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CAPÍTULO TERCERO

Arjuna dijo:

Si tú crees que el meditar es superior al obrar, oh vejador de los mortales, ¿por qué me induces a ejecutar tan terrible acción? Ya que con confuso lenguaje (l) has turbado mi razón, dime con claridad una sola cosa con la cual pueda alcanzar la felicidad.

El muy honorable contestó:

En este mundo, como te he dicho antes, oh inmaculado, hay dos modos de vida (2). El de los partidarios de la doctrina racional, mediante la devoción al estudio de la ciencia sagrada, y el de los Yoguis, mediante la devoción a las obras. Ni puede el hombre disfrutar quietud sin haber comenzado a obrar, ni alcanzar su perfección sólo con abstenerse de obrar. Pues nadie hay que, un momento siquiera, pueda permanecer inactivo, porque necesariamente todo hombre se ve obligado a obrar por las virtudes propias de su naturaleza (3). Quien habiendo reprimido los órganos de la acción, permanece quieto, contemplando en su corazón los objetos de los sentidos, tiene la razón ofuscada y es tenido por hipócrita. Pero quien, reprimiendo los sentidos desde lo íntimo de su corazón, libre de todo interés, emprende actos de devoción con los órganos de la acción, es ensalzado. Necesaria es la acción, practícala; la acción es mejor que la inacción, pues sin la acción ni siquiera podrás lograr el sostenimiento de tu cuerpo. Exceptuando los actos que tienen por objeto el sacrificio, el mundo obra encadenado por los lazos de la acción. Proponiéndote aquel objeto obra, tú, oh hijo de Kunti, libre de todo interés. El Creador, habiendo creado a las criaturas juntamente con el rito del sacrificio, dijo ya: Con el sacrificio os propagaréis: él ha de ser para vosotros la vaca de la abundancia. Alimentad a los dioses con el sacrificio, que los dioses os sustentarán; y sustentándoos recíprocamente alcanzaréis la mayor felicidad. Pues los dioses sustentados por vuestros sacrificios os darán la comida que deseéis: el que, sin haber ofrecido a los dioses, come de los dones de ellos, es un ladrón. Los hombres de bien, que comen los restos de los sacrificios, se libran de todos sus pecados; pero los malos, que cuecen sólo para sí, comen pecado (4). Por la comida viven los seres, por la lluvia se producen los alimentos, la lluvia cae por el sacrificio, el sacrificio nace de la acción (5). Has de saber que ésta procede del Ser Supremo, el cual coexiste con el indivisible; por lo que el Ser Supremo, que es omnipresente, está siempre presente en el sacrifico. Tal es el orden establecido en el mundo; quien no lo sigue y, condescendiendo con sus sentidos, vive en el pecado, oh rey, ése vive inútilmente. Pero quien en sí mismo encuentra el placer y consigo mismo está satisfecho y contento, no tiene en el mundo nada que le obligue a obrar: pues ni tiene interés en lo que ha hecho, ni en lo que no ha hecho; ni en todos los seres del mundo hay uno, del cual pueda proponerse algún objeto particular. Por esto, tú, exento de interés, desempeña las acciones que debes llevar a cabo, pues el hombre que obra con desprendimiento alcanza la felicidad. Por sus actos lograron la perfección Janaka y otros reyes. Por tanto, debes obrar considerando que éste es el orden del mundo. Todo lo que hace el hombre más excelente, lo imitan los demás; aquél marca la línea de conducta que sigue el vulgo. En los tres mundos, oh rey, no hay nada que deba yo hacer por necesidad, ni cosa que no haya alcanzado ni que deba alcanzar, y, sin embargo, estoy constantemente en acto. Pues si yo no permaneciera constantemente en acto, y no realizara actos, siguiendo los hombres completamente mis pasos, oh príncipe, perecerían los pueblos, y sería yo el autor de la confusión de las tribus y destruiría a los mortales. Como los ignorantes, oh descendiente de Bharata, obran interesados en el fruto de sus actos, así el sabio que desea coadyuvar al orden del mundo, debe obrar con desinterés; y no daría lugar a que naciese la diferencia de opiniones de los ignorantes que se apegan a sus actos, porque, obrando con devoción, haría amables todas las acciones prescritas por el deber. Todos los actos que se realizan han de ser efectuados necesariamente por las cualidades de la naturaleza (6). El hombre egoísta e infatuado (dice): Yo soy autor de mis actos, y así lo creo. Pero el hombre que conoce la realidad de la distinción entre las cualidades y los actos (dice): las cualidades obran únicamente sobre las cualidades; y pensando así no se interesa por el fruto de sus actos. Quienes están ofuscados por las cualidades de la naturaleza se interesan en los actos de estas cualidades. El sabio, que conoce las leyes del universo, no hace cambiar de dirección a estos necios perezosos que las ignoran. Combate tú, dejando a un lado toda pena, sin esperanzas, sin egoísmo, renunciando en mí todos tus actos y meditando en el Adhyatman. Los hombres que llenos de fe siguen constantemente esta mi doctrina y no blasfeman, alcanzan la emancipación final, aun sólo con sus actos. Pero aquellos que blasfeman de mi doctrina y no la siguen, ten en cuenta que están ofuscados con toda su ciencia y perecen, privados de la razón. El sabio, en verdad, se mueve en conformidad con su naturaleza. Los seres siguen todos su natural; la resistencia, ¿qué logrará? El amor y el odio residen en el objeto de cada uno de los sentidos: no dejes que te dominen estas dos pasiones, porque son tus enemigos. Hacer lo que a uno impone el deber, aunque sea cosa de ninguna excelencia, es mejor que hacer lo que, siendo excelente, pertenece al deber de otro. Buena es la muerte por el cumplimiento del deber. El querer hacer lo que es del deber de otro, es fuente de peligros.

Arjuna dijo:

Pero ¿por qué causa instigado, oh descendiente de Vrishni, comete el hombre pecado, aunque no quiera, como si fuera obligado por la necesidad?

El muy honorable contestó:

Es la pasión; es la cólera voraz y criminal, nacida de la cualidad del mal (7) (la que le instiga); has de saber que ella es, en el mundo, el enemigo. Como el fuego está circundado por el humo y el espejo cubierto de orín, y el feto envuelto en la matriz, así el mundo por ésta (la pasión). La ciencia, oh hijo de Kunti, lo está por ella; ella es el constante enemigo del sabio, fuego insaciable que adopta todas las formas que quiere. Se dice que ejerce su imperio sobre los sentidos, el corazón y la inteligencia. Por medio de éstos (los sentidos) envuelve a la ciencia y perturba al espíritu. Por esto tú, oh excelso entre los Bharatas, reprimiendo los sentidos en un principio, mata el criminal impulso; pues él es la ruina de la ciencia y del discernimiento. Los sentidos son poderosos; más que los sentidos lo es el corazón, más que el corazón, el entendimiento; pero más que el entendimieno, la pasión. Sabiendo, pues, esto, fortaleciendo tu espíritu con tu espíritu, mata, oh muy poderoso, al enemigo intolerable que toma todas las formas que quiere.

Tal es ... en el venerable Bhagavad-Gita ... el tercer capítulo, titulado:

LA DEVOCIÓN MEDIANTE LA ACCIÓN


Notas

(1) Véase el capítulo anterior, en el cual Krishna, al mismo tiempo que le exhorta a que cumpla con su deber, es decir, a que pelee, le dice que la devoción mental es más excelente que la acción.

(2) De pasar la vida de un modo fructífero, dedicándose ya al estudio de la doctrina Sankya (racional), ya a la práctica de la doctrina Yoga (devocional).

(3) Prakriti, elemento activo que unido al purusha, o principio vital, es la causa primera de todos los fenómenos que ejecuta el hombre.

(4) Comp. Manu. III, 118.

(5) Comp. Manu. III, 76.

(6) Las tres cualidades de que hablamos en el cap. II, nota 16.

(7) La cualidad rajas, o sea la segunda de las tres mencionadas en el capítulo II, nota 16.

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