracas llega a 6.500, de los cuales, cuando mucho, trabajan cada día 1.000 a 1.500. Quedan, pues, cinco mil hombres sin trabajo.

En uno de los depósitos de madera más importantes de la Boca, nuestro repórter ha visto a las 5.30 de ayer, 350 hombres agrupados en torno del capataz encargado de elegir la peonada para el día, de los cuales sólo ocupó a unos 65.

El hecho se repite en cien puntos a la vez: de cada fábrica diferente o establecimiento industrial se ven salir grandes grupos de peones con aire de decepción. Los que consiguen trabajar un día, no pueden hacerlo al día siguiente, pues en medio de sus desgracias y miserias esos desgraciados conservan un fuerte espíritu de compañerismo, turnándose para obtener tarea.

La ribera está casi despoblada de buques de ultramar. Cerca de 1.000 estibadores que hace un año encontraban trabajo en las bodegas de los paquetes, están en iguales condiciones que los peones.

En los Corrales, Villa Catalina, Constitución, Retiro, Palermo y en todos los suburbios de la capital el hecho se repite.

Por todas partes gente sin trabajo, familias amenazadas por la miseria y sin perspectivas de que la situación mejore.

Los 5.000 peones que han vuelto de la cosecha de maíz durante el mes de julio se han unido a los desocupados de la capital, cuyo número, sin temor a que se nos tache de exagerados, no baja de 40.000 personas (La Prensa, 15 de julio).

¿Qué hacer ante una situación semejante? Los trabajadores no tenían más remedio que asociarse y defender su derecho a la vida. Así fueron multiplicándose las asociaciones obreras v las luchas reivindicadoras.

Las huelgas en demanda de mejoras económicas son cada día más numerosas. En septiembre de 1899 se constituye la Sociedad de Resistencia de los Obreros Marmoleros de Buenos Aires, y ya en octubre ganan un conflicto obteniendo entre otras mejoras la jornada de ocho horas y media. El 26 de octubre del mismo año van a la huelga los albañiles de Mar del Plata por las ocho horas, siendo el horario hasta entonces de 12 y 14; resultan victoriosos. En enero de 1900 vemos en Buenos Aires una gran huelga de estibadores que abarca a 5.000 hombres; por la misma época se producen conflictos análogos de los estibadores en Bahía Blanca, Villa Constitución y otros puertos, reclamando las ocho horas, aumento de jornal y disminución en el peso de las bolsas; en Bahía Blanca, donde se trabajaban 10 horas por día, se redujo la jornada a 9 en ese primer movimiento.

Pero una lucha sin cohesión y sin verdadera organización no podía dar los resultados apetecidos; las conquistas se perdían de nuevo fácilmente. Los militantes obreros y revolucionarios comprendieron que era urgente una táctica más adecuada y se entregaron febrilmente a la tarea de constituir una Federación Obrera Regional.

Inglan Lafarga, obrero ebanista, catalán, redactor y fundador de La Protesta (muerto el 24 de octubre de 1929, retirado del movimiento activo desde 1902), resume de este modo los pasos preliminares y la orientación del futuro congreso constituyente:

Como es sabido, varias sociedades obreras de esta ciudad (Buenos Aires) han concebido el proyecto de celebrar un congreso de todas las sociedades obreras de la República para tratar de fundar una federación de todas ellas, y preocuparse del mejoramiento moral y material de los trabajadores de la Argentina.

Esta idea, al principio recibida con cierta frialdad y desconfianza por las sociedades obreras de tendencias más radicales y de más amplio espíritu emancipador, por los fracasos que sufriera en otras ocasiones en que iniciativas de esta especie estuvieron mangoneadas por elementos politicastros y sectarios, ha recibido hoy el más decidido apoyo de estas mismas sociedades, interpretando al pie de la letra los propósitos de sus iniciadores, que son los de celebrar un congreso puramente obrero y económico y fundar una federación que establezca lazos de unión y corrientes de solidaridad entre todos los obreros de esta República, facilitando por este medio el triunfo de sus luchas y el mejoramiento de sus condiciones de vida.

Corresponde por lo tanto a esta decisión de las sociedades obreras más sanas, más numerosas y mejor organizadas de esta ciudad, que en diferentes ocasiones demostraron un amor ilimitado y un espíritu de sacrificio profundo por las reivindicaciones proletarias, que responda el esfuerzo de todos los amantes de la emancipación obrera de la República, propagando la idea de una organización seria y formal de los trabajadores, y fomentando las adhesiones a este congreso, del cual debe surgir una federación robusta y consciente, llamada a realizar grandes movimientos en pro del mejoramiento y la emancipación de la clase explotada ... (La Protesta Humana, 23 de marzo de 1901).

La lucha de principios y de competencia entre socialistas y anarquistas seguía ininterrumpida, pero era inevitable porque estaban en juego concepciones demasiado contradictorias del movimiento obrero y de su táctica de lucha. Mientras los unos pretendían que todo había de solucionarse con el envío de representantes y de peticiones al parlamento y a los poderes públicos, los otros sostenían que la acción directa era la base fundamental de la beligerancia proletaria. Los gremios estaban en su mayoría bajo la influencia de los anarquistas. Se vio palmariamente el primero de mayo de 1901, en que se hicieron dos manifestaciones: una del Partido Socialista y otra de los sindicatos obreros adversos a toda política partidista.

El congreso proyectado inició sus sesiones el 25 de mayo de 1901 en Buenos Aires. Nada mejor que trascribir íntegra la reseña de sus sesiones:

Con la asistencia de unos 50 delegados en representación de 30 a 35 sociedades obreras de la capital y del interior (casi todas las existentes), celebró sus sesiones los días 25 y 26 de mayo el congreso obrero gremial. El resultado de sus trabajos va a continuación:

Primera sesión. - A las nueve y media de la mañana del día 25 quedó instalada la mesa de discusión, actuando alternativamente en la presidencia Ros, Basalo y Cúneo, y de secretarios Mattel e Inglan. Se examinaron los mandatos de los delegados, se formuló el reglamento de discusión, estableciéndose que se votaría por delegados y no por secciones, y el congreso entró de lleno a desempeñar sus tareas.

Inmediatamente se nombró una comisión para resumir el orden del día y con esto y otras cuestiones de detalle terminó la sesión de la mañana.

Segunda sesión, a las 2 y 20. - Preside Ros. Se nombran dos comisiones dictaminadoras sobre los diferentes temas del orden del día, resultando elegidos para la primera Cúneo, Cruces y Pedro Gori, y Garfagnini, Troitiño y Vidal para la segunda.

En seguida se aprueba la siguiente declaración, propuesta por Artes Gráficas:

Considerando que el congreso obrero gremial reunido en este momento se compone de sociedades de resistencia, o por mejor decir de colectividades obreras organizadas para la lucha económica presente;

Y teniendo en cuenta que en el seno de éstas caben todas las tendencías políticas y sociales, el congreso declara que no tiene compromisos de ninguna clase con el Partido Socialista ni con el anarquista ni con partido político alguno, y que su organización, desarrollo y esfera de acción, es completamente independiente y autónoma.

Por lo tanto la organización que este congreso acuerde es pura y exclusivamente de lucha y de resistencia.

Siguen después pequeñas discusiones de detalle y luego la primera comisión informadora se expide sobre la propuesta federación obrera. Cúneo explica las ventajas de la unión de los trabajadores, trayendo ejemplos de lo que ocurre en otros países. Se entabla un debate animado y expectante. Patroni y Garfagnini aprueban las palabras de Cúneo. Los delegados de los ebanistas de la capital combaten la federación, apoyándose en el corto número de obreros asociados y dicen que en vez de la federación debe formarse un comité de organización obrera. Inglan demuestra la necesidad de la federación, bajo cuyos auspicios funcionará el comité de organización y la bolsa del trabajo. Se dicen algunas palabras más y con gran interés por parte de los delegados y del público, se vota la propuesta, siendo aprobada por casi unanimidad, a excepción de tres votos en contra y una abstención.

El público aprueba con aplausos. La federación toma el nombre de Federación Obrera Argentina. Con esto se suspende la sesión entrada ya la noche, hasta el otro día a las 8 de la mañana.

Tercera sesión. - Preside Basalo. Se discuten las bases para la Federación. Hay dos propuestas para la forma en que debe regirse: una de Artes Gráficas, que expone se rija por un comité federal, formado de un delegado de cada sección federada y un comité ejecutivo nombrado por el congreso. Esta es apoyada por Cúneo, Cruces, Ciminaghi y otros. La otra consistiría en la formación de un comité de relaciones que serviría como intermediario entre las relaciones de las secciones federadas. Ros, Inglan y Mattel lo defienden. Por la primera, el comité federal resuelve las cuestiones de la Federación; por la segunda, las resuelven las sesiones, y el comité se encarga de ejecutarlas. Se entabla largo debate; finalmente de las dos mociones se hace una, que queda aprobada por unanimidad así:

Para la marcha regular de la Federación se acuerda nombrar un comité federal compuesto por un delegado de cada sección federada y un comité administrativo, que será nombrado en el seno del congreso.

Se levanta la sesión a las 11 horas.

Cuarta sesión, a la 1.20 p. m. - Preside Cúneo. Se aprueba sobre tablas que la Federación celebrará un Congreso cada año y una asamblea general cada seis meses; que los estatutos de la Federación se redactarán según los acuerdos tomados por el congreso, que se someterán a la aprobación de las secciones federadas; y que la Federación Obrera Argentina pactará acuerdos de solidaridad con las federaciones de otros países. Se acuerda también que la Federación tendrá un periódico de propaganda que se titulará La Organización Obrera, en sustitución de la actual Organización, que dejará de aparecer cuando principie a publicarse aquél (1).

Se acuerda igualmente la fundación de la bolsa de trabajo, de lo cual se encargará cuanto antes el comité federal.

Y con esto terminan los asuntos correspondientes a la primera comisión de dictamen.

La segunda comisión ha dictaminado poco o nada sobre los trabajos encomendados por el congreso, y después del de la comisión se da lectura a un dictamen presentado por Inglan. Se pone a votación cuál de los dos debe ser aceptado, y se acepta el segundo. El congreso hace votos porque desaparezca el sistema de explotación conocido por truck-sistem. Se pronuncia a favor de la reducción de la jornada de trabajo, de la igualdad de sueldos para obreros de ambos sexos y por la abolición de las cajas de socorros en los establecimientos industriales. Y se entra de lleno a tratar el tema: arbitraje. Inglan, relator, informa en contra y aconseja al congreso se pronuncie desfavorablemente. Se abre debate.

De la Osa (2) se pronuncia en favor; Ciminaghi en contra. Rizzo y de la Osa, delegados de la sociedad proponente, retiran el tema, pero lo hacen suyo los delegados de los mecánicos. Se entabla calurosa discusión. Barsanti, Garfagnini, Cúneo y otros hablan en favor. Ciminaghi, Berri, Boeris, Bernasconi y otros, en contra. Gori consume el último turno en debate cerrado y se pronuncia en favor, presentando la siguiente moción: La Federación Obrera Argentina, afirmando la necesidad de esperar solamente de los obreros la conquista integral de los derechos de los trabajadores, se reserva en algunos casos resolver los conflictos económicos entre el capital y el trabajo por medio del juicio arbitral, aceptando sólo por árbitros a aquellas personas que presenten serias garantías de respeto para los intereses de los trabajadores.

La votación de esta moción se hizo con gran escrupulosidad, y su resultado, que se esperaba por el público con gran interés, fue de 21 votos en pro, 17 en contra, con cuatro abstenciones.

En todo el salón se hicieron vivos comentarios. Se levanta la sesión.

Quinta sesión, a las 7.40 de la noche. - Preside Ros. Se discute la cuestión patrocinio, consistente en que la Federación facilite a los obreros, en las cuestiones que tengan con sus patrones, personas que los defiendan ante la ley; es aprobado.

Y viene el tema: Legislación del trabajo, otra cuestión de batalla. Inglan informa largamente sobre este punto y aconseja al congreso se pronuncie en contra, pues dice que todo lo que no consigan los trabajadores por su conciencia y su organización, no se lo dará la ley, aparte de que la ley viene a sancionar las cosas cuando ya están en vigor por la fuerza de las costumbres. Cúneo, Garfagnini, de la Osa y algún otro se declaran favorables al tema. Ciminaghi, Ros, Gori y otros mantienen viva campaña en contra. La discusión se hace larga y empeñada.

Por casi unanimidad se aprueba la siguiente moción:

El congreso declara que es necesario promover una viva agitación popular para obtener que se respeten la vida y los derechos de los trabajadores.

Acto seguido se discute la huelga general. Casi por unanimidad el congreso se declara favorable a ella.

Cómo el anterior, con pequeña discusión sobre si el primero de mayo es día de fiesta o huelga, se aprueba la moción de que este día es de abandono general del trabajo, de protesta contra la explotación y de afirmación solemne de las reivindicaciones del proletariado.

Es votado también el boicot, cuyas ventajas explica Cúneo, y el sabotaje, a propuesta de Inglan.

Se vota igualmente la instalación de escuelas libres bajo el patrocinio de la Federación, y la necesidad de una agitación por la rebaja o supresión de alquileres.

Sobre el socorro mutuo se resuelve que las secciones son autónomas de tenerlo o no por ss cuenta; la Federación aconseja que se excluya de las sociedades de resistencia, pero recomienda las sociedades obreras creadas con ese fin.

Sobre congresos internacionales se resuelve que la Federación acordará si ádhiere o no cuando sea invitada para ellos.

La personería jurídica es el último punto que se discute. Se resuelve que es objeto de especial estudio y que se tratará en asamblea general de la Federación.

Se levanta la sesión a las 12 de la noche, dándose el congreso cita para continuar las sesiones y terminar los asuntos que quedan el próximo domingo.

Sexta sesión - Preside Basalo. Se aprueba el acta de la sesión anterior después de una enmienda. Los delegados de los albañiles piden una reconsideración de la resolución tomada por el congreso en sesiones anteriores sobre el socorro mutuo. Por espíritu de tolerancia el congreso accede y se resuelve pasarla a asuntos varios.

Se continúa la discusión sobre la personería jurídica de la Federación. El congreso en general se pronuncia en contra, considerando que es prematuro discutir el tema y declarando que debería encargarse el comité federal de ello.

Séptima sesión, a las 2 de la tarde - Preside Cúneo por ausencia de Ros. Se da lectura a una extensa carta de un empleado de tranvías, en la que se prueban los abusos que cometen las compañías con sus empleados, manifestando la esperanza de que el congreso se ocupará de la organización de ese gremio. Así se acuerda, y el comité federal queda encargado del asunto.

Sobre el trabajo de las mujeres en las fábricas y talleres, cuyas condiciones peligrosas relata Garfagnini, se resuelve también que el comité federal se preocupará de la organización de las mujeres para obtener su elevación moral y económica.

Sobre la propuesta de los obreros del puerto de La Plata, que dice: ¿qué actitud deben asumir las sociedades obreras con los traidores en las huelgas? , a moción de Patroni se aprueba lo siguiente: Procurar que en los talleres y en las fábricas los obreros asociados obstaculicen y desprecien a los traidores.

Caja de socorros para auxiliar a las víctimas de los movimientos obreros. Inglan, Ciminaghi, Patroni y Troitiño se pronuncian contra la formación de una caja especial destinada a ese objeto por los abusos a que podría dar lugar. Cruces. Garfagnini y Lozzia se declaran favorables. Finalmente se aprueba una moción por la cual se declara que la Federación practicará la solidaridad con las víctimas de la propaganda.

Representación de las secciones en la Federación. Troitiño opina que la cotización y representación de las secciones en la Federación ha de ser proporcional. Inglan declara que sería injusto que las secciones pequeñas tuvieran que cotizar la misma cuota que las grandes, como lo sería también que las primeras tuvieran la misma representación que las segundas, y por estas consideraciones se declara favorable a la representación proporcional. Berri, Patroni y algunos más apoyan esa representación. Garfagnini y otros, haciendo mención de acuerdos anteriores, se declaran en contra. Se discute acaloradamente y la mesa suspende por unos minutos la sesión para aunar pareceres.

A propuesta de Inglan se vota y aprueba la moción de que las secciones federadas tendrán un delegado por cada 300 socios en el comité federal, no pasando de tres delegados, aunque las secciones cuenten mayor número de 900 socios.

Sobre la forma en que las secciones deben cotizar a la Federación. Se mantiene largo debate discutiendo las propuestas de 5 y 10 centavos mensuales por socio. Se acuerda que sean 5. Berri hace constar que la sociedad que representa se reserva el derecho de resolver sobre este acuerdo. Gallo y Ciminaghi hacen notar la necesidad de buscar una limitación a las cuotas de las secciones muy numerosas; a propuesta de Garfagnini se acuerda que el máximo de lo que cada sección abone a la Federación no pase de 25 pesos.

Octava sesión. Preside Basalo. - Se aprueba el acta de la sesión de la tarde. Se vuelve sobre la reconsideración del socorro mutuo. Los delegados de los albañiles defienden con calor el tema y a toda costa sostienen que la Federación debe implantarlo en su seno, pronunciándose contra la resolución anterior del congreso que es contraria y deja a las secciones autónomas de tenerlo o no por su cuenta. Siminaghi, Patroni, Troitiño y otros lo combaten con mucha argumentación. El congreso se ratifica en su primera resolución.

Los delegados de los zapateros hacen un agregado a la resolución sobre la bolsa de trabajo, por el cual se resuelve que el consejo federal hará agitación a fin de conseguir de la municipalidad un local gratuito u otras ventajas para establecer dicha bolsa.

Sobre los estatutos de la Federación se resuelve que el Comité federal los confeccionará y pasará a la aprobación de las secciones.

Se rechaza una propuesta de la sección Oeste de los ebanistas por la cual se pretende que ningún individuo que tenga opiniones políticas o religiosas pueda desempeñar cargos en las colectividades obreras.

Se da lectura a una comunicación de los panaderos de La Plata, por la cual se pide al congreso se preocupe de la abolición del trabajo nocturno. El comité federal se encargará de ello.

Acto seguido se nombra el comité administrativo de la Federación por escrutinio secreto. Son elegidos Garfagnini, Cúneo, Ros, Magrassi, Ciminaghi, Berri, Basalo, Cruces, Patroni, Beyles y Mattei.

Se establece que el próximo congreso se celebrará el año siguiente en torno de la fecha del primero de mayo, más o menos. Se acuerda también que en cuanto la Federación comience a funcionar, el comité federal publicará un manifiesto resumiendo las aspiraciones de la Federación y que se celebrará un gran mitin.

Al terminar la sesión, a propuesta de Inglan, la mesa presenta la siguiente moción: El congreso obrero gremial celebrado en la República Argentina, al clausurar sus sesiones, saluda al proletariado universal que lucha por su emancipación, se solidariza con sus esfuerzos y hace votos por la redención del género humano por medio de la revolución social ...

No hacemos ningún comentario a esta reseña. Sólo diremos que por parte de los anarquistas se había hecho todo lo posible por crear una entidad obrera que abarcase a los trabajadores todos sin distinción de razas ni creencias, sobre el cimiento sólido de la acción directa y de la lucha económica. Pero los socialistas, encabezados por Adrián Patroni, viendo que no podían conseguir el contralor de la nueva organización, optaron por seguir su camino.

Y respecto de la defensa hecha por Gori del arbitraje, para evitar malentendidos, trascribimos el resumen de una conferencia suya en el Teatro Doria de Buenos Aires el 18 de agosto de 1901:

El conferenciante, según el resumen de Inglan Lafarga, estudió detenidamente el carácter de la lucha obrera en los diferentes países, especialmente en Inglaterra y Norteamérica, declarando que donde mejor organizada se hallaba la clase obrera, mejores batallas había sostenido contra el capital. Dijo que para el triunfo de esta clase de luchas no había otro punto de partida más positivo que la asociación de los hombres y de los elementos, que no se explicaba cómo un sistema social cualquiera podría existir sin partir de ese principio y que la misma sociedad anarquista era para él irrealizable si no se asentaba en la asociación. Los individualistas y los desorganizadores pisaban en terreno falso, por cuanto no serían capaces de establecer un solo principio estable por el cual la sociedad pudiera afirmarse.

El gran principio de la asociación se antepone a todo en la vida humana.

Sobre la lucha obrera afirmó que en sí misma no es más que una lucha de transacciones continuas. Reconociendo a los trabajadores el derecho a poseerlo todo, debían limitarse a ir consiguiendo cada vez algo más, puesto que la fuerza de una parte y de otra la ignorancia no permitían conseguir más. Hasta cierto punto por eso había defendido el arbitraje en el congreso obrero, con las consiguientes reservas, y sólo como recurso propio de emplearse en extremadísimos y decisivos momentos de la lucha proletaria, aun cuando lo rechazaba como principio y como medio de solucionar los conflictos entre el capital y el trabajo. Expuso que creía hasta cierto punto peligroso y aun autoritario que la Federación Obrera Argentina, por la influencia del doctrinarismo anarquista, hubiera tenido que renunciar a un recurso que pudiéramos llamar de última hora, y que empleado con las consiguientes precauciones, alguna vez podría evitar a los trabajadores derrotas catastróficas. Desde este punto de vista, y considerando que cuando el arbitraje no pudiera ejercerse de potencia a potencia entre obreros y patrones, podrían intervenir en la solución del conflicto personas humanitarias y de la completa confianza de los trabajadores, no ministros ni personajes oficiales, es por lo que había considerado necesario para la Federación Obrera el recurso del arbitraje en los casos extremos.

La organización gremial contaba en el país a la fecha de la celebración del congreso obrero con las siguientes entidades:

En Buenos Aires: Obreros Albañiles, Obreros Pintores, Marmoleros, Mecánicos, Yeseros Unidos, Picapedreros, Ebanistas (cuatro secciones), Artes Gráficas, Talabarteros, Constructores de carruajes y carros, Sastres, Panaderos, Cortadores de calzado, Zapateros, Curtidores, Obreros en mimbres, Hojalateros, Toneleros, Alfombreros y Tolderos, Aparadores de botines, Oficiales peluqueros. Total: 22 gremios.

En La Plata: Obreros Panaderos y Albañiles.

En Quilmes: Obreros Albañiles.

En Pergamino: Obreros Albañiles.

En San Nicolás de los Arroyos: Obreros Panaderos, Centro Obrero.

En Belgrano: Obreros Albañiles.

En Rosario: Obreros en madera, Obreros Panaderos, Tipógrafos, Estibadores, Mozos y Cocineros, Trabajadores del Ferrocarril, Albañiles, Obreros Yeseros, Obreros Cigarreros.

En Santa Fe: Obreros Albañiles.

En Córdoba: Obreros Talabarteros, Obreros Panaderos.

En Tucumán: Centro Cosmopolita de Trabajadores.

En Tandil: Federación Obrera.

En Chivilcoy: Obreros Panaderos.

En Banfield: Obreros Albañiles.

Sobre esa base, pequeña aún, se edificó la organización obrera federal argentina, que ha llegado, aunque ramificada por causa del natural moderantismo de los unos a la avidez política de los otros, a constituir al cabo de los años una gran potencia.



Notas

(1) La Organización, periódico de orientación socialista para la organización obrera, del cual aparecieron cinco números; a partir de agosto de 1901 es sustituido por La Organización Obrera, pero estando disconformes los redactores y propulsores de La Organización, en lugar de suspenderla continuaron publicándola para crear un organismo central propio.

(2) Pedro López de la Osa, obrero en calzado, muerto hacia 1924, siendo tesorero de la F.O.R.A., apreciado y respetado por su fidelidad y su rectitud.


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