Presentación

La obra que aquí presentamos tiene, para nosotros, una historia particular. Fue en el año de 1993 cuando iniciamos los trabajos encaminados a su edición en papel, en nuestra editorial, Ediciones Antorcha. Sin embargo, y no obstante todos los intentos que realizamos para publicarla, la carencia de recursos económicos nos impidió el hacerlo, quedando como resultado de nuestro trabajo las páginas formadas del libro, puesto que nunca contamos con el dinero para mandar a hacer los negativos. Así, han transcurrido nueve años desde que tuvimos que adaptarnos a las circunstancias, olvidándonos, en aquél entonces suponíamos que para siempre, de la edición de esta obra.

Ahora, contando con la posibilidad que brinda la Red de Redes, optamos por plasmar, aunque de manera virtual, esta edición en el ciberespacio, esperando sea de utilidad para quien la lea.

Tanto hace nueve años como ahora, tomamos como base de esta edición, la que la Editorial Tor publicara en Argentina durante la década de 1950. Advertimos al lector que tuvimos que realizar algunas correcciones de estilo, ajustándonos, en lo posible, al texto de la obra.

Por supuesto que esta obra no descolla, en lo absoluto, entre las mejores obras del conde León Tolstoy. Incluso, y de ello no nos cabe la menor duda, más de uno la considerará como una obra de pésimo gusto, realizada bajo un criterio populista puritano verdaderamente patético. Sin embargo, y esto jamás debemos de pasarlo por alto, la importancia del escrito que ahora presentamos radica, curiosamente, en su notable actualidad.

En efecto, ahora que las corrientes tradicionalmente llamadas de derecha, han acaparado el poder no sólo económico, sino también el político, el populismo puritano del que Tolstoy da muestra en este ensayo, permea plenamente los centros culturales establecidos a lo largo y ancho de la República mexicana.

Ya hace nueve años preveíamos el presente que ahora vivimos, y que en aquel entonces vislumbrábamos como un futuro cada vez más posible, y ahora que aquellas nuestras premoniciones se han convertido en palpable realidad, esperamos que la lectura de la obra que aquí presentamos sirva para reavivar voluntades sumidas en un derrotismo frustrante pero, sobre todo, para que de ahora en adelante sea comprendido que la riqueza de una sociedad se encuentra, realmente, en la diversidad de opiniones que en ella coexisten. Y que jamás, por favor, entiéndase bien, ¡jamás!, ninguna debe ser menospreciada ni vilipendiada con la burda y primitivista argumentación de que no se está de acuerdo con ella porque no encaja con un particular criterio de selección.

Chantal López y Omar Cortés